A.N. ¡Hola! Esta es una historia centrada en otra de mis parejas favoritas Bra/Goten con algo de Bulma/Vegeta y Trunks/Maroon. Otras cosillas para comentarles antes que empiecen a leer:
-La historia empieza unos años después del final de GT. Igual que en el anime se mantiene la misma diferencia de edad. En este caso Bra tiene 18 años y Goten 25.
-En este capítulo aparecen personajes originales creados por mí. Estos personajes ayudan a plantear la historia, pero no es importante memorizar todos sus nombres. Toncil es el único OC que tendrá un rol importante en el fic.
Disclaimer - Todos los derechos de autor de DBZ son de Akira Toriyama. Este es un fic producto de mi imaginación.
Capítulo I
De regreso en casa
La tranquilidad de la tarde de domingo en los jardines de Capsule Corp era interrumpida por los monólogos de una joven de cabellos y ojos azules que caminaba del brazo del príncipe Sayayin.
—Vamos papá, no vas a decir nada, los trajes te quedaron muy bien, no puedes fingir que no te gustan
—Todavía no sé como dejé que me convencieras para acompañarte
—No lo hiciste. Te gané justamente en el juego de ajedrez. Sencillamente estoy reclamando mi premio— sonrió la chica.
—Eres igual a tu madre— gruñó Vegeta.
—Y tú, eres todo un reto. Mamá logró que dejaras de usar la armadura Sayayin en la casa, pues yo me aseguraré que vistas a la moda— continuó la muchacha.
—¡Hola, cómo les fue mis fashionistas!— los saludó Bulma, guiñándole un ojo a Vegeta, consciente que el guerrero Saiyayin había detestado cada segundo del viaje al centro comercial con su hija menor.
Vegeta resopló ante el comentario de la mujer pero Bulma lo ignoró, lo tomó del brazo de su hija y se lo llevó a la sala. Bra los siguió emocionada por mostrar la nueva ropa que había comprado para ella y su papá.
Una vez en la sala familiar Bulma y Vegeta se sentaron en el sofá principal de la sala y Bra se sentó sobre la alfombra, al lado de sus padres, para empezar a desempacar la ropa.
—Este es el traje del cual me siento más orgullosa. Logré que papá se lo probara en la tienda sin reclamos— explicó orgullosa la muchacha.
—Mientras no sea color rosa, todavía voy ganando— respondió Bulma
—Touché mamá, touché
La joven continuó desempacando y mostrando los nuevos atuendos a su madre. Vegeta se mantenía sentado de brazos cruzados, tratando de ignorar a su hija y esposa la mayor parte del tiempo.
La alegría de la muchacha se interrumpió cuando escuchó una voz familiar que se adentraba en el salón, seguida por la figura inconfundible de un joven de cabello púrpura.
—¿Qué haces aquí?— preguntó molesta la joven.
—¡Calma, que mal humor! Solo quería pasar saludando— replicó el muchacho.
—¿Qué le dijiste mamá?— cuestionó molesta Bra a su madre.
—No seas grosera Bra, tu hermano solo quiere saludarte— regañó Bulma.
—También necesito hablar contigo Bra— habló en un tono más serio el joven.
—Será otro día entonces, hoy no tengo humor para hablar contigo Trunks. Estoy muy cansada, y ya estaba a punto de irme a mi cuarto— La chica tomó la ropa en el suelo, la metió en sus cajas y se retiró de la sala. Bulma, Vegeta y Trunks quedaron en silencio por un rato, hasta que la muchacha dejó la sala.
—No debiste haber venido— dijo Vegeta a su hijo mayor.
—Trunks solo quiere ayudar— intervino Bulma.
—Papá esto no puede seguir. Bra necesita atenderse o va a terminar lastimándose ella misma o a alguien más. No entiendo porque no quiere someterse al tratamiento de mamá pero los desbalances que está teniendo en su ki son peligrosos y no tiene nada que ver con la pubertad
—¿Y qué quieres que haga? ¡Que la golpeé y la amarre a la silla!— gruñó Vegeta.
—Cualquier cosa es mejor que cerrar los ojos y pretender que no pasa nada— contestó Trunks.
—¿Qué has dicho muchacho?
—Me escuchaste bien y no creas que me voy a callar porque me amenaces.
—¡Así que quieres a desafiarme!— vociferó Vegeta, levantándose del sofá en dirección a Trunks.
-Trunks por favor vete- reaccionó Bulma, tratando de evitar una pelea física entre padre e hijo.
Trunks trató de reunir todas las fuerzas en su cuerpo para no seguir con la confrontación y hacer caso a su madre.
—Sabes que tengo la razón— insistió una vez más el muchacho de cabello púrpura.
—¡Vete!— le ordenó Vegeta.
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En el exclusivo Club de Campo de ciudad del Este, un grupo de amigos pasaba la tarde de domingo dándose chapuzones en una de las piscinas del club o conversando en el bar flotante situado en el centro. Era un mundo de privilegio y ocio al que muy pocas personas en la ciudad tenían acceso y al cual Goten había logrado entrar gracias a su joven cuñada, quien le había regalado membresía permanente cuando el joven era todavía un adolescente.
Hoy, el joven Saiya de cabellos negros gozaba de las ventajas de sus contactos con la clase alta de la ciudad, relajándose en el agua mientras escuchaba la conversación de sus amigos desde lejos.
—¿Ya escucharon quien regresó de la escuela ?— comentó Chiselle, que no paraba de jugar con su crespo cabello de color rojo.
—Bra, ¿ya regresó de la escuela?— preguntó Ostemo, visiblemente emocionado.
—¡Hombres!. Nunca entenderé cómo se excitan con mojigatas tontas— contestó Toncil, la rubia amiga de Chiselle.
—Vamos muchachas no sean tan duras con Bra, es solo un poco tímida— trató de argumentar Pliers.
—Y tú pareces más interesado que de costumbre en el tema, no me digas que andas buscando algo ahora que Bra ya es legal— lo interrumpió Chiselle.
—Oye siempre me ha caído bien Bra. Y pues, si ya es legal andar con ella, no me molesta la idea —sonrió el muchacho.
—¿Podemos cambiar de tema?— sugirió Toncil.
Los muchachos sonrieron maliciosamente al notar la molestia de su amiga y Chiselle decidió intervenir, hablando sobre un tema que sabía robaría la atención de sus amigos varones, los resultados del último partido de fútbol en Ciudad del Este.
Los chicos eran amigos de la universidad y nunca perdieron contacto, salvo algunas excepciones. Trunks, era una de esas excepciones. Luego que el joven de cabello púrpura terminara la universidad, empezó a dedicar más tiempo a Capsule Corp. y menos tiempo a sus amigos hasta que finalmente dejó de ser parte del grupo. Las chicas adoraban a Trunks pero no eran fanáticas de su hermana, Bra lo cual se hacía más evidente a medida que Bra crecía y capturaba la atención de los chicos de la pandilla.
El sol comenzó a ocultarse en la ciudad mientras los muchachos continuaban sus amenas conversaciones entre bromas y risas. Finalmente, y luego de varias de copas de vodka y vino los muchachos empezaron a retirarse del lugar. El primero en partir fue Pliers y después le siguió Goten.
El joven Saiyayin salió de la piscina y decidió pasar por el bar para despedirse de las chicas cuando escuchó que la conversación se tornó de nuevo alrededor de Bra.
—Oye, te pusiste celosa hace un rato— dijo Chiselle.
—Sigues con eso. Pliers no quiere nada serio con esa mujer. Bra es una mocosa, mosca muerta que quiere que el mundo piense que es perfecta mientras se masturba sola en su casa. Seguro Pliers piensa que es algún tipo de reto llevársela a la cama —respondió Toncil.
—El reto suena interesante— intervino Ostemo, con ganas de molestar a su amiga.
—No te confundas Ostemo. Bra es totalmente distinta a Trunks, ella piensa que es mejor que el resto del mundo y te aseguro que ni siquiera te volvería a ver— contra atacó Toncil.
—Oye, no seas tan dura conmigo, no tengo tanto dinero como ustedes o Pliers pero no significa que no pueda conquistar chicas. ¿No es así muchachos?— dijo Ostemo dirigiéndose a Goten y Rongerso.
—Bra es algo callada y por eso muchas personas creen que es arrogante o clasista pero la realidad es totalmente distinta —dijo Goten.
—No me hagas reír Goten. Te aseguro que Bra se avergonzaría de ser vista en público con alguno de ustedes, contigo, Ostemo, o el idiota de Rongerso. Además desde cuando defiendes a la familia de Trunks después de lo que te hizo— cuestionó airada Toncil.
—¡Hey!— reclamó Rongerso.
—Si te refieres a Maroon, ella tomó su decisión y eso es algo que no les interesa a ninguno de ustedes —contestó Goten molesto.
—¿De veras, y si es así porqué ya no se hablan?. ¡Por favor, seamos honestos, todos sabemos que todavía estás dolido que tu mejor amigo te haya quitado la novia!— trató de instigar Toncil.
—Ya muchachos, suficiente, no empecemos a pelear— interrumpió Chiselle. —¿Qué les parece si les ofrezco algo más interesante para resolver este dilema?
Goten trató de ignorar el comentario de Toncil y en su lugar dirigió su atención hacia Chiselle. —¿A qué te refieres?— preguntó el chico.
—Ya que ustedes, jóvenes llenos de testosterona, están tan seguros de sus habilidades masculinas y del buen corazón de la señorita perfección, les propongo una apuesta— dijo Chiselle.
—¿Qué tipo de apuesta?— preguntó curioso Ostemo.
—Sencillo. Vamos a probar quien tiene la razón. Tienen tres meses para conquistar a la señorita Briefs. Si alguno de ustedes logra llamar su atención, prueban su teoría que ella no discrimina clases sociales. Si los rechaza, entonces tienen que aceptar que nosotras tenemos la razón y dejar de defenderla. Para hacer las cosas más interesantes, cada uno de nosotros debe apostar mil zenis. Si alguno de ustedes gana, se lleva todo el dinero, sino lo dividimos entre Toncil y yo— explicó Chiselle.
—Suena interesante pero es injusto que ustedes solo apuesten mil zenis. Tú y Toncil pueden gastar mil zenis en una visita al salón mientras que nosotros ganamos mil zenis en varias semanas de trabajo— replicó Rongerso, el más humilde de los tres chicos presentes.
—Entonces propongo algo mejor entonces- intervino Toncil. —Ustedes apuestan mil zenis y yo apuesto cincuenta mil zenis. El ganador se lo lleva todo
—Eso suena mejor— respondió Ostemo.
—Ahora si estamos hablando— dijo Rongerso.
—¿Y tú que dices Goten, no quieres participar? Vamos, deja de pretender que no te dolió lo de Marron. Al menos así te vengas de Trunks— insistió Chiselle.
—Hagan lo que quieran, no voy a participar en algo así— les respondió el joven Saiyayin.
—Ahora te haces el santo, todos sabemos como eres mujeriego— exclamó Toncil.
—Creo que es hora de retirarme —contestó Goten.
El chico de cabello azabache tomó sus cosas y salió del bar sin más palabras. Toncil y los chicos trataron de provocarlo, mencionando el tema de Maroon pero el muchacho los ignoró y continuó su marcha. Al ver que no había manera de convencer a Goten para que regresara, Toncil retomó las riendas de la conversación y explicó a los muchachos las pruebas que requeriría para oficializar una victoria. Al final de la noche, cuando todo había sido acordado, solo quedaron las dos jóvenes mujeres en el bar.
—¿Por qué tanto dinero amiga? ¿Qué tienes entre manos?— preguntó Chiselle.
—No quiero tomar riesgos. Me tomó años conquistar a Pliers y no voy a dejar que venga una tonta mocosa y me lo quite —contestó ella.
—Sabía que no era nada bueno— sonrió Chiselle. —Aunque está difícil que alguno de esos pobres diablos logre ganar la apuesta. Si acaso Goten por lo buen mozo, pero mira que el simplón no quiere participar.
—Lo hará— replicó Toncil.
—¿Por qué estás tan segura?
—Necesita el dinero. El gimnasio está en quiebra y no quiere que su querida familia se entere que es un fracasado vividor. Dale unos días y verás como acepta.
A.N. Si les gusta el fic recuerden dejarme el review o si tienen alguna crítica constructiva pues también son bienvenidos sus comentarios.
