ALGO ASÍ COMO MI VERSIÓN DE ROMEO Y JULIETA
Capítulo uno: Reina de hielo
Era tarde ya, pero debía acabar los deberes que no pudo hacer durante su 'enfermedad'. Volvió la vista otra vez al pergamino. Grindylows. Le gustaba Defensa, así que ya era más largo de lo que el profesor Lata había pedido. Sabía que era estúpido por su parte alargarlo, porque tenía demasiada faena como para hacer extras... pero de todos modos le gustaba hacerlo y quería sacar la mejor nota de Defensa del curso, aunque parecía difícil superar a Snape... Al fin garabateó la última palabra y marcó el último punto. Pero todavía le quedaba trabajo. Vaya asco. Tomó su libro de Historia y leyó los ejercicios por encima, con desgana casi. Tendría que buscar más información sobre ese tal Arnaldo el Testarudo. Vaya, vaya asco. Buaj. Tanteó la posibilidad de hacerlo en algún otro momento. Pero no. No si quería ir a Hogsmeade al día siguiente. Se deshizo de la pereza atacante poniéndose en pie con un movimiento suave. Trepó con penas y esfuerzos por una de las viejas escaleras de mano que estaban apoyadas en las estanterías.
- Veamos - murmuró mientras pasaba un dedo inquisidor por el lomo de los volúmenes - 'Magos ilustres del siglo trece' no. 'Libro de las Guerras de las sirenas del Cantábrico durante el reinado de...' no, no, éste tampoco. 'Cómo hacer pasteles de chocolate, sardinas en escabeche y babosas cocidas. Tomo Uno.' ¡Puaj! ¿Qué hace ésto aquí? A ver éste... 'Grandes batallas 1111-1222'. Ésto me sirve...
Cogió el libro con cuidado, y de paso los dos siguientes: 'Crónicas de la guerra de los Estandartes de Ghorg-henn' y 'Arnaldo el Testarudo: Ciento veinte razones para odiarlo' de Bonifacio de Kluns, que no parecía apreciar al tal Arnaldo. Los tres libros dejaron un hueco en la estantería, de manera que Remus podía ver las hojas amarillentas y quebradizas de los volúmenes del otro lado y el listón que separaba una fila de la otra. Y de repente una luz. Una luz y una mano blanca que sacó uno de los libros con delicadeza. Remus contuvo el aliento. La mano tomó el siguiente. Remus entrevió algo claro y dorado al otro lado y estiró el cuello, muerto de curiosidad. Al tercer libro, Remus entendió que era una chica, y que el cabello era rubio claro. Y los ojos. Grises, profundos, tristes. De repente, ella advirtió su presencia y le clavó una mirada que dejó al chico helado. Una mirada que empezó por ser de sobresalto, pasó a curiosidad, interés, una pizca de brillo picarón y de ahí saltó vertiginosamente a un mensaje intenso y lo que a Remus le pareció una eternidad perdido en ella. Y repentinamente, cuando él menos lo esperaba, ella enrojeció y bajó la vista, llegó al suelo en tres saltos felinos que él oyó lejanos y corrió hacia la salida, haciendo aterrizar a Remus con un portazo de despedida.
Uau.
Éso fue todo lo que pudo pensar.
*-*-*-*-*
-¿Y dices que no sabes quién es?- preguntó Lily una vez oyó toda la historia, al día siguiente al llegar a la Sala Común después de una mañana agotadora en Hogsmeade.
-No.
-Oooh ¡qué romántico!- Lily se dejó caer hacia atrás en un 'ataque de estupidez femenina', como Sirius lo llamaba. Lily solía entonces lanzarle algo a la cabeza y Sirius exclamaba que ya estaba curada. Pero Sirius estaba de excursión a la cocina con Peter, así que Lily tuvo que recuperarse solita. Se incorporó otra vez y sonrió a los dos muchachos -Yo quiero, no, qué va, ¡NECESITO algo así!!!
Remus le echó una ojeada a James. James disimuló. Lily no se dió por aludida. Remus sonrió a Lily. Lily le devolvió la sonrisa. James se quedó embobado mirando a Lily. Remus le echó una ojeada a James. James disimuló. Lily no se dió por aludida. Remus sonrió a Lily. Lily le devolvió la sonrisa. James se quedó embobado mirando a Lily OTRA VEZ. Remus decidió romper el ciclo.
-¿Y qué hago?
James pareció volver en sí.
-Búscala.
-Yo te ayudo. ¿Vienes, James?
-No, no puedo. Tengo que terminar el mapa de Astronomía.
-¿Me lo dejas copiar luego?- preguntó Remus, levantándose.
-Claro. Pero que no se note, ¿eh? Te lo dejaré ahí encima cuando vaya a Quidditch.
-¿Hoy hay entreno?- preguntó Lily.
-Mmm psí.
-Pues ya vendré a verte.
James enrojeció un poco pero Lily no lo advirtió, ya estaba pasando el retrato. De todos modos, Remus sí se dió cuenta y le guiñó un ojo antes de salir tras de Lily.
*-*-*-*-*
-Resumiendo:- acabó Lily- No es Gryffindor, no es de sexto sino más pequeña, es rubia, ojos grises y...
-...un ángel.
Lily rió.
-¡No será para tanto!- dijo, sonriendo ante la cara de azorado de Remus.
-No sé. ¿Y si no la encontramos?
-Tenemos toda la tarde para buscar.
-Le dijiste a James que irías al entreno.
-Pero ésto es más emocionante. Además, no creo que se de cuenta si no voy...- Lily se dio cuenta entonces (algo tarde) de que había hablado demasiado y observó la reacción de Remus aprensivamente, pero él no pareció darse cuenta de lo agrio de su tono de voz.
-Bah, yo creo que sí se daría cuenta- dijo Rmus, y entonces sonrió maquiavélicamente-. Se pasaría el entreno preguntándose por qué no has ido.
Lily soltó una carcajada.
-Entonces quizás me pase por ahí hacia el final del entreno...
-Sí. Es lo que yo haría. Y le dices que se te había olvidado. Pobre James. Le dará algo.
Lily sonrió y lo cogió del brazo.
-Gracias- murmuró.
-¿Y eso?
-Por estar aquí.
-Siempre estoy aquí.
-Menos en luna llena, y yo no estoy ahí sabiendo que me necesitas.
-Pero no es tu culpa. Y luego cuando necesito que alguien me explique algo de Encanterios, lea lo que escribo o me acompañe en busca de un ángel...
Lily rió, y Remus continuó:
-...tú estás aquí, ¿no?
-Sí.
-Pues ya está.
-Mira- Lily señaló un grupo de chicas que volvían de Hogsmeade charlando animadamente- hay un par de chicas rubias.
-Pero no la veo.
-¿No?
-Espera. Ahí hay más. ¡Allí!
Lily observó el lugar que él le señalaba.
-No me digas que es la de la izquierda.
-¡Sí! ¿No es hermosa?
Lily contestó fríamente:
-Será hermosa, pero adivina su nombre.
Remus advirtió el tono helado de su voz y apartó la vista dolorosamente de la muchacha para mirar a Lily desconcertado:
-No lo sé. Dímelo tú.
-Selene Malfoy.
Remus parpadeó, sin querer de acabar de entender.
-No puede ser.
-Remus. Es la hermana pequeña de Lucius. Hace quinto. Es fría y calculadora. Y la nueva buscadora de Slytherin- Lily palmeó suavemente la espalda de Remus.
-¡Demasiado pronto la vi, sin conocerla, y demasiado tarde la he conocido! ¡Prodigioso principio de amor que tenga que amar a un aborrecido adversario!
-Oye, éso es Shakespeare- dijo Lily arqueando una ceja.
-Lo sé. Es lo que dice Julieta cuando sabe quién es él.
-De todos modos te sienta mejor el papel de Romeo, ¿no crees?
-No intentes hacerme reír.
-Lo siento. No pudes olvidarla, ¿cierto?
-Absolutamente cierto.
-Pues entonces lucha por ella- dijo Lily, y lo arrastró hacia el campo de quidditch.
*-*-*-*-*
Selene deambulaba por los corredores de las mazmorras. ¡Eran tan frías y oscuras! Las paredes de piedra, húmedas, se cerraban a su alrededor. Le gustaba imaginar que era una princesa encerrada por un malvado y soñar en que algún valiente caballero la rescataría... Sabía que ra idiota pensar en esas cosas, pero se sentía así... prisionera de su propia envoltura, encerrada n su propio refugio sin saber cómo salir, sin nisiquiera estar segura de querer escapar... volvió a dejar vagar su pensamiento hacia la princesa... trató de imaginar al caballero, esa vez. ¿Rubio? ¿Moreno? No, no, los ojos: azules, muy, muy azules. Le sobrevino una imagen: Libros. Un agujero. Dos ojos. Azules. Penumbra, y el pelo castaño, algo largo, sobre la frente y... Sacudió la cabeza. ¿Pero qué...? ¡Qué perra había cogido con lo d la biblioteca! Rcordó, durante un instante, su mirada: honda, penetrante, azul, extasiada, tan dulce... y sin embargo, tan atrapada. Ahogó un suspiro. Atrapada, así era como ella se sentía. Hacía tiempo ya que no veía una luz de esperanza... quizás por eso lo de la biblioteca le había afectado tanto. Seguro que él ni se acordaba... Andando cada vez más rápido por las mazmorras, de repente se encontró delante de un callejón sin salida. Se quedó parada, mirando el muro gris, y s las arregló para dibujar una sonrisa irónica, aunque amarga. Entonces, sin poderlo evitar, se puso a llorar en silencio. Le hubiera gustado poder gritar todo lo que guardaba dentro del pecho, pero no encontraba palabras. Se hizo una bola contra la pared, y la humedad le manchó el vestido mientras ella seguía buscando palabras y palabras que poder gritar.
*-*-*-*-*
Remus intentaba copiar, ya en la sala común, los deberes de James, pero sin demasiado éxito. Parecía qu no podía djar de mirar atrás en el tiempo allá abajo en la biblioteca y luego en el pasillo norte del tercer piso... Selene. Ése era el nombre de la diosa de la luna. Maldita luna. Selene. Sin pensarlo demasiado, cogió un pedazo de pergamino nuevo y escribió:
*-*
Ella está en la oscuridad. Bailando, brillante, por encima. Acariciando mi cara con su luz. Suave y fría como el metal. ¿Dónde está su fuego? Su señal me guía en la nada hacia su red. Pero no importa. Quiero sentir la suavidad de sus hilos blancos y luminosos en mi piel, atrapado, cercano al paraíso, en una eternidad quieta, callada, adormecedora.
*-*
Lo leyó una y otra vez, sintiendo sus mejillas en llamas, un vacío en el estómago, un nudo en la garganta y las manos y las rodillas temblorosas. Dios. ¿Pero qué...? Se preguntó quién. Podía descontar a Snape y a cualquier Slytherin... Allí nadie escribía así, con ese fuego, esa... esa cosa que hacía que su corazón corriera desbocado. Guardó el trozo de pergamino en el bolsillo donde lo había encontrado y soltó un largo suspiro. Dios. Se dejó caer debajo de un árbol. De vez en cuando una hoja dorada o rojiza le caía sobre el pelo o en el regazo, y ella lo apartaba con un movimiento suave. Cerró los ojos y se dejó llvar lejos, lejos, por el murmullo de la brisa en las copas de los árboles.
No sabía que Remus la observaba, extasiado, desde una ventana del castillo. Así que no era la Reina de Hielo que pretendía ser...
*-*-*-*-*
Nota de la autora: Ésta es mi primera fanfic en español así que no sean crueles, por favor. Habrá dos capítulos más, creo. No quiero alargarla demasiado tampoco. Por cierto, ella no es una paranoica y Remus está medio basado en mi mejor amigo. Ah, sí. Lily soy yo, tal cual. Jeje. Otra cosa. Saben que Romeo y Julieta acaba mal, ¿cierto? Pues no pidan un final feliz y preparen los pañuelos.
Espero que hayáis disfrutado tanto leyendo como yo lo hice escribiendo. Gracias.
Nimph
Capítulo uno: Reina de hielo
Era tarde ya, pero debía acabar los deberes que no pudo hacer durante su 'enfermedad'. Volvió la vista otra vez al pergamino. Grindylows. Le gustaba Defensa, así que ya era más largo de lo que el profesor Lata había pedido. Sabía que era estúpido por su parte alargarlo, porque tenía demasiada faena como para hacer extras... pero de todos modos le gustaba hacerlo y quería sacar la mejor nota de Defensa del curso, aunque parecía difícil superar a Snape... Al fin garabateó la última palabra y marcó el último punto. Pero todavía le quedaba trabajo. Vaya asco. Tomó su libro de Historia y leyó los ejercicios por encima, con desgana casi. Tendría que buscar más información sobre ese tal Arnaldo el Testarudo. Vaya, vaya asco. Buaj. Tanteó la posibilidad de hacerlo en algún otro momento. Pero no. No si quería ir a Hogsmeade al día siguiente. Se deshizo de la pereza atacante poniéndose en pie con un movimiento suave. Trepó con penas y esfuerzos por una de las viejas escaleras de mano que estaban apoyadas en las estanterías.
- Veamos - murmuró mientras pasaba un dedo inquisidor por el lomo de los volúmenes - 'Magos ilustres del siglo trece' no. 'Libro de las Guerras de las sirenas del Cantábrico durante el reinado de...' no, no, éste tampoco. 'Cómo hacer pasteles de chocolate, sardinas en escabeche y babosas cocidas. Tomo Uno.' ¡Puaj! ¿Qué hace ésto aquí? A ver éste... 'Grandes batallas 1111-1222'. Ésto me sirve...
Cogió el libro con cuidado, y de paso los dos siguientes: 'Crónicas de la guerra de los Estandartes de Ghorg-henn' y 'Arnaldo el Testarudo: Ciento veinte razones para odiarlo' de Bonifacio de Kluns, que no parecía apreciar al tal Arnaldo. Los tres libros dejaron un hueco en la estantería, de manera que Remus podía ver las hojas amarillentas y quebradizas de los volúmenes del otro lado y el listón que separaba una fila de la otra. Y de repente una luz. Una luz y una mano blanca que sacó uno de los libros con delicadeza. Remus contuvo el aliento. La mano tomó el siguiente. Remus entrevió algo claro y dorado al otro lado y estiró el cuello, muerto de curiosidad. Al tercer libro, Remus entendió que era una chica, y que el cabello era rubio claro. Y los ojos. Grises, profundos, tristes. De repente, ella advirtió su presencia y le clavó una mirada que dejó al chico helado. Una mirada que empezó por ser de sobresalto, pasó a curiosidad, interés, una pizca de brillo picarón y de ahí saltó vertiginosamente a un mensaje intenso y lo que a Remus le pareció una eternidad perdido en ella. Y repentinamente, cuando él menos lo esperaba, ella enrojeció y bajó la vista, llegó al suelo en tres saltos felinos que él oyó lejanos y corrió hacia la salida, haciendo aterrizar a Remus con un portazo de despedida.
Uau.
Éso fue todo lo que pudo pensar.
*-*-*-*-*
-¿Y dices que no sabes quién es?- preguntó Lily una vez oyó toda la historia, al día siguiente al llegar a la Sala Común después de una mañana agotadora en Hogsmeade.
-No.
-Oooh ¡qué romántico!- Lily se dejó caer hacia atrás en un 'ataque de estupidez femenina', como Sirius lo llamaba. Lily solía entonces lanzarle algo a la cabeza y Sirius exclamaba que ya estaba curada. Pero Sirius estaba de excursión a la cocina con Peter, así que Lily tuvo que recuperarse solita. Se incorporó otra vez y sonrió a los dos muchachos -Yo quiero, no, qué va, ¡NECESITO algo así!!!
Remus le echó una ojeada a James. James disimuló. Lily no se dió por aludida. Remus sonrió a Lily. Lily le devolvió la sonrisa. James se quedó embobado mirando a Lily. Remus le echó una ojeada a James. James disimuló. Lily no se dió por aludida. Remus sonrió a Lily. Lily le devolvió la sonrisa. James se quedó embobado mirando a Lily OTRA VEZ. Remus decidió romper el ciclo.
-¿Y qué hago?
James pareció volver en sí.
-Búscala.
-Yo te ayudo. ¿Vienes, James?
-No, no puedo. Tengo que terminar el mapa de Astronomía.
-¿Me lo dejas copiar luego?- preguntó Remus, levantándose.
-Claro. Pero que no se note, ¿eh? Te lo dejaré ahí encima cuando vaya a Quidditch.
-¿Hoy hay entreno?- preguntó Lily.
-Mmm psí.
-Pues ya vendré a verte.
James enrojeció un poco pero Lily no lo advirtió, ya estaba pasando el retrato. De todos modos, Remus sí se dió cuenta y le guiñó un ojo antes de salir tras de Lily.
*-*-*-*-*
-Resumiendo:- acabó Lily- No es Gryffindor, no es de sexto sino más pequeña, es rubia, ojos grises y...
-...un ángel.
Lily rió.
-¡No será para tanto!- dijo, sonriendo ante la cara de azorado de Remus.
-No sé. ¿Y si no la encontramos?
-Tenemos toda la tarde para buscar.
-Le dijiste a James que irías al entreno.
-Pero ésto es más emocionante. Además, no creo que se de cuenta si no voy...- Lily se dio cuenta entonces (algo tarde) de que había hablado demasiado y observó la reacción de Remus aprensivamente, pero él no pareció darse cuenta de lo agrio de su tono de voz.
-Bah, yo creo que sí se daría cuenta- dijo Rmus, y entonces sonrió maquiavélicamente-. Se pasaría el entreno preguntándose por qué no has ido.
Lily soltó una carcajada.
-Entonces quizás me pase por ahí hacia el final del entreno...
-Sí. Es lo que yo haría. Y le dices que se te había olvidado. Pobre James. Le dará algo.
Lily sonrió y lo cogió del brazo.
-Gracias- murmuró.
-¿Y eso?
-Por estar aquí.
-Siempre estoy aquí.
-Menos en luna llena, y yo no estoy ahí sabiendo que me necesitas.
-Pero no es tu culpa. Y luego cuando necesito que alguien me explique algo de Encanterios, lea lo que escribo o me acompañe en busca de un ángel...
Lily rió, y Remus continuó:
-...tú estás aquí, ¿no?
-Sí.
-Pues ya está.
-Mira- Lily señaló un grupo de chicas que volvían de Hogsmeade charlando animadamente- hay un par de chicas rubias.
-Pero no la veo.
-¿No?
-Espera. Ahí hay más. ¡Allí!
Lily observó el lugar que él le señalaba.
-No me digas que es la de la izquierda.
-¡Sí! ¿No es hermosa?
Lily contestó fríamente:
-Será hermosa, pero adivina su nombre.
Remus advirtió el tono helado de su voz y apartó la vista dolorosamente de la muchacha para mirar a Lily desconcertado:
-No lo sé. Dímelo tú.
-Selene Malfoy.
Remus parpadeó, sin querer de acabar de entender.
-No puede ser.
-Remus. Es la hermana pequeña de Lucius. Hace quinto. Es fría y calculadora. Y la nueva buscadora de Slytherin- Lily palmeó suavemente la espalda de Remus.
-¡Demasiado pronto la vi, sin conocerla, y demasiado tarde la he conocido! ¡Prodigioso principio de amor que tenga que amar a un aborrecido adversario!
-Oye, éso es Shakespeare- dijo Lily arqueando una ceja.
-Lo sé. Es lo que dice Julieta cuando sabe quién es él.
-De todos modos te sienta mejor el papel de Romeo, ¿no crees?
-No intentes hacerme reír.
-Lo siento. No pudes olvidarla, ¿cierto?
-Absolutamente cierto.
-Pues entonces lucha por ella- dijo Lily, y lo arrastró hacia el campo de quidditch.
*-*-*-*-*
Selene deambulaba por los corredores de las mazmorras. ¡Eran tan frías y oscuras! Las paredes de piedra, húmedas, se cerraban a su alrededor. Le gustaba imaginar que era una princesa encerrada por un malvado y soñar en que algún valiente caballero la rescataría... Sabía que ra idiota pensar en esas cosas, pero se sentía así... prisionera de su propia envoltura, encerrada n su propio refugio sin saber cómo salir, sin nisiquiera estar segura de querer escapar... volvió a dejar vagar su pensamiento hacia la princesa... trató de imaginar al caballero, esa vez. ¿Rubio? ¿Moreno? No, no, los ojos: azules, muy, muy azules. Le sobrevino una imagen: Libros. Un agujero. Dos ojos. Azules. Penumbra, y el pelo castaño, algo largo, sobre la frente y... Sacudió la cabeza. ¿Pero qué...? ¡Qué perra había cogido con lo d la biblioteca! Rcordó, durante un instante, su mirada: honda, penetrante, azul, extasiada, tan dulce... y sin embargo, tan atrapada. Ahogó un suspiro. Atrapada, así era como ella se sentía. Hacía tiempo ya que no veía una luz de esperanza... quizás por eso lo de la biblioteca le había afectado tanto. Seguro que él ni se acordaba... Andando cada vez más rápido por las mazmorras, de repente se encontró delante de un callejón sin salida. Se quedó parada, mirando el muro gris, y s las arregló para dibujar una sonrisa irónica, aunque amarga. Entonces, sin poderlo evitar, se puso a llorar en silencio. Le hubiera gustado poder gritar todo lo que guardaba dentro del pecho, pero no encontraba palabras. Se hizo una bola contra la pared, y la humedad le manchó el vestido mientras ella seguía buscando palabras y palabras que poder gritar.
*-*-*-*-*
Remus intentaba copiar, ya en la sala común, los deberes de James, pero sin demasiado éxito. Parecía qu no podía djar de mirar atrás en el tiempo allá abajo en la biblioteca y luego en el pasillo norte del tercer piso... Selene. Ése era el nombre de la diosa de la luna. Maldita luna. Selene. Sin pensarlo demasiado, cogió un pedazo de pergamino nuevo y escribió:
*-*
Ella está en la oscuridad. Bailando, brillante, por encima. Acariciando mi cara con su luz. Suave y fría como el metal. ¿Dónde está su fuego? Su señal me guía en la nada hacia su red. Pero no importa. Quiero sentir la suavidad de sus hilos blancos y luminosos en mi piel, atrapado, cercano al paraíso, en una eternidad quieta, callada, adormecedora.
*-*
Lo leyó una y otra vez, sintiendo sus mejillas en llamas, un vacío en el estómago, un nudo en la garganta y las manos y las rodillas temblorosas. Dios. ¿Pero qué...? Se preguntó quién. Podía descontar a Snape y a cualquier Slytherin... Allí nadie escribía así, con ese fuego, esa... esa cosa que hacía que su corazón corriera desbocado. Guardó el trozo de pergamino en el bolsillo donde lo había encontrado y soltó un largo suspiro. Dios. Se dejó caer debajo de un árbol. De vez en cuando una hoja dorada o rojiza le caía sobre el pelo o en el regazo, y ella lo apartaba con un movimiento suave. Cerró los ojos y se dejó llvar lejos, lejos, por el murmullo de la brisa en las copas de los árboles.
No sabía que Remus la observaba, extasiado, desde una ventana del castillo. Así que no era la Reina de Hielo que pretendía ser...
*-*-*-*-*
Nota de la autora: Ésta es mi primera fanfic en español así que no sean crueles, por favor. Habrá dos capítulos más, creo. No quiero alargarla demasiado tampoco. Por cierto, ella no es una paranoica y Remus está medio basado en mi mejor amigo. Ah, sí. Lily soy yo, tal cual. Jeje. Otra cosa. Saben que Romeo y Julieta acaba mal, ¿cierto? Pues no pidan un final feliz y preparen los pañuelos.
Espero que hayáis disfrutado tanto leyendo como yo lo hice escribiendo. Gracias.
Nimph
