Los personajes son propiedad de Kishimoto hago esto sin fines de lucro.


Al final de la jornada.

Nunca se lo dijo. Al menos no con palabras, no viéndolo a la cara con sus ojos teñidos en carmesí. No con la convicción de que podría aguantarle la mirada.

Porque sabía que no podría.

De todas formas, no hubo necesidad de que Uchiha Itachi le dijera a su compañero que, una vez que tomaran caminos distintos, él no volvería, que era su deber no volver, entregarse a los brazos de la muerte en nombre de la persona que más quería.

Hoshigaki Kisame no era idiota, lo intuyó perfectamente una vez que la verdad sobre la traición del ninja renegado de Konoha quedó al aire.

Fue por la tarde cuando su camino se dividió completamente. Cuando el momento de una despedida se presentó, impertinente. Alejándolos a ambos de lo que fuera habían formado entre ellos.

Itachi se dio media vuelta, sin decir nada y confiando en que su compañero no lo detendrían. Confiando en que no habría más despedidas dolorosas. Con plena fe en que la agonía se terminaría muy pronto.

Pero Kisame tenía otros planes. Lo tomó por los hombros, y volteó impetuoso al otro, para mirarlo antes de que se marchara. Grande fue su sorpresa al no encontrar la mirada encendida y amenazante que en otras ocasiones hubiera recibido. Fue la cabellera negra y lisa de la coronilla del menor lo único que pudo ver, porque Itachi se negaba a alzar la mirada.

Hoshigaki sonrió de medio lado. El joven Uchiha se portaba como un crio.

Y no lo culpaba por ello, después de todo ¿Cuánto tuvo tiempo de portarse como uno? ¿Qué más daba ser inmaduro en sus últimas horas de vida?

Pero como en toda su miserable existencia, no hubo tiempo para andarse con estupideces.

Tomando su cara con ambas manos, Kisame alzó el rostro de Uchiha, sin que este opusiera resistencia alguna, pero si mirándolo con reproche una vez sus ojos se encontraron.

Y eso estuvo bien. Lo estuvo porque Kisame quería observar por última vez los ojos profundos e inexpresivos de quien fuera su compañero, antes de que partiera y todo brilló escapara de ellos.

E Itachi quería mirarlo antes de irse. Saber que, aun estando solo realmente no lo estaba, quería regalar de forma pasiva, como todo lo que hacía él, una muestra del apreció que le había tenido al portador de la Samehada.

Había sido la única persona que estuvo con él todo ese tiempo. Que en silencio le brindo apoyo. Le agradecía por eso. Lo quería por eso.

Y por eso lo miró tan intensamente, por eso cambio sus ojos de rojo a negro, deseando mostrarle todo lo que jamás diría aun teniendo la oportunidad, queriendo regalarle, devolverle algo de lo que había hecho a lo largo de esos años en completo y estoico silencio.

Querían verse antes de que la muerte llegara para el más joven, y tomara el único medio por el que podrían decirse lo mucho que se apreciaban.


Lo escribí en su momento como respuesta a un reto, que consistía en escribir algo con la frase "vendrá la muerte y tendrá tus ojos".
Espero disfrutaran al leerlo tanto como yo al escribirlo. Gracias por leer, se aprecian sus comentarios.