Es mi primer fic, así que espero que sean buenos. ;)
Venga empieza el capitulo desde Madrid.
Prisionera
*A las cinco de la tarde*
-Vaya infierno- murmuro la joven princesa.
-Me encantaría querida que hablase en alto, yo solo quiero conoceros mejor- dijo el erizo plateado en un tono muy dulce.
El iba a ser su futuro marido, Sir Silver The Hedgheog, caballero llamado Sir Galahad, caballero y príncipe, el se puso su apodo de caballero.
"En realidad no se porque le pongo tantas pegas, el es muy dulce conmigo" pensó para si misma la princesa.
-Nimue, ¿esta usted bien? No me ha contestado?
-Uh?- miro confusa a Sir Galahad -estoy bien, no debe preocuparse por mi...
-Bueno, me alegro Nimue... ¿gustaría usted de acompañarme a pasear?- pregunto Sir Galahad.
-Sería un placer- "SERIA UN HORROR" pensó para si misma.
Nimue odiaba que sus padres la hubiesen emparejado con ese príncipe, ella siempre había soñado salir de palacio sin la compañía, de Sir Percival, Sir Gawain, Sir Lancelot y Sir Lamorak.
Su frustración aumentaba por días y precisamente ese día estaba a tope, pues solo le quedaban dos días para casarse y precisamente hoy no se sentía especialmente amable. Y posiblemente se debiese a la presencia de Sir Galahad, y es que ella le odiaba pero no por su carácter y ni siquiera hacía gestos que pudiesen ofenderla, ella le odiaba más bien por aquella obligación que sus padres habían impuesto a casarse con el. Eso no le gustaba y es que las exigencias se hacían indeseables para la princesa.
Caminaban en silencio, solo con el golpeteo de los hierros de las armaduras de Sir Gawain, Sir Lamorack y Sir Lancelot, Sir Galahad contemplaba el paisaje.
-Oh mi princesa, muy pronto podremos estar juntos como nunca-
Nimue se estremeció un poco, al saber que su grado de intimidad que simplemente se limitaba a besos en la mejilla tuviese que pasar tan rápido a entregarse los dos.
No contesto estuvo meditando sus mayores sueños, siempre había querido salir de palacio sola, casarse con alguien a quien amase, dar su primer beso a una persona que de verdad quisiese, cometer fallos en el amor, tener amigos, Nimue no tenia amigos, las criadas eran criadas y cuando intentaban hablar sus padres o los caballeros cortaban vinculo de comunicación, incluso había querido crear un vinculo con Sir Percival pero era imposible. Otras cosas que había deseado con su ser era poder cocinar, ayudar a la gente, salvar a la gente en apuros, por muy irónico que resultase ya que ella ni siquiera sabia defenderse pero bueno..., también quería vivir un poco con el pueblo, poder salir sola a los jardines, poder tener libertad sin vigilancia constante.
Un respiro sonoro salio de su boca.
-Sir Gawain... ¿le importaría llevarme a mi cuarto? Siento mucho tener que retirarme Sir Galahad... pero no me encuentro muy bien...- hizo una reverencia a Sir Galahad.
-No se preocupe Nimue... prefiero que descanse ante esas situaciones- miro al equidna rojo, Sir Gawain -Por favor Sir Gawain acompañe a mi futura esposa a su cuarto-
-Como ordene Sir Galahad-
Sir Galahad acompaño a Nimue a su cuarto.
-Gracias por acompañarme Sir Gawain, ha sido muy amable- sonrió a su caballero.
-No es nada, princesa- dijo haciendo una reverencia, aun manteniendola reverencia hablo -Ahora me retiro con su permiso-
-Tienes permiso- dichas estas palabras, la princesa entro a su cuarto.
-Uff... odio esto...-
Se tumbo en su cama, quedando boca abajo, se acurruco en su cama sin siquiera taparse y cerro sus ojos quedándose dormida.
*A las siete de la tarde con Sir Percival*
-Sir Lancelot... ¿que haces por aquí?- hablo la felina con voz curiosa.
-Pues... simplemente paseaba...- dijo el erizo negro de vetas rojas.
-Supongo que no debes estar muy alegre...- contesto Sir Percival.
-Debería decir lo mismo Sir Percival- contesto Sir Lancelot con desquicio.
-Touchê- dijo Sir Percival.
-La amo y ahora ella se casara con Sir Galahad... Nimue se merece ser feliz.
-Ya sabes que la princesa Nimue, nunca sera feliz aquí encerrada...
-Yo puedo hacerla feliz- hablo Sir Lancelot con tono seguro.
-Lo mismo piensa Silv... Sir Galahad-
-Como se nota que te gusta...- hablo el erizo negro.
-Urghh, ellos se van a casar, Shadow... sabes perfectamente que ni Nimue ni Sir Galahad, se podrían casar con nosotros... y lo sabes-
-Como desearía ser príncipe- se quejo el erizo negro.
-Si... yo desearía ser princesa...
-Argghh esto es una mierda- se quejo Sir Lancelot.
-Tranquilo... por lo menos nos tenemos como amigos- sonrió.
-Si gracias Blaze...
*A las 12 con Nimue*
Estaba sentada sobre su tocador, ni siquiera se había quitado su vestido, se levanto y fue hasta un espejo.
Eres la belleza que muchos querrían tener, todas las
mujeres del reino desearían ser como tú.
No entendía, no era para tanto, llevaba su pelo suelto, con una diadema, dorada que tenia su pequeña tiara encima, sus ojos eran verde jade, su vestido parecía dividirse en dos partes es su tronco, tenia la parte rosa con un escote corazón y unas tiras flojas, que hacían de mangas solo cubriendo un poco sus hombros, su "falda" por así decirlo era de un tono rosa clarísimo, como salmón pero al mismo tiempo no era ese color, llevaba unas bailarinas negras, a Nimue nunca le había gustado llevar los zapatos de tacón de las pijas princesas, ella odiaba el dolor de los tacones al quitártelos. Así que decidió por ponerse calzado cómodo.
-Esto es una idiotez...- se quejo la princesa.
Se sentó de nuevo en su tocador, no se cambio y menos bajo a cenar. Estiro sus brazos y cerro sus ojos.
Para su sorpresa alguien la ato con una cuerda, abrió los ojos con brusquedad. Vio en su espejo a un erizo azul con una pequeña sonrisa, tenia los ojos verde esmeralda. Nimue abrió la boca -Ughh- expreso con molestia, en un tono normal que llamo la atención del erizo azul, ya que el se sorprendió de que no gritase, tiro de la cuerda que estaba atada y hizo que Nimue se levantara empujándola a sus brazos.
Miro con desdén al erizo.
-¿Que demonios queréis de mi?- pregunto en un tono normal lleno de desprecio.
-A ti- dijo el erizo azul disfrutando de aquel momento.
-Oh, muy hábil- dijo irónicamente -Ha descubierto América- hablo con desdén
-Menuda niñata mimada- hablo molesto el erizo azul.
-Niñata mimada?- pregunto con una medio sonrisa molesta -Te refieres a ser la princesa de un palacio que no puede andar a sus anchas? Llamas niñata mimada a una princesa que simplemente vive infeliz sin poder tener lo que desea como dejarla ir al pueblo, casarse con quien desee, amar a cualquiera que a ella le interese, a alguien que desearía no tener caballeros detrás, a una chica que solo desea cocinar y hacer cosas por si sola? Llamas niña mimada a alguien que nunca consigue lo que quiere? Creo que tienes un problema de percepción de su significado...- hablo Nimue con un tono triste.
-Pues tu vida debe ser muy triste si es así...-
-Como sea mi vida, no debe importaros- contesto molesta.
-Tranquila princesa- hablo mirándola con una sonrisa, sus manos inconscientemente se fueron al trasero de la princesa.
-Quite sus manos de mi trasero- protesto furiosa. -Idiota-
-Uh! Tranquila, las princesas siempre son amables.
-Son amables con los caballeros- dijo con una expresión furiosa.
-Yo soy un caballero- dijo manteniendo la calma.
-Claro que no, vos sois un simple rufián que ha venido a molestar mi presencia-
-ERES UNA MALEDUCADA- grito furioso.
-Si vos queréis secuestrarme, no es muy sabio ponerse a gritar- contesto desquiciando al erizo azul.
-Arghhh... me sacas de quicio- hablo el erizo lo más bajo posible.
-Bienvenido sois a mi mundo- dijo rematando al erizo azul.
Quien cayo a la cama de lo que se estaba conteniendo en no gritar.
-Estáis bien?- pregunto sin mucho interés Nimue.
Nimue alcanzó una pose pija, aun atada consiguió un efecto de desdén, carisma y molestia.
-Como lo conseguís?- pregunto el erizo azul.
Nimue solo hizo una mueca de incomprensión.
-¿Que queréis decir?- pregunto la princesa Nimue.
-Me tenéis loco de pasión y al mismo tiempo, princesa Nimue, conseguís agotarme- contesto, poniéndose en pie y alzando la barbilla de Nimue.
-Mire, usted no tiene derecho a intentar robar mi primer beso, eso le corresponderá a mi querido esposo- dijo con cierta molestia -Aclarare a vos la idea de que lo de querido es un pequeño gran sarcasmo- contesto Nimue con pequeña imagen de molestia.
-Pero se que yo podría hacer de vuestro primer beso el mejor de vuestra vida- dijo el erizo azul en un nuevo intento de besar a la princesa.
-Usted, no parece entender. Si usted quiere besarme primero tendrá que enamorarme- hablo de nuevo.
-Vos lo habéis pedido princesita- dijo con una pequeña sonrisa. -Ahora solo os llevare a mi reino... y cumpliré mi misión... pero vos tranquila no dejaré que nadie os haga daño-
Nimue no contesto simplemente se ruborizo al ver que aquel erizo la elevaba entre sus brazos en una imagen clara de algo parecido al estilo novia.
-¿Como piensa sacarme de aquí sin ser visto?
-Hagamos un trato, yo le cuento mi plan a usted y usted me dice porque no ha gritado-
Nimue hizo una pequeña mueca de desaprobación, resoplo un poco molesta y asintió con un poco de molestia pero luego esbozo una sonrisa inconsciente.
-Yo tengo una habilidad especial- dijo con una mueca de superioridad.
-¿que habilidad puede tener usted aparte de sus gestos indignos de un caballero?- pregunto Nimue con cierta burla.
-Que graciosa es usted- dijo con sarcasmo el erizo azul.
-Perdóneme, no me pude resistir- dijo con una pequeña risilla.
-Mi habilidad especial es superar la velocidad del sonido- dijo con una sonrisa.
-Enserio vos sois tan rápido como la velocidad del sonido?- pregunto un poco asombrada.
-Exacto, princesa, os lo demostrare ahora.
Abrió el ventanal.
-No pensara...- pero no pudo terminar puesto que estaban saltando, Nimue sintió ganas de gritar, pero se resistió cerro sus ojos y pensó en cosas bonitas que no tuviesen que ver con aquel salto que casi podría decirse que era un salto de muerte.
-Puede abrir sus hermosos ojos princesa- se ruborizo y los abrió.
Corrieron a una gran velocidad ya no estaban en el palacio y menos en sus dominios. Golpeo un poco fuerte al erizo azul que se supone que era su secuestrador, pero a Nimue le extrañaba su amabilidad así que decidió no juzgar un libro por su portada.
-Que sucede?- pregunto mirándola con una expresión preocupada.
-Se andar sola, puede dejarme en el suelo- dijo Nimue.
-Y como se que no huirás?- pregunto inocente.
-Si hubiese querido huir, abría gritado en palacio- dijo con cierta molestia.
-Eso me recuerda a que vos y yo tenemos un trato- dijo aun con Nimue en brazos.
-Bueno, bájame y si tan desconfiado eres me podrías llevar agarrada por esa cuerda- dijo Nimue evadiendo el tema.
-Buena idea- la bajo y agarro la cuerdecilla que estaba al rededor de las finas muñecas de Nimue. -Ahora cumple tu trato-
-bueno la razón es...
Bueno hasta aquí el primer capitulo, ¿que os parece el capitulo? Continuo? Si no? espero reviews.
