Todos los personajes pertenecen a su autor Masami Kurumada, excepto: Jeruza, aprendiz y creación de mi autoría.
Debo decir primeramente, que esta historia se denominaría algo así como un universo semi alterno, puesto que aunque me ubico después de las 12 casas, hay personajes y hechos que no concordarían, lo cual me limitaría bastante.
También debo decir que para quienes no gustan de los Oc esta historia no es para ustedes, aunque solo hay una, es muy importante para el desarrollo de la trama. Asi que no entrare en discusiones innecesarias.
Solo el amor me hace libre…
Cap. 1: después de la guerra del santuario.
Después de la épica batalla en las doce casas del Zodiaco, y por el poder de la diosa Athena, los caballeros caídos en combate han sido resucitados, un aire de paz vuelve a respirarse en el Santuario.
Saga de géminis, aunque recibió el perdón de Athena y así lo asumió, aun guardaba el secreto de esa grave enfermedad que padecía, y que bajo tortuosos rituales trataba de mantener a raya a su otro yo, una de las cosas que primero hizo fue abdicar del puesto de Patriarca para no dejarse tentar más del poder, y decidió ocupar su templo de géminis y seguir con una vida lo más reposada y pausada que pudiera llevar, aun entrenaba a los aprendices en el Santuario y seguía siendo un caballero, cedió su puesto de Patriarca a Mu de Aries.
Así que ahora pasaba sus días, entre el sol y la arena del coliseo recibiendo nuevos aprendices, y en realidad esta nueva vida estaba comenzando a gustarle bastante.
…
Entre tanto en el recinto de las Amazonas llegaban nuevas aspirantes a ser guerreras, y Shaina estaba agrupándolas y asignándolas con cada una de sus compañeras: Geist, Marín y Junet.
De todos los rincones del planeta llegaban muchachos que prometían bastante pero pocos ganaban el privilegio —si así podría decirse— de ser llamados santos de Athena
Milo de escorpio siempre aprovechaba para escabullirse en el recinto de las Amazonas para espiar a la mujer que llevaba rato robándole el sueño, Shaina.
Un día mientras ella, tomaba un descanso del entrenamiento, él la vio por primera vez quedando prendado de su belleza, además que ella era una del Amazonas más poderoso de Athena y las más temibles.
En cuanto sentía la presencia del escorpión en el recinto de las Amazonas la joven siempre se alteraba, ya que no soportaba que siempre estuviera espiándola.
—¡Milo! Pero cuantas veces he de decirte que aquí no puedes estar! , Ya de por si tengo que soportar a las debiluchas estas y tu vienes a espiar ya me estoy cansando de ti— vociferó
Milo solo le regalaba una hermosa sonrisa, y no era tan tonto como para no darse cuenta que Shaina se sentía muy atraída a él.
Sin embargo ella temía volver a enamorarse pues su primera experiencia con Seiya de Pegaso no fue nada grata.
—Está bien Shaina, no te enojes conmigo si? Siempre vengo a ver si aceptas finalmente ir a mi templo y pasar un buen rato… a ver si dejas tanta rabia, yo soy experto en hacer pasar un buen rato a mujeres como tú— le responde Milo de Escorpión de una forma jocosa
Shaina de Ofiuco, se sentía avergonzada delante de sus aprendices, en realidad no le gustaba mostrar debilidad en lo más absoluto.
—Maldito seas, y quien te dijo que te necesitaba a ti… ¡Déjame de una buena vez!—
Las aprendices miraban esta escena divertidas, y no podían evitar sonrojarse al ver al Dorado de escorpión, un hombre que derrochaba sensualidad.
Una de ellas de nombre Jeruza, acababa de llegar al recinto para ser entrenada por Junet de Camaleón, ella, haría labores como utilería y se dedicaría a cultivar el huerto, así como la elaboración de esencias, perfumes y demás pócimas, además de algunas labores domésticas en el templo sagrado, eso era parte del entrenamiento de las guerreras.
Jeruza era un poco torpe, de personalidad graciosa, inocente que rayaba en lo infantil, con un gran corazón, aunque detrás del frio metal de su máscara esos detalles de su personalidad no podían percibirse.
En cuanto vio al dorado de Escorpión, trato de pasarle por delante al menos para que observara su bonita figura, sin embargo tan distraída estaba que resbalo y cayó al suelo, delante del caballero,
— ¡Qué vergüenza señor!— Exclamo Jeruza
—No te preocupes, tranquila, te ayudo…— le hablo tiernamente Milo, mientras tomaba su manecita y la ayudo a levantarse.
Algo que irritaba a la Saint de Ofiuco era que sus aprendices se distrajeran con la presencia de los dorados en el Santuario, más de una siempre se derretía por ellos, y eso hacía que más de una se desviara de su objetivo.
— ¡TU! Debilucha, ¡nada puedes hacer bien! ¡Por qué no vas y te ocupas de tus labores! ¡Ya vas a colmar mi paciencia!— Grito furiosa Shaina,
Jeruza corrió despavorida de allí, con una sonrisita en sus labios, mientras corría volvió a ver a Milo y otra vez cayo.
Junet se aproximó a su pupila a recogerla del suelo, mientras la joven aun tenía cara de mensa.
— ¡oye maestra! si ve como me miro… esos zafiros, como se clavaban en mi persona, hasta olvide que acabo de hacer el oso más grande de la historia al caerme, ¿tu qué crees? Existe alguna posibilidad entre él y…—
— ¡NINGUNA!— le corta Junet —y es mejor jovencita que te vayas alejando de lo que no te pertenece, y más bien vámonos a hacer los deberes, ¡pero ya!—Así desaparecieron ambas jóvenes de aquel lugar.
— ¡Tienes que estar coqueteando con las aprendices aquí! ¡Ves lo que causas! ¡Por qué no te largas de una buena vez!—Vociferó la Cobra, haciéndole señas a Milo para que se fuera de una buena vez.
—Siempre eres así de dura con tus pobres aprendices, solo le ayude a esa graciosa nena a levantarse, no estaba coqueteando con ella, ¡por favor!— le dijo Milo, sonriéndole como solo él sabía hacerlo, tomándola del mentón con los nudillos — Entre tú y ella hay muchísima diferencia es como comparar a un poni con un hermoso Pegaso, además muero por ver tu rostro enojado detrás de ese pedazo de metal, preciosa… —le hablo Milo muy cerquita al rostro como escudriñando su mirada.
Shaina se puso muy nerviosa… pues no se sentía lo suficientemente fuerte como para sustraerse al encarto arrollador de Milo.
—ya…¡vete!— replico.
…
Después de culminada la batalla de las doce casas, en Oriente, Saori Kido y Tatsumi vuelven a ponerse frente a los asuntos de la Fundación, Saori tenía algunos exámenes pendientes en el instituto, estaba finiquitando todo para volver a Grecia, a vivir en los aposentos de Athena en el Santuario.
Era un poco extraño saber que su vida había dado un cambio tan inesperado desde que supo que era la reencarnación de Athena, era demasiado difícil de asimilar para alguien tan joven de apenas 17 años de edad.
Sin embargo, seria Mu de Aries quien la encaminaría en este nuevo papel, y con eso en mente, la joven Partió a Grecia para posicionarse oficialmente como la regente del Santuario, dejaría en Japón a Saori Kido y todo lo que había conocido hasta ahora.
Saori Kido pronto emprenderá a esa tierra mágica que llaman santuario, ¿que sorpresas hallara en su camino?
…
NDA
Para esta plataforma he decidido reeditar este fic, que tanto amo, agregando nuevos detalles.
Cada semana habrá actualización, si te gusto agradecería mucho que sigas esta historia y una reseña para saber tu opinión, esto es para ustedes.
