20 de Octubre del 2006;

Por favor, por favor perdóname; pero no volveré. Se que me amas, como yo te amo a ti. Esta decisión de irme fue la mejor, tal vez no pienses lo mismo. No me busques otra vez, no pienses en mí y por sobre todas las cosas olvídate de mi, borra todos tus recuerdos sobre mí, olvida mi nombre, las cosas que me gustan y lo que me disgusta. Quema todas nuestras fotos, todos los regalos que te di y quema esta carta. Me voy por tu bien, para que puedas ser la mejor opción para heredar el lugar de tu padre. Después de esta hermosa historia de amor pero con un triste final. Probablemente mañana me odies, nunca me quieras volver a ver, pero todo lo estoy haciendo por ti. Yo no soy más importante que tu familia. Perdona que algunas de estas palabras no las entiendas, mis lagrimas las han difuminado, pero aunque haga una nueva carta pasara lo mismo. Olvídame y el mayor problemas es que yo no te podre olvidar. Cada noche que sueñe contigo sabré que cuando despierte, desaparecerás. Me duele, no sabes lo mucho que me gustaría ser egoísta y nunca dejarte ir pero… tengo que. Sé que algún día me olvidaras y encontraras a la mujer perfecta con la cual compartir el resto de tu vida.

¿Te acuerdas el día que me dijiste que me amabas? Yo lo recuerdo bien, estabas borracho y casi a punto de desmayarte pero aunque fueron en esas circunstancias… fue muy especial. Porque cada día que me encontraba triste me recordabas sobre ese día y me hacías reír. Eres lo mejor que me ah pasado en esta vida pero… te mereces una mujer mejor que yo.

Intente ser alguien más, para llenar las expectativas de tu padre. Yo se que tu odiabas que lo hiciera, pero era necesario. No podía ser yo misma y no imaginas cuanto me dolía. Cada vez que actuaba de tal manera solo me hacia darme cuenta de que nunca sería suficiente. Intente ser otra persona, pero nada pareció cambiar. Ya sé quien soy en el interior, por fin me encontré a mí misma. Me encontré a mi misma y a qué precio… dejarte ir.

Te deseo lo mejor que te pueda ofrecer esta vida. Te amo pero… ya no puedo hacernos esto. No podemos vivir una mentira… yo no soy lo que tu padre quiere que sea. Te aparte de tu familia, del mundo, créeme no lo hice intencionalmente. Espero que puedas ser feliz y que puedas cumplir todo lo que te propongas. El amor que teníamos, tenemos que dejarlo ir. Esta es la última vez que me interpondré en tu vida.

Por siempre tuya;

Rin Kagamine.

Posdata; Te amo…

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Han pasado siete años, desde que cierta rubia dejo al amor de su vida. Ella ahora trabaja de mesera en un restaurante familiar. Tiene que mantenerse a sí misma… había dejado el hogar que compartía con sus padres. ¿Si era feliz? Nadie podría decirlo con seguridad. Aunque no vivía en las mejores condiciones, ella seguía tratando de ser feliz; claro, sin éxito. La única forma en que la rubia podía volver a ser feliz, era si estaba junto al hombre que amaba. Ella sabía que no podría arrancarse a Len Nakamura de su corazón. Porque cuando ella se fue marcho dejo su corazón con el amor de su vida. Era una niña cuando se enamoro, sin saber muy bien que era el amor. Cuando conoció a Len supo muy bien que se sentía amar y ser amada, un sentimiento que ella piensa que nunca volverá sentir… pero en esta vida todo puede pasar.

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El hombre, que la rubia amo con todo su corazón. Ahora es el jefe de uno de las más grandes compañías de videojuegos. Es un hombre frio y todos lo describen como alguien sin corazón. Es muy atractivo, varia mujeres lo desean y el solo desea a una. La cual no ah visto durante siete años. Ahora para el todo era trabajo… parecía que nunca de cansaba de ello. El solo trabajaba para tratar de no pensar en ella. Ya nada le importaba en la vida, si fuera por él hace muchos años y se hubiera largado a otro país. Cada día que pensaba en largarse, se daba cuenta de que el sacrificio de ella seria por nada. ¿La amaba o la odiaba? Era difícil explicarlo. Por veces la odiaba por dejarlo solo en este mundo de mierda, tristeza y desolación. Pero no podía negar que la amaba por todos esos momentos que pasaron juntos, toda esa felicidad que le dio, aunque solo fuera durante dos años. Esa mujer había hecho que el mirara el mundo de manera diferente pero cuando se fue todo volvió a ser igual. Todo esto… toda su vida parecía una maldita pesadilla de la cual quería despertar y encontrarla a ella durmiendo plácidamente junto a él.

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Ambos rubios se amaban con locura… pero no podían estar juntos. Todo el mundo los separo, hasta ellos mismos lo hicieron. El rubio deseaba volver a encontrarla para nunca dejarla ir y la rubia deseaba nunca volver a verlo porque…. sabía que si lo volvía a ver se volvería egoísta y nunca lo apartaría de su lado, otra vez. Trataban de seguir sus vidas sin pensar en cada uno. La familia del rubio ya le había encontrado una prometida. La rubia tenía un admirador secreto. Nadie además de los rubios se acordaba del amor entre ellos. Todos pensaron que nunca volvería a encontrarse los dos pero el destino tenía algo más preparado…