Es mi primer fic de bleach por acá, si la cago, diganlo con amor (?

Disclaimer. Bleach le pertenece a Kubo troll-sama.

Tōushirō nunca fue mal perdedor, pero eso de los castigos nunca le iban bien y menos si la hermana menor de Kurosaki e hija de su ex-capitán estaba involucrada.

La morena de unos centímetros mayor sonreía victoriosa mientras él esperaba su destino y para ser sincero no comprendía que era peor, si los besos o las cachetadas.

El sonido de la palma estrellándose contra su mejilla lo distrajo, el dolor no era excesivamente fuerte sin embargo el orgullo era el herido y otra vez el sonido se repitió en la mejilla izquierda con mayor fuerza.

Mirándola directamente le preguntaba sin necesidad de abrir la boca que sucedió a lo que ella contestó.

—Los gemelos a veces podemos ser espejo, sí soy Izquierda ella es Derecha. ¿Listo?

Sin opción dejó su rostro para ser golpeado de nuevo un par de veces más y el dolor se repitió de igual manera— ¡Lo siento! Soy ambidiestra —dijo inocente la morena, riéndose en su interior.

Luego de cobrar sus pagos tocaba la venganza, pero seguía siendo todo parte del sucio plan de Kurosaki y estaba seguro que en cualquier momento Ichigo le atacaría.

Atrayendo su rostro, la besaba con tal pasión y desenfreno en cada roce que incluso sentía su cuerpo derretirse del calor. Sensación que por supuesto no le agradaba.

Los dulces labios de Karin brillaban y sabían a menta, esta enredaba sus dedos entre los blancos mechones de su cabello desesperada por retenerlo sin querer aceptar él debía regresar a la sociedad de Almas.

Inmersos en su beso, Hitsugaya abrió los ojos para ver el arbusto cercano moverse sospechosamente por lo que separándose desenvainó su Zanpakutō en dirección al mismo.

Cortándolo en dos un grito de miedo de mujer salio de este.

Isshin que observaba a su ex tercer oficial y a su hija ya comenzaba a hacer planes de boda, huía con la mitad del cabello rebanado por el filo de la espada.

Justo en aquel momento escucharon:—Bankai.

El capitán del décimo escuadrón solo pudo decir «¡Matsumoto!» antes de salir huyendo del demencial Ichigo que alcanzó a ver bastante bien el juego con la morena.