SECRETOS PELIGROSOS
Me aterré cuando vi que en mi tranquila casa de Oregón, cerca del mar, los cristales se rompieron al unísolo. No fue que se rompieran por algún temblor. No, mi madre gritó, al igual que yo y buscamos refugio al ver que eran balas las que estaban destrozando nuestra casa. Mi padre de inmediato corrió a protegernos. Pero una bala lo alcanzó en el hombro y cayó al suelo, mi madre muy asustada corrió hacia él, mientras otra ráfaga llenaba la sala de trozos de objetos rotos.
Como en cámara lenta, vi con horror a mi madre caer antes de llagar con mi padre, una bala le había dado en la cabeza, al tocar el suelo, ya estaba muerta. Mi padre alcanzó a verla y gritó al igual que yo, mientras de la nada, Una figura vestida de negro nos arrastró hacia la cocina. Los disparos se detuvieron y voces de hombres se escucharon al entrar en la casa.
El hombre junto a mi, estaba encapuchado, no pudo verle el rostro. Sólo dijo:
-Los tengo, pero mataron a la señora Swan. De prisa ya entraron. –La sirena de una patrulla se escuchó, mientras los tipos seguían dentro y nos buscaban. De pronto una explosión me hizo gritar, mientras el hombre recogía a mi padre y lo cargaba y aún me jalaba hacia él.
-Corre hacia afuera-le miré asustada.-No mi mama esta ahí tirada.-Me gritó con rudeza:
-No podemos hacer nada por ella, esta muerta, no creo que quieras que también maten a tu padre y a ti, ¿o sí?
-Pe…pero…-exasperado me gritó ahora cargaba materialmente a mi padre. Tuve que obedecer, su voz aunque autoritaria era musical y aterciopelada.
-Corre o nos mataran a todos, no tardaran mucho en llegar los otros, pronto-Afuera para mi sorpresa, ya estaba un helicóptero que nos esperaba, con tanto ruido jamás lo escuché. Subimos, nos ayudaron y el helicóptero se elevó, en ese momento vi lo que quedaba de mi casa y me desmayé.
