Autora:
Sekari Sumeragi
Fecha:
Junio de 2005
Disclaimer:
X, sus personajes y situaciones pertenecen al grupo de personas más
talentosas conocidas como CLAMP, a Kadokawa Shoten, Bandai y otros.
Sin embargo este fanfic y su situación me pertenecen, y no
estoy ganando nada de dinero al hacerlo y publicarlo.
Tiempo:
Después de que Arashi deja a Sorata, antes de ir con Hinoto
supongan.
Parejas:
OCxArashi, SorataxArashi
Clasificación:
Angst, dark, drama, het
Advertencias:
Spoilers del tomo 18 y parte del 19
N/A:
Tal vez esto explique un poco mejor el por qué no hago fanfics
de CLAMP. O por qué no hacía, que este es el tercero, y
uno de los más cuidados que he escrito, desde hace tres meses
jugaba con la idea, lo escribí poco después, y desde
entonces lo he estado revisando, borrando y corrigiendo. Este es mi
primer fanfic no-yaoi, sean
críticos.
" ... " lo que se dice
/ ... / lo que se piensa
"¡Arashi!", se escuchó una alegre voz a espaldas de la chica, "¡Arashi¿No me oyes?", ella sólo siguió caminando, hasta que el dueño de la voz le dio alcance, le tocó del hombro, y con una enorme sonrisa se colocó al lado de ella, y siguieron caminando, "¿A dónde vas¿Puedo ir contigo¿Qué tienes? No te ves muy bien, sólo bien, pero tú siempre te ves bien, ya sabes, fue por eso que yo te...""Detente" /No pregunta a dónde fui/
"¿Ah¿Qué es lo que pasa Arashi?", la sonrisa del monje desapareció, quedando una expresión de confusión y preocupación sincera.
"Lo que me pasa... tú eres lo que me pasa", de la voz no se podía detectar enojo, ni tristeza, nada, sólo las palabras desnudas de cualquier emoción.
"No te entiendo¿te sientes bien? No pareces la misma de siempre", Sorata sujetó a Arashi de ambos hombros, y mirándola de frente, soltó uno para tocar su frente, "No tienes fiebre, qué bueno... ¿te duele algo? Puedes decírmelo, quiero que confíes en mí".
"Confiar en ti..." /Como si fuera tan fácil/
"Sí, puedes confiar en mí para todo, quiero que me digas todo lo que te preocupe, quiero que sepas que yo siempre estaré ahí para ti, dispuesto a ayudarte"
"No quieres saber lo que me pasa"
"Sí, sí quiero"
Arashi analizó el rostro del chico que tan insistentemente la pretendía, y decidió.
"Entonces sígueme"
Arashi
siguió caminando, al parecer no había cambiado de
dirección, como si hubiera estado esperando la presencia de
Sorata, como si tuviera planeado lo que sucedería.
Él
la siguió, y llegaron a un parque. Continuaron casi hasta el
final del mismo, y llegaron a una banca desde la cual se tenía
una magnífica vista del Campus CLAMP y las afueras de Tokio,
las casas iban haciéndose más pequeñas y
espaciadas entre sí, hasta que sólo se veían las
colinas bajas cercanas al mar. Esa tarde templada parecía que
no terminaría, el sol aún no había empezado a
ponerse, y la noche aún estaba lejana.
Apenas se
había acostumbrado al lugar y había tenido tiempo para
contemplar el panorama, apenas se hubo sentado en la banca, cuando
Arashi trajo de nuevo el tema de su visita a aquél lugar, y
comenzó,
"Tú
no sabes quién soy"
"Eres
Arashi, eres la chica más hermosa que he visto, eres a quien
he elegido"
"No
sabes nada de mí, y aún así sólo repites
eso una y otra vez, tú no me conoces"
"¿A
qué te refieres¿Qué es lo que no sé?"
"Nada,
tú no sabes nada de mí, y no te importa enterarte"
"No
entiendo"
"No, no
entiendes, no entiendes lo que implica haberme elegido, y no
entiendes lo que me has hecho", en todo momento, el tono de Arashi
conservó su frialdad, no hubo enojo, no hubo tristeza, no hubo
nada.
"..."
"Ahora
guardas silencio..."
"..."
"...
escoges el peor momento para callarte"
"No
entiendo, pero me gustaría que me explicaras lo que tengo que
saber. Quiero que confíes en mí, y que no haya secretos
entre nosotros"
Arashi lo
miró fijamente por un segundo, aunque a Sorata le pareció
una hora, y a pesar de lo penetrante de ésos ojos, le agradaba
verse reflejado en ellos, consecuencia de la obvia cercanía
entre ambos jóvenes en ése momento.
"Tú
eres muy diferente a mí, Sorata. Tú estuviste esperando
hasta encontrar a la persona adecuada para darle tu atención.
Yo no soy así.
Desde hace
mucho yo he creído que en el mundo existen personas a quienes
odiar, personas a quienes amar, y personas indiferentes. Lo peor es
pertenecer a este tipo de personas.
Además,
yo siempre he estado sola. Nací sólo para traer
desgracia a mi madre, para traer desgracia a mí misma, ahora a
ti y antes a mucha gente. Porque yo
no quise esperar, y fui a buscar a la persona que me pudiera amar más
que nadie, a quien yo pudiera amar más que a nadie y más
que todos."
Arashi se
interrumpe para observar a Sorata, su rostro lívido mientras
digiere la información, incrédulo de lo que escucha.
"Arashi,
tú... entonces yo... conmigo... ¿no fue...?"
"Sólo
has sido el último hasta ahora"
"¿Pero
cómo? Si se supone que la Sacerdotisa de Ise no puede... o tus
poderes..."
"Sí,
eso es verdad, si yo no soy virgen no puedo utilizar la espada que se
esconde en mí", Arashi camina lentamente alejándose
de Sorata, la mirada fija en la lejanía, "Fue por eso que
por haberme traído a este mundo mi madre fue expulsada del
Templo y luego murió. Ni siquiera conocí al que fue mi
padre. No me interesa saber de un hombre que usó a mi madre y
luego la abandonó a su suerte"
"Tú
sabes que yo no haría algo así", su voz era un leve
susurro.
"Lo sé,
porque tú eres muy bueno, muy amable, más de lo que te
conviene..."
Se detiene
a contemplar el inicio del atardecer, y por un momento ninguno de los
dos dice nada mientras la luz rosa-anaranjado opaca la conversación.
"Continúa",
Sorata es quien rompe el silencio.
"Yo
quería encontrar a alguien que me fuera más valioso que
todo lo demás, y quería encontrarlo lo más
pronto posible. Así terminaría con aquella fantasía
infantil, aquél cuento de hadas que nunca se hace realidad,
porque sabía que no puede existir alguien para mí, pero
terminaría lo que sea que tenga que hacer en este mundo, si es
que hay algo para mí"Sorata
quiso decir algo respecto a ésa última oración,
pero Arashi no se lo permitió,
"Nunca
he considerado que yo tenga algo importante qué hacer en la
vida, ni siquiera mi papel dentro de la batalla del fin del mundo,
por eso quería seguir el patrón de mi madre, y
encontrar a alguien que terminara conmigo y dejarle la
responsabilidad a alguien más.
"Pero no
conseguía nada por más que lo intenté. Comencé
la búsqueda desde que cumplí dieciséis años,
y conocí hombres de todo tipo, pero por la mente de ninguno
pasó el pensamiento de que ellos podrían llegar a tener
una relación seria conmigo, ninguno estuvo dispuesto a
conocerme, siendo yo la doncella de Ise, pensaban que era un
imposible. Después de eso decidí ser más
agresiva, me ofrecí a ellos, y algunos tomaron lo que vieron.
Pero por alguna razón, después de cada uno, mi poder
seguía intacto"
/No, Arashi, dime que es mentira,
dime que sólo me quieres alejar, que sólo estás
contándome la vida de cualquier otra persona para protegerme,
Arashi, ésa no eres tú/
"No le
dije nada a la señora Kaede, pero creo que ella estaba más
que enterada de mis intentos. Cada mañana dejaba la puerta
principal abierta para que yo pudiera entrar. Ella nunca me dijo
nada, y sólo dejaba abierta la puerta las noches en que yo
salía, varias veces comprobé que estaba cerrada si yo
no había salido antes de anochecer.
"Ése
pacto silencioso me impidió preguntarle más acerca de
la Sacerdotisa de Ise. Eso, y el hecho de que de cualquier manera yo
no hubiera tenido el valor y el descaro para preguntarle cómo
es que mi madre había sido expulsada"
Suspirando,
Arashi bajó la vista hacia Sorata, quien sentado, apoyaba sus
codos en sus rodillas, sosteniendo su frente con las manos, su
respiración era corta y agitada. Ella decidió que, si
ya había comenzado, sería mejor terminar en el mismo
tono.
"Sólo
una vez sentí cómo mi poder me abandonaba. Y sentí
miedo, temía lo que me sucedería si encontraban que ya
no podía llamar la espada de mi mano. Fue con un
hombre muy diferente a los demás que había tratado.
Este no se atemorizó ni se dejó seducir de inmediato,
me rechazó varias veces, y yo no me daba por vencida. Llegué
a enamorarme de él. Enamorarme, o encapricharme, no lo sé,
no importa"
¿Que no importa¡Claro
que importa! Yo tengo muy claro que siento algo muy cálido,
muy profundo y completo por Arashi, tal vez no hayamos hablado mucho,
pero puedo leer tus ojos, puedo ver en tus acciones y puedo saber más
de ti de lo que tú pudieras analizar de ti misma. Por eso te
había elegido, por la hermosa persona que eres, Arashi/
"Cuando
finalmente accedió a verme fuera del Templo, insistió
en que fuera en su casa, no en cualquier cuarto de hotel como había
sido con otros antes que él. Yo estaba más ocupada en
prepararme para la cita, que en tomar medidas o pensar en lo que
podría pasar. Ése era el hombre a quien había
estado esperando, el hombre que me liberaría y me destruiría
al mismo tiempo"
/Arashi, ya no digas más,
me estás rompiendo, por favor.../
"Apenas
llegué a su casa, me recibió como si fuera una
princesa... hablando de fatuidades de niñas...", Arashi
rompió una media sonrisa amarga, "me ofreció una
comida que yo no había conocido, y me habló de las
maravillas que me haría conocer si lo seguía. Creo que
fueron esos momentos cuando me di cuenta de que en verdad estaba
enamorada de él, que deseaba algo más que un momento,
que realmente deseaba pasar más tiempo con él, algo así
como vivir con él a mi lado. Por primera vez quise vivir por
alguien."
/Ya no sigas¿no te das
cuenta de lo que me haces/
Sorata
tenía la mirada clavada en el piso, incrédulo, veía
el pasto a través de ligeras cortinas de humedad. Arashi, su
Arashi, había amado a alguien más. Se sentía
traicionado, herido, aunque en el tiempo en el que lo que contaba
había sucedido no se conocieran, sentía como si Arashi
estuviera usando ésa espada suya contra él y le diera
vuelta. O peor, lo que le contaba era peor que cualquier daño
que hubiera recibido antes.
"A pesar
de la confusión que me había causado, no fue por eso
que lo maté."
Golpe. Fue
como un golpe en la nuca que lo obligó a cambiar su punto de
atención hacia la mujer que tenía de espaldas frente a
él, la mujer a quien se creía dedicado, ésa
mujer...
"Lo maté
porque me hizo creer en el vacío que había dentro de
él. Después de todas las promesas, quiso pasar a actos.
Pensó que tenía cierto derecho después de
haberme regalado unas pocas cosas. Fui yo quien comenzó todo
ése asunto, pero él se encargó de terminarlo por
completo. Tal vez fui yo quien comenzó la provocación,
pero eso no le daba derecho a tratarme de la manera que lo hizo, para
obligarme a hacer algo que no quería. Una cosa y la otra son
muy diferentes.
"Creía
que siendo yo quien era nunca antes había estado con un
hombre, creía que se llevaría mi supuesta virginidad.
No sabía nada de lo que yo ya había experimentado, por
que ¿quién creería que la legendaria Doncella
Secreta de Ise se ofrecería a un hombre cualquiera¿o
a varios de ellos en diferentes ocasiones? Creo que pensó que
había sido fácil por falta de experiencia, pero había
sido fácil por la esperanza que aún quedaba y mi
desesperación por amar y ser amada"
/Maldito... mil veces... /
"Al
menos, murió con su creencia. Sólo pude actuar después
de que las lágrimas y la sangre estuvieron secas, y cuando
tuve el valor suficiente para revisar si mis poderes seguían
conmigo. Saqué mi espada después de muchos intentos,
después de arrepentirme y de deshacerme de la rabia que había
en mí"
Silencio.La noche
ya había caído, aún fresca y nueva, mientras las
luces se encendían en las calles de la ciudad. Las calles se
animaban con el bullicio de la gente de volvía a sus casas, o
se dirigía a lugares que les resultaran más placenteros
y animados. Sin embargo, la iluminación de la ciudad no
alcanzaba del todo aquél espacio en el que el tiempo parecía
haberse acelerado.
Mientras
esas dos figuras continuaban sumidas en sus pensamientos, esperando a
que el otro diera el primer paso hacia lo que fuera su conclusión,
se daban cuenta de lo mucho que habían cambiado entre ellos."Ahora
sé por qué me evitas, temes que la historia se repita y
que vuelvas a salir lastimada", se puso de pie y con un par de
pasos estuvo delante de aquella a quien había visto crecer
ante sus ojos en el transcurso de la tarde.
"Yo no
te tengo miedo"
"No
quise decir eso. Me refiero a que no me consideras digno de ti"
"Yo..."
"Pero
date cuenta, Arashi, de que sigo aquí. Hicimos lo que hicimos,
y sigo aquí... contigo. No quiero que eso cambie, y haré
lo que esté en mis manos para continuar a tu lado, te prometo
que no me iré ni jugaré con tus sentimientos"
"No
sabes lo que dices, no prometas lo que no puedas cumplir"
/Gracias, Sorata/
"Pero sí
lo puedo cumplir, porque todo lo que te he dicho es verdad, todo lo
que te he dicho desde el principio es verdad, desde el momento en que
decidí que tú eras la indicada, fue porque sabía
que ibas a ser la más importante para mí"
"Detente"
/No sabes lo mucho que significa eso para mí/
"Ahora
cuando te veo, ya no veo a una chica hermosa. Ahora que me has dejado
conocerte mejor, veo a alguien vulnerable, descuidada, irracional,
incluso ansiosa. Además, me mostraste la parte oscura que
tienes, la parte que teme, y la que contiene lo que menos se
imaginaría de ti. Ya no veo a la que me parecía la
mujer más bella de todas, ya no puede ser así, ya no
veo a alguien por quien quisiera morir..."
/Sigue, dilo y vete. No me mires
de nuevo, sólo vete y déjame sola otra vez. Adiós,
Sorata/
"Lo que
veo es a la persona más especial de mi vida. Veo a alguien con
quien deseo seguir adelante, veo a la persona para y por quien deseo
vivir"
La noche
ya se estaba cerrando, y entre la oscuridad, el ruido de la gente que
no se enteraba de lo que sucedía a su alrededor, y la
velocidad de su acompañante, Sorata no se había dado
cuenta de que Arashi había desaparecido.
"¿Dónde
estás¡Arashi!", buscó en todas direcciones,
pero no encontró ni una pista de hacia dónde pudo haber
ido. Recorrió todo el parque y no la encontró.
"¿Dónde
se habrá metido?", se preguntaba mientras emprendía
su camino de regreso hacia el Campus, "Pero... de cualquier
manera... había algo más que quería preguntarle.
La leyenda de Ise no puede estar equivocada, ha sido así desde
hace siglos¿cómo pudo hacer lo que me contó?
Porque ella no es de las que mienten o inventan historias. Y
definitivamente no inventaría algo así"
Sorata
seguía su camino, sin percatarse de un par de ojos que a su
vez, lo seguían.
/ Después de todo, sí
me conoces bastante. No lo inventé, tienes razón. Pero
la 'virginidad' que tanto se clama, no se refiere a lo que se
entiende en general/
Arashi da
media vuelta en cuanto Sorata entra al edificio en el que vive.
/No cualquier sacerdotisa tiene el
poder para crear un arma de sí misma, no sólo con la
energía del medio. 'Virginidad' en Ise se refiere a la
virginidad del alma y del corazón. Es sólo cuando éstos
se han rendido ante otra persona y se le han entregado de tal manera,
que resulta imposible retirarle ésos sentimientos para
condensar la espada/
Sigue su
camino, ya sin prisas.
/Sufriste mientras te contaba todo,
y yo sufrí también¿por qué te hice
sufrir a ti de todas las personas? Si encontré lo que estaba
buscando, lo que pensé no existiría por más que
lo deseara, encontré a la persona para mí¿por
qué la hice sufrir? Sorata... gracias por darme la felicidad
de saber que naciste para mí, aunque ya no creas que yo soy
para ti/
OWARI
