Un pequeño..¿drable? ¿One shot? Ni yo lo sé. Lo terminé, después de cinco días de no poder decidirme a darle forma final, y aún así, no quedó como lo soñé, por que sí, está basado en un sueño que tuve. Bien dicen que lo más corto es siempre lo más difícil... Aún así, lo comparto con ustedes. Gracias por leer.

Fandom:KHR

Pairing:8059

Deathfic

Lo único que me pertenece aqui es la idea del fanfic...lo demás, es de Akira Amano, cien por ciento. Si fuera mío... no, mejor ni imaginarlo.

PD: si hay algún error en el título,por favor, háganmelo saber. Yo no sé italiano.

Colpa mía

Se mantuvo en el marco de la puerta del dormitorio, observando con tristeza el lugar, tranquilo y melancólico, pensando en que se sentía aún más melancólico sin el acostumbrado humo de los cigarrillos que generalmente se notaba en el ambiente. A pesar de ello, el ruido de la lluvia al impactar en los cristales le hizo pensar que no sólo él estaba deprimido, y eso le dio fuerzas para entrar y tocar todos y cada uno de los objetos que ahora sólo eran simples restos de una vida pasada. Porque él ya no estaba ahí.

La cama crujió apenas cuando Yamamoto se sentó en ella, emitiendo un largo suspiro y entrelazando sus dedos sobre las rodillas, apoyándose en sus piernas para reflexionar. Los acontecimientos eran aún tan recientes que le sorprendía pensar que el mundo podía cambiar de un momento a otro de manera tan vertiginosa. Justamente, la noche anterior, él y su italiano habían yacido en esa cama, gimiendo el nombre ajeno, abrazándose y besándose como si no hubiera mañana, y para uno de ellos dos realmente el mañana había terminado por convertirse en nada. Pero, ¿qué era la vida sino un efímero momento? Ahora estás vivo, al otro, ya no…en un momento tienes a la persona a la que amas contigo, al siguiente, te das cuenta de que no va a estar nunca más a tu lado. Y lo peor es cuando sabes que el causante de todo has sido tú mismo. Tú y tus errores, tú y tu intención de salvar una vida, pero al final, el salvar esa vida había costado otra.

Y lo único que Yamamoto pudo preguntarse en aquel momento, mientras veía a Gokudera sentado al lado suyo, llorando devastado, fue "¿Por qué?

No lo sabía. Y tenía el presentimiento de que nunca lo iba a saber, ni siquiera aunque se lo preguntara a aquella figura negra en la puerta, quien ya lo esperaba para marcharse definitivamente. Era el destino. El cruel y frío destino.

"Perdón, Hayato. La culpa de haberme muerto fue toda mia"

Gokudera jamás logró escuchar el susurro de Yamamoto.