Disclaimer: Demashitaa! PowerPuff Girls Z no me pertenecen.
Advertencias: Esta historia fue escrita dentro de mi recién creado universo, donde los chicos tienen una identidad secreta y vivieron en comunidad con los villanos de la ciudad –leer mi fic, Demashitaa: No Hai- . Aquí pondré las especificaciones para que sea más fácil entender y así no será necesario leer el otro (Léanlo, léanlo, no les quita nada xD… y dejen reviews jii)
Mascota
Butch estaba irritado. Muy irritado, a él ni si quiera le gustaban los animales –Sus hermanos entraban en la categoría, por cierto. –. Había tenido suficiente en el edificio, con el insecto parlante rosa –Fuzzy –y su socio-madre Mojo jojo, como para ahora soportar a otro.
Se detuvo a mitad de la calle, escuchando los jadeos incesantes del animal y sus pequeñas pisadas detrás de él.
-No me sigas. –Gruñó al perro –Como psicópata, ahora le hablaba a los animales, claro. – y siguió con su camino.
Cruzó la calle rápidamente para ver si así el animal lo perdía de vista, y al llegar al otro lado se giró de nuevo para enfocar la mirada en el animal que seguía detrás de él. El perro lo miraba con sus ojitos brillantes. Hasta parecía que le sonreía –Sí, patético. –Y su lengua soltaba mucha saliva. Asquerosamente adorable.
El animalillo se acercó y olió su zapato, para comenzar a lamerlo con desesperación. Butch exasperó y siguió caminando soltando un bufido.
Con un demonio, aun no cabía en si, ni entendía porque el perro se había ofuscado en seguirlo. No le había hablado, no le había dado ni comida, ni agua y tampoco era como si el fuera el ser más simpático y adorable del mundo. Pero ahí estaba, un cachorro alegre oliéndole los pies, después de un arduo entrenamiento de futbol y siguiéndole con la cola moviéndose de lado a lado.
Se detuvo a observarlo. Mirada juguetona, lengua afuera, y con el pelaje sucio y enmarañado. Aun así no tenía más de unos pocos meses, apenas y era una pulga para él.
El chico siguió caminando con el animalillo pisándole los talones.
Una vez llegar al departamento donde estaba con sus hermanos, escuchó la televisión encendida y las voces de sus hermanos peleándose por el control remoto. Lo saludaron sin molestarse en mirar, aun dándose tirones entre ellos. Boomer fue el primero en notar la presencia extra.
-¿Trajiste a un perro? –Cuestionó con la ceja alzada. Brick se giró como poseído por el demonio.
-¿Tú? ¿Perro? ¡La primera regla que puse tras salir del edificio fue que no habría mascotas! –Lo apuntó acusadoramente. Boomer asintió, dándole la razón a su hermano mayor. El verde se cruzó de brazos.
-El me siguió. –Se excusó. La risa de sus hermanos inundó el lugar.
-¿Te siguió? ¿A ti? Estúpido, no eres la persona más alegre del planeta, ¿Sabes? –Dijo Brick sonriente. Pero luego cambió su semblante. –Pero como sea, Butch, saca a ese saco pulgoso de aquí antes de que decida cocinarlo y comerlo en la cena.
Boomer sonrió, ignorando el comentario del de gorra.
-¿Qué hiciste para que te siguiera?
Como si fuera obvio, el frunció el ceño.
-Nada, el me siguió, no he hecho nada.
El perro se acostó sobre los pies del pelinegro cansado y jadeante, aun así, lamió su pierna. Después, dirigió su hiperactiva mirada a Brick –que le miraba como si fuera la peste negra. –y caminó con la cola agitándose furiosamente. Su lengua se movía de lado a lado, soltando saliva en el proceso. Brick comenzó a hiperventilar.
-Butch, aleja al maldito perro si no quieres que le pateé su gordo y peludo trasero.
-¿Y yo porque?!
-¡Porque tú lo trajiste!
El perro se tiró a los pies del pelirrojo, olisqueando sus zapatos amigablemente y limpiándolos con su húmeda lengua.
-Creo que le has caído bien. –Aseguró el rubio. El rojo le restó importancia, haciendo aún lado al animal con su pie, con repugnancia.
Los tres hermanos se miraron entre si. Boomer sonriente, Butch expectante y Brick enfurruñado. Si no tenían mascotas era porque el muy amargado de Brick no había querido animales –Ni hormigas había en esa casa. – y por más que Boomer y Butch habían insistido él se había negado.
Pero el perro había seguido a Butch y era un cachorro. –Aunque no sabían porque, el chico no era Don simpatía, admitámoslo. –Y seguramente alguna familia lo había abandonado, a juzgar por su poca edad y su apariencia. Pero a Brick al parecer no le importaba. Probablmente a nadie ahí más que a Boomer.
Boomer miró a su hermano mayor sonriente.
-¿No lo quedamos, Brick? –Se atrevió a preguntar.
El verde miró al mayor, esperando su respuesta. Viendo que este no respondía, habló.
-Yo quiero al chucho. –Aceptó Butch. El rubio sonrió complacido.
-Si no lo quedamos tenemos que comprometernos a sacarlo y darle de comer, que no es solo un juguete. –El verde rodo los ojos.
-Tú y tus cosas de niñas, pero si con eso nos lo quedamos…
-No nos lo vamos a quedar. –Negó Brick, mirando a sus dos hermanos.
-¿Qué? ¡No seas idiota, Brick! –Reclamó el verde a su hermano menor.
-Hmp, no quiero animales. Tenemos de sobre con Boomer. –Le dijo sonriente.
-¡Oye!– Espetó Boomer acercándose a su hermano para armar bronca como de costumbre, pero el perrillo se levanto de los pies de Brick y se interpuso entre ellos, comenzando a ladrarle, en defensa del rojo.
Boomer lo miró con indiferencia - entiéndase que es un cachorro que apenas puede con su propio cuerpo. No le daría miedo ni a una mosca. Pero eso él no lo sabe.-
-Creo que te odia, Boomer. –Rio el pelinegro, fascinado. –Me cae bien.
-Silencio, perro. –Regañó Brick. El perro se detuvo, le movió la cola y le lamió la pierna de nuevo para volver a su posición normal, esta vez delante de él, preparado para defenderlo.
El pelirrojo miró a su hermano menor que miraba al animalillo casi con burla.
-Se queda.
Boomer –aunque al parecer no le simpatizaba al animalito – celebró trepándose sobre Butch, que rápidamente lo tiró al suelo.
-¿Oíste eso perrito?, ¡El amargado de…
El perrito se paró de nuevo, ladrando y evitando que se acercara Brick, que sonrió complacido.
Butch y Brick compartieron una mirada burlesca y divertida. Hicieron un montòn de bullas a su hermano –que fueron apoyadas por el can. –hasta que el chico comenzó a parlotear sobre los cuidados del animal.
Brick observó a Boomer enumerar las cosas que se necesitarían para el nuevo inquilino de la casa, olvidando una vez más que al parecer le odiaba y volvió a dirigir su mirada al cachorro, sentado a su lado, esperando que él se moviera. Y demonios, quizás no era tan malo tener una mascota -al menos esta no era un Mono parlante o in insecto peludo con un nombre cliché –Por Dios, el nombre era idiota. – que lo odiaba. Esa era un perro que sin conocerlo de nada ya peleaba a Boomer. Y si peleaba a Boomer no podía ser tan malo.-
Hola ^^
¿Se los imaginan con mascota? Sería muy gracioso, ¿No? Pues ahora la tienen. En realidad, chic s, este fic ya había sido publicado hace un millón de años, pero lo releí y me di cuenta que no tenía sentido. Lo edité y creo que ahora es más creíble, que el que no quiera animales sea el rudo líder de los tres RowdyRuff, ¿No?
Espero haya sido de su agrado este pequeño One-shot.
Sin, más, me despido. ¡Besos embarrados de Nutella para todos!
Miss Nuella.
