Aclaración:

Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto

Hola… Antes de iniciar con la historia quiero comentar algo relevante. La idea original de este FF es de Kuramakiri, que me ha retado a escribir la trama. Espero no decepcionarte. ñ.ñ

Ahora sí, por favor. Lean.

MÁS QUE UN PROBLEMA DE FALDAS

PREÁMBULO

Al finalizar la Cuarta Guerra Ninja, nada volvió a la normalidad. Solo había que preguntar o mirar con atención un poco.

Al menos eso sentía y pensaba Naruto. Las personas cambiaron con respecto a él, la gente de la aldea, sus compañeros, y ni hablar de las aldeas vecinas, ahora lo trataban diferente. Héroe. Lo llamaban así muchos. El héroe de las cinco Grandes Naciones Ninja. Pero la realidad era, que no solo era el salvador de estas, había aldeas ocultas, más pequeñas que se habían visto beneficiadas por él, de hecho, sin querer sonar extremista, tal vez había salvado al mundo. Esa era la realidad. Aunque Naruto, no lo veía como algo tan grande. El solo había seguido su instinto, había hecho lo que le dictaba su corazón y sus principios. «¡Yo jamás retrocederé a mi palabra, éste es mi camino ninja!» Así eran las cosas para él.

Pero ahora, había gente invadiendo la aldea, porque querían verlo, querían agradecerle el haberlos salvado. Ya había pasado un año de la guerra y Naruto no entendía el porqué de todo ese alboroto, Dios, casi podía decir que ese era su trabajo, y que de hecho, por si nadie lo había notado, la guerra había iniciado para protegerle a él. ¡Sí!, de hecho, era el, quien estaba agradecido, tanta gente involucrada, tantas vidas perdidas… habría sido el colmo que él no hiciera algo.

Suspiro… Tantas personas desconocidas… Bueno, hace unos días había recibido la visita de Guren y Yukimaru. Eso había sido agradable. Pero fuera de eso (antiguos conocidos), él no podía acostumbrarse a tanta atención. Bueno sí, estaba acostumbrado a ella, a decir verdad, siempre fue un chico muy popular en la aldea, "el niño demonio"… del niño demonio al héroe de las naciones ninja, había un abismo… Como pasaba el tiempo…

Por quinta vez en el día, el rubio soltaba un suspiro lleno de cansancio. Rayos…

Fuera del bochorno que le causaba ser el centro de atención. Había algo más a lo que tenía que enfrentarse… Un adversario mucho peor. ¿En qué pensaba Kakashi Sensei? ¿Esa es la manera en la que le agradecía haberle dado un ojo nuevo? Vale, vale, tampoco era que pensara eso. Pero tenía tanto por estudiar, tantas horas por delante en las que tendría que llenarse de conocimientos.

—«Para ser Hokage no hay atajos» —Gruño, bendito el día en que se le ocurrió decir eso a Konohamaru… mocoso…

Unos toques leves en la puerta del aula donde estudiaba con Iruka Sensei lo interrumpieron de sus reproches mentales.

—Ho… Hola, Na… Naruto Kun.

—¡Oh! Hinata. —Últimamente la cara de la pelinegra estaba mucho en sus pensamientos. Pero ¿cómo no iba a estarlo? Demonios. ¡Ella lo salvo de la oscuridad en la guerra! Y, aun recordaba lo suave que se sentía su caricia cuando ella toco su mejilla. Había sido como si el tiempo se hubiera detenido. Y cuando la tomo de la mano, fue como… como si…

—¿Estás listo? —La Hyuuga lo saco de su ensoñación. La guerra le traía demasiados recuerdos amargos, pero al mismo tiempo, muchos otros lo llenaban de dicha y paz, como los compartidos con la pelinegra.

—¡Claro! De hecho te esperaba hace 10 minutos. Hinata… —Le reprocho. —¿Sabes lo que es estar enterrado bajo millones de libros? —Se estremeció. —Necesitaba que me rescataras de veras. —Chillo exageradamente.

Hinata rio un poco. —Lo siento Naruto Kun, fue Iruka Sensei quien me pidió que te diera un momento más.

—¡Ese tramposo! —Ya lo veía venir, solo porque llego un poco tarde a sus clases de hoy… Porque dicho sea de paso, el adaptarse a una parte del cuerpo, que no era exactamente suya, era difícil. Lo cansaba demasiado, nunca pensó que fuera a ser así, y… sí, también dolía. Cada que sentía esa punzada en el brazo nuevo, intentaba no maldecir a Sasuke, hasta donde habían llegado, rayos…

Ahora su amigo, se encontraba lejos una vez más, pero él estaba tranquilo. Ahora todo estaba bien, no tenía de que preocuparse.

Cuando escucho la risita de Hinata le dedico una mirada confusa, ¡oh! ¡Sí! Iruka Sensei, le había hecho trampa, pero ya se la pagaría después.

—¿Qué es lo que haremos hoy eh Hinata?

Hinata le estaba ayudando en su rehabilitación, de hecho, ahora eran un poco más cercanos. Aun recordaba su rostro en el funeral de los caídos. No sabía porque ella le estaba ayudando, si se había ofrecido voluntariamente, o si se lo habían impuesto, pero lo que sí sabía, era que a su lado todo se sentía mejor. Incluso la dolorosa y cansada rehabilitación.

Ella le sonrió. —Hidroterapia Naruto Kun. —Le respondió ella con su voz dulce.

—Hidropía… —Dijo el, como si supiera lo que estaba diciendo. —Claro, claro, creo que he leído de ella.

Hinata suprimió su risa en una sonrisa amable. Naruto era tan tierno siempre, le gustaba esa carita de conocimiento que hacía, cuando tocaba su barbilla y asentía con la cabeza, a veces con los ojos cerrados. Pasar tiempo con él, era una de las mejores cosas que le habían ocurrido, Sakura la había propuesto para ayudarlo, debido a su paciencia y… Hinata se sonrojo, la peli-rosa había dado a entender que podía conquistarlo en el trayecto.

Claro que ella lo pensó. Sí, claro que lo pensó, pero sabía que para conseguirlo tenía que ir más allá, tenía que esforzarse y así conseguir su sueño. Pero aun no sabía que podía hacer. Veía a Naruto, ahora más inalcanzable que nunca. Aunque siempre tuvo fe en que él lograría sus metas, jamás se esperó el revuelo que se había causado, ahora había chicas por todos lados buscándolo, chicas incluso de otras aldeas lejanas y eso la mortificaba un poco… está bien, la mortificaba un mucho (demasiado), porque había chicas más bellas, valientes, y capaces que ella. ¿Qué oportunidad tenía?

La pelinegra asintió al rubio, aunque sabía que el andaba perdido en el tema de la hidroterapia. Espero que el avanzara hasta llegar a su lado. Siempre le parecía un chico tan guapo, y ahora con ese atuendo de descanso perpetuo que tenía gracias a la rehabilitación, no pensaba diferente. Ella continuaba con su mismo atuendo, ropa holgada y conservadora. Soltó un suspiro. No podía evitar escuchar la voz de Hanabi en su cabeza: «viste más a la moda», ¿Cómo era posible que una niña cinco años menor que ella la aconsejara en esos ámbitos? Se sonrojo una vez más. Eso no podía ser posible.

Caminaron hasta llegar a unas grutas termales. Naruto vio maravillado el agua. —¿Nos meteremos Hinata? —El entusiasmo era inevitable en su voz. Agua caliente y el descansando era su ideal últimamente.

Hinata sonrió una vez más. —Así es Naruto Kun, la terapia será dentro del agua.

No tuvo que decirle dos veces, de hecho ni siquiera había terminado de hablar cuando Naruto ya había botado su ropa sin pudor alguno y saltado dentro del estanque. Hinata estaba completamente roja, sus manos temblaban y le parecía imposible poder dirigir su mirada a él. Por suerte había conservado la ropa interior, aunque unos pequeños boxers no ayudaban a que se aplacara el corazón acelerado que habitaba dentro de su pecho. Respiro profundamente un par de ocasiones. Okay, eso no ayudaba en lo absoluto. Dios, hacía tanto tiempo que no sentía esa necesidad imprudente de caer desmayada, los años y la convivencia cercana no le estaban ayudando en nada. ¿Qué iba a hacer?

¿Excusarse e irse?

¡No!, no podía hacer eso. El la…

—¿Hinata… puedes ayudarme por favor?

La necesitaba… para la rehabilitación, obvio. Pero la necesitaba, tenía que componerse e ir para allá.

Cuando giro el rostro y lo miro, soltó una risita, Naruto aún no podía usar correctamente su brazo y si no le ayudaba pronto terminaría muerto por ahorcamiento de vendas. —Para, Naruto Kun, ya lo hago yo.

El rubio se detuvo cuando la miro caminar hacia a él. Hinata estaba cubierta por un pequeño sonrojo. Le parecía tierna y muy bonita. Una voz en su interior le pregunto si más bonita que Sakura… —si… —susurro.

—¿Mmh? Naruto Kun, ¿dijiste algo? —Pregunto la pelinegra distraía, mientras intentaba deshacer varios nudos que el rubio había hecho en cuestión de segundos.

—Eh… no. —Dijo rápidamente Naruto, mientras con su mano izquierda rascaba su cabeza con nerviosismo. ¿Qué le sucedía? Bueno, sí Hinata era muy bonita, y a decir verdad, más amable que Sakura.

Hinata solo asintió, continuo con su faena. Una vez concluida le pidió a Naruto que intentara moldear el agua, pero con su brazo derecho, —solo manipula la forma, —le dijo Hinata.

Era algo similar, a la vez en la que creo el Rasen Shuriken, solo que sin inmiscuir la trasformación de la naturaleza, o sea que tal vez era más como el rasengan, cuando hacía que el agua girara dentro del globo. Sí, Naruto lo medito. Tal vez tardo demasiado en llevar a cabo la ejecución, pues miro como Hinata empezaba a moldear el agua, era como si las gotas de la misma se movieran a capricho de la Hyuuga. Se veía bonito. Naruto, casi sentía que había mirado algo así alguna vez, pero no podía recordar cuando.

Hinata regreso a verlo y le dijo. —Tienes que hacer que las células de Hashirama se adapten a las tuyas y eso solo lo lograras si haces que tu chakra circule por la prótesis.

Naruto asintió. Hizo su mejor intento y logro que el agua se turbara un poco, Hinata activo su línea sucesoria y observo como las redes de chakra del rubio poco a poco hacían conexiones en la prótesis. Después Naruto lo intento con la izquierda y sí, un perfecto remolino, aunque salpico un poco/mucho a la Hyuuga. —Lo siento Hinata. —Sonrió pícaro.

Esta solo sonrió un poco avergonzada por lo que había sucedido con su ropa, ahora esta se pegaba un poco a su piel, pero no era muy grave. —Debes intentarlo con la derecha Naruto Kun.

Al rubio no le paso por alto, el hecho de que la pelinegra lo riñera. Cada que sucedía algo así, el sentía un apretoncito en el corazón. Hinata lo motivaba, aun no entendía en qué manera, o de qué forma. Pero le gustaba mucho su compañía, sentía que alguien le ponía atención y que era importante. Casi rio cínico mientras pensaba eso. Ahora todo mundo le ponía atención. Pero con Hinata era diferente… Era diferente a Kakashi Sensei o Iruka Sensei, incluso diferente a la atención que conseguía de Sakura o de cualquier amigo. No sabía cómo decirlo, no podía descifrarlo aún, todo en Hinata le parecía tan limpio, era tan pura, tan sincera… Soltó un suspiro y lo intento una vez más. Que el chakra pasara por la prótesis costaba trabajo y dolía. Pero él era Naruto Uzumaki. Pan comido…

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