Estos personajes pertenecen a Harris en su mayoría, yo solo me dedico a hacer con ellos lo que me da la gana.
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CAPITULO 1
Me levanté temprano, más de lo que acostumbraba, pero la ocasión lo merecía, después de un año era la primera fiesta a la que pensaba ir, claro que por otra parte, era imposible negarme a la asistencia por dos razones, la primera, era en mi Pub y la organizaba yo, la segunda y más importante de todas, era en honor de la persona que yo más amaba en el mundo.
Me dirigí a la ducha pensando en el tiempo que ya había pasado, un año entero, ¿cómo era posible? En mi mente aun rezumaban los recuerdos de ese día como si solo hubiesen pasado dos minutos, los tenía tan presentes que a veces sentía como volvían a desgarrarme por dentro, sacudí la cabeza en un intento de despejar esos pensamientos, no podía permitirlo en un día como ese, tenía que hacer el esfuerzo de estar animado, ese día más que ningún otro.
Pam me llamó por teléfono para avisarme que lo tenía todo bajo control, repetirme una vez más la ropa que debía ponerme y recordarme la gran idea que habíamos tenido abriendo el pub ese día, sonreí esperando de corazón que así fuese, era la primera vez en los cinco años que llevábamos con el negocio que lo abríamos de día, normalmente las puertas se abrían al caer la noche, mi trabajo siempre había sido mi gran pasión, cuando Alice llegó a mi vida lo dejé un poco de lado pero aun así me concentré en mantener ambas cosas con la misma atención, que yo quisiera tener una vida no significaba que tuviese que dejar de lado Drömmen, había luchado demasiado por ese negocio, en realidad no fue mucho esfuerzo, ella siempre lo entendió y a pesar de que a veces discutíamos bastante por el tema de la repartición de mi tiempo, al final siempre encontrábamos una solución justa, esa solución casi siempre implicaba que yo estuviera más tiempo en casa mientras Pam se encargaba de casi todo y yo mantenía al día el tema de proveedores y documentación del Pub, se podría pensar que cargaba a mi socia todo el trabajo, pero podía decir con gran seguridad que a ella no le importaba en absoluto, disfrutaba tanto como yo de aquel sitio, no era extraño verla en su tiempo libre allí también, u organizando cualquier evento que nos hiciese coger aun más fama de la que ya teníamos, y sin embargo, en el último año ni siquiera el Drömmen me animaba, me repetía una y otra vez que debía mantener los recuerdos alejados, pero a medida que avanzaba la mañana era más difícil mantener firme ese propósito, era un día demasiado señalado, y sin embargo sabía que tenía que hacer ese esfuerzo, ya no por mí, sino por toda la gente que esperaba con ansias esa gran fiesta.
Y además, estaba ella, mi ángel, la fiesta era en su honor y yo no podía olvidar eso, tenía que disfrutar e intentar crear recuerdos felices que me acompañasen cada día tal y como me había dicho Pam, bueno, en realidad eso era algo fácil, solo tenía que ver su cara o su sonrisa para hechizarme, cuando terminé de vestirme fui a la habitación y me dispuse a contemplarla mientras aun dormía, parecía serena y feliz, no pude evitar acariciar su pelo con cuidado de no despertarla, algo del todo inútil porque en ese momento tocaron el timbre de casa de manera insistente, solté un par de tacos en un susurro mientras me dirigía a la puerta a toda prisa, podía imaginar quien era perfectamente y efectivamente no me equivoqué, al abrir la puerta allí estaba.
_ Buenos días, ¿Dónde está la cumpleañera? –Dijo a voz en grito-
_ Buenos días Leif, ¿te importaría bajar la voz? –Dije molesto- Aun está durmiendo y me gustaría que descansara un poco más, el día será largo.
_ Oh, bueno vale, entonces voy a hacer café o algo que no he desayunado.
Fuimos a la cocina, o más bien yo lo seguí hasta la cocina porque él solía pasearse por aquella casa como si fuese suya, lo observé mientras preparaba café para ambos, mi hermano Leif, la verdad es que muchas veces era como un jodido grano en el culo, pero tenía que reconocer que mi vida sería aun más desastrosa sin su presencia, siempre estaba animado, le encantaba estar de risas y bromas todo el día, y a decir verdad, eso era de agradecer porque fue de mucha ayuda en mis peores momentos.
_ ¿Y Ana?
_ Me ha dicho que iba a Drömmen por si Pam necesitaba algo, imagino que estará por allí. ¿Sabes si lo tiene todo listo ya?
_ Si, Pam me ha llamado y todo estará preparado para la hora de comer, el catering ya está encargándose de todo mientras los vigila de cerca.
_ Desde luego con la rubia en acción es imposible que algo no salga perfecto, los pobres camareros tienen que estar sudando la gota gorda para no despertar a la fiera –dijo mientras reía y se metía en la boca un croissant que había sacado de mi despensa-
_ Ya sabes cómo es, le gusta tenerlo todo bajo control, si no fuera por ella Drömmen no sería uno de los mejores Pubs de la ciudad.
Leif asintió mientras devoraba su desayuno y yo me bebía mi café, hablamos un poco más del negocio, en realidad, yo hablaba mientras él se encargaba de mirar impaciente el reloj y preguntarme cuando se despertaría la cumpleañera, cuando estaba preguntándome por decima vez la escuchamos. Leif sonrió satisfecho, quería ser el primero en felicitarla y me siguió por la casa hasta entrar en el dormitorio.
Estaba de pie en su cuna, hacía pucheros reclamando atención y en cuanto me vio extendió sus brazos reclamándome, fui hasta ella y la cogí mientras la besaba.
_ Buenos días vacker min –Se agarró a mi cuello sonriendo, luego vio a Leif y con la misma energía abrió los brazos en su dirección.
_ ¡Buenos días preciosa! –dijo Leif mientras la cogía en brazos y la lanzaba al aire.
_ ¿Te importaría dejar de jugar con mi hija como si fuese una pelota? –le dije entre molesto y divertido.
_No seas cascarrabias, mira como se ríe, le encanta, ¿verdad que te encanta princesa? –Eyra rió aun más fuerte confirmando lo que su tío decía- ¿Cómo te sientes al tener un año ya? Eres super mayor, y cada día estas más guapa, se nota que tienes más genes míos que de tu padre. –mi pequeña se limitaba a mirar a su tío con esos enormes ojos azules y sonreír.
_ Leif, ¿eres consciente de que tú y yo somos casi iguales físicamente?
_ Puede ser, pero yo tengo un encanto especial, todo el mundo lo sabe, y Eyra también lo sabe, ¿verdad que sí? –Dijo mirándola- ¿verdad que el tío Leif es mejor que papi?
Mi niña pareció entender solo la última palabra porque se giró automáticamente hacia mí gritando "papi" repetidas veces, dado que era de las pocas palabras que aun sabía mencionar no pude evitar reírme y cogerla de nuevo mientras Leif parecía algo molesto porque Eyra no le diese la razón, a veces no sabía cuál de los dos era más crio.
La hora siguiente la dedicamos a ponerle el vestido que Pam había exigido, los zapatos que Pam había exigido y peinarla como Pam había exigido, algo tremendamente difícil para dos hombres como Leif y yo, volví a acordarme de mi cuñada, Pam no la necesitaba tanto como nosotros en ese momento, seguro, además Eyra tampoco parecía muy dispuesta a colaborar quitándose los zapatos al mínimo descuido o babeando su vestido, sabía perfectamente que en cuanto entrásemos en el Drömmen Pam se encargaría de volver a peinarla mientras nos repetía a Leif a y mi lo inútiles que éramos, a ella no es que se le diesen espectacularmente bien los niños, de hecho solo trataba con mi hija, pero estaba empeñada en mantenerla siempre impecable porque según ella Eyra era lo más parecido que iba a tener nunca a una hija y una hija suya no salía a la calle de cualquier manera, el hecho de que solo fuera un bebé para ella no suponía justificación, tenía que estar impecable siempre y punto, cuando por fin terminamos salimos a la calle, la coloqué en su silla en el coche y nos dirigimos al pub, al llegar Leif cogió a Eyra rápidamente y se la quedó mirando un momento, luego me miró a mí.
_ Es tan perfecta Eric…, -vaciló un momento y luego siguió- Alice estaría orgullosa de su hija.
Asentí y sonreí levemente, oír su nombre aun me producía demasiado dolor, Alice, mi preciosa Alice, habíamos estado juntos once años, la noticia de su embarazo nos llegó de sorpresa, realmente yo jamás me había visto como un padre, quizá como un marido a muy largo plazo sí, pero desde luego no tenía previsto eso de traer hijos al mundo, aun así a medida que el embarazo avanzaba yo me ilusionaba más, estaba convencido de que sería un bebé perfecto, recuerdo como Alice se reía de mi cada vez que me ponía a hablarle a su barriga, a contarle las ganas que tenía de verla, cuando supe que era niña mi emoción creció aun más, una pequeña Alice, no habría nada mejor que eso, estaba convencido, sin embargo el sueño se volvió pesadilla el día que Eyra llegó al mundo, el parto se complicó y mi mujer no pudo soportarlo, murió antes de conocer a su hija, de pronto Leif me habló sacándome de mis pensamientos.
_ Tienes que disfrutar el día por esta princesa Eric, anímate –dijo, dándose cuenta de mi cambio de humor repentino, y tenía razón, era el cumpleaños de mi pequeña y debía estar contento, pero al mismo tiempo se cumplía un año de la muerte de mi esposa, y eso hacía que el día fuese alegre y tremendamente triste al mismo tiempo, sacudí esos pensamientos, cogí en brazos a mi princesa y entramos en el pub.
Realmente el trabajo de Pam había sido espectacular como mínimo, el pub, normalmente decorado en tonos negros y rojos, estaba cubierto de un aire claro, casi infantil, teniendo en cuenta que era un cumpleaños, los focos de la pista de baile habían sido cambiados por uno que daba una luz suave y familiar al local, habían globos infantiles por todas partes y algunas mesas repartidas para que los invitados dejasen sus regalos, además de las mesas dispuestas para el catering, cuando Pam nos vio se acercó a nosotros imponente y guapa a más no poder.
_ ¿Puedo saber porque Eyra no trae puestas las coletas? –dijo al tiempo que se la quitaba a Leif de los brazos.
_ Misión imposible, se las quita todo el tiempo Pam, no le gustan.
_ Tiene un año, no sabe lo que le gusta Northman, vaya par de inútiles estáis hechos. –sonreí, había dado en el clavo al imaginar que diría eso-.
_ No te preocupes rubia, aquí tienes las gomillas, se las haces tú y en paz –dijo Leif mientras le daba la mochila con las cosas de Eyra y ella bufaba exasperada, a él pareció darle igual porque había divisado a Ana y antes de darme cuenta ya se había acercado a ella y estaba besándola.
_ Voy a la oficina a terminar de arreglarla, ve saludando mientras Eric, ya han llegado la mayoría de invitados.
Tenía razón, todavía no podía creerme que hubiese invitado a tantísima gente a un simple cumpleaños, estaban casi todos nuestros conocidos, incluso algunos contactos profesionales, más los padres de los compañeros de guardería de Eyra, así que me dispuse a dar una vuelta por allí e ir saludando y agradeciendo la asistencia hasta que me topé con mi viejo amigo Alcide, él tenía una empresa constructora y nos conocimos años atrás cuando le pedí que remodelara mi casa entera, desde entonces nos hicimos amigos.
_ ¿Cómo va todo Eric? Te veo bien.
_ No me quejo, ya sabes que la fama de Drömmen sube como la espuma, Pam es buena con eso de la publicidad.
_ Desde luego tienes mucho que agradecerle, porque a ti por aquí últimamente no se te ve el pelo.
_ Bueno, la paternidad no es muy compatible con este tipo de negocios, intento repartir el tiempo lo mejor que puedo pero aun así es difícil, creo que me seguiré centrando en estar pendiente de proveedores y cuentas aunque me vuelvan loco.
_ Me lo imagino, ¿Dónde está la cumpleañera? Tengo ganas de darle su regalo.
_ Estará peleándose con Pam mientras intenta peinarla, en unos minutos la veras supongo –no había terminado de hablar cuando Pam se acercó con mi pequeña que parecía enfurruñada.
_ Es imposible esta cría de verdad, no para de quitarse todo lo que le pongo en el pelo. – Mi hija lo confirmó quitándose de nuevo las horquillas que mi socia le había puesto, yo reí y la cogí en brazos.
Alcide le dio su regalo mientras le hacía algunas carantoñas, hablamos un rato más y luego me dispuse a atender al resto de invitados, para el momento de soplar las velas Eyra no parecía muy dispuesta, estaba agotada y no la culpaba, no la tenía acostumbrada a tanto ajetreo, así que después de soplar y estar un rato más por allí, la gente empezó a dispersarse y la cumpleañera dormía en brazos de Leif plácidamente.
_ Eric, ¿puedo hablar contigo un momento? –asentí a Pam y fuimos a mi despacho.
_ Tú dirás.
_ ¿Recuerdas a Jason Stackhouse? Es el dueño de Moon, el local que compite directamente con nosotros.
_ Sí claro, ¿Qué pasa con él?
_ Se ha puesto en contacto conmigo, quiere reunirse con nosotros con la intención de que nos asociemos para montar algo nuevo, sería una mezcla de lo mejor de Drömmen y Moon, estaríamos en la cima solo por el hecho de unir fuerzas, creo que deberíamos considerar lo que tiene que ofrecernos.
_No sé Pam, ya sabes que me cuesta mantenerme centrado en este, no creo que pueda encargarme de otro local.
_ Harías lo mismo que ahora Eric, es una gran oportunidad, tu seguirías en la sombra, yo me ocuparía de todo cara a la galería y tu llevarías las gestiones y demás, podrás seguir tu vida de padre depresivo aburrido no te preocupes.
_Pam…
_ ¿Qué? ¿Acaso es mentira? Oye, sabes que yo adoro a Eyra, pero no puedes centrarte tan exclusivamente en ella Eric, ya no recuerdo la última vez que saliste por ahí a divertirte, sé que no es fácil pero tienes que intentarlo, no puedes centrar tu vida únicamente en trabajar y cuidar de tu hija.
_ Soy feliz así, no necesito nada más.
_ Necesitas una mujer Eric –su voz era cauta, casi parecía tener miedo a mi reacción, desde luego no se equivocaba, mis ojos enseguida se encendieron de furia inevitablemente- escúchame por favor, no es sano Eric, yo adoraba a Alice, pero ella ya no está, tienes que seguir joder, eres joven y guapo, no puedo creerme que simplemente te niegues a seguir viviendo.
_ No me niego a seguir viviendo, me niego a estar con alguna mujer porque no lo necesito lo creas o no, mi hija cumple todas mis expectativas en la vida, no necesito más, te vuelvo a repetir que soy feliz así, de manera que espero que no vuelvas a sacar ese tema.
Mi voz sonó firme y cortante, Pam simplemente afirmó y luego volvió al tema del trabajo, me contó algo más acerca de la idea que tenía Stackhouse, y después de un rato discutiendo quedamos en que en esa semana organizaríamos una reunión y hablaríamos de todo tranquilamente, total, tampoco perdía nada por ver si la unión merecía la pena, quizá Pam tuviese razón y fuese la idea del siglo.
Llegué a casa, acosté a mi pequeña en su cuna, la contemplé un rato más y luego me metí yo en la cama, no pude evitar pensar en lo que me había dicho Pam acerca de otra relación, no es que yo quisiera una relación, todo lo que le había dicho a Pam era cierto, sin embargo, no podía negarme que echaba de menos el roce de alguien de vez en cuando, era un hombre después de todo y llevaba un año entero sin ningún tipo de contacto intimo, una cosa era que echase de menos a mi mujer cada minuto, y otra que mi cuerpo no reaccionara ante ciertas cosas, joder, claro que me gustaría echar un polvo en muchos momentos, pero simplemente pensar que traicionaba a Alice hacía que desechara rápidamente la idea de mi cabeza.
Me desperté ante el llanto de Eyra, miré el reloj, mierda, las cuatro de la madrugada, pensé que ya habíamos superado esa etapa, ¿Cuándo se supone que un bebé empieza a dormir las noches completas?, me arrastré hasta la cuna, la cogí en brazos y fui hasta la cocina para prepararle algo de leche, se la di y cuando estuvo más calmada la metí en la cama conmigo, la abracé mientras ponía las almohadas a nuestro alrededor y volví a dormirme hasta que unas manitas tiraron de mi pelo, abrí un ojo y sonreí.
_ Vacker min. –dije mientras acariciaba con mi dedo índice su nariz.
_ Papi –dijo mientras una sonrisa le iluminaba la cara-
Desde luego las conversaciones con ella eran cortas, con esa palabra arreglaba el mundo, la besé y le hice algunas cosquillas solo por el placer de oírla reír, luego me levanté y me dispuse a empezar un nuevo día…
Vacker min – preciosa mia
Eyra - salud
Drömmen – sueño
Todo esto según Google, que el sueco mio no da para mucho, más bien para nada.
