Hola, espero y les llegue a agradar esta historia, es una época distinta como mis personajes amados de fairy tail, sin mas los dejo con ella.

correr, era lo único que pasaba por su mente, aun escuchaba los gritos de todos los que dejo atrás de el -Igneel- su nombre provocaba una ansiedad espantosa que quería obligarla a regresar pero su abultado abdomen le recordaba por que no lo hacia, siguió corriendo hasta que su cuerpo callo rendido, que fácil podría ser dejarse morir pero su mente le recordaba que la vida de ambos dependía de ella ademas Igneel prometió volver y ella lo esperaría, se dispuso a levantarse pero pronto se sintió un desagradable olor que la rodeada giraba la cabeza con terror esperando al enemigo, escucho como tronaban algunas ramas bajo el suelo y lo supo estaba perdida.

-Cornelia, querida como has causado problemas

sus ojos estaban desorbitados de entre todos los que pensó que la traicionarían tenia que aver sido el-haz vendido a tu especie-bramo llena de ira

-no-sonrió- me eh proclamado rey-

-tu jamas seras rey de nada

-cornelia, cornelia- pronunciaba su nombre mientras caminaba en círculos aprisionándola-en eso tienes razón jamas seria rey, si Igneel seguía con vida, pero eso ya se soluciono

sintió sus ojos arder-mentira el regresara-parecía muerta sus ojos estaban nublados por el dolor

-yo mismo lo vi morir-dejo que continuara lastimandola la única manera de escapar de el era que el pensara que habia muerto

-¡no!

-ahora que el no esta no crees que deberias seguirlo-le susurro mientras la guiaba hasta el precipicio-no pronuncio nada, cerro los ojos y se dejo caer.

sus pulmones quemaban exigido oxigeno pero sabia que aun no podia salir, tenia que parecer que de verdad se dejaría morir, dejo que la corriente la alejara mas, mientras rogaba poder aguantar.

no recordaba como salido de ese lago ni como llego hasta aquella oscura cueva pero no le importaba se sentía vacía, una pequeña patada en su abdomen la hiso sonreír

-perdón pequeño mami se siente un poco sola- los dedos empezaban a entumecerse por el frió.

19 años después...

por el despacho se podia observar a una mujer dando vueltas, su largo cabello rubio era sujeto por una orquidia y su bello rostro era delineado por arrugas de tristeza y otras de preocupación sus finos labios estaban tensos y los apretaba con fuerza. se escucharon unos ligeros golpes en la puerta.

-adelante- una joven mujer de cabellos cortos asomaba la cabeza

-ya todos están reunidos

-excelente, en un momento mas iré- una sonrisa se formo en sus labios, su momento estaba por llegar.