Bella POV

Siempre he vivido en Chicago con mi madre Esme. Mi padre nos abandonó cuando se enteró de que mi madre estaba embarazada, así que siempre me he considerado huérfana de padre.

Mi madre trabajaba como maestra en una guardería en mi pueblo natal, pero no cobraba suficiente, así que fue haciendo cursos de interiorismo por las noches; y ahora que empiezo mis estudios universitarios, nos mudamos para que pueda trabajar de los que le gusta y cobrando más.

Somos las Masen; así es como nos llaman mis amigos de toda la vida. Mi madre me tuvo con 19 años, por lo que todavía es muy joven, y yo, con 18, me llevo con ella como si fuera una amiga. Nos contamos todo; aunque no haya mucho que contar. No salgo mucho, porque al estar siempre sola en casa y encargarme de varias tareas de esta, maduré antes que mis amigas.

Pero hay varias personas en mi vida a las que quiero muchisimo: Angela, Lauren, Jess y Samantha son mis mejores amigas; Ben, Andrew, Mike y Jacob son mis mejores amigos y los respectivos novios de mis amigas.

Ahora me mudo a Seattle, una ciudad nueva, casi a la otra punta de los . No conozco a nadie allí, y el único familiar que tenía era mi abuela Marie, falleció hace 2 años.

Ahora estoy haciendo mis maletas, mañana nos marchamos. A punto de terminar el semestre, casi en pleno verano.

-¡Bella, la cena está hecha cariño!

-¡Ya bajo mamá!

Dejé las maletas a medio hacer y fui a cenar.

-¡Sorpresa!- gritaron mis amigos. Estaban todos allí, bien vestidos, y yo en pijama…

-¡Dios! Que vergüenza. Mamá, ¿por qué no avisaste?

-Ja, ja, hija, porque si no no habría sido sorpresa.

-Bien, pues saludo y me subo a cambiar.

-Ok.

La fiesta fue genial, entre bromas y demás. Mi madre se fue a dormir a las 23.00 y así nos dejó tiempo a solas.

-Hija, despierta, son las 10.00.

-Cinco minutos más…-dije con voz ronca por el sueño.

-Llevas diciendome eso desde las nueve. Hija, vamos a perder el avión.

-Ok. Ya voy.

Cojimos el avión y volamos a Seattle. Fue un viaje entretenido, nunca habíha ido en avión, y me fascinó.

Al salir del aeropuerto cojimos un taxi en dirección a nuestra nueva casa. Era alquilada y bastante antigua, pero para nosotras era nueva.

Era enorme, tenía cierto encanto, y en cuanto mi madre la decorara, sería el mejor hogar que hayamos tenido nunca.

-Cariño, es tu primer día de colegio, no llegues tarde.

-Sí, mamá.

Me levanté y me puse lo primero que pillé. Unos jeans y una camiseta y el pelo suelto con una diadema.

Mi madre me compró un coche para poder moverme yo sola sin necesidad de transporte publico.

Era un Volvo S90 negro, precioso. Llegué al colegio muy pronto, pero fui a un mostrador a ver si me daban mis horarios y me indicaban un poco.

-Buenos días, usted es la señorita Masen, ¿cierto?

-Sí, yo soy Bella. Encantada.

-Igualmente, yo soy la señora Cope.

Después de darme los horarios, el plano, me dirigí a mi primera clase: Literatura.

-Hola, soy Eric, ¿eres nueva?

-Sí, yo soy Bella.

-Ah, OK. ¿Te acompaño a tu clase?

Y así fueron mis primeros días en la escuela. Fui conociendo gente; sabía quienes eran los "buenos", los "normales", los "goticos" y demás grupos que había. El más importante era el de los jugadores-animadoras.

Iban siempre juntos, como una manada, y nadie de fuera se metía con ellos, aunque viceversa sí.

Ningún grupo me interesaba. No Quería relacionarme con ninguno de ellos, hasta que escuché algo que me dejó helada.