*Esto lo hago con el permiso de Shara Raizel, la autora original*

Capitulo 1: Un día para recordar.

¡Takuya!

¡Déjame ir Koji!

¡Takuya, ya basta!

¡Te dije que me dejes ir! ¡Shinya!

—… ¡Nii-san!

¡Shinyaaaa...!

Davis Motomiya se sentó de golpe en su cama mientras colocaba una mano sobre su boca para amortiguar el sollozo que fue arrancado de su garganta. Miro la mesa para asegurarse que no había despertado a su compañero Digimon, DemiVeemon, que se había quedado dormido en su cama improvisada.

—No he tenido ese sueño desde hace tiempo—murmuró pasándose una mano por su cabello castaño rojizo.

Se acomodó en su cama y arrastro la cómoda para abrir el primer cajón donde guardaba sus calcetines y ropa interior. Era el lugar ideal para esconder cosas donde él no quería que alguien las encontrara. Y en caso de que alguien fuera lo suficientemente valiente como para abrirla, como su madre o su hermana Jun, había un compartimiento oculto en la parte superior que se había formado hace años. Dentro habían tres elementos antiguos que resguardaba con aprecio: un par de gafas agrietadas, un sombrero chamuscado verde oliva y un antiguo modelo de Digivice llamado D-Tector. El tomo el dispositivo y luego observo su D3 que había dejado sobre el escritorio. Después de esta vieja pesadilla y ver los recuerdos casi olvidados de aquellos días que habían desaparecido en el tiempo, se inclino y los guardo detrás de su cama, cerró los ojos, y se dejo llevar por los recuerdos que no le pertenecían, sabiendo que era inútil detenerlos aunque lo intentara.

¿Takuya?

—…—

¡Nii-san!

¿Hmm?

¡Despierta!

Cinco minutos más, Shinse quejó.

NoreplicóMamá dice que es hora de levantarse. ¡Vas a llegar tarde!

Takuya se quejo de nuevo cuando abrió los ojos. Su hermano pequeño, Shinya Kanbara, se movía sobre el tan cerca que su nariz casi rozaba la de Takuya. Este sonrió de repente, mientras rápidamente tomaba al niño desprevenido en una llave de cabeza decente.

¡Ay! Takuya-nii. ¡Deja de hacer eso! ¡Me duele! Lloró Shinya ¡Mamá! ¡Mamaa!

Chismosorió Takuya, empujando a su hermano pequeño a distancia.

¿Qué pasa Shinya? la voz de su madre hizo eco por el pasillo.

¡Takuya estaba haciéndome una llave de nuevo! se quejo Shinya.

Takuyala voz de su madre indicaba que estaba molesta.

El estaba invadiendo mi espacio personalsuspiró Takuya.

Se agradable con tu hermanogritó su madreHoy es su cumpleaños.

Sí, sibostezó Takuya.

Shinya rio.

Chico—gruño Takuya— ¿Por fin creciste?

¡Bleh! —escupió Shinya, sacando la lengua.

¡Eres un—Grito Takuya persiguiendo a Shinya fuera de su habitación.

— ¿Davis? —una voz irrumpió el sueño.

Davis se quejo antes de hablar.

— ¿Qué pasa? —se quejo.

—Es hora de despertar—la voz-DemiVeemon-le dijo.

Cuando abrió los ojos, Davis encontró al pequeño sentado en su estomago y fue solo entonces cuando pudo escuchar su alarma a un lado. Se estiro y la apago.

Su compañero saltó fuera de él para que pudiera levantarse y prepararse para el día. Davis volvió a bostezar y mientras se vestía pensó en aquel sueño- recuerdo – que acababa de tener. Había pasado un tiempo desde que había visto las memorias de Takuya Kanbara en sus sueños. Generalmente estaban encerrados en su subconsciente.

Trató de pensar que había visto ahora, pero antes de que pudiera encontrar una razón su hermana, Jun, irrumpió en su habitación. DemiVeemon fue rápido para congelarse y asumir su papel como animal de peluche.

—Davis—frunció el ceño—Levántate de una vez. Mamá ya puso el desayuno sobre la mesa.

—Bien, como quieras—gruño Davis— ¡Sal Jun! ¡Me estoy vistiendo aquí!

Jun puso los ojos antes de salir. DemiVeemon se desplomo logrando una risa de Davis. El pequeño odiaba quedarse quieto aunque sea por un par de minutos.

Davis termino de vestirse rápidamente y comenzó a alistar su bolso para la escuela haciendo un pequeño rincón donde DemiVeemon pudiera descansar. Una vez listo, se precipito de su habitación para poder comer. Ya estaba llegando tarde.

—Buenos días mamá—jadeo mientras se dejo caer en la silla y comenzó a comer rápidamente.

—Buenos días dulzura—su madre sonrió—Vas a llegar tarde de nuevo.

—Lo sé—se quejo Davis entre bocados.

Cuando levanto la vista, vio que Jun estaba lista para salir, pero todavía estaba en la puerta. Se trago lo último de comida y se precipito nuevamente a ponerse los zapatos.

—Davis—dijo Jun en voz baja, en cuanto se acerco.

— ¿Qué? —gruño Davis tirando de los cordones de los zapatos.

—Hoy es el aniversario—dijo ella subiendo un poco la voz.

Davis se detuvo con el otro zapato. Eso explicaba sus recuerdos oníricos de aquella noche.

—Oh, sí—murmuró deslizando rápidamente el otro zapato.

—Se que eras pequeño cuando sucedió—ella suspiro—pero… ¿Todavía quieres ir? No tienes que-

—Por supuesto que voy—respondió rápidamente— ¿Nos vemos después de la escuela?

—Claro—sonrió—No puedo creer que han pasado ocho años.

Davis asintió en silencio antes de abrir la puerta.

—Hasta luego entonces—sonrió tristemente antes de correr.

Cuando estaba a mitad de camino a la escuela, DemiVeemon asomo la cabeza fuera de la mochila de Davis.

— ¿Qué fue todo eso? —Preguntó—Es la primera vez que escucho que no peleas con Jun en la mañana.

—Es el único día en que podemos comportarnos entre nosotros—declaró Davis como si fuera obvio.

— ¿Qué tiene de especial hoy? —preguntó el pequeño Digimon.

—Es un día en que dejamos de lado nuestras diferencias—suspiro Davis— ¿Olvídalo si? Voy a ver si Ken puede cuidarte después de la escuela ¿está bien? No quiero que Jun te descubra. Vamos estar fuera toda la tarde.

—Está bien—suspiro DemiVeemon. El sabía cuando su compañero no quería hablar sobre algo, pero eso no le impediría preguntar sobre ello más tarde.

Apenas habían llegado a la escuela a tiempo y después de una breve mirada a la sala de computación para dejar a DemiVeemon con los digimons de los otros niños elegidos, Davis corrió a clases justo cuando toco el timbre.

—Llego justo a tiempo Señor Motomiya—suspiro su profesor.

—Sí, lo siento—Sonrió Davis tomando el asiento vacío junto a su mejor amigo, el niño elegido de la Bondad y el estudiante transferido más reciente, Ken Ichijouji.

—Muy a tiempo—susurró Ken— ¿Qué estuviste haciendo?

—Me dormí tarde—suspiro Davis.

—No es sorpresa—la voz de un niño rió detrás de ellos.

Davis no tenía la necesidad de darse la vuelta para saber que se trataba de TK Takaishi, el Niño Elegido de la Esperanza.

—Ah, cállate TP—gruño Davis.

—Es TK—suspiro una niña.

Esta ver estaba hablando la Niña elegida de la Luz, Kari Kamiya. Davis había tenido un flechazo con Kari durante años, pero en los últimos diez meses había aprendido que a ella le gustaba TK y viceversa. Deseaba que se junten rápido para qué se movieran más naturalmente. TK y Kari se conocían desde que se habían convertido en miembros del grupo original de niños elegidos hace 4 años.

¿Niños elegidos originales? Sí, claro—burlo una voz dentro de la cabeza de Davis.

Davis suspiró, tratando de ocultar su sonrisa. El esperó un poco para ver si tenía algo más que decir, pero no oyó nada. El sabía que no era una buena cosa ser capar de escuchar cosas que solo él podía oír, pero esta no era una voz común. Tenía una propia conciencia y propios sentimientos, incluso recuerdos y sentimientos. No estaba seguro si el ya había aceptado su presencia, pero habitado con él durante los ocho años transcurridos desde el accidente.

A la sola idea del accidente, él y la "voz" se deprimieron.

— ¿Davis? —Ken le dio un codazo— ¿Te sientes bien? No te ves muy bien...

Davis parpadeo, sacando fuera su corta depresión. El sonrió y se rió en voz baja.

—Creo que tuve menos horas de sueño de las que pensé—sonrió.

Ken rió suavemente antes de volver su atención al profesor. Escucho como TK y Kari suspiraban, pero los ignoro. El día parecía no querer acabar nunca, pero al final de la última clase Davis recordó que debía juntarse con Jun y no le había pedido a Ken que cuidara a DemiVeemon por él todavía.

Cuando estaban en sus taquillas en el pasillo, Davis encontró la oportunidad.

—Oye Ken, ¿Crees que puedas encargarte de DemiVeemon por mi hasta mañana? —preguntó—No puedo tenerlo en casa esta tarde.

—Por supuesto—sonrió é—No importa. A mi madre le encanta cuando viene de visita, al igual que a Wormmon.

—Espera—TK frunció el ceño—Íbamos a ir al Mundo Digital hoy.

—Oh, sí—dijo Davis—Lo siento, pero tengo otros planes.

— ¿Cómo cuales? —preguntó Kari curiosa.

Davis estuvo tentado a decirles, pero se salvo de responder cuando Tai Kamiya y Matt Ishida aparecieron junto a Izzi Izumi y Sora Takenouchi. Estos cuatro también eran miembros de los "originales" ocho niños elegidos. Tai era el hermano mayor de Kari y Matt era el de TK. Los padres de Matt y TK se habían divorciado, por eso los diferentes apellidos. Los únicos que faltaban eran Mimi Tachikawa y Joe Kido. Pero esto no era una sorpresa. Joe estaba actualmente en su primer año en la universidad y Mimi había estado viviendo en Nueva York durante los últimos cuatro años.

—Oye Davis—Sonrió Tai, luego frunció el ceño— ¿Sabías que Jun te está esperando afuera?

—Si—suspiro él—Lo siento chicos, pero de verdad tengo que irme. Gracias de nuevo por cuidar de DemiVeemon por mi hoy Ken.

Todos observaron cuando corrió por el pasillo y luego se trasladaron a la ventana para verlo encontrarse con Jun. Se sorprendieron mucho cuando estos se dieron un abrazo antes de irse.

— ¿Alguna vez vieron que se llevaran tan bien? —le preguntó Matt a su hermano mientras caminaban a la Sala de Computadoras.

— ¿Quiénes se llevan bien? —una voz suave preguntó por delante de ellos.

Era el más joven de la actual generación de elegidos, Cody Hida, que estaba parado en la entrada de la sala de computadoras. Una chica de cabello lavanda que llevaba grandes gafas redondas estaba de pie justo detrás de él. Esta chica era Yolei Inoue, la chica más reciente en el grupo de niños elegidos.

—Davis y Jun—respondió Izzi—Esos dos acaban de irse juntos.

— ¿Qué? —Exclamo Yolei sorprendida.

—Davis dijo que hoy era un día especial donde podían actuar civilizadamente entre ellos—DemiVeemon elevo la voz—Parece que es algún tipo de aniversario para ellos. Pero no me dijo sobre qué.

—Me parece extraño que Davis incluso conozca el significado de esa palabra. Por otra parte, el estaba actuando raro esta mañana—suspiro Ken.

— ¿Sabes lo que eso significa? —Sonrió Yolei.

— ¿Qué? —preguntó el niño de la bondad, pero por el aspecto de los demás, supuso que ellos ya lo sabían.

— ¡Los seguimos por supuesto! —declaro ella con un brillo maligno en los ojos.

Después de unos minutos rastreando a Jun y a Davis con la señal del Digivice de este último. Tuvieron mucho cuidado de quedarse fuera de la visión de los hermanos cuando estos pasaron por la ciudad hasta una tienda de flores. Davis se llevo un par antes de dirigirse a la Estación de Trenes donde tomaron uno que los llevo a Shibuya hasta un cementerio especial a un par de cuadras de la estación. El grupo se detuvo para leer la placa en la entrada por un momento.

Estaba allí para los transeúntes y los turistas que no sabían que ese lugar era donde descansaban la mayoría de las víctimas del terrible accidente. Este accidente en cuestión fue cuando la mitad de la antigua estación de tren de Shibuya se derrumbó por razones desconocidas. Cientos de personas fallecieron ese día y algunos todavía permanecían sin identificar. Algunos de los elegidos más antiguos habían escuchado de ello hace años, pero fue Tai el que leyó la placa para todos, y también fue el que se dio cuenta que el accidente había pasado hace exactamente 8 años aquel día.

—Oh, wow—suspiro Sora—Este viaje se vuelve cada vez más deprimente.

—¿Por quién creen que están aquí? —preguntó Kari.

—Vamos a ver—contestó Yolei, entrando al cementerio antes de que pudieran perder de vista a Davis. Por suerte para ellos, el cementerio tenía muchos visitantes ese día por lo que esos dos no se dieron cuenta que los seguían. Los hermanos Motomiya caminaron por el cementerio con mucha facilidad, diciéndole a sus seguidos que habían hecho este viaje muchas veces antes. Davis y Jun finalmente se detuvieron en algún lugar del centro del cementerio donde había dos tumbas. Jun coloco un ramo de flores en cada uno, los elegidos estaban demasiado lejos para oír lo que estaban diciendo, pero unos minutos más tarde Jun y Davis se alejaron hacía otras cuatro tumbas donde dejaron los ramos que traía Davis. Se quedaron mucho más tiempo frente a estas cuatro placas, pero después de unos minutos se fueron.

Curiosos, los niños elegidos se acercaron despacio a las tumbas. El primer par pertenecía a una pareja casada, Daisuke y Jackie Kanbara. Las placas decían "unos padres amorosos" pero al parecer no había tumbas de niños cerca, lo que significaba que sus hijos estaban bien o no estuvieron en el accidente, o habían sido afortunados al sobrevivir. Las otras cuatro tumbas que Jun y Davis habían visitado pertenecían a una familia de cuatro personas con el mismo apellido que la pareja.

Aquí yacían Hiroaki y Yuriko Kanbara, junto a sus hijos, Takuya y Shinya.

—Me pregunto quienes eran para Davis y Jun—reflexiono Kari.

—Bueno, es suficiente—dijo Sora—Es un asunto privado. Y no voy a forzar a Davis y a Jun en esto. Obviamente estas personas eran lo suficientemente importantes para ellos como para que visiten este cementerio en el aniversario del accidente juntos.

Matt y Tai asintieron.

—Si Davis quiere que lo sepamos, el nos dirá—señaló Izzi razonablemente— Sugiero que lo dejemos solo.

—Supongo—suspiró Yolei, sosteniendo cerca al Digimon pájaro de color rosa que era su pareja, Poromon.

Sora se fue rápidamente de la escena con Matt siguiéndola, y Tai rápidamente siguió su ejemplo. Izzi también se fue junto con Ken, quien tenía a Wormmon y DemiVeemon para cuidar. Los únicos que se quedaron fueron Yolei, Cody, TK y Kari. Estos cuatro se quedaron durante unos minutos tratando de averiguar porque Davis y Jun los visitarían.

—Tal vez eran parientes por parte de su madre—supuso TK.

—Eso creo—suspiro Yolei.

—Disculpa—dijo la voz de una chica.

Todos se volvieron para ver a una chica rubia de más o menos su misma edad que sostenía dos ramos de flores. Ella estaba a la cabeza de un grupo de cuatro chicos.

—Lo siento—se disculpo Yolei— ¿Estamos interponiéndonos?

—Un poco—sonrió la chica.

Ella dio una vista a las tumbas y su sonrisa se volvió triste.

— ¿Ustedes conocían a la familia Kanbara? —preguntó ella.

— ¿Eh? —parpadeó Yolei.

—No, no los conocíamos—Kari sacudió la cabeza— Vinimos aquí porque un amigo nuestro lo hizo.

— ¿Enserio? —dudo uno de los chicos. El no parecía muy convencido. Tenía los ojos azul oscuro y el cabello largo de color azul azabache amarrado en una coleta bajo un pañuelo. Junto a él, había un niño exactamente igual pero con el pelo más corto que le enmarcaba el rostro.

La chica le envió una mirada al chico del pañuelo antes de colocarse frente a Yolei y agacharse para poner uno de los dos ramos de flores en la tumba que pertenecía a Shinya Kanbara. Ella se puso de pie e hizo una pausa para ver al hermano del chico. Tenía una mirada triste y conflictiva.

—Solo hazlo, Zo—dijo otro de los chicos en voz baja—A él le gustaría.

Este era el más alto del grupo, tenía el cabello marrón en punta y ojos del mismo color.

La niña, Zo, alzó la vista sonrojándose ligeramente. Los otros chicos asintieron y ella colocó suavemente el ramo que le sobraba en la tumba de Takuya Kanbara.

—Parece que Davis y Junie ya han estado aquí—suspiró ella viendo el otro ramo.

— ¿Junie? —resopló TK.

— ¿Conocen a Davis?—preguntó Cody haciendo caso omiso a TK.

—Si—sonrió ella— ¿Por qué? ¿Lo conoces?

—Es un buen amigo nuestro—asintió Kari—Se acaba de ir con Jun hace un par de minutos.

— ¿De verdad? —Preguntó "Zo"— ¿Hacia dónde?

Kari señalo con el dedo hacia donde apenas se podían distinguir a Jun y a Davis desapareciendo entre la multitud.

—No se escapará esta vez—sonrió ella— ¡Vamos chicos!

Y se fue, sin dejarles otra opción a los chicos que seguirla.

—Lo siento—dijo el último niño, traía una boina de color naranja sobre el pelo castaño, este se inclino antes de seguir a sus amigos.

Cody se inclino de forma automática, pero los demás se quedaron de pie unos momentos antes de seguirlos.

— ¿Creen que sea una buena idea? —preguntó Cody, pero nadie le respondió.

Se detuvieron a una distancia prudente mientras observaban a la chica y sus amigos perseguir a Davis y Jun.

Davis se dio la vuelta, viéndose sorprendido pero una amplia sonrisa se extendió rápidamente por su rostro. La rubia lo tiro a un abrazo, él la abrazó también y rió. Cuando se separaron ella parecía estar regañándolo sobre algo, pero eso solo hizo que este sonriera más. Ninguno de los elegidos se atrevió a acercarse más para escuchar lo que estaban diciendo, pero se dieron cuenta de que la chica le dio un abrazo a Jun también.

El chico del pañuelo estaba sonriendo y choco los puños con Davis, eso les pareció extraño. Nunca habían visto a Davis hacerlo antes, pero eso no era la única cosa que había cambiado en Davis. Era como si estuvieran viendo a otra persona. La diferencia más notable era que Davis tenía las manos en los bolsillos y que estaba haciendo gestos con la cabeza en los hombros mientras hablaba. Todo su lenguaje corporal había cambiado.

TK, Kari, Yolei y Cody se miraron entre sí totalmente desconcertado. Cuando los vieron de nuevo, se fijaron que estaban saliendo del cementerio. Rápidamente corrieron para alcanzarlos pero cuando doblaron en la esquina, ya no estaban. Era como si hubieran desaparecido.

REBOBINAR 45 MINUTOS ATRÁS…

Después de dejar a sus amigos, Davis salió por la puerta principal y vio a Jun esperando por él. A medida que se acercaba a ella, no podía evitar sentirse deprimido de nuevo una vez que recordaba el porqué de ese día. No supo porqué, pero el abrazo a Jun cuando llego a su lado. Ella no protesto como lo haría normalmente, y en su lugar, eligió abrazarlo también.

En silencio, los dos caminaron hasta una floristería que Jun visitaba a menudo. Uno de los amigos de Takuya, Koji Minamoto se lo había mostrado cuando era más joven. Cada vez que necesitaban flores se detenían en esta tienda, Davis creía que era una especia de costumbre. Pero como un niño, no quería que lo vieran dentro de la tienda.

Pero cuando su Digivice sonó y él le echó un vistazo su mirada se volvió un poco enojada. Estaba recibiendo señales de otros Digivice cerca de su posición. No le gustaba para nada que sus amigos le siguieran, pero Davis se dio cuenta de que ellos no sabían que él había notado que lo seguían, por lo que él se mantuvo tranquilo y fingió estar inconsciente. Jun pronto regresó con 6 ramos de lirios idénticos, y le entregó dos a Davis para que la ayudara. Este los tomo sin problemas y caminaron hasta la estación de trenes, con la esperanza de que sus amigos dejaran de seguirlo allí.

No fue el caso. Los vio subirse al mismo tren que él y Jun por el rabillo del ojo. Estaba empezando a irritarse. Cuando llegaron a su estación y entraron al cementerio, Davis se rindió. Se dio cuenta que, incluso si veían las tumbas, no significaría nada para ellos. Tendrían que preguntarle y admitir que lo habían seguido, o le pedirían a Izzi que investigara las tumbas, pero Davis sabía que él no haría eso. Sería una invasión de privacidad e iría en contra de la propia moral de Izzi.

Cuando llegaron a su destino, Davis y Jun bajaron la mirada ante las tumbas. Ninguno de los niños elegidos lo sabía, pero Davis y Jun alguna vez habían sido Davis y Jun Kanbara, hijo e hija de Daisuke y Jackie Kanbara. Unos meses después del accidente de la estación de Shibuya, Mel y Dan Motomiya los habían adoptado. Davis solo tenía cuatro cuanto se produjo el accidente; y lo recordaba vívidamente, pero por lo general todas esas imágenes se bloqueaban todos los días del año…a excepción de hoy.

Incluso ahora ante las tumbas de sus padres biológicos, y trasladándose hasta las otras cuatro que pertenecían a su familia extendida, podía recordar como se movía la tierra, los gritos de Jun y el techo caer sobre él; pero la imagen más vivida que vino a su mente fue la de su primo mayor, Takuya, gritando su nombre. Y como si ese pensamiento hubiera sido el gatillo de la pistola, sintió temblar a la presencia dentro de él y una escena lleno su mente…

¡Davis! ¡Cuidado! —gritó Takuya cuando vio al niño.

Davis estaba asustado, lloraba por sus preguntando por sus padres y Jun, pero ninguno de ellos estaba allí.

¡Takuya! ¡No! —gritó Koji.

Takuya se dio la vuelta y miro a fijamente a los ojos azules oscuro de su mejor amigo. La cola de caballo de Koji se había deshecho y su pañuelo se había caído durante la batalla, por lo que su cabello se movía alrededor de sus afilados y en ese momento, suplicantes rasgos.

Ya perdí a Shinya, Koji—Takuya sonrió con tristeza—No voy a perderlo a él también.

Con eso, se precipito fuera del alcance de Koji y corrió hasta Davis al mismo tiempo que el techo sobre ellos se derrumbaba. Se las arreglo para empujarse a sí mismo y a él contra la pared más cercana, que los dejó prácticamente ilesos. Podía escuchar a Koji y los demás gritar su nombre, pero él estaba más preocupado por Davis. El niño se agarró de su camisa mientras se acurrucaba contra él.

¡Ayúdenme! —

Los primos miraron hacia todos lados buscando a Jun. Hasta que Takuya la vio acurrucada en uno de las salidas de emergencia que había sido bloqueada, un lugar ideal para esperar en todo este desastre. Sostuvo a Davis y se precipito hasta ella. Koji debe de haberlos visto ya que gritó su nombre de nuevo.

¡Takuya! ¡Cuidado!

— ¿Davis? —escuchó que Jun decía en voz baja.

— ¿Eh? —Parpadeó, sacando los ojos de la tumba de su primo—lo siento ¿Qué me decías Jun?

Jun lo observo por un momento antes de tomar su mano y arrastrarlo.

—Salgamos de aquí—suspiro, tirándolo cerca de ella cada vez más cerca mientras caminaban.

Davis estaba atentado a alejarse de su hermana, pero permitió que Jun lo mantuviera cerca. Era un día difícil para los dos. Sus padres adoptivos no sabían que ellos hacían este viaje cada año en este día, incluso si lo sabían, nunca lo mencionaron. El observo su D3 y vio como sus amigos se acercaron a las tumbas detrás de él. Unos minutos más tarde se sintió aliviado de que la mayoría de ellos se fueran. Todas las señales de los digivice de los mayores desaparecieron, asi como una lectura de uno de los cinco D3s. Davis asumió que era Ken o Cody quienes se habían ido. Pero el apostaba que había sido Ken, porque tenía dos digimons que cuidar y era un amigo lo suficientemente bueno como para saber que esto era personal.

—Entonces, ¿Dónde quieres ir ahora? —Preguntó Jun— ¿A la vieja casa? ¿Al parque tal vez?

—Claro—suspiró Jun—Lo que quieras Jun.

— ¿Davis? ¿Sucede algo? —preguntó Jun.

— ¿Qué? ¡No! —Gritó Davis sacudiendo la cabeza—Es solo que…estoy un poco desanimado. Es un día deprimente. Intento recordar a mamá y a papá pero no puedo. Todos mis recuerdos sobre ellos antes de que fallecieran se desvanecieron.

Jun sonrió tristemente hacía él.

— ¡Davis! —la voz e una chica lo llamo de repente.

Ambos se dieron la vuelta y Davis casi se cae por el impacto de una rubia de aspecto familiar.

¡Zoe! —exclamó la voz en su cabeza con una emocionada sorpresa.

Davis sonrió, sintiendo emociones similares y la abrazo de vuelta.

—Hey Zoe—sonrió—No has cambiado nada.

— ¿Y como lo sabes? —Se burlo ella— ¡No nos hemos visto en más de un año! ¡Tienes que dejar de arruinar nuestros planes para reunirnos!

Lo observo antes de darle un abrazo a Jun.

—En realidad no ha cambiado—Sonrió Jun.

La rubia sonrió antes de comenzar a gritarle de nuevo a Davis, pasando de por no haber llamado hasta su traslado hacía Odaiba hace seis años, pero él había dejado de escuchar por saludar a los cuatro chicos detrás de ella.

—Hey JP—sonrió al más alto del grupo— ¡Te ves muy bien! ¿Perdiste peso?

—Si—rió él—pero ya lo hubieras sabido si nos hubiéramos juntado el año pasado.

—Lo siento—se disculpo Davis—Tuve un año pesado.

— ¿Demasiado para ver a tus amigos? —preguntó el chico del pañuelo.

—Hey Koji—sonrió Davis, feliz de verlo en persona y no en las memorias de Takuya. El gemelo de Koji, Koichi estaba a su lado, como siempre y Tommy, que había cambiado su gran boina naranja por una más pequeña, fue rápidamente a saludarlo.

—Has crecido mucho Tommy—sonrió—Me gusta tu sombrero.

—Zoe me lo dio para mi cumpleaños—Tommy le devolvió la sonrisa.

—Todavía tienes el sentido de la moda tan agudo como siempre—le dijo Jun a la rubia.

Zoe le sonrió a Jun, mientras Koji se acerco a Davis y ambos chocaron puños. La acción sorprendió a Davis. Por lo general nunca chocaban el puño, simplemente una sacudida firme de manos. Koji parecía estar igualmente sorprendido, pero no hizo ningún comentario. En vez de eso siguió sonriendo y mantuvo su voz.

—Te están siguiendo—le informó Koji.

Davis mantuvo su sonrisa también, y asintió con la cabeza.

—Estoy al tanto—rió él, manteniendo su fachada, pero no se molestó en mantener su voz en un susurro. Si los otros estaban escuchando, no se enterarían de nada.

— ¿Desde cuándo? —parpadeó Jun.

—Desde que estábamos en la tienda de flores—se encogió Davis— ¿Cómo eran?

—Una chica tenía el cabello corto café, un niño pequeño con cabello marrón, un chico rubio con sombrero y una chica con cabello lavanda que tiene unas gafas enormes—respondió Koji, riéndose al final, en beneficio de sus observadores.

—Parecen ser Kari, TK, Cody y Yolei—asintió Davis—Me lo imaginaba. Ken no se quedaría en cuanto se dio cuenta que era algo personal. Es un buen amigo, debió de irse con los demás.

— ¿Quieres decir que habían otros? —Exclamo Koichi con una carcajada, también para el entretenimiento de sus observadores.

—Si—Davis se encogió de hombros, poniendo sus manos en los bolsillos—Habían nueve en realidad.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó Jun.

—Tengo mis maneras—sonrió Davis esquivando la pregunta—Vamos a salir de aquí. Se como podemos deshacernos de ellos.

Ellos caminaron hasta la entrada y justo al doblar a la esquina, Davis salió corriendo, con los demás detrás.

—Un gran plan Davis—Suspiró Jun con sarcasmo mientras se apoyaba contra la pared.

Koji se mantuvo en el borde junto a Davis para observar a sus seguidores salir del cementerio y observar alrededor. Davis puso su mano en el bolsillo apagando su D3 para que no pudieran seguir su señal. Funciono. Los cuatro niños elegidos se dieron cuenta, y con tal vez con un sentimiento de culpa, se dirigieron a la estación de trenes.

—Funciono como un encanto—le sonrió Davis a Koji, que se limito a sacudir la cabeza.

—Juro que los goggleheads Kanbara tienen una suerte muy extraña—suspiro.

La sonrisa de Davis se volvió a una triste ante la mención de su fallecido primo.

—Entonces, ¿A dónde vamos? —Zoe elevó la voz tratando de disipar la atmosfera sombría.

— ¿Qué tal el parque? —sugirió Tommy.

—Genial—Sonrió Davis con entusiasmo, feliz por la distracción.

Los siete se dirigieron a bajar por la calle y atravesar un barrio para llegar al parque. Recuerdos destellaban a través de todas sus cabezas, pero para Davis, no eran sus recuerdos.

Nunca les había dicho que a veces veía los recuerdos de Takuya o que podía escuchar su voz como si estuviera allí mismo junto a él. Davis terminó deteniéndose frente a una casa junto a Jun que se había parado también. Era la vieja casa de Jun y Davis, y ambos se encontraron reviviendo viejos recuerdos de ellos jugando en el patio trasero con Takuya y Shinya cada vez que venían de visita. Davis volvió a vivir una de las memorias más claras de Takuya durante un instante. Era uno en el que se estaba montando en los hombros de su primo mientras Shinya y Jun los perseguían por el patio.

— ¿Davis? —Hablo Zoe, apoyando una mano en su hombro— ¿Estás bien?

— ¿Eh? —Davis dio un salto y alejo la memoria de Takuya—Uh, si. Estoy bien.

—Has hecho eso muchas veces hoy—le dijo Jun dándole una mirada de preocupación.

—Estoy bien—suspiró él—Dense prisa y lleguemos al parque

Daisuke camino rápidamente por la calle con Koji y los otros siguiéndole los talones. Zoe y Jun intercambiaron miradas de preocupación, pero no tardaron en seguirlos.