Hace ya un año que no escribo fanfics de Bleach, después de hacer resurgir a mi venita IchiRukista vuelvo a la carga con este fic que se me ocurrió hace poco, espero les guste.

LOS PERSONAJES DE BLEACH NO ME PERTENECEN SON DEL MAGNÍFICO MAESTRO TITE KUBO AL QUE UN DÍA SECUESTRARE, ARE QUE SE CASE CONMIGO Y ME HAGA UN HIJO XD

Aun después de la derrota de Aizen, este guarda sus secretos en el hueco mundo…

-¡Kia!-grito la desesperada voz de una mujer, provocando que la aludida despertar sobre saltada, se sentó en la cama se pasó la mano por la frente que se encontraba sudorosa

- ¿Quién eres? –preguntó al aire una joven de unos 16 años, delgada, piel blanca cabellos negros por las caderas y unos brillantes ojos ámbar.

-¿pues quien mas tonta?– respondió el sexto espada a la joven, ella le miró tenía una bandeja de comida en las manos, lanzó un suspiro y se giro

-ah eres tu –respondió cansada, Grimmjow frunció el ceño ante la respuesta ¿acaso había alguien más? Más le valía que no, pensó el arrancar para dejar la bandeja a un lado y pararse frente a ella mirándola al tiempo que la tomaba por los brazos

-¿qué tipo de contestaciones son esas mizune? – la azabache abrió los ojos sorprendida y molesta a la vez, lo odiaba, odiaba ese maldito nombre que los malditos arrancar le daban, la trataban como si fuera una molesta rata, cuando sabía que ella era superior a ellos.

-¡maldita sea no me llames así!– exclamo tan furiosa que el sexto la soltó, se levantó del futon y se alejó, rumbo a el extenso armario de ropa que tenía. Grimmjow la miró extrañado y luego dejo aparecer una gran sonrisa en su rostro – ¿qué esperas? Ya has traído el desayuno vete necesito cambiarme –ordenó con altivez la mujercita al espada.

-ah… si –respondió él mientras se acercaba con sumo cuidado para que ella no lo notara –pero antes –dijo cuando estaba cerca de ella, la tomo por la cintura y la giro para que quedaran frente a frente, suavemente la tomo por el mentón y depositó un beso en esos jóvenes labios, ella amaba eso de él, aunque aparentara ser el espada fuerte y bravucón, en el fondo, muy en el fondo y solo con ella él podía ser demasiado tierno y dulce. El arrancar la soltó y luego la miró, ella miraba hacia a otro lado indiferente; rebusco en la mirada ámbar topándose con un cierto brillo en aquellos ojos hermosos, el hombre sonrió para sí.

-¿Por qué sonríes idiota? –cuestionó molesta la ojiambar, ahí estaba… ese maldito orgullo que no sabía de dónde diablos le había salido y que le impedía mostrarle a ese tonto arrancar lo que sentía por él.

-¿yo?... por nada CHIBI –dijo haciendo énfasis en esto último, sabía que a la morena le molestaba el apelativo, porque hacía referencia a su poca estatura en comparación a todos en "Las Noches"

-imbécil –susurró la muchacha

-yo también te quiero estúpida – dijo en tono de burla el de cabellos azules saliendo de la habitación, cuando Grimmjow salió de la habitación, la chica dejo escapar un largo suspiro y una sonrisa de lo que ella catalogaría "tonta", la puerta se abrió de nuevo, el sexto se asomó y miró burlón a la pelinegra –Hey Kia –hablo llamándole por su nombre –no salgas sola de la habitación –la aludida asintió – y quita esa sonrisa de boba – el ceño de Kia se frunció de inmediato y tomo lo primero que encontró y se lo lanzó al ojiazul

-¡ahgr! ¡Pedazo de burro! – más lo único que la almohada golpeo fue la puerta de su "habitación", que más bien podría llamarse un calabozo de cinco estrellas, era un bonito cuarto, totalmente diferente al palacio de las noches, entrar a ese lugar era ir a un lugar diferente. Era un espacio enorme, de paredes lila, una cama matrimonial con un curioso cubre cama negro de estrellas de colores, miles de muñecos de peluche en repisas, un caballete, un escritorio a un lado de un enorme librero, con libros de diferentes escritores humanos, tenía todo lo que un humano podría desear en vida, pero lo que ella quería nadie podía dárselo, quería una vida y el control de ella, todas y cada una de las cosas que había en ese cuarto eran el recuerdo de la deuda que tenía con su "padre", Kia suspiró pesadamente, miró la comida que Grimmjow le había dejado y se apresuró a cambiar de ropa.

-¿Cómo está mi querida hija? – cuestionó el Emperador de Las Noches al recién llegado arrancar de cabellos azules

-está bien, Como siempre – respondió en tono seco el espada, Aizen sonrió

-dile que venga más tarde, Tousen ha traído presentes para ella –Grimmjow chasqueo la lengua y se dirigió a la puerta

-como ordene – dijo saliendo del lugar, afuera un trio de espadas le esperaban mirándole con una sonrisa socarrona

-miren que tenemos aquí –exclamo Nnoitra con sátira –la niñera de la Shinigami – el ojiazul fruncio el ceño, pero hizo caso omiso al trio.

-Hey Grimmjow – hablo esta vez Yammy – ¿Qué tal es la rata en la cama? –preguntó sin más el décimo, refiriéndose a Kia con el despectivo apodo, Grimmjow estaba perdiendo los estribos pero se contenía lo mejor posible –supongo que ha de ser muy buena; oye deberías prestármela para jugar un rato – el arrancar de cabellos azules no lo soporto más y se le fue encima al más grande, pero le fue impedido por la mano del 4to espada

-deberías de dejarte de idioteces Grimmjow –habló relajado el de piel blanca, Grimmjow furioso apartó la mano del ojiverde y furioso de fue de ahí –tú también deberías dejar de decir tonterías Yammy –el aludido fruncio levemente el ceño pero no dijo nada –a Aizen sama no le gustaría escuchar que hablaras mal del Kia-san –hablo Ulquiorra apartándose del lugar.

Kia se encontraba reacomodando los muñecos en las repisas de su habitación, para ser más exactos en la repisa cerca de la puerta, se había vestido, desayunado y estaba más aburrida que una ostra así que decidió hacer algo más productivo. Pronto la puerta se abrió estrepitosamente dejando ver a un furioso Grimmjow, quien con la misma fuerza cerró la puerta y la tomo bruscamente por la muñeca para luego aventarla a la cama.

-que demo… - intento decir la azabache, pero los labios del espada ya estaban sobre los suyos impidiéndole hablar, al analizar bien la escena la joven se sonrojó, en la cama con su guardián sobre ella, era obvio que ella y el espada habían compartido pequeños he inocentes besos, pero el beso que en ese momento se daban, era diferente a los demás, Kia miró al hombre, notando sus ojos cerrados… el beso era sincero y lo sabía suspiro profundamente y se dejó llevar por las sensaciones del mayor.

Vivo presa de la oscuridad

Envuelta por la negra noche

Apresada por las tinieblas

Forzada por la omnipotencia

De la cual solo tú puedes salvar mi Cautivo corazón