Titulo: A look into your soul.

Personajes: Dean, Sam, Castiel, John, Sheriff Jody Mills, Pastor Jim.

Rating: K

Capítulos: 10

Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.

Género: Angst, Drama, Family.

Notas del fic: A pesar de que los primeros dos capítulos se ambientan en la decima temporada, intenté hacer algo parecido al adelante de una escena de la décima temporada que subieron a Youtube pero cambiando la ambientación, ya que no lo había visto antes de escribir el primer capitulo pero la mayor parte del fic será un recorrido por la infancia de los Winchester, especialmente de Dean, todo lo que ha hecho y dado por Sam.

Resumen: Después de su encuentro con Dean, Sam siente que no vale la pena intentar ayudarlo porque ya no hay rastro de su hermano mayor. Por otra parte, Castiel siente que debe hacer algo para ayudar a su protegido porque cada vez que lo mira, solo ve a un hombre que intenta con desesperación, mantener unidos todos los trozos de su roto ser y ya es hora de que Sam conozca al verdadero Dean. Ambientado en la 10 temporada.

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Capítulo 1

Oscuro.

Sam mantiene la mirada fija en esos orbes esmeraldas que conoce pero le resultan demasiado extraños. Sabe perfectamente quien es la persona frente a él, pasó meses y meses buscándolo con desesperación, hasta el punto que tuvo que hacer cosas de las cuales jamás en su vida se sentía orgulloso de contar pero no se convencía mentalmente que no tenía más opción y que todo era válido para entrar al ser más importante en su vida.

-Dean…

Le pareció irreal cuando tuvo la atención de quien era su hermano mayor. Era muy rara la sensación de saber que era su hermano mayor pero al mismo le parecía un completo desconocido. Por mucho tiempo había fantaseado con ese momento pero ahora deseaba jamás haberlo encontrado, al menos no todavía.

-Vaya, vaya pero si es Sam

Fueron solo unos breves segundos pero fue capaz de notar el mango de la primera espada que sobresalía del bolsillo trasero de su pantalón y que la chaqueta no alcanzaba a cubrir. Era muy consciente de que esa cosa era la responsable del drástico cambio del rubio.

-Dean…

-¿Qué quieres, Sam? ¿Por qué estás aquí?- preguntó con esa voz carente de emoción mientras una sonrisa adornaba sus labios.

-Regresa conmigo al bunker, lo que sea que esté ocurriéndote, vamos a arreglarlo… por favor ven conmigo.

-Mmm, veamos, me estás pidiendo que regrese a aburrido lugar en vez de disfrutar de mi nueva vida, Wow, que difícil decisión- se llevó un dedo a los labios antes de reírse- No me interesa, vete de aquí.

-¿No te das cuenta que es la espada la que te está controlando? Desde que tomaste esa maldita marca, has cambiado.

-¿Cambiado? No Sam, te equivocas- respondió sonriendo- Todo esto me ha ayudado a abrir los ojos y ser lo que realmente soy.

-¿Y que se supones que eres?- siseó molesto- ¿Un maldito asesino? ¿Un idiota que busca peleas en bares? ¿Sabías que tienes a toda la puta policía detrás de ti?- escupió frustrado- Gracias a Jody he podido seguir tus pasos, ¿Qué crees que ocurrirá cuando la policía te encuentre? Todas las muertes que has ocasionado… todo lo que has hecho…

Se estremeció al recordar las noticias de los periódicos en donde se señalaba a su hermano mayor como el responsable de más de una veintena de muertes. Los reportes policiales también hablaban de peleas en bares en los que se vio involucrado y encuentros directos con la policía. Realmente fue un alivio que Jody confiara en él y lo mantuviera informado del movimiento policial para dar con el paradero del rubio. La risa del mayor lo sacó de sus pensamientos y lo observó fijamente.

-¿En serio, Sam? ¿Y qué hay de ti? ¿Crees que tienes alguna supremacía moral para decirme esas cosas?

-Dean…

-¿Crees que no sé lo que hiciste para encontrarme?- soltó lo último con una expresión de satisfacción.

-Yo… eso no… regresa al bunker conmigo- insistió.

-Yo lo sé todo, Sammy, T-O-D-O

-Dean…- apretó los puños molesto y sacó su arma para apuntarle- No estoy aquí para hablar, ven conmigo.

-Yo sé muy bien lo que hiciste estos meses- dijo el rubio saboreando sus palabras- Dime Sammy, ¿Quién es el verdadero monstruo aquí?

El rubio sacó una pistola de su bolsillo trasero y le apuntó sin un ápice de duda. Le bastó con mirar esas esmeraldas para saber que de ser necesario, su hermano no dudaría ni un segundo en dispararle.

-No me obligues a esto, Dean- pidió afligido- Todos estos meses buscándote… todas las cosas que debí hacer para encontrarte… por favor no me obligues a pensar que fue en vano.

-Es una pena- dijo el mayor sin quitar esa grotesca sonrisa de sus labios- Nuestros caminos ya se separaron, Sam, y ya que tenemos un pasado en común, te permitiré vivir si te marcharas cuanto antes.

-No me iré de aquí sin ti- respondió decidido.

-Es tu última oportunidad, Sam.

-Ya te dije que no voy a—

No alcanzó a terminar la oración cuando escuchó un fuerte ruido antes de sentir un dolor punzante en su pecho y llevó su mano libre con cautela. Contuvo la respiración durante varios segundos cuando sintió algo tibio empapando sus dedos antes de comprobar que era sangre.

-Dean…

La herida comenzó a dolerle a horrores hasta que se desplomó al suelo como peso muerto. Su cuerpo comenzó a pesar demasiado al igual que sus parpados y lo último que vio, fue la sonrisa divertida en el rostro de su hermano mayor antes de que se diera la media vuelta para marcharse de ahí calle abajo.

-Dean…

Y todo se fue a negro.

Todo se volvió oscuro y silencioso.

Todo parecía indicar que su hora había llegado. Conocía demasiado bien esa sensación previa al hálito final y al mismo tiempo le resultaba completamente diferente. Pronto llegaría al cielo, a su paraíso personal en donde no existían los demonios, ángeles, vampiros, hombres lobos o cualquier otro ser sobrenatural. En donde cumpliría su máximo anhelo y abandonaría esa maldita vida que jamás deseo pero fue obligado a tener. En su paraíso personal ya no tendría que sufrir, no habría apocalipsis que detener, ni leviatanes que regresar al purgatorio, ni planes angelicales o demoniacos que arruinar. En su paraíso ideal, no habría ni una sola cosa que le hiciera recordar sus días de cazador, que le hiciera recordar esa vida que odiaba.

No habría dolor.

No habría sufrimiento.

No lucharía por su vida.

No estaría en peligro constante.

No estarían los cazadores.

No estaría Dean.

Dean.

¿Ya no volvería a ver a su hermano? No, ese no era el paraíso que deseaba Sam. Odiaba la cacería pero no podría vivir sin su hermano. No podría continuar sabiendo que el ser más importante en su vida ya no estaba, que la persona que dio todo por él ya no regresaría.

Dean.

El hermano protector.

Dean.

Su ángel de la guarda de carne y hueso.

Dean.

Había cometido demasiados errores en el pasado y no quería volver a repetirlos. Había abandonado al rubio demasiadas veces y ya no quería volver a hacerlo.

Dean.

Dean.

Poco a poco fue recuperando las sensaciones de su cuerpo. Poco a poco fue capaz de tomar el control y con un gran esfuerzo, consiguió abrir los ojos, encontrándose con un par de orbes azules que lo miraba fijamente.

-Sam- le tomó un par de segundos reconocer quien era.

-¿Cas…?

-Menos mal que estás bien- el moreno suspiró aliviado- Tu cuerpo estuvo a punto de morir y Jody fue a buscar al doctor.

-¿Qué…? ¿Jody?- se intentó incorporar pero el ángel se lo impidió.

-No Sam, tienes que descansar un poco, aún estás muy débil por el disparo.

¿Disparo? Esa palabra resonó en su mente unos segundos antes de que recordara todo lo sucedido. Las cosas que hizo esos últimos meses, las noticias en el diario sobre su hermano, los asesinatos, las peleas, esa sonrisa divertida y la decisión con la cual jaló el gatillo para matarlo.

-Sam…

-Dean… Dean se ha ido…- fue lo último que pudo pronunciar antes de que sintiera un nudo en su garganta mientras las lágrimas recorrían sus mejillas sin compasión.