CAPITULO 1: Un sueño raro
Faltaba poco para que el sol se metiera. Harry estaba haciendo los deberes de Transformación que le habian dejado para las vacaciones. Era un trabajo cuan difícil resultaria convertir una cama en un ataúd.
Justo cuando acabó, entro su odioso primo Dudley a su habitación y se sentó en la cama de Harry. Tenía la cara de preocupado, pero Harry no sabia porque, ya que a Dudley ya no se daban miedo los hechizos que le echaba, ya que sabia que no podia hacer magia fuera de Hogwarts.
--Harry, quisiera hablar contigo, si no es mucha molestia – dijo Dudley
--Si, bueno – dijo Harry sorprendidísimo.
Hubo un silencio durante algunos segundos, Harry no tenía la menor idea de lo que Dudley le preguntaria, ya que siempre le hablaba para burlarse de él.
--Sabes, hay una chica en mi salón que me gusta, pero ella no me hace caso, y pensaba que tu... me podrias decir como hacérselo saber, ya que he visto que tienes amigas en tu escuela esa, por las cartas que llegan, perdón, pero ayer vine y ví unas cuantas.
Harry se volvio a soprender y por un momento quiso estallar de risa, ya que sabia que nadie le haría caso al gordo de Dudley, pero luego se enojó porque había estado husmeando entre las cartas que le habian mandando Hermione, Cho Chang y Ginny.
--Bueno – aguantándose la risa – no soy muy experto en eso, pero creo que debes acercarte a ella, si, eso es lo que debes hacer, y hazle saber que es muy bonita – fue lo unico que a Harry se le ocurrió decir en ese instante.
--Gracias Harry, nunca pensé en pedirte ayuda, pero eras mi último recurso y te lo agradezco mucho, luego de vacaciones eso haré y entonces sí se fijará en mi.
Dudley salió de la habitación y Harry se quedó mudo, esperó a que su odioso primo bajara las escaleras y llegara a la cocina a comer algo. Un minuto después, hundió su cara en la almohada y se puso a reir a carcajadas, no lo podía creer, su primo, pidiéndole consejos amorosos?? Harry, en sus 16 años cumplidos, nunca había tenido novia, y no sabia qué era el amor. No sentía muchas ganas de enamorarse, ya que estaba seguro de que Voldemort regresaría este año y seguramente, para llevarse a Harry con él.
A la mañana siguiente, Harry bajó rápidamente las escaleras oliendo un delicioso tocino y huevos. Claro, que la tía Petunia nunca le daría eso para el desayuno, sino un pan con mermelada y una vaso de leche, como siempre; pero esa mesa no era la misma de siempre, se veía algo diferente, algo muy diferente.
Cuando Harry entró a la cocina, el tío Vernon le saludó muy amablemente:
-- Harry!!, ¿cómo amaneciste?, aquí está tu plato servido, siéntate a comer y acompáñanos.
Harry no lo podía creer, sería aquel, el dia que siempre estuvo esperando??? O tal vez solo lo trataban así por que su padrno Sirius habría visitado a los Dursley??? De cualquier forma, lo que pasaba no se lo habría imaginado nunca, pero prosiguió a contestarle a su tío Vernon, que estaba esperando una respuesta.
-- Eh, bien, si, gracias – Dijo al tiempo de que se sentaba al lado de Dudley y éste le sonreía amablemente así como la tía Petunia.
Ese fue un desayuno muy diferente, pero le había gustado más que cualquier otro, pero no superaba a los suculosos banquetes de Hogwarts en la ceremonia de bienvenida que le esperaban el 1 de septiembre.
Se oyó un ruido muy raro, era como un aullido, pero muy diferente, en eso, Harry sintió a Hedwig en su nariz, estaba soñando. Todo el desayuno perfecto de habia esfumado y, en cambio, cuando llegó a la cocina, le fue peor que todos los demás dias.
-- ¿Qué horas son estas de despertar?¿Piensas que te íbamos a esperar para desayunar?
Olvídalo, y ya no desayunarás, para la próxima te levantas más temprano!!!, regresa a tu habitación ahora! – gritó el tio Vernón a Harry, apuntándolo con una mano y en la otra, sosteniendo el tenedor con un gran pedazo de salchicha asada.
"Lo sabia, lo sabia" se decía a sí mismo mientras subia las escaleras "Todo era un sueño, demasiado bueno para ser realidad", pero lo único que sí era verdad, es que Dudley lo había visitado para pedirle consejos.
Faltaba poco para que el sol se metiera. Harry estaba haciendo los deberes de Transformación que le habian dejado para las vacaciones. Era un trabajo cuan difícil resultaria convertir una cama en un ataúd.
Justo cuando acabó, entro su odioso primo Dudley a su habitación y se sentó en la cama de Harry. Tenía la cara de preocupado, pero Harry no sabia porque, ya que a Dudley ya no se daban miedo los hechizos que le echaba, ya que sabia que no podia hacer magia fuera de Hogwarts.
--Harry, quisiera hablar contigo, si no es mucha molestia – dijo Dudley
--Si, bueno – dijo Harry sorprendidísimo.
Hubo un silencio durante algunos segundos, Harry no tenía la menor idea de lo que Dudley le preguntaria, ya que siempre le hablaba para burlarse de él.
--Sabes, hay una chica en mi salón que me gusta, pero ella no me hace caso, y pensaba que tu... me podrias decir como hacérselo saber, ya que he visto que tienes amigas en tu escuela esa, por las cartas que llegan, perdón, pero ayer vine y ví unas cuantas.
Harry se volvio a soprender y por un momento quiso estallar de risa, ya que sabia que nadie le haría caso al gordo de Dudley, pero luego se enojó porque había estado husmeando entre las cartas que le habian mandando Hermione, Cho Chang y Ginny.
--Bueno – aguantándose la risa – no soy muy experto en eso, pero creo que debes acercarte a ella, si, eso es lo que debes hacer, y hazle saber que es muy bonita – fue lo unico que a Harry se le ocurrió decir en ese instante.
--Gracias Harry, nunca pensé en pedirte ayuda, pero eras mi último recurso y te lo agradezco mucho, luego de vacaciones eso haré y entonces sí se fijará en mi.
Dudley salió de la habitación y Harry se quedó mudo, esperó a que su odioso primo bajara las escaleras y llegara a la cocina a comer algo. Un minuto después, hundió su cara en la almohada y se puso a reir a carcajadas, no lo podía creer, su primo, pidiéndole consejos amorosos?? Harry, en sus 16 años cumplidos, nunca había tenido novia, y no sabia qué era el amor. No sentía muchas ganas de enamorarse, ya que estaba seguro de que Voldemort regresaría este año y seguramente, para llevarse a Harry con él.
A la mañana siguiente, Harry bajó rápidamente las escaleras oliendo un delicioso tocino y huevos. Claro, que la tía Petunia nunca le daría eso para el desayuno, sino un pan con mermelada y una vaso de leche, como siempre; pero esa mesa no era la misma de siempre, se veía algo diferente, algo muy diferente.
Cuando Harry entró a la cocina, el tío Vernon le saludó muy amablemente:
-- Harry!!, ¿cómo amaneciste?, aquí está tu plato servido, siéntate a comer y acompáñanos.
Harry no lo podía creer, sería aquel, el dia que siempre estuvo esperando??? O tal vez solo lo trataban así por que su padrno Sirius habría visitado a los Dursley??? De cualquier forma, lo que pasaba no se lo habría imaginado nunca, pero prosiguió a contestarle a su tío Vernon, que estaba esperando una respuesta.
-- Eh, bien, si, gracias – Dijo al tiempo de que se sentaba al lado de Dudley y éste le sonreía amablemente así como la tía Petunia.
Ese fue un desayuno muy diferente, pero le había gustado más que cualquier otro, pero no superaba a los suculosos banquetes de Hogwarts en la ceremonia de bienvenida que le esperaban el 1 de septiembre.
Se oyó un ruido muy raro, era como un aullido, pero muy diferente, en eso, Harry sintió a Hedwig en su nariz, estaba soñando. Todo el desayuno perfecto de habia esfumado y, en cambio, cuando llegó a la cocina, le fue peor que todos los demás dias.
-- ¿Qué horas son estas de despertar?¿Piensas que te íbamos a esperar para desayunar?
Olvídalo, y ya no desayunarás, para la próxima te levantas más temprano!!!, regresa a tu habitación ahora! – gritó el tio Vernón a Harry, apuntándolo con una mano y en la otra, sosteniendo el tenedor con un gran pedazo de salchicha asada.
"Lo sabia, lo sabia" se decía a sí mismo mientras subia las escaleras "Todo era un sueño, demasiado bueno para ser realidad", pero lo único que sí era verdad, es que Dudley lo había visitado para pedirle consejos.
