Hola~~ Heme aquí~ Sé que he estado desaparecida desde hace mucho tiempo... Y que debo muchos fics, pero la escuela y el trabajo me tienen algo ocupada, además de que la inspiración viene y va... Este fic es diferente... Está completo, sólo falta editarlo y subirlo, pero lo subiré por partes porque es muy largo y cuesta trabajo editar un archivo de Word de 15 hojas xD
Este fic fue hecho junto a Peque Saltamontes, una gran amiga y una fantástica persona. Se lo prometí hace tiempo y apenas lo estoy pagando... Siento que no tengo ni el perdón de Gilbert... Oh en fin... A mal paso darle prisa xD Espero que lo disfruten~
Advertencia: Malas palabras por parte de Lovi, por ahora es la única advertencia... En el futuro... LEMON~ -w-
Parejas: Spamano~
Disclaimer: Hetalia le pertenece a Hidekaz Himaruya, el fanfic fue total y completamente hecho por Peque Saltamontes y por mí~ :3
Una mañana soleada, un barco estaba a punto de zarpar de un puerto de España con rumbo a Portugal. No muy lejos de ahí, un chico italiano que aparentaba no más de 17 años trataba de abordar a como diera lugar, aun sabiendo que arriesgaría su propia vida, pero no perdía nada intentándolo. Caminó con paso decidido hacia el barco, cuando de repente se topó con un hombre alto, castaño y de ojos color verde esmeralda justo a unos cuantos metros de llegar al barco. El era el capitán del navío, Antonio Fernández Carriedo, uno de los piratas más temidos del mundo. Este le sonrió indicándole que lo siguiera, dirigiéndose al barco. Dejó al italiano en la cubierta, luego regresó con algo de ropa y se la puso al menor.
—Incredibile... ¿A qué se debe que el capitán Carriedo está siendo tan amable como para dejar entrar a un chico como yo en su barco, e incluso darle todas estas ropas finas?— preguntó el chico sonriendo por primera vez en mucho tiempo pero frunciendo el ceño rapidamente.
—Pues... Me pareces alguien excelente para entrar en esta tripulación...—contestó el español sonriéndole amablemente como no lo hacía con nadie —Además eres el único que se ve competente y al que parece puedo darle mi confianza— dijo aunque no era del todo cierto, pues el ibérico no confiaba fácilmente en cualquier persona.
—Jeje... Exacto— asintió el muchacho riendo nerviosamente, apartando la vista y murmurando por lo bajo— Espera a que me des un trapeador, y verás lo "competente" que soy... —susurro esperando que el español no lo escuchara pero ocurrio todo lo contrario
—Tu primer trabajo será trapear la cubierta— espetó el mayor despues de escuchar al italiano, señalando un balde de agua y un trapeador. El menor tragó saliva y tomo el balde junto con el trapeador.
—Inteso, capitano— masculla, alejándose hasta quedar fuera de su vista. Mira el balde y el trapeador, y suspira: no es que fuese "malo" trapeando..., pero estaba convencido de que el karma le perseguía cuando intentaba hacer algo para ayudar—Non farmi del male, Karma... Non ora... —tomó el trapeador, y empezó a limpiar con cuidado, tratando de no golpear a nadie, ni echar nada, ni causar ningún accidente. Y puede hacerlo. Durante 5 minutos, hasta que uno de los hombres de la tripulación tropieza -por estupidez propia- y termina tendido de espaldas sobre el suelo— Dio, abbi pietà di me... — lanzó un suspiro preparándose para lo que venía
Antonio había ido a su camarote después de enviar al menor a hacer aquel insignificante trabajo. Lo miró desde lejos, y luego se encaminó de nuevo a su camarote, hasta que escuchó a uno de sus tripulantes gritar, seguido del italiano.
— ¡EY, YO NO TENGO LA CULPA SI VIENES Y TE TROPIEZAS, BASTARDO!— gritaba el italiano, olvidando su miedo y jugándole en contra su carácter— E non parlare in quella lingua strana che io non capisco, cazzo!
— ¡Basta de tanto jaleo!— gritó el español, parándose con pose amenazante junto al italiano, clavando su mirada en el mismo.
— Sì, signore... — dice el italiano, guardando silencio, atemorizado, firme, y mirando al frente para evitar la mirada del español.
Lo único que el ibérico hizo fue lanzarle una mirada por demás asesina al marinero, asustándolo y quedándose solo con el italiano, para luego comenzar a rodearlo, como si estuviese analizándolo.
— Vaya... Eres bastante... Como decirlo... Interesante... — dijo el mayor, rodeando al italiano
— Vi sbagliate, signore... Usted se equivoca...— murmura el menor, con un claro gesto de miedo en el rostro— L'interessante è il mio fratello... — una súbita tristeza lo invade al recordar a su hermano, pues siempre había sido esa la causa de su tristeza, mas niega con la cabeza rápidamente, recomponiéndose, y mirando al pirata— Prometo no causar problemas. Por favor, no me eche..., ni me mate — añadió rápidamente— Per favore...
— ¡Me caes bien niño!-dijo el mayor, soltando una leve risa— Tú tranquilo... Nada te pasará mientras estés en este barco...Además me gustó la manera en que te enfrentaste a ese tonto... — espetó con una sonrisa ladina, mientras el italiano se estremecía por el toque de alguien a quien consideraba peligroso... y bipolar según podía notar
— Ah... G-grazie... Y... disculpe... -se separó algo brusco— No me gusta que me toquen...Volveré al trabajo...- dicho y hecho, volvió a trabajar, tratando de alejarse lo más posible del mayor
— Llámame Antonio... — le sonrió, cruzando los brazos y caminando hacia su camarote, pero se detiene un momento, para mirar al menor— ¿Cuál es tu nombre? Si vas a quedarte, debo al menos saberlo... — espetó—
— Ah... D'accordo... Antonio— dice con esfuerzo— Mi chiamo Lovino Vargas. Y ahora sí me voy, scusi~~— en cuanto terminó de hablar, huyó rápidamente, alejándose del español, que sólo suelta una pequeña risa, caminando a su camarote.
— Que pequeño tan curioso... Lovino... Creo que llegaremos a ser buenos amigos...— se dijo a sí mismo, una vez dentro de su habitación.
— Y no puedo dejar que me echen...— suspira, lo suficientemente lejos ya: La escena con el español lo había asustado en serio— Fratello mio... Te encontraré...— murmura, mirando hacia el mar e inevitablemente pensando en su hermano. El español mientras tanto, se sentó detrás de su escritorio, con los pies sobre la mesa y en su mano derecha sosteniendo una copa de vino, mirando a través de las grandes ventanas de su camarote, que daban una vista completa al océano.
— Hmm... Me parece que ese chico esta buscando algo mas en este barco...— murmura para sí mismo, desviando luego la mirada a un costado, topándose con su arma: Un hacha enorme a la que llamaba Lola.— No puedo esperar a nuestro encuentro, Cejotas...— dicho esto, una sonrisa algo siniestra se formó en sus labios, dando paso a la copa rompiéndose entre sus dedos.
God! Sé que debo muchos fics! Lo siento! Lo siento! No tengo perdón de Gilbert! ;w; No me odien, bitte! Prometo actualizar pronto... En cuanto encuentre tiempo, actualizaré sin falta :D Se los prometo~ Este es el primer fic que estoy comenzando a pagar... Me faltan mucho todavía... Pero tranquilos! En cuanto encuentre tiempo e inspiración, seguiré con los demás~ La inspiración la tengo... El tiempo me falta T^T
