Antes de nada, un pequeño aviso: este fic no es nada importante, simplemente es humor (o al menos eso intento hacer), simulando que mi personaje original para Kuroko no Basket tiene varias citas, alternando con los miembros de la Generación de los Milagros. Son pequeñas historietas, de poco más de mil palabras, simplemente para ver qué pasaría en una cita con los chicos. La verdad es que esto es una primera versión, aun tendré que añadir y cambiar cosas, así que espero que os guste, o que al menos no os disguste demasiado. Muchas gracias :)


En fin, Nuri, no puedes decir que esto es un regalo oficial, porque tú ni siquiera apareces xD Como ya te dije, me sentaba muy mal no poder darte nada por tu cumpleaños, así que al menos quería poder dedicarte algo para conseguir que sonrías en un día tan especial para ti. Después de todas las cosas que hemos pasado, no puedes esperar que me quede de brazos cruzados por tu cumpleaños. Hace meses planeaba escribirte algo, como si fuera una carta, pero reconozco que esas cosas no se me dan demasiado bien y acabé liándome. Lo siento, pero no me vale sólo con que me digas que yo soy el mayor regalo para ti.

A cambio, espero sacarte una sonrisa dedicándote la primera de las "Citas con la Generación de los Milagros" (título original donde los haya, vaya que sí), y más aun, con tu personaje más querido. Tal y como te prometí, me he moderado bastante con él xD No quiero que odies a Ryûna. Con este pequeño párrafo, ante todo quiero decirte lo importante que eres para mí, y lo mucho que te quiero. No es broma cuando te digo que tú eres mi persona favorita en el mundo. Hay gente que me importa muchísimo, pero aun estando lejos, contigo es con quien paso más tiempo, me da igual que sea a través de una máquina. Hagamos que lo que tenemos dure para siempre, porque sin duda nos hemos conocido en otra vida, y tenemos todo el derecho del mundo a estar juntas ahora que nos hemos vuelto a encontrar. En serio, te quiero de verdad, y por eso estoy más que orgullosa de poder formar parte de tu dieciocho cumpleaños, aunque sea sólo con una dedicatoria. Felicidades, Pingüinita. Hagamos que sea un día especial ^^


1. Una cita típica con Midorima.

- Me sorprende que después de tanto tiempo sin venir a verme hoy hayas venido acompañado, querido -Dijo la adivina con tranquilidad, invitando a Ryûna y Midorima a sentarse en la mesa para leerles las cartas del tarot.

El establecimiento era pequeño, y la mujer, ya de edad algo avanzada, iba vestida de una forma bastante extravagante, con colores que iban desde el morado hasta el amarillo. Incluso había una mesa con una bola de cristal, para hacerlo aun más estrambótico.

Realmente era bastante extraño que en una primera cita fueran a ver a una adivina, pero el chico de pelo verde lo había encontrado original. Por supuesto, eso no les llevaría toda la tarde, Ryûna también le había propuesto ir al cine más tarde. Así harían algo del gusto de ambos. La mujer les hizo coger tres cartas, para comenzar a mirarlas con calma. Empezó con la chica, hablándole del pasado y el presente, para luego pasar al futuro. Lo mismo con Midorima.

- Como siempre, no tendrás problema en tus futuros partidos. Deberías dejar de hacerme ese tipo de preguntas, sabes que siempre conseguirás lo que te propongas -Dijo sin más, resoplando, aunque fijándose bien en sus dos invitados mientras recogía las cartas-. Pero ahora irradias demasiada armonía, querido, más que de costumbre. Sin duda necesitas que alguien te saque de ese estado tan relajado en el que te encuentras. El agua necesita que alguien le proporcione fuerza. ¿Qué signo eres tú, preciosa?

- Soy Aries -Respondió Ryûna, con una sonrisa tranquila.

- Fuego... Sois una buena combinación. En general las relaciones entre Aries y Cáncer son buenas, aunque se suele decir que prosperan más como amigos que como amantes. Pero aquí veo un grado de intimidad muy alto...

- No somos amantes -Se apresuró a aclarar Midorima, comenzando a enrojecer, y más aun cuando escuchó la risa de la chica de ojos grises.

- Esta chica te hará bien. Aunque el fuego y el agua sean contrapartes, siempre existe una gran atracción entre ellos. En vuestra relación el agua posee calma y tenacidad, y el fuego una gran pasión sin precedentes. Una unión así puede traer cosas realmente espectaculares, siempre y cuando no dejéis que otros signos de agua se interpongan entre vosotros...

- Creo que ya es hora de irnos -Dijo el chico sin más, levantándose con más prisa de la que debería-. Vamos, Ryûna.

- Ah, claro... Gracias por todo -Sonrió la chica a la mujer, cogiendo algo de dinero de su cartera para dejarlo en el bote de cristal que había en la entrada al ver que Midorima hacía lo mismo.

- Déjalo, preciosa -Susurró la adivina, levantándose para acercarse a ella y cerrarle la mano con las suyas, entregándole un saquito lleno de piedras de color rojo con transparencias-. Para que te den suerte. Harán que tus entrañas sean fértiles cuando llegue el momento.

Ryûna le dedicó una bonita sonrisa, aun con lo extrañada que estaba por ese momento tan surrealista. Pero era realmente divertido, sobre todo por la reacción del chico de gafas. Se despidió de la adivina, y caminó hasta poder estar de nuevo al lado de Midorima.

- Amantes, ¿te lo puedes creer? -Rió, observando la bolsita de piedras con curiosidad. La verdad, eran bonitas. Se acercó un poco más a él, para poder entrelazar su brazo con el suyo-. Ha sido interesante. Tranquilo, no creo que con esto me dejes embarazada.

El chico puso gesto de mal humor, mirando el regalo de la adivina.

- Definitivamente voy a dejar de venir aquí. Cada vez dice cosas más raras -Dijo sin más, ajustándose las gafas, aunque terminando de ponerse nervioso cuando Ryûna comenzó a jugar haciendo girar la bolsita con el cordel que la cerraba-. Haz el favor de tirar esa cosa.

- No, creo que me la voy a quedar, me gustan estas piedras. Y por lo visto las voy a necesitar en el futuro.

- Mira que eres...

Entre bromas, llegaron al cine bastante rápido. Midorima compró las entradas, y poco después de coger algo para comer durante la película algo los detuvo.

- ¡Eh, Shin-chan!

Ambos se giraron al escuchar la voz alegre que se les acercaba. Sin duda la chica de pelo blanco se puso más feliz que Midorima al ver quien era, ya que este dejó escapar un pequeño resoplido de agotamiento. El chico de ojos azules se sorprendió tanto al verla arreglada para una cita que dejó de fijarse en su compañero.

- Vaya, estás guapísima, Ryû-chan -Admiró Takao-. Nunca te había visto con el pelo así.

- Gracias -Le sonrió Ryûna, tocándose un poco el pelo. Lo llevaba recogido con un coletero a un lado, aunque parecía que se iba a deshacer de un momento a otro-. Ya estábamos terminando de comprar para entrar en la sala.

- ¿En serio? Yo acabo de llegar, me aburría un poco en casa y pensé que sería divertido venir.

- Esto no puede estar pasando... -Masculló Midorima, comenzando a exasperarse. Takao sabía perfectamente que ese día salía con Ryûna y que iban a ir a ese cine. Así que no, con colaba que se estuviera aburriendo en casa. Aun se puso de peor humor en cuanto vio sus intenciones, acercándose a la chica para ver su entrada.

- ¿Qué vais a ver? ¡Oh, vaya, me muero de ganas de ver esta película! Si esperáis un minuto yo también compraré una entrada -Dijo eso de lo más alegre, hasta que vio lo que el chico de ojos verdes llevaba en la mano. Entonces puso cara de circunstancia, y una extraña sonrisa-. ¿En serio, Shin-chan? ¿Palomitas dulces?

- ¿Qué tienen de malo?

- Pues que son dulces. En el cine las palomitas tienen que ser saladas, no te cansas tanto de comerlas. Y que tú siendo tan maniático no piensas estas cosas... Compraré unas grandes para Ryû-chan y para mí.

La chica de pelo blanco intentó ocultar la risa tapándose la boca con el puño, pero era una situación de lo más cómica para ella. Estaba siendo más entretenido de lo que se esperaba, aunque ya empezaba a pensar que Midorima no lo aguantaría mucho más. Aun así, ninguno dijo nada. Takao volvió a reunirse con ellos, y aunque el chico de pelo verde intentó insinuarle que querían estar solos, acabó sentándose al lado de Ryûna, Así, la chica quedó entre los dos. Las luces se apagaron, y comenzaron los avances de otras películas.

- ¿Cómo has dejado que escogiera esta película? -Le susurró al oído, ignorando la mirada furibunda de su amigo-. Ya debería saber que a las chicas os gustan las comedias románticas, y esas cosas.

- La verdad es que no me importa venir a ver esto. Creo que está un poco avergonzado porque me llevó a una sesión de tarot un tanto extraña, prefiero que ahora vea algo de su gusto -Le respondió con una pequeña sonrisa, cogiendo unas pocas palomitas de la caja de cartón.

- Eres perfecta... Quiero decir, vaya, es genial. La verdad, a mí me parece un poco aburrida.

- ¿No te morías de ganas de verla? -Preguntó Ryûna, sonriendo algo extrañada, aunque sabiendo perfectamente por donde iba.

- Ya ves las cosas que tengo que hacer para rescatarte, pero tranquila, ya me lo agradecerás. Podrías darme a mí el beso de despedida, ¿qué me dices? -Preguntó con tono socarrón aun hablando en voz baja, consiguiendo que la chica tuviera que taparse la boca para no reírse.

- Te estoy oyendo, Takao -Acabó por decir Midorima al otro lado, ya bastante irritado. En alguna fila de atrás alguien le chistó para que se callara, cosa que hizo que se molestara aun más-. Signo de agua tenías que ser...

- No pasa nada, tranquilízate -Se apresuró a decirle la chica de ojos grises, comenzando a temer que montaran un escándalo en la sala-. La película va a empezar, vamos a verla con calma. ¿Me das palomitas? Hace mucho que no pruebo las dulces.

El chico de ojos verdes suspiró, sabiendo que debía tranquilizarse, como ella decía. De modo que aguantó la sonrisa burlona de Takao, mientras le ofrecía palomitas a la chica. Sabía que se llevaba muy bien con su compañero, y en verdad tenían una relación bastante extraña para quien no los conociera, pero al menos intentaba estar de su parte. Claro que en cuanto la película comenzó, el moreno volvió a las andadas, comentándole cada cosa que pasaba.

Y así fue cómo la cita de Midorima se convirtió en la cita de Takao, con Ryûna durmiéndose apoyada en su hombro.

Fin... hasta la próxima cita.


Kuroko no Basket y sus personajes no me pertenecen a mí, sino a Tadatoshi Fujimaki.

Hakuren Ryûna es un personaje original creado por mí.

Con todo mi amor a Lovelygirl84. Te quiero, Pingu ;)