Antes de que empieces a leer esta chorrada aviso, "POST 10X11" acabo de verlo y es lo que me sugiere el capítulo.

Es una escena en el búnker despues del capítulo, desde el punto de vista de Dean y escrita sobre la marcha así que tendrá algún que otro fallo.

Vamos allá

LA PUERTA

Ha pasado mucho tiempo desde que Dean Winchester pensó que podía ganar alguna batalla. Lo intenta, de verdad que lo intenta, pero cada vez que se mira al espejo sólo ve el rostro de un jodido desastre. Sigue adelante, es lo que hace, pelear contra el destino, contra todo, contra sí mismo, aunque está convencido de que no saldrá bien.

Charlie salió con vida esta vez, por suerte Sam estaba allí y pudo… Si Sam no hubiera estado ahí ¿La habría matado? Sí, la habría matado, lo sabe. Por un momento llegó a pensar que si era más como su hermano podría tener esa capacidad de superarse a sí mismo. Ser como Sam no se aprende, se nace así.

Levanta la puerta de acero y la deja reclinada en el marco, no es como si pudiera sujetar más de doscientas libras a pulso para engancharla en las bisagras. Ni siquiera es capaz de arreglar la jodida puerta de la jodida mazmorra. No es rabia precisamente lo que siente, está frustrado, quiere golpear la plancha de acero con todas sus fuerzas hasta que sus puños se conviertan en una masa sanguinolenta y contenerse es más difícil que hacerlo. Se contiene.

Se gira, Sam está ahí, Sam entiende lo que siente, se da cuenta de la clase de cerdo egoísta que es, que fue. Cómo dejó que su hermano se enfrentara a algo así, solo, demonizado por todos. Demonizado y abandonado por el mismo Dean. Podría irse, ahora, abandonarle con su miseria, pero Sam no hace eso, incluso cuando Dean creyó que lo hacía, se equivocaba, siempre se ha equivocado con Sam.

Sam no tiene que merecerle, es él quien tiene que merecerlo, es él quien le necesita. Su hermano no dice nada. Coge de un lado y levanta la plancha de acero, Dean coge el otro lado y colocan la puerta limpiamente, en un momento, está hecho.

- No tienes que hacerlo solo – sonríe dándole una palmada en el hombro

Y por eso sigue luchando, cada segundo, aunque no tenga ni idea de cómo acabará todo, aunque sepa exactamente cómo acabará para él. Pero no puede rendirse, no tiene derecho, no mientras Sam luche a su lado.