Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling
Capitulo 1: Aquí viene la tormenta
Un ensordecedor sonido resonó por toda la sala, extinguiendo el silencio que minutos antes reinaba. Mis ojos fueron a parar, a un extraño aparato que según mi madre, iba a conseguir que fuera puntual en mis clases "Puf… como si eso fuera posible". Me lo había regalado una semana antes de empezar el curso, en un claro intento de que manejara aquel objeto muggles.
"Y otra vez, como siempre, llegaba tarde, mi primer día" Con mi parsimonia característica me dirigí a la cómoda, donde estaba preparado una montaña de ropa que llevaría ese día.
Me metí en el baño, deje correr el agua para que se terminara de llenar la bañera, mientras me iba desvistiendo. "Voy a llegar tarde de todos modos".
Me encontraba sumergida entre burbujas que con un hechizo ahora eran de color rosa, muy clarito. Cerré los ojos, dejándome llevar por la esencia de jazmín que llegaba hasta mis pulmones, mientras lentamente iba sumergiéndome en el agua, hasta que hubo un momento, en el que estaba completamente metida.
Como si se tratara de un huracán, todos los recuerdos más importantes pasaron por delante de mis ojos. Mi mano agarrada al dedo corazón de mi padre, cuando yo apenas tenía 6 años. Mi séptimo cumpleaños encima de mi caballo blanco. Mi primer año en Hogwarts. Nuestro perro Blay, un precioso cachorro de pastor alemán que encontró mi padre. Más tarde, los sucesos de mi vida, no fueron tan agradables… El alistamiento de mi padre a las líneas del que no debe ser nombrado. La carta de la muerte de mi caballo. La extraña enfermedad que acabo por llevarse a la persona que más quería en el mundo, Meryl, mi abuela. Pero, todo pareció cambiar cuando conocí a Blaise. El primer amor. La fiesta de disfraces del colegio. Mis primeras veces. Ya saben lo que dicen, nada dura eternamente. Mi fiesta de presentación a la sociedad como futura heredera de la familia Kendrick. Mi compromiso pactado con el hijo único de los Malfoy. El final de mi relación con Blaise. El tormento que conllevo. Mi relación con Draco. Las primeras vacaciones en la mansión Malfoy junto con Draco y Blaise. El desliz de aquella noche. Sonrisa. El divorcio de mis padres. "Mi vida, estaba siendo completita a mis escasos 16 años".
Salí de mis pensamientos al notar que no tenía aire en mis pulmones, no podía aguantar más la respiración. En cuanto cogí aire, empecé a llorar, pero como muchas otras veces solo eran unas cuantas lagrimas, que me hacían desahogarme, sin embargo, últimamente, eso no era suficiente. "Que ridículo era todo aquello, los slytherins no lloran, no muestran debilidad"
Antes de salir por la puerta, me paré enfrente del espejo, como todos los días hacia antes de ir al gran comedor. Mi falda gris estaba cortada por la mitad de mi muslo, perfectamente colocada, la camisa de un blanco impecable, con los tres primeros botones desabrochados, se amueblaba a mi torso, haciendo más destacables mis curvas, mi pelo había mejorado con el paso de los años, dejando de lado aquella maraña de pelo, por una melena ondulada que me llegaba hasta la cadera, de color marrón claro, dependiendo de la luz que le diera, tenía mechas rubias, por último estaban mis… "Mierda, ¿Donde están?" Como si fueran un gato me agache por debajo de la cama, rebuscando entre todas las cajas que había, y allí estaban, relucían como si fueran especiales, únicas, y así era, mis Jimmy Choo de la nueva temporada, negras con cintas verdes, eran mi amor más querido, si había algo que me gustara más que los bolsos, eran esos zapatos. Me afloje un poco la corbata, verde con líneas plateadas, y cerré la puerta tras de mí.
Estaba a unos cuantos pasos de la puerta del gran comedor, y como siempre, como si fuera una rutina, saque de mi bolsillo mi brillo de labios favorito con sabor a fresas. Escuche una voz a lo lejos que me llamaba, en seguida guarde el brillo, no sin antes ponérmelo, me gire, quedando así, apoyada en la pared, mientras ponía una de mis provocadoras sonrisas. Se acercó hacia mí, con pasos lentos, haciéndose de rogar, llevaba una de sus manos en el bolsillo, mientras que la otra, se la paso distraídamente por el pelo, revolucionando aquella melena rubia que volvía locas a todo el sector femenino, y porque no decirlo, a mi también. Él era Draco Malfoy, mi novio, y mi futuro esposo, tenía 17 años, recién cumplidos, solo por unos meses mayor que yo. Su físico hace derretir incluso a algunas profesoras del colegio, sus ojos grises destacan con su piel pálida, su cuerpo atlético, hombros anchos, pero no solo por eso era por lo único que nos gustaba, su carácter engreído y superior, hacia ver al resto que era inalcanzable, y eso, quieras o no, era un reto para todas aquellas chicas fáciles del colegio, por lo que, nunca solía estar solo. "Saben a lo que me refiero" (Guiño)
Detrás suyo, se encontraba Blaise Zabini, otro de los componentes de slytherin que arrancaba suspiros haya donde pasara, tenia un cierto parecido con nuestro rubio, del que eran amigos desde la infancia y con el que compartía el primer puesto en la lista de los más deseados de todo Hogwarts, con su carácter frio y distante, que no dejaba que nadie se le acercara, por eso y por su altura, unos centímetros más alto que el ojigris, y ancho. Al contrario que Draco, que a primera vista parecía un ángel, Blaise era todo un demonio, sus ojos azules que electrizaban a cualquiera que los mirara, su melena de un negro azabache espectacular y su piel pálida, daba un contraste que dejaba sin palabras, haciéndole parecer el pecado más atrayente y peligroso.
Draco debió de verme mientras me comía con la mirada a Blaise, ya que cuando este también se giro en su dirección y lo vio, se giro hacia mi para darme uno de sus besos, en los que quería indicar posesión, celos y enfado, como era costumbre en el cada vez que me acercaba a un chico o lo miraba.
- Dejad algo para el postre – dijo un divertido Blaise.
- Zabini tiene razón, entremos - dije mientras Blaise me miraba a los ojos, no soportaba llamarle por el apellido, pero parecía que así Draco no se ponía celoso.
Antes de que las puertas se abrieran, Draco se pegó a mi espalda, colocando una de sus manos sobre mi cintura, y la otra sobre mi muslo, haciendo pequeños círculos en esta.
- ¿Y por qué no pasamos directamente al postre? - susurro en mi oído.
- Quiero picar un poco – dije mientras con paso rápido me agarraba al brazo de Blaise y entraba al comedor.
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¡Hola a todos! Este es mi primer dramione, bueno, en realidad no, ya que ya había publicado historias aquí, pero cambie mi perfil y remodelé mis historias, por eso seguramente os suene el titulo a algunos, pero os advierto, no tiene nada que ver con la anterior.
Deseo que os haya gustado, y que no os haya parecido una perdida de tiempo
Besos!
Espero no tardar mucho en actualizar, pero si me dejáis comentarios, os avisare :D
