Derechos reservados a los personajes de Naruto, la obra del japonés Masashi Kishimoto.

Relatos sencillos ShisuixHinata. Que lo disfruten.


El día que lo conocí.

Las campanas habían sonado y los niños habían abandonado las aulas con trotes precipitados hacia afuera.

Hinata Hyūga no.

Ella quedó lejana del resto con las mejillas encendidas y la mañosa sensación de que ayer estuvo sola, hoy está sola, y en un futuro estará así.

Escondió las lágrimas y la cabeza, y tembló de expectación cuando la puerta del salón chirrió por el peso de unas figuras inesperadas.

No pudo ver de quiénes se trataban.

—¿Hinata?—pregunta Iruka-sensei, su profesor— ¿Qué haces aquí?

Pudo sentir unas pisadas y alguien asentó una mano firme en su cabeza de pimpollo.

—No te preocupes, Iruka. De pequeño también me retraía mucho del resto.

La voz era cantarina, profunda y hermosa, y Hinata sintió una fijación inquebrantable por su tono.

—Tengo algo para ti.

Hinata alzó la cabeza con curiosidad, evidenciando su rostro cubierto de lágrimas y Shisui Uchiha, el ninja más popular de Konoha, alargó su mano ofreciéndole un caramelo.

—¿Por qué lloras, niña preciosa?

Le acarició la barbilla con cariño y ella se arreboló. Entonces, Shisui le dio un beso cariñoso en la mejilla con un poderoso chupón que le hacía vibrar los labios y la niña se echó a reír.

—Vamos. —Ella permitió que la cargara de la silla de la clase y la cargara.

Shisui Uchiha giró en sí mismo y le dijo a Iruka:

—Después hablamos de la mejora de la educación. La primera lección es que tus ninjas pequeños jamás estén tristes.

—Shisui… Lo-o sé, pero…

Pero con la gran velocidad que lo caracterizaba, él ya había desaparecido.