Título: "Corazón Atómico"
Summary: Después de 3 años, Ichigo regresa a Japón por 2 razones: un trabajo en Niigata y Rukia, la mujer que tuvo que abandonar antes de convertirse en lo que hoy en día era: un asesino a sueldo.
Disclaimer: Bleach y todos sus personajes pertenecen a Kubo Tite. No busco lucro ni nada por el estilo, es solo por entretenimiento.
Notas de autor:
- El título proviene de la canción de mismo nombre interpretada por Zoé. La letra y la forma en que lo relacioné con los personajes y la trama es lo que hizo que le diera tal título al fic. En pocas palabras nuestro protagonista al forma parte del crimen organizado pierde el control de su vida, y desde ahí está expuesto a morir con todo y sus malos sentimientos así como aquellos que tiene por la mujer que más quiere.
- Completamente AU, universo alterno.
- Este fic está influenciado por mi película favorita: Leon.
- Se originó a raíz de lo que veo día con día en el mundo aunque más en mi país, pero enfocandolo del otro lado, de aquellos que tienen el asesinar como 'oficio' y de los sacrificios que deben hacer y de la gente que tienen que abandonar para dedicarse a ello.
Hoy es lunes... (nooooo en serio?) xD pero regreso con un fic corto tanto en capítulos (3 caps) y de pocas palabras (por mucho tiene 2,500 cada cap)
y bueno manejo una temática 'nueva', añado otros personajes que nunca antes había metido en otras historias, es un fic de cierta forma más apegado a la realidad y quizá algo triste, dependiendo de como se le quiera ver.
Desde antes de terminar "Escalera al cielo" lo quería escribir pero no tenía ni tiempo ni inspiración, hasta ahora jeje aunque de todas formas no tengo mucho tiempo xD pero le hago huequitos... xD...
Y ya no los entretengo más...
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~* Corazón Atómico *~
"No tenía miedo a las dificultades: lo que le asustaba era la obligación de tener que escoger un camino.
Escoger un camino significaba abandonar otros y a ella también"
(Anónimo)
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Capítulo I
"El Regreso"
возвращение
El viento soplaba ligero, meciendo sus cabellos naranjas, sus mielados ojos estaban fijos en algo en particular, siendo evidente en su mirada una mezcla de añoranza y aflicción, pero cómo no sentirse así si estaba frente a la cripta de su familia, a la cual no visitaba desde hace 8 años, desde la vez que fueron sepultados.
Dejó un gran ramo de flores en aquel lugar donde reposaban los restos de los cuatro integrantes de su familia, en ofrenda del cariño y respeto que aún después de muertos les tenía.
Sacó un cigarrillo, lo prendió y lo fumó con mucha calma, soltando con parsimonia las fumarolas… aún tenía algo de dolor y rencor en su pecho por lo que le habían hecho a su familia. Su padre fue agente de la D.E.A (1) en Japón, en sus años laborando había desmantelado puntos importantes de venta de drogas, y su trabajo siempre fue reconocido por los altos mandos de la agencia, pero un día, después de descubrir la red más grande de venta de anfetaminas (2), un grupo de sicarios (3) entraron a su casa e hicieron lo que debían hacer: liquidar al que amenazaba con 'terminar' con su 'negocio' y de paso a todos los que estuvieran vinculados con él.
El ojimiel más que correr con suerte, estuvo en el lugar equivocado en el momento más importante, cuando los sicarios perpetraron su hogar y aniquilaron a su familia, había salido a hacer una compras… sin sospechar… sin imaginar que al llegar a su casa se encontraría con la escena que le arrancaría las ganas de vivir y sembraría en su interior odio y sed de venganza.
De ese evento ya habían pasado 8 años, y aún a pesar de que ya había 'actuado' al respecto como forma de vengarse… ese vacío seguía ahí… nada de lo que hiciera le iba a devolver a su familia.
Tiró lo que le restaba del cigarrillo y le pisó con la punta del zapato, para después echar una mirada a la cripta, esa era la última vez que iría a visitarles en ese año y probablemente en varios más… y esa actitud no era por simple gusto, por querer que así fuera, realmente sus responsabilidades tan fuera de lo común no se lo permitían y ésta había sido una excepción, porque había regresado a Japón y sentía la necesidad de visitarles aunque sea una vez antes de volver a marcharse.
Antes de salir del mausoleo se tapó la cabeza con el gorro de su chamarra, encubriendo su naranja cabellera, para que los 'tales' no supieran de su regreso y quisieran atacarle, metió las manos en los bolsillos y siguió con su camino, transitando en silencio las calles del distrito de Niigata, bajó la luz de los faros que alumbraban en la noche…
Su familia 'lieralmente' no era lo único que había tenido que dejar atrás para dedicarse a lo que ahora tenía como 'oficio', eso también incluía a algunos amigos que fingió desconocer pero también a alguien más, a una persona muy en particular, la persona que le ayudó a aliviar un poco ese dolor por el regicidio de su familia, la única mujer que amó, aún amaba y seguiría amando, a pesar de todo… aunque aún ahora ya no estaba seguro de lo que había sido de ella, y mucho menos si ella aún le recordaba y lo guardaba en su corazón… era difícil adivinar…
Por fortuna aún recordaba el lugar donde ella vivía, así que sus propias piernas y su voluntad lo guiaron de regreso al edificio que de ver la fachada le llenó de recuerdos, algunos amargos, otros agradables… decidido se adentró al lugar en mención, notando en su vestíbulo que algunas cosas había cambiado, estaba remodelado, nueva pintura en sus paredes, un olor a fresco se respiraba…
—Disculpe. ¿Vive aquí o…? — Inquirió el portero en turno al muchacho, lo notó sospechoso y sutilmente quiso saber la razón de su presencia.
—Vine a visitar a una amiga en el piso 5, número 515— Fue la escueta y directa respuesta, aún recordando esos datos.
—Si no le molesta, por favor anótese en el registro…— Aseveró el portero, no lo hacía por molestar, esa su trabajo.
Ichigo se lo pensó un poco, el dejar su nombre, el día y la hora marcados en ese libro de visitas le daba algo de desconcierto, cualquier otra persona con una vida digna y sencilla no tendría problemas con eso, pero su persona era muy diferente, su estatuto de vida y sus ideologías ya no le permitían dejar sus datos a merced de todos, era por seguridad; pero sus deseos por volver a verla eran inmensos que tuvo que recurrir a anotar un nombre falso, bueno pertenecía a alguien que odiaba, así que si surgían problemas iban a echarle la culpa a otra persona.
Con el acceso al inmueble, fue al ascensor el cual lo llevó en cuestión de minutos al quinto piso, en su travesía por el pasillo para llegar al número 515 pudo notar los grandes cambios que había tenido el edificio, esa nueva administración había dado algo de decencia al lugar, y aunque por fuera hubiese tenido cambios, aún se respiraba en el interior ese mismo tranquilo y ameno ambiente de cuando vivió ahí, en el departamento 520.
Se detuvo en seco frente a la puerta que tenía fijo los números que correspondían al departamento de la morena, si es que ella aún vivía ahí. Tomó aire y con ello valor, no sabía que esperar, ella podía abrirle la puerta y verla casada, con hijos quizás… o podía encontrarse con otra persona que no tenía nada que ver con Rukia… de cualquier forma estaba preparado.
Tocó un par de veces y esperó a que le abrieran pero nada… Volvió a tocar minutos después y nuevamente el silencio fue la respuesta… al tercer llamado, la puerta del 516 se abrió, saliendo un sujeto alto y de cabellera blancuzca que amable se dirigió al ojimiel.
—Si buscas a Kuchiki, ella no está… ha de llegar en unos minutos por si gustas esperarla— Le comunicó afable, a lo que Kurosaki le miró detenidamente.
—Gracias, eso haré— Fueron sus palabras en cortesía, al menos ella aún se encontraba viviendo en el mismo lugar, aunque por dentro se preguntaba ¿quién era ese sujeto? Bueno era el vecino pero ¿Qué clase de relación tenía con Rukia para saber su hora de llegada?... ideas extrañas se formaron en su mente… por celos quizá…
—Con permiso— Dijo el de cabellera blanca y larga para después cerrar la puerta de su hogar e ir directo al ascensor a hacer quien sabe qué cosas.
A Ichigo no le quedó otra opción que esperar, así que se quitó la capucha y se recargó en la pared cerca de la puerta, de nuevo con las manos escondidas en los bolsillos…
Mientras tanto la morena aguardaba a que se desocupara el ascensor, hasta que el timbre del mismo se escuchó y con ello las puertas se abrieron de par en par, dejando salir al de cabello blanquecino quien al verla, le informó.
—Kuchiki… alguien te está esperando, no sé quien sea pero…— Le dijo rascándose la cabeza algo apenado, con un gesto amable tan característico de su persona.
A Rukia le extrañaron mucho sus palabras, ¿qué alguien le esperaba? Era curioso porque esa noche no tenía planeadas visitas de algunos amigos y mucho menos de su hermano.
—Gracias Ukitake-san, muy amable— Fue lo único por lo que optó decirle al mayor para después regalarle una sonrisa y después adentrarse al elevador que la llevaría hasta el quinto piso, donde podría despejarse la gran duda de su visita.
En el trayecto fue pensando sobre quien se podía tratar, conocía a muchas personas, podía ser cualquiera aunque cuando llegó hasta su destino, a unos cuantos metros de su departamento divisó a aquel sujeto recargado y su cabeza pegada al muro, mirando el techo… en ese momento la invadió la sorpresa, sus ojos titilaron… no podía creer lo que estaba viendo… ese cabello tan refulgente sólo pertenecía a una sola persona…
—Ichigo— Profirió con cuidado, sin quitarle la mirada de encima mientras acortaba la distancia que los separaba…
El muchacho al escuchar su nombre ladeó el rostro y se topó con ella… ese sentimiento lo envolvió, se sentía como antes, ella no había cambiado mucho… le daba gusto verla nuevamente y saber que estaba bien, como debía de ser…
—He vuelto— A penas le dijo mostrando una leve sonrisa, esperando una respuesta positiva de su parte.
— ¿Qué haces aquí? — Le espetó, no muy feliz con su presencia, de hecho aún estaba molesta con él por haberse marchado sin siquiera decirle nada, dejándola llena de incertidumbre, sin saber lo que había sido de él, hasta llegó a pensar que estaba muerto… de alguna forma él la había hecho sufrir… no podía aparecerse un día cualquiera de la vida, como si nada hubiera pasado, no podía… no cuando la herida ya estaba casi por sanar…
Ichigo sentía su inquisidora mirada inspeccionándole, en sus ojuelos podía leer dolor y odio… pero no quería pelear… quería que le brindara una minutos de su tiempo, para hablar, para cerciorarse de que todo estaba bien…
—A hablar… sólo eso— Le murmuró sin quitarle la mirada, esperando que ella aceptara.
—Yo no tengo nada de qué hablar contigo— Le respondió seria, pasando a un costado suyo, ignorándolo, con total intención de adentrarse a su departamento. Sentía que las palabras estaban sobradas, a lo que fuera que viniera a hablar ya no le importaba, al final sus acciones terminaron destrozando sus promesas… ya no creía en ello.
El pelinaranja no le permitió salirse con la suya, así que antes de que ella abriera la puerta, la detuvo agarrando su muñeca, instándola a encararle… quería explicarle de alguna forma que su abandono no fue por querer hacerlo, que ella entendiera que en la vida hay razones de fuerza mayor por las cuales rompió su promesa…
— ¡¿Necesitas disculparte? ¿Eso es lo que quieres?! — Preguntó la pelinegra un poco molesta, soltándose del agarre del mayor, a su criterio esa era la única razón de que estuviese ahí, para pedir una disculpa que después de 3 años ya no tenía validez. Pero Ichigo no dijo nada, se mantenía en silencio, buscando las palabras correctas y sobre todo la motivación para responderle.
—Por qué después de todos estos años, yo ya lo superé. Estoy muy bien. Me rompiste el corazón, pero me repuse y seguí adelante. Creo que tú deberías hacer lo mismo— Añadió la morena, era obvio, tenía razón al respecto y quedarse el resto de la vida lamentándose era lo más estúpido que podía hacer. Tenía que seguir adelante, continuar con su vida y dejar en el pasado toda la telaraña de conflictos y falsas promesas. Pedir perdón, después de 3 años era abrir de nuevo la herida en el corazón.
—Yo…— Habló el pelinaranja con tono lamentable —no quería lastimarte… Quería componer el mundo para después compartirlo contigo, pero la vida misma se volvió peligrosa y ahora no puedo hacer ni una cosa ni la otra…—
La pelinegra no se fiaba mucho de sus palabras, si él tanto la quería nunca le habría abandonado y así no la hubiese lastimado, él sabía de antemano que no necesitaba que le compusiera el mundo para hacerla feliz, con su presencia bastaba… pero lo hecho, hecho estaba y ya no había marcha atrás…
—Vete y no vuelvas nunca…— Dictaminó seria, sin mirarlo, sabía que estaba haciendo lo mejor.
El ojimiel la miró por última vez antes de marcharse, ella estaba siendo algo injusta, pero en esos momentos no tenía nada a su favor que la hiciera cambiar de opinión, sabía que estuvo mal desaparecer de su vida sin siquiera dar razones o mínimo dejar una nota, pero no lo hizo porque la quería proteger… y esa intención al final se volvió una arma de doble filo.
Regresó a su hogar temporal a altas horas de la noche, a penas había cerrado la puerta cuando fue recibido entre quejas y gritos por su compañero.
— ¡Se suponía que a las 8 debíamos ir a ver a Petrov por lo del trabajo! ¡¿Dónde demonios te metiste?! — Inquirió a gritos Grimmjow, arisco, molesto y no era para menos, la razón por la cual había regresado a Japón era de suma importancia, ese idiota de Ichigo no podía darse el lujo de salir a donde le placiera, porqué no estaban de vacaciones, tenían algo que hacer.
—No es asunto tuyo…— Respondió el ojimiel, mientras se despojaba de la chamarra, dejándola en un improvisado perchero, para después ir a acostarse al sofá. Ultimadamente a él que le importaba a donde fuera, eran sus asuntos, no tenía porqué darle explicaciones, ya mañana contactaría con Petrov y arreglarían el asunto.
Grimmjow le miró con recelo, tenía la sospecha sobre a donde pudo haber ido así que estaba dispuesto a preguntárselo, sonrió con cierta malicia y previo a hacerle la cuestión prendió un cigarrillo.
— ¿Fuiste a buscarla? — Cuestionó, haciéndole total referencia a la morena y es que sabía de un asunto que el pelinaranja tuvo con una mujer, desconocía su nombre pero sabía que su compañero le amaba demasiado como para poder olvidarla…
—Qué te importa— Le echó una fugaz mirada acotando esas palabras ásperas, aunque era cierto que la había ido a buscar, no le iba a dar el lujo de saberlo y que acertara en su suposición, era demasiado orgulloso para permitírselo.
Esa respuesta fue para Grimmjow más que suficiente, en efecto que la había ido a buscar y no le gustaba inmiscuirse en los asuntos personales de terceros pero esa situación del pelinaranja le parecía una tremenda estupidez, una pérdida de tiempo, ¿para qué buscar a la persona que abandonó? ¿con que intención? Después de todo en ese tipo de situaciones nada vuelve a ser como antes… era más fácil si lo dejaba en el pasado… por esa situación que pasaba a Kurosaki era que nunca se había relacionado afectivamente con nadie, le era absurdo e innecesario.
Pero para Ichigo tenía otro significado… aprovecharía su corta estancia en Niigata para hacerle saber a Rukia que las razones por las cuales tuvo que abandonarla no tenían nada que ver con haberla dejado de amar y quizá proponerle algo más, aunque ella no quisiera ni verlo ni escucharlo… no se iba a regresar a San Petersburgo con las manos vacías.
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Glosario:
- (1) Drug Enforcement Administration (Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas) es la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas. Es la única agencia responsable de coordinar y perseguir las investigaciones antidroga en el extranjero.
- (2) Son drogas sintéticas que tienen un efecto predominantemente estimulante del sistema nervioso central.
- (3) Son personas que matan por encargo a cambio de un precio.
Hasta aquí llegó el primer capítulo, realmente no sé si haya gustado por el tema que se maneja pero sus opiniones ya me las harán saber ;)
lo más seguro es que actualice cada lunes, pero si puedo antes lo haré :D no me queda más que agradecerles por adelantado su lectura y sus reviews. Que tengan un lindo día.
Nos vemos en la próxima entrega.
