Your Heart Is So Alone

"Tengo la cara contra el cristal de la ventana. Siento que derramo una lagrima por cada gota de lluvia. Y es que otra vez, me siento tan sola"

Estaba tan mareada. Ya no podía correr más.

Hacia un tiempo que sentía las piernas entumecidas. Todo su cuerpo temblaba.

La lluvia caía y se confundía con las lagrimas que no paraban de caer de sus ojos. Aún así, ella amaba la lluvia. Porque la lluvia era siempre quién la acompañaba en sus penas.

¿Voy a morir? Se preguntaba, amargamente.

Pero no tenia miedo. Ella jamas le havía temido a la muerte. Más bien, sentía tristeza.

Soy una idiota. Rió amargamente.

Las piernas le fallaron. Calló al suelo, cubriendose con la tierra mojada del bosque. Rodó, hasta quedar recostada boca arriba.

Debo verme patética. Pensó, resignada.

Pero, al borde de la muerte, no se arrepentía de absolutamente nada.

De seguro, el ya sabría que ella se había escapado del orfanato. Y estaba más que malditamente segura de que la estaba buscando.

Quizas, en algunos días, el encontraría su cadáver. Sonrió. Más le valía al muy hijo de perra lamentarlo.

Después de todo, el era la razón por la que ella se sentía tan mal.

Todo comenzaba a oscurecerse. Tal vez debí haber corrido de el cuando pude. Pensó.

¿A quién quiero engañar? El fue lo mejor que pasó en toda mi patéticavida.

Le quedaba poco para sumirse en una dulce oscuridad. Entonces alguien apareció en su distorsionada visión.

Parpadeo intentando enfocar el rostro que se sernia sobre ella. Pero su visión se tornaba cada vez más oscura. Se desmayó, sin reconocer el rostro de quién la miraba. Solo noto un intrigante color verde oscuro