Resople disgustado mientras volvía mi atención al libro entre mis manos, su cubierta era color café con bordeados dorados, nada ostentoso, abrí el libro y empece a leer. El libro trataba sobre los sueños, era un libro inusual, mi madre suele traerme libros sobre magia no historias, el libro contaba sobre como existían personas que nacían conectadas, destinadas a encontrarse, que se encontraban en sus sueños, ridículo.

Al rato una luz a mi lado me hizo voltear, observe incrédulo y medio encandilado como una bola de luz estaba junto a mi, eche un vistazo hacia el vidrio, los soldados estaban dormidos en sus puestos. Al prestar mas atención pude notar como la vaga figura de un paisaje se reflejaba en la esfera, poco a poco la imagen cambio al rostro de una mujer a la cual no pude definir muy bien pero pude resaltar su cabello corto y rubio y una piel clara, acerque mi mano curiosa al manojo de luz y al tocarla un sentimiento de caer al vacío me invadió de golpe, todo a mi alrededor se volvió negro profundo e incluso sentía un fuerte viento sacudir mi ropa al caer, cerré los ojos con fuerza esperando el golpe final.

Abrí los ojos cuando cai suavemente encima de grama, la celda había sido cambiada a un bosque, me levante y sacudí mis ropas antes de empezar a recorrer el lugar, era extraño, el bosque era tétrico y no se escuchaba ni un animal o insecto, nada parecido a los bosques de Asgard. Después de caminar como diez minutos empece a ver sangre que teñía el pasto y los troncos de los arboles y por poco caigo en una trampa.

Por fin llegue a una casa, esta tenia toda la pintura desgastada y habían tablas que bloqueaban las ventanas, todas con arañazos, asumo que lo que sea que hubiera fuera obligo al dueño a bloquearlas. La puerta estaba abierta parcialmente así que entre, la madera bajo mis pies rechino ruidosamente, hice una mueca ante eso, ahí se fue mi factor sorpresa. Me quede quieto esperando que alguien bajara, nada, no había nadie, escuche unos ruidos en la parte superior de la casa, según me fui acercando el sonido se convirtió en quejidos.

Cuando llegue a la parte superior me encontré con un lobo blanco que gimoteaba al lado del cuerpo boca a bajo de una mujer, el lobo volteo hacia mi y soltó un gemido triste, como pidiéndome ayuda. Me arrodille al lado de la chica de ropa midgardiana, ella también iba armada, la agarre por la cintura y la puse boca arriba, un quejido de dolor de su parte me dijo que aun seguía con vida. La levante y la acosté en una cama cercana, el lobo que siguió de cerca todos mis pasos se echo a los pies de la cama, una vez la acomode todo lo que pude en la sucia cama me detuve un momento para analizar la situación, estaba en un bosque desconocido y aparentemente midgardiano al que había sido trasladado a través de una bola de luz que apareció a mi lado de la nada, y ahora me encuentro a una midgardiana ARMADA e inconsciente en una casa abandonada en medio de la nada. Vaya panorama

Voltee a ver a la midgardiana, ella era una morena de cabello corto y rubio, era de facciones jóvenes, ella vestía con una franela azul marino y unos pantalones grises, traía un cinturón donde traía una pistola y algunas granadas, en su espalda traía una escopeta que yo quite y coloque al otro lado de la habitación. Repase su cara sintiéndola familiar, no tarde en caer en cuenta de que era la misma mujer que vi en la luz. Volví a la realidad cuando la midgardiana empezó a despertar, mire atento como ella abría sus ojos azules y miraba a su alrededor, ella literalmente salto en cuanto me vio y me apunto con su arma, ni siquiera me dio tiempo a reaccionar.

Quieto – Ordeno - ¿Quién eres?.

Soy Loki – Dije mientras apartaba su arma de un manotazo, ella aun estaba muy débil por lo que el arma se resbalo de su mano y cayo al suelo.

El del ataque a New York – Menciono – Se supone que estabas en Asgard. ¿Como volviste?.

Eso quisiera saber – Gruñí malhumorado.

Ella alzo una ceja y miro alrededor nuevamente, ella frunció el ceño cuando vio su escopeta tan fuera de su alcance, ella se sentó y volvió su mirada hacia mi con una expresión casi incrédula.

¿Quieres decir que te escapaste y ni siquiera sabes como? Eso no me suena muy convincente – Dijo casi burlón.

Estas cuestionándome? - Reproche mirándola mal.

Definitivamente – Afirmo.

Yo chasquee la lengua fastidiado antes de levantarme del filo de la cama y caminar hacia la escopeta, agarre la susodicha y se la lance, ella la atajo en el aire y me miro sorprendida.

¿Enserió le estas dando un arma a tu enemigo? - Me pregunto ella incrédula.

Esas cosas no me afectan, ademas, quiero que mi guía se pueda defender – Dije sencillamente mientras salia del cuarto.

Hey! Espera! -.

Seguí mi paso sereno mientras escuchaba los pasos acelerados de la rubia, una vez a mi lado ella me miro casi con ingenua curiosidad.

¿A donde vas? - Pregunto aun con la escopeta en la mano.

No lo se – Dije sincero – Llegue aquí por accidente, creo que lo mejor seria saber donde estoy en primer lugar.

Estamos en un lugar remoto de España – Respondió ella viendo hacia los lados mientras caminábamos – Por cierto me llamo Leon – Dijo mientras miraba a su derecha.

Leon? Un nombre extraño para una chica, estuve a punto de decirlo cuando todo se volvió negro y empece a caer al vacío. Otra vez no!.

Desperté en un sobresalto, mire a mi alrededor en búsqueda de algún signo de Leon y todo lo que me encontré no fue mas que las paredes blancas de mi prisión, los soldados apenas estaban despertando por lo que creo que es de mañana. Me senté y fue en ese momento en que me di cuenta que me encontraba en mi cama, algo extraño ya que yo recordaba que al quedarme dormido fue al lado de la ventana, pero bueno, no importa fue solo un sueño extraño.