Disclaimer: One Piece sólo pertenece a Oda y toda su divinidad.
Claim: Dadan + Garp.
Advertencias: Ubicado post-Guerra, spoilers de la misma y del capítulo 590.
Notas: En respuesta al prompt "Cuadros" de Kmiya *la estruja*, ella y sus geniales ideas... que uno termina destruyendo ;A;. ¡Es el primer fic de Dadan! ¿Por qué no tienen su nombre en la lista? ;_;.
—…Sabía que estarías aquí.
La puerta de la cabaña se cierra con suavidad tras esas palabras, sin alterar el silencio que allí presente. Dadan no necesita voltear su cabeza, ni se molesta siquiera en pensar voltearse, para reconocer inmediatamente la identidad del hombre a su espalda. Ella aprieta los puños, haciéndose sangre, aguantándose las ganas de volver a saltar sobre el cuello del marine. La rabia, el dolor, la tristeza aún hacen mella en ella, pero ese no es el lugar para dejar libre sus instintos asesinos. En cualquier otro lugar sí, mas no allí.
—¿Qué haces en este lugar, Garp? Si quieres que te vuelva a golpear…—El Vicealmirante capta perfectamente el tono en la voz de la mujer; está enfurecido, sí, pero de igual forma, apagado. Tal como son sus propias pisadas en la descuidada madera del piso, sintiendo que lleva el mundo a cuestas sobre sus hombros.
Sólo ha avanzado unos pasos hacia el centro de la habitación, sin invadir el espacio personal de Dadan, cuando responde con voz contenida, una que pocas veces se permite dejar escuchar.
—Sólo vine a visitar a mis viejos amigos, Dadan, no te alteres.
—¿Cómo puedes…? Aún después de…
—Se los debo.
La réplica de la alta mujer muere en su garganta, sabiendo en cómo iba a terminar una pelea de ambos. Y esa vez no estaría Makino para detener una posible muerte. En aquellos días lo que menos querían todos eran más tragedias.
Toscamente se levanta del suelo, incapaz de seguir compartiendo cuarto con Garp, seguía culpándolo por no haber hecho algo durante la Guerra. Y antes de abandonar la habitación le dirige unas últimas palabras al marine.
—Era lo más cercano a un hijo para mí, junto a Luffy y Sabo.
—…Y a mí unos nietos, Dadan.
La puerta se cerró justo antes de que se vieran las lágrimas de ambos, sólo quedando Garp dentro de la habitación siendo observado por los rostros felices de Rouge y Roger. Y con esa misma quemazón en su pecho, que no se ha detenido desde la Guerra, se sienta frente a los cuadros de sus amigos, charlándoles durante del gran hombre que fue su hijo.
Sí, los cuadros eran de Roger y Rouge juntos, espero no haberlos confundido :).
Gracias por leer :).
