MIRANDO EN LA OSCURIDAD
"No existe la casualidad y lo que nos parece un mero accidente, surge de las más profunda fuente del destino"
Parque Jyuuban. Tokio.
Las sakuras están dejando caer sus pétalos por todo este lugar. Mucha gente dice que es el tiempo más bello del año en todo Japón, propicio al romance y a los sueños, pero a mí me han llegado a fastidiar. Creo que estoy llevando esto al extremo, pero no puedo evitar recordar, cuando las veo caer, esos momentos hace sólo un año, momentos en que yo era tan feliz porque le tenía a "ÉL" a mi lado. Recuerdo que juntos caminábamos por este parque, a él le gustaba abrazarme por la cintura…Recuerdo una vez que un pétalo rosado cayó sobre mi nariz.
-No te muevas, Serena…te lo quitaré.-me dijo. Pero luego de quitármelo, dejó su mano sobre mi mejilla y se quedó mirando en mis ojos. Sentí cómo crecía mi deseo de besarlo. Sonrojada, no dije una palabra hasta que él, adivinando mi pensamiento, me besó. Cuando recuerdo sus besos, me pongo aún más nostálgica, entonces me sentía tan feliz, protegida, segura…amada…
Ahora sé que ya en esos momentos, él me engañaba, pero yo no lo sabía, y me creía tontamente la mujer más feliz y afortunada del mundo por tenerlo a mi lado. Rei dice que jamás fue mío, que todo el tiempo fue un patán y que yo vivía en un espejismo creado por él. Tiene razón, pero en momentos como éste, en que me veo sola y con el corazón destrozado, es que me pregunto si habría preferido saber la verdad, o seguir viviendo en mi bella mentira y tenerlo aquí, conmigo…
Por eso detesto las sakuras y sus pétalos, no habría venido si no es porque Luna me ordenó ir por la nota de recepción de estos tintes franceses para el salón, y porque Rei me puso esta trampa, según ella, para que "Salga a la calle y no me pudra en mi propia tristeza"…Cruel…sí…pero venido de ella, es un mero eufemismo. Mi amiga es ácida siempre, y me he acostumbrado a sus frases, además sé que las dice para ayudarme a superarlo, y no por molestar.
Suspiro hondo mientras atravieso el parque. Mi mente se encuentra en un lugar tan lejano a este, ocupada en recordar momentos bellos de mi pasado, que casi no miro por dónde voy, hasta que la luz potente de un flash me encandila. Llevo mi mano a mis ojos, mirando todo como una mancha difusa por efecto de la luz, y la bolsa con los tintes cae al suelo.
-¡GOMEN!-es lo único que, aún encandilada, atino a decir, inclinándome… ¡Si seré idiota! Por ir pensado en mis cosas, me he atravesado a alguna persona que iba a tomar una fotografía…
Capítulo 1:
Entra en mi vida
La hermosa mujer de cabello castaño que usa un conjunto floreado camina por el parque mientras a sus lados, hombres con reflectores y uno con un ventilador, provocan los efectos necesarios para que el cabello de la modelo se mueva. Un atractivo hombre de cabello aguamarina y ojos azul verdosos tiene una cámara profesional en su mano, y con ella realiza tomas midiendo perfectamente los movimientos de la modelo.
-¡Perfecto, Akiko! ¡Ahora gira!-grita el chico, indicándole a la joven modelo cómo debe moverse. Ésta lo hace y él captura las imágenes con su cámara.- ¡Perfecto! ¡Ahora ven a mí! -ordena él caminando hacia atrás, sin mirar, con sus ojos en la cámara, y esperando atrapar aquel nuevo momento de perfección que necesitaba para su arte.-Mírame como si quisieras dejar salir toda tu belleza en una sola sonrisa.- enfoca el lente y prepara su dedo para la toma, pero en el segundo que este se presiona y el flash sale disparado, el atractivo fotógrafo no mira por su lente el rostro de la modelo, sino que atrapa la singular mirada melancólica de una muchacha rubia que iba pasando. Desconcertado baja la cámara.
-¡GOMEN!-se oye la voz de la mujer, el fotógrafo sonríe al verla agacharse repetidamente, evidentemente lastimada por el flash.
-¡Señorita! ¡Pero qué demonios le pasa! ¿No se da cuenta de que intentamos hacer una toma? ¿En dónde tiene los ojos?-le espeta molesto Maeda, el responsable de la revista que estaba patrocinando aquellas tomas.
-¿Qué pasa Ito? -cuestiona la modelo llegando al lado del representante.- ¿Esta chica interrumpió mi sesión de fotos? ¡No lo puedo creer! Owen, querido, dime que no echó a perder esa toma.-suplica la atractiva modelo, dirigiéndose al chico de cabello aguamarina.
-¡Sumimasen! ¡Sumimasen! ¡Yo no me di cuenta! -sigue excusándose la linda rubia.
-¡Seguridad! -grita molesto Maeda, hasta que el fotógrafo se interpone entre este, la modelo y la asustada muchacha.
-Espera, Maeda, no es para tanto, después de todo, fue sólo una fotografía.-explica con su voz varonil con leve acento, el atractivo hombre-Vamos a comenzar de nuevo… ¿Quieren? –calma éste, el publicista se encoge de hombros, y la modelo, con los brazos cruzados, regresa a su lugar.
-¡Preparen todo! ¡Repetimos toma!-grita Maeda, y sus trabajadores se dispersan de nuevo.
-Lo lamento, de verdad… ¿Estás bien? -pregunta el fotógrafo. La rubia, al escuchar esa voz, levanta el rostro, ahora sus ojos ya se acostumbran mejor a la claridad de la tarde, y el efecto del flash ha pasado, pero sus pupilas se abren aún más, al darse cuenta del hombre que tiene delante…¿Es real o acaso lo está imaginando? La sonrisa tremendamente sincera, los ojos azul verdosos que la miran amablemente, el rostro tan perfecto como el de uno de esos hombres de revista o los que aparecen en los pósteres de anuncio de perfume. Era tan perfecto, que el rostro de la joven rubia no pudo evitar sonrojarse al verlo tan cerca de ella y sujetándola del brazo.
-Sí…sí estoy bien…yo…-balbucea ella totalmente anonadada con la presencia del atractivo fotógrafo, y da unos pasos atrás.
-Disculpa a Maeda, todo lo mira siempre con ojos de publicista, en verdad no fue para tanto.-añade el joven.-Creo que se te ha caído esto.-levanta la bolsa con el símbolo de una importante marca de cosméticos y se la alarga a la rubia.
-A…Arigatou…-atina a decir ella pues las palabras no salen de la garganta.
-Señor Thalassa, estamos listos para la siguiente toma.-añade un técnico llegando junto al fotógrafo.
-Ya voy Komoto.-termina este.-Bien, un gusto conocerte, ten más cuidado o puedes tener un accidente más fuerte. Sayounara.-termina el joven alejándose de allí. La rubia reacciona entonces y camina lejos de aquel cúmulo de reflectores, pero, aunque ya se ha alejado, regresa la vista atrás como dudando de que su encuentro con ese hombre fuera verdad, y se convence de que es cierto; allí, a lo lejos la modelo sigue con las tomas y el fotógrafo de ensueño trabaja junto a ella.
-Vaya si tendré mala suerte, cruzarme con un chico tan apuesto y por tener la cabeza en la luna, sólo le estropee su trabajo… ¿Qué estará pensando de mí? -se cuestiona Serena y, decidida, se aleja por el parque corriendo.
Luego de unos minutos, la chica rubia se detiene a las afueras del salón de belleza en Shinjuku, en el que destaca el nombre "Moon Style" con letras brillantes, y entra en este. Dentro, las chicas con bata azul atienden a las mujeres que se hacen diferentes tratamientos de belleza, tintes, cortes de cabello, maquillaje. La rubia camina hasta el escritorio al fondo, donde la mujer de cabello azul contesta el teléfono.
-Perfecto, señora Takashima, confirmo la cita para su tratamiento a las 5:30 de este día. Claro, Tsukino está libre.-añade la señora mirando cómo la rubia llega y coloca la bolsa sobre el mostrador.-Como siempre, un placer tratar con Usted. Sayounara.-cuelga ella.
-Luna san, conseguí los tintes.-explica la rubia.
-Perfecto, Serena, pensé que quizá habrías tenido un imprevisto, tardaste mucho en volver.
-Había mucha gente en el metro.-se excusa ella levemente sonrojada.
-Me imaginé, ahora anda a ponerte la bata porque como ves, tenemos muchísimo trabajo; es fin de semana.
-Claro.-añade ella dejando a su jefa, y yendo a la zona de lockers, sale después de un momento con la bata azul y lista a trabajar. Se acerca a atender a una mujer que pide un tratamiento facial y, por el espejo, mira a su amiga de cabello negro, que termina de secar el cabello de otra mujer. Las miradas de las dos se cruzan, la de ojos amatista parece preguntarle a qué se debió su tardanza, y la de ojos azules mueve la cabeza como indicándole que le dirá después.
-Lo dicho, Hino, ese conejo tiene algo.-comenta el joven rubio atractivo e impecable que lava el cabello de una anciana, al lado de la de cabello negro.
-Seguro que tiene algo, Jed, pero debemos esperar a la hora de salida.-le responde su compañera, y los dos siguen con su trabajo.
Poco después de las ocho de la noche, cuando en "Moon Style" cuelga el letrero de "CERRADO", algunas chicas se despiden y salen hacia la calle, ya libres del trabajo. Dentro, en la parte de atrás, junto a los lockers, la chica rubia guarda sus pertenencias en una mochila y se prepara para salir.
-¡Ah, no! ¡Alto allí, Serena Tsukino!-se oye la voz afeminada de su amigo y una mano la detiene.
-No te dejaremos ir a ningún lado si no nos explicas qué pasó.-insiste el rubio.
-¿Qué pasó de qué?-asombrada ella.
-Vamos, Sere, no te hagas la disimulada, te vimos llegar de la calle muy extraña y sabemos que algo sucede. ¡Tienes que contarnos! Somos tus mejores amigos.-insiste la de cabello negro.
-Nada especial…sólo que por estar como tú me dices siempre, "En la luna", interrumpí una toma de fotografías profesionales en Jyuuban.-sonríe ella.
-Ajá, pero eso no fue todo, hubo algo más, esa sonrisa en tu cara lo dice.-intuitivo, el chico rubio.
-Hubo algo, Jed…pero demasiado surrealista.-añade la rubia.-Mientras toda la producción de las fotografías me quería prácticamente matar por haberme metido en las tomas, el fotógrafo, en cambio, se portó de lo más lindo, comprensivo y caballeroso…incluso me defendió.
-¿Y era guapo? –a un tiempo Rei y Jed. Un suspiro de Serena.
-¡Guapo es poco! Era un sueño, de esos hombres que sólo existen en la televisión o el cine…sus ojos, su rostro, su voz… ¡Su cabello!
-¿Y? –igual, a un tiempo, la pelinegra y el rubio.
-¿Y?...Como todos los sueños y cosas perfectas, sólo fue eso, un momento mágico en que lo vi, en que me sonrió… me tocó aquí…-añade ella tocando su brazo.-Y después, nos despedimos y regresé corriendo aquí…
-Vaya, Serena, encuentras al hombre ideal en medio de la calle y corres. ¡Qué inteligente!
-Vamos, Jed, seamos razonables, ¿Crees que tendría posibilidades con él? Un fotógrafo tan apuesto, evidentemente famoso, y yo, la chica anodina que se cruzó en su fotografía y le echó a perder su trabajo… ¡Claro! ¡Y mañana nos casamos!- burlona Serena.-Seguro que ni se acordará de mí en estos momentos.
-Vamos, Sere, no seas aguafiestas, quizá tu fotógrafo de ensueño aparece un día por aquí y los dos se vuelven a ver, se enamoran y tiene un tórrido romance de película americana.-asiente su amiga de ojos amatista.
-¡Claro, Rei! Y seguramente tu chico sexy con una Honda negra aparecerá cualquier día para raptarte, o el pianista famoso con smoking blanco de Jed.
-¡Oye, Conejo! Con mi hombre soñado no te metas.-se queja el rubio, dándole un golpe a Serena en la cabeza, entre las risas de todos.
-Además, Serena, según recuerdo, la principal defensora de los sueños eras tú… ¿Qué te pasó? ¿Te bebiste una dosis grande de realidad?-pregunta Rei.
-Chicos, basta ya de sueños, mejor les invito algo de Ramen… ¿Quieren? -propone la rubia.
-Creo que mejor otro día, Sere. Mañana hay examen con Aitsuki senpai, y sabes que si no pasamos, nos podemos olvidar de graduarnos este semestre.-insiste Rei.
-Cierto. Jed, te debemos el Ramen para el fin de semana… ¿Sí? -añade Serena.
-Vale, pero se los cobraré, se los juro. Ahora, señoritas, vamos a casa, porque de otra forma, jamás terminarán su carrera y el proyecto del viaje de los tres a Francia en busca de chicos guapos, quedará en el aire.-comenta el rubio.
-Es lo mejor, vamos a encerrarnos a estudiar para recordar que estamos en la vida real y no en un sueño-suspira hondo Serena, y luego sale con sus amigos riendo y bromeando, con rumbo a su casa.
En otra parte de la ciudad, el joven fotógrafo se haya encerrado en la habitación oscura con luz rojiza. Lleva un delantal, y con unas pinzas saca las fotografías con cuidado para que estas se revelen. Poco a poco, las artísticas imágenes de la modelo con el marco de los pétalos rosados aparecen en ella, pero, en una de las fotografías que el joven revela, una chica rubia, con ojos azules y rostro hermoso, aparece en ellas. Sonríe de lado al ver la fotografía, con cuidado la saca y la separa de las demás, colgándola más alejada. Luego, camina hacia el interruptor y enciende la luz, con cuidado busca en su bolsillo y mira la tarjera que levantó del suelo luego de que la chica se fuera.
-"Moon Style".-lee el nombre con interés mirando la dirección.-Bien, de igual modo necesitaba un corte de cabello.-decide sonriendo.- ¿Quién serás chica rubia de ojos de cielo?-se pregunta poético mirando la fotografía donde la joven rubia ha sido capturada.
Día siguiente por la tarde…
Serena está secando el cabello de una de las clientas de aquella tarde.
-¿Cómo lo siente así, señora Komoto?.-le muestra ella sosteniendo el espejo para que la mujer vea su cabello por la parte de atrás.
-Perfecto como siempre, Serena, te daré una buena propina.-añade la elegante mujer sacando de su bolso un billete.
-Arigatou-se inclina la chica, pero cuando se levanta, sus ojos azules se quedan clavados en los espejos que rodean el lugar. Por estos puede ver cómo la puerta de entrada al salón se abre, y por esta entra… ¡El fotógrafo del parque! El corazón de la chica parece querer salirse de su pecho cuando lo ve, ¡Es él! Sus mismos ojos color de mar, su rostro perfecto, sólo que ahora tiene oculto su maravilloso cabello con un gorro de tela. El chico entra del todo y toma asiento en la sala de espera.
-¿Puedo ayudarte en algo?-mira Serena a su amiga Rei que se acerca al joven.
-Sí, quiero un corte de cabello, creo que ya me hace falta.-añade éste quitándose el gorro, y su cabello de tonos aguamarina surge a la luz.
-Perfecto… ¿Deseas que te lavemos antes el cabello antes?
-Sí, creo que sería lo mejor.-responde.
-Ven por aquí.-lo conduce Rei hasta otra zona del salón. Los ojos de Serena siguen al chico por medio de los espejos y lo ve sentarse en la silla para lavado de cabello, mientras Rei le coloca la toalla en sus hombros y lo recuesta sobre el lavabo.
-¿No hay más chicas que trabajan aquí?-pregunta él.
-Sí, muchas…hay dos turnos, matutino y vespertino, cierre los ojos por favor.-añade ella encendiendo la regadera de mano. El chico obedece mientras la joven moja su cabello. Serena sonríe entonces y atraviesa el salón hacia aquella área, llega al lado de su amiga y la toca en el hombro, Rei la mira extrañada, y Serena, al momento, le quita la regadera.
-Me hago cargo…por favor, Rei…-murmura ella. La de cabello negro mira extrañadísima a Serena, pero no le queda más que obedecer y se aleja. Serena sonríe y con la regadera sigue mojando el cabello del chico, pasando su mano por él. Luego, toma el champú y lo coloca sobre la cabeza de éste, masajeando suavemente. La sensación de su mano sobre el cabello de él es casi mágica, el corazón de la rubia late muchísimo, y no puede evitar sonreír ante aquella sensación. Tan abstraída está, que en un momento sin que se dé cuenta, su mano llena de espuma resbala, y con ésta, embarra el ojo derecho del joven.
-¡OUCH!
-¡Sumimasen! – se disculpa ella al verlo levantarse de golpe.
-¡Serena! ¿Se puede saber qué haces?-ruge Luna llegando al lado del chico.-¡Gomen, caballero, de verdad lo siento!
-No tiene importancia de verdad…-balbucea el chico de cabello azul, pero el ardor en sus ojos es demasiado fuerte. Ahora, aunque ya ha limpiado la espuma con la toalla, las lágrimas salen en abundancia y le impiden ver con claridad. Serena, angustiada por esa escena, sólo atina a escapar hacia el área de lockers.
-Lamentamos este incidente, caballero, no tengo cómo disculparme con Usted, más que ofreciéndole el servicio gratuito en retribución a la torpeza de nuestra empleada.-El fotógrafo se levanta de la silla aún con los ojos llorosos.
-Insisto en que no tiene importancia, señora, de verdad…
-¡Rei! ¡Ven acá! Termina el servicio del señor, y no le cobraremos un solo yen.-llama Luna a la chica de cabello negro.
-Vaya que tienes suerte, Hino, siempre te tocan los guapos.-le da un codazo Jedite. La joven se acerca, y aunque el cliente se resiste, termina por aceptar y recibe el lavado y el corte gratis. Cuando al fin se retira, en medio de las disculpas de Luna, Rei corre al área de lockers y busca a su amiga.
-¡Serena! ¡Sal de tu escondite y dame la cara! -al final del pasillo sale la chica rubia con el rostro desencajado.
-¿Ya se ha ido?
-Claro que ya se ha ido. Dime qué diablos pasó afuera. ¿Por qué me quitaste de atender a ese chico y por qué hiciste algo que jamás en tu sano juicio harías, como embarrarlo de champú?
-Hay, amiga…era él…
-¿Él?
-El fotógrafo guapo, el de ayer…
-¡Gran Kami!
-¿Ahora me entiendes? Cuando lo vi entrar lo reconocí, y quería estar cerca de él, así no me recordara. El sólo sentir su cabello bajo mis manos fue…casi…mágico…y creo que perdí el control y pasó…¿Crees que Luna me corra?
-No lo creo. Te va a regañar y quizá a sancionar, pero a correrte no. Sabes que ella es buena persona, nadie más daría trabajo a dos estudiantes como nosotras sin ser expertas como lo es Jed, además nos aprecia, tranquila.-le sonríe Rei tomándola de la mano.
-¡Ay, Rei!…de verdad no sé qué me pasa con ese chico…es que es…tan perfecto… ¿Lo viste?
-Claro que lo vi, es difícil no notar a alguien como él. Entiendo que te tenga tonta.-ríe ella.
-¡Oye! -se queja la rubia.
-Bueno, conejo, cálmate, te tengo dos noticias que te alegrarán: número uno, tu fotógrafo sexy olvidó su gorro.-muestra Rei la prenda a su amiga, el rostro de la rubia se ilumina con una sonrisa.-Y número dos, cuando Luna le hizo el recibo de descuento y le obsequió las cortesías, escribí su dirección y me la grabé para ti: 345 de Kojimachi-ku.-termina la pelinegra alargando a Serena también un papel.
-Rei…pero… ¿Por qué me das eso? -duda la rubia.
-¿Por qué va a ser Serena cabeza de chorlito? -estalla la chica.- ¡Para que vayas a devolverle su gorro!
-Amiga…agradezco eso, pero… ¿de verdad crees que él va a querer saber algo de mí? Primero interrumpo su trabajo y luego ese accidente con el champú…seguro deberá odiarme.
-Oye esto, conejo testarudo e inseguro; ese chico es el primer hombre desde el Señor Imbécil que te hace sentir algo especial de nuevo, así que aprovecha las señales del destino, quítate tus miedos, ve a esa dirección y deja que las cosas hablen por sí solas.-Rei sacude a su amiga con fuerza y le pone el gorro de tejido en una mano, y el papel con la dirección en la otra. Luego camina hacia la puerta.-Y no vayas a poner el pretexto del trabajo que Jed y yo te cubrimos mañana, así que: ¡VE! -grita Rei de forma autoritaria golpeando la puerta al salir. Serena se queda parada en medio del área de lockers con la mirada perdida y ambas cosas en sus manos mientras las palabras de su amiga resuenan en su cabeza.
-¿Y por qué no intentarlo? -se pregunta la chica rubia, y un gran suspiro escapa de sus labios.-Bien, mañana mismo iré a verlo y…que sea lo que el destino quiera.
Día siguiente por la mañana.
Serena sube los escalones que la conducen a aquel apartamento, ha encontrado la puerta abierta y la escalinata que sube hacia el piso superior, su corazón late aceleradamente y en sus manos lleva doblado el gorro de tejido que va a regresar a su dueño. Se detiene al final de la escalinata y pretende llamar con los nudillos, cuando se da cuenta de que la puerta está entre abierta, dentro se escuchan las risas de dos hombres, así como sus voces. La chica rubia mira por el espacio de la puerta y nota que dentro hay todo un estudio de fotografías profesionales. Puede ver ahora al atractivo fotógrafo de cabello aguamarina con su cámara disparando flash hacia un objetivo delante de él.
-¡Perfecto, Owen! Quiero que captes toda la belleza salvaje de esta nena.-se escucha otra voz en el lugar. Serena, intrigada por aquello, abre más la puerta y asoma la cabeza mirando al otro joven, un guapo muchacho de cabello plata que fuma un cigarrillo mientras mira como su amigo hace su trabajo. La rubia gira la vista para ver qué es lo que está fotografiando el chico y sonríe de lado al notar que la "Nena" a la que hace referencia el joven del cigarrillo, no es otra cosa que una motocicleta negra, que, subida en un pedestal eléctrico, gira mientras el fotógrafo la capta.
-Insisto, Nataku, adoro ser tu amigo, esta belleza es maravillosa. Verás cómo quedan los promocionales.-responde el de la cámara.
-Lo sé, viejo, confío en ti, eres el mejor, además, mañana vamos a probarla en Sugo y los técnicos quieren a dos expertos… ¿Qué dices?-invita el de cabello plata. Serena avanza ya dentro del lugar hipnotizada por la visión del fotógrafo trabajando, absorta en mirar cómo se concentra y cómo sus ojos azul verdosos resplandecen cuando toma cada fotografía. Tan absorta está, que no nota un tipié con una sombrilla y lo derriba. El sonido hace que los dos muchachos miren atrás.
-¡GOMEN!-se inclina ella.
-¿Qué desea aquí? ¿No se da cuenta de que es una sesión privada? -cuestiona el peliplateado.
-Lo siento, de verdad, yo…venía…venía…-no encuentra ella las palabras, el fotógrafo se acerca y la mira, luego sonríe.
-Buenos días, chica rubia de los ojos de cielo-le saluda él, Serena se sonroja al verlo y escucharlo llamarla así.- ¡Qué linda sorpresa! Pensé que no te volvería a ver más que en fotografía.-se acerca con su atractiva sonrisa él.
-En verdad yo…lamento la interrupción pero venía a traerle esto, lo dejó en el salón ayer.-alarga ella el gorro.
-Ah, sí…mi gorro-lo toma él.-Francamente fui a ese salón pensando encontrarte otra vez, en el parque dejaste caer una tarjeta y supuse que trabajabas allí, pero en lugar de encontrarte, me topé con una mala estilista que me puso champú en el ojo…aún lagrimea…-se frota él. Serena desea que la tierra se abra y la trague entera.
-En realidad…esa chica era yo…pero no pudo verme porque tenía los ojos lastimados… ¡Lo siento de verdad! Dos veces se cruza nuestro camino y las dos veces le causo problemas.-se inclina ella. Una risa maravillosa inunda el lugar, y Serena levanta los ojos para ver reír al joven de cabello aguamarina.
-Realmente es gracioso cómo nos topamos en el camino… ¿No te parece?
-¿Entonces, no está molesto?
-¿Molesto? Para nada. Al contrario, encantado. ¿Te parece si comenzamos de nuevo? Owen Thalassa, fotógrafo.-le alarga él la mano, ella sonríe.
-Serena Tsukino, estudiante de cuarto semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación, y empleada de medio tiempo en la estética "Moon Style".-toma ella su mano, una corriente de simpatía recorre a los dos jóvenes perdidos uno en los ojos del otro con sus manos unidas.
-¡Hey! Estoy aquí por si no se habían dado cuenta.-reclama el de cabello plata.
-Ah sí…lo siento…Serena, te presento a mi amigo, Nataku Yamada, gerente general de "HONDA TOKIO", un gran ejecutivo y un apasionado de la velocidad.
-Un gusto, señor Yamada.-se inclina ella.
-Igual para mí. Vaya, así que tú eres la "Rubia con ojos de cielo" de la foto que tiene mi amigo en su habitación.-indiscreto él. Serena, asombrada, mira a Owen y éste, sonrojado, evita la mirada.
-Disculpa, Serena, mi amigo suele ser algo indiscreto, le falta tacto.
-No tiene importancia…bien…me voy…solo venía a traerle eso y a disculparme…un gusto, Thalassa San…Yamada San.-se inclina ella y da media vuelta hacia la salida.
-¡Espera, Serena!-la detiene Owen con un grito, sujetándola de la muñeca. Ella gira el rostro, para encontrase demasiado cerca del atractivo fotógrafo que no deja de sujetarla, pero ahora con una leve presión.-Por favor, no te vayas.-le dice él con un tono tan dulce que hace a la joven sentir las piernas débiles, y aunque desea responderle de alguna forma, las palabras simplemente mueren en su garganta.-¿Tienes tiempo de que te tome algunas fotografías?-pregunta el chico de cabello aguamarina.-He tenido ganas de hacerlo desde que te vi por vez primera por el lente de la cámara, tengo la certeza de que tú y la cámara serán grandes amigos.
-Pero yo…no creo que…-sonrojada ella intenta deshacerse del toque.
-Anda, de verdad, sólo date la oportunidad de probar y déjame hacer magia a mí.-sonríe el fotógrafo y jala levemente a la chica rubia hacia el lugar en donde toma las fotografías, tras muchos reflectores y un fondo blanco.-Listo, quédate allí y sonríe.-pide Owen caminando lejos de ella y tomando su cámara.
-Yo aún no estoy segura…nunca he hecho esto antes.
-Sólo actúa natural, pórtate como siempre lo haces, sonríe, gira, mírame con esos mismos ojos de cielo que me miraron en el parque con tanta dulzura.-con fervoroso tono el chico y un nuevo sonrojo de ella.
-Bien, en vista de que yo aquí salgo sobrando, me retiró, veo que tienes algo que te inspira mucho más a tomar fotografías que una VFR 1200.-comenta el chico de cabello plata ya cerca de la puerta.-Espero no te distraigas mucho, amigo, porque quiero esas fotografías en mi mail a más tardar el Lunes…¿Queda claro?
-Ve sin cuidado, Nataku, las tendrás.-El joven peliplateado sonríe.
-Que pasen muy linda mañana, con su permiso, señorita.-termina, y sale cerrando la puerta.
-Thalassa sama…si yo interrumpo su trabajo, entonces debería irme.-explica Serena.
-No, por favor, no interrumpes nada, quédate al menos para tomarte las fotografías, no acepto un no por respuesta.-sonríe él y Serena se queda mirándolo embobada, le encanta cómo sonríe.
-Bien…pero de verdad, no sé qué hacer, jamás en mi vida he modelado.
-¿Ni ante el espejo? Vamos, sé que lo has hecho, todas las chicas lo hacen cuando deciden qué ponerse o cuando van de compras.-anima el fotógrafo mientras cambia el rollo de su cámara.
-Sí…algunas veces con Rei…es mi mejor amiga, o con Jed.-el joven deja su trabajo y mira a la rubia.
-¿Jed es tu novio? -pregunta ansioso.
-¿Mi novio? ¡Claro que no! Yo no tengo novio-una risa de Serena.-Es un amigo que trabaja con nosotras, es nuestro asesor de imagen y modas, además, le gustan los chicos.
-Ya veo, me alegra que no tengas novio-termina Owen.-Bien, ahora, sólo pórtate como si yo fuera tu espejo, haz lo que harías frente a él, con confianza…anda…-promete él, enfocando el lente, Serena suspira hondo y luego levanta sus brazos, un flash la ciega un momento.-¡Perfecto! ¡Así! -la rubia se siente cada vez más segura bajo el flash de Owen, y cambia, ahora tocando sus mejillas con sus manos, mientras las fotografías siguen fluyendo, y ella presiente que de verdad, ese hombre tenía magia para ese difícil arte porque no le es difícil soltarse de sus inhibiciones. Él le daba confianza y la hacía sentir…bella…admirada…especial y segura… ¿Porqué estaba sintiendo todo esto tan nuevo para ella? No quería contestárselo ahora, sólo quería disfrutarlo lo más posible.
Departamento de Serena y Rei, mismo día por la tarde.
La joven de cabello negro se encontraba sentada en el suelo de la sala de aquel pequeño apartamento con la computadora encendida y muchos libros dispersos sobre la mesa, cuando la puerta se abre y aparece su amiga rubia, quien cierra ésta tras de sí y suspira hondo.
-¡Serena! ¿Dónde demonios te habías metido? Te das cuenta de que te fuiste a las nueve de la mañana y que no sólo no fuiste a trabajar, sino que además no fuiste a la escuela…¡FALTASTE A CLASES, SERENA TSUKINO!
-Lo sé, Rei… ¿Y sabes qué es lo que más me asusta? Que no me importa.-con una gran sonrisa la rubia se deja caer en el sillón, Rei baja la pantalla de la computadora y se sienta al lado de su amiga.
-Bien, ya que te estás volviendo una chica rebelde, si quieres que te ayude con la tarea de Tomomiya sensei, tendrás que contarme con lujo de detalles todo lo que te pasó en la casa del fotógrafo…dime…¿Te besó?.-emocionada ella.
-¡Rei! ¿Cómo crees…?
-¿Entonces? ¿A qué se debe esa cara? ¿Esos suspiros? ¿Esa mirada? -ferozmente la cuestiona la pelinegra.
-¡A que Owen Thalassa es el hombre más maravilloso del universo! -emocionada ella, tomando las manos de su amiga-¡Gracias, Rei chan, por hacerme ir! De no ser por ti no me habría atrevido jamás.
-Bien, gracias aceptadas, pero dime ya qué pasó.-desesperada Rei.
-Pues…fui a esa dirección como dijiste, con pretexto de entregar el gorro, y lo encontré a él tomando fotografías a una motocicleta de esas Honda, como la de los pósters que tienes pegadas en tu habitación.
-¡UNA VFR 1200! ¡Serena! -emocionada Rei. -¡Pero si ese modelo aún no sale a la venta en Japón!
-No sé, te juro que a lo que menos le presté atención fue a la moto, era de un amigo de Owen que estaba allí, y del cual, no recuerdo ni su nombre… ¡Es que Owen se portó tan lindo conmigo! No le importó lo del champú en sus ojos, y me llamaba: "La chica rubia de ojos de cielo" ¡Puedes creerlo! No sólo es guapo, talentoso, romántico y dulce, sino que también es poeta… ¡Rei, de verdad estoy en el cielo! No había experimentado un sentimiento tan grande como éste, ni siquiera con…
-Ya, omite su nombre, echará a perder el momento.-evita la de ojos amatista que su amiga lo nombre.-Dime mejor en qué quedaron tú y el fotógrafo sexy.
-Pues, me pidió que no me fuera porque quería tomarme unas fotografías, me pasó al estudio y comenzó a hacer tomas.
-¿Y te dejaste? ¿Tú, Serena Tsukino?… ¿Modelaste para él?-cuestiona incrédula su amiga. La rubia se sonroja.
-Sí, es que de verdad tiene magia cuando toma fotografías, me hizo sentir tan segura, que cuando menos lo pensé, estaba modelando como he visto hacerlo a esas chicas de las revista, mientras él tomaba las fotos. Me dijo que las revelará y me llamará para que las veamos juntos.
-Vaya, entonces la cosa va en serio.
-La verdad, Rei, no quiero apresurarme, quiero tomarlo todo con calma y disfrutar esto que estoy sintiendo. Después de todo, son muchas señales del destino, y él es tan maravilloso…¡Tan perfecto! –emocionada, Serena, suspira hondo.
-Vaya, qué envidia verte así, de verdad.-comenta Rei.-Pero me alegro, amiga, ya merecías encontrar un buen hombre en tu vida. Bien… ¿Se volverán a ver?
-Me invitó mañana a Sugo, dice que él y su amigo van a probar las motocicletas y quiere que vaya, dijo que llevará las fotografías para que yo las vea, me hizo prometer que iría.
-¡Pues ve! Igual, mañana es sábado y puedes ir, hablaré con Luna y seguro te deja trabajar turno completo el domingo, hablaré con ella y…
-¡REI, REI! Espera, aún no te he dicho todo.-la detiene Serena.-Hay un pequeño detalle más, Owen me dijo que si podía llevar a una amiga para que su amigo tuviera una pareja, ya que luego de la carrera quedaron de ir en barco por las islas Maysushima a comer. Owen me dijo que él no le había hablado a su amigo de que me llevaría, y que si se molestaba, pues, quería que llevara a alguien para él, así que…
-¡Serena Tsukino! ¿Te atreviste a pensar que yo…? ¡Gran Kami!...
-¡Anda, Rei, hazlo por mí! -la jala ella del brazo.
-Serena, pasa que yo no soy un objeto, ni un edecán para que me lleves a entretener al amigo de tu fotógrafo.-ofendida la pelinegra.
-De verdad, no pensé en nadie más… ¿Qué querías? ¿Qué le dijera a Jed?
-Bueno, Jed seguro estaría feliz si le haces una cita a ciegas con un chico, pero yo no… ¡Serena, vamos! Me conoces, sabes que me desagrada mucho sentir que me tratan como objeto.-se cruza de brazos ella.
-No es así, Rei chan, sólo es que me acompañes y eso es todo. ¡Por favor, Rei! De verdad quiero ir mañana a Sugo, quiero tener esa oportunidad con Owen porque siento que es lo que he esperado toda mi vida… ¿Me dejarás sola en esto? ¿Aún cuando prometimos ser amigas siempre, en las buenas, y sobre todo en las malas? -cuestiona la rubia. Su amiga suspira hondo.
-Eres una chantajista de lo peor, Sere.
-¿Entonces irás? ¡Rei chan, eres la mejor amiga del mundo! -la abraza emocionada Serena.
-Pero te advierto una cosa, Serena, sólo iré por ti, no tendré nada con ese tipo que ni conozco… ¿De acuerdo?
-De acuerdo, sólo eso quería, Rei. De verdad, gracias por todo.
-Ahora, mala amiga, hay que hacer la tarea, porque como alguien se escapó de la escuela por ir a coquetear con su fotógrafo de ensueño, no ha ido a las clases, y si no termina este semestre, el sueño de graduarnos juntas se va al diablo.-regaña la de ojos amatista. Serena no dice nada más y acaba por ceder, sentándose al lado de Rei y medio escuchando sus explicaciones sobre la tarea, pero su mente y su corazón la traicionan con frecuencia pensando en unos ojos color aguamarina.
Circuito de Sugo, Murata, Japón.
Las dos chicas bajan de BMW blanco que se estaciona en la entrada de aquella pista de motocicletas. La rubia luce un hermoso pantalón blanco y una bella blusa ligera de estampado floral, tacones, un bolso y sobre su cabeza, un lindo sombrero completando su encantador atuendo. La pelinegra parece la antítesis de su amiga, pues viste un pantalón de mezclilla, camisa roja sin mangas, un cinto y una chamarra con logotipos de marcas de automóviles, así como zapatos deportivos y lentes oscuros. Las dos chicas miran cómo, por la pista de carreras, pasan a toda velocidad dos motocicletas, una plateada y otra azul.
-Vaya que al sol se le ocurrió salir con ganas esta mañana-comenta Rei a su amiga, cerrando el auto.-Y tú, querida, en tu afán de verte hermosa para deslumbrar a tu fotógrafo sexy, creo que has exagerado, nos invitaron a una prueba de motocicletas, no a una "Garden Party".-se ríe la que iba conduciendo.
-Owen dijo que luego de la prueba iríamos a comer al muelle y quiero verme linda. Deberías estar feliz, es la primera vez desde lo de…
-Ya dije que no lo menciones, me dan nauseas.-comenta Rei.
-Bien, luego de lo que pasó con el "Innombrable", esta es la primera vez que me siento otra vez yo; viva, feliz.-sonríe la elegante rubia.
-Si es sólo por eso, sabes que me alegra. No me hagas caso con mis rabietas, amix.-sonríe la pelinegra y se quita la chamarra, la cual deja en el auto.-Gracias al gran Kami, Jed nos consiguió este auto, de otro modo jamás habríamos llegado a Sugo. Aunque esto nos cueste horas extra en la estética mientras él se va de fin de semana con sus amigos.
-Señoritas.-dice alguien tras ellas, las dos chicas miran al anciano correctamente vestido de esmoquin y con guantes que se inclina ante ellas.-¿Son las invitadas de los señores?.-ellas miran extrañadas al hombre, que más parece vestido para una reunión formal, que para una carrera de motos.-Comprendo su extrañeza, permítanme presentarme, Shirakawa Taro, mayordomo de Yamada san y de Thalassa san. Los señores me pidieron que preparara algo digno de las señoritas, y que las acompañara mientras ellos se dedican a terminar sus pruebas, síganme.-ofrece cortés el hombre de fracc, y las dos chicas, luego de mirarse, lo acompañan por la parte lateral de la pista hacia una pequeña carpa verde, bajo la cual, se haya dispuesta una mesa con cuatro sillas, un mantel blanco y un ramo de gardenias blancas; todo dispuesto como para un elegante desayuno.
-Vaya. Esto es hermosísimo.-sonríe Serena.
-Me alegro de que le guste, señorita. Tomen asiento mientras los señores se desocupan.-ofrece cortés el hombre, pero justo en ese momento, las dos motocicletas se detienen delante de la pista, y de estas bajan dos hombres vestidos con traje de motociclista y cascos negros que se acercan a las chicas. El joven de traje blanco con azul se retira el casco y las atractivas facciones del joven fotógrafo de cabello azul surgen de inmediato, esbozando una sonrisa y agitando la mano.
-¡Serena! ¡Viniste! -emocionado Owen corre hacia el toldo verde. Serena, la verlo llegar, siente que su corazón quiere salirse de su pecho, y una extraña sensación en la boca del estómago que la sofoca un poco.
-Owen.-dice ella el nombre familiar que ayer apenas había comenzado a usar para él, y que ahora, sólo de decirlo, le causaba un sonrojo tremendo. El motociclista llega a su lado y le alarga las manos enguantadas que Serena toma, un momento se quedan ambos chicos perdidos en sus respectivas miradas como si estuvieran intentando recrear en su mente sus facciones.
-Te vez hermosísima.-comenta el fotógrafo, y Serena siente que sus mejillas no pueden estar más rojas. Una leve tos de Rei les indica a los dos que no están solos en el universo como creen.
-Owen… ¿Recuerdas que te hablé de mi amiga? Bien, los presentaré, amiga, él es Owen Thalassa, Owen, mi mejor amiga en todo el mundo, Rei Hino.-hace ella las presentaciones. El joven de cabello azul sonríe a la chica de ojos amatista y le alarga la mano, la cual, ella toma.
-Hino san. Un gusto conocer a la mejor amiga de Serena. Ella me habló mucho de ti.
-Por favor, Owen, basta con Rei, puedes llamarme así ,ya que yo estoy decidida a decirte solamente Owen, y me sentiría mal si fuera diferente.-asiente ella.-Y también me alegra conocer al hombre que hizo sonreír de esa manera a mi amiga.-un leve codazo de Serena, que sigue muy sonrojada.
-¡Rei chan!-regaña ella apenada.
-Bien, ya que es momento de las presentaciones, es mi turno. Serena, Rei, les presento a Nataku Yamada, mi mejor amigo en todo el mundo, mi hermano.-orgulloso Owen, y el otro corredor a su lado, llega y se retira el casco, dejando ver unos imponentes ojos dorados que brillan en un rostro varonil y atractivo. -Nataku, a Serena ya la conoces.
-Claro. Buenos días, Tsukino san.-saluda él, tomando la mano de la rubia.
-Yamada san.-responde ella con cortesía.
-Pero no así a su amiga, la señorita Hino.-presenta él, y es entonces que los ojos del joven de cabello plateado se clavan en la mujer a su lado, que se retira los lentes de sol, dejando ver unos orbes amatista que lo dejan paralizado…en verdad es toda ella la que lo deja sin palabras.
-Buenos días, Yamada san, creo que Usted y yo hemos sido traídos aquí para ser sólo acompañantes de la parejita, pero en fin, procuraremos no pasarlo tan mal y hacernos los desaparecidos cuando la situación lo amerite.-responde sonriendo ella.
-¡Rei chan! No seas tan indiscreta, ¿Qué pensarán Yamada san y Owen de tí? -sonrojada Serena mientras el fotógrafo ríe con una fuerte carcajada.
-Lo lamento, tengo el defecto de ser demasiado sincera a veces, ¡gomen! -se inclina ella.-Aunque no creo que les afecte saber que yo sólo acepté desempeñar el burdo papel de acompañante, con tal de estar cerca de las motos, y en Sugo.
-A Rei le encantan las motos y la velocidad.-comenta Serena. La de cabello negro se acerca a la motocicleta azul de Owen y la observa detenidamente.
-Buen modelo para ser de turismo sport, chasis de diamante con doble viga de aluminio, suspensión delantera con cartucho HMAS, seis velocidades…-habla ella inspeccionando el modelo.-Me pregunto si será capaz de competir en mercado con los modelos Paneuro. Quizá sea mucha pretensión sacar una nueva VFR en este momento departe de Honda. Eso, sin contar con que sus eternos rivales de Yamaha tienen el modelo XJ6.-comenta la chica.
-¿Hino san, sabe de motocicletas?-cuestiona asombrado el amigo de Owen, llegando al lado de la chica de camisa roja.
-Tanto o más que tú, cariño.-le guiña un ojo ella al joven.-Si tuviera con qué te lo demostraría en una carrera, pero…
-¡Rei! -le grita Owen lanzándole las llaves, que ella atrapa.-Puedes usar la mía.
-¿Qué dice, Yamada san? ¿Una carrera antes del desayuno? -sonríe la joven de cabello negro, y el piloto de cabello plata también lo hace.
- Acepto, pero quién gane podrá cobrar el triunfo como desee.-con ambigua sonrisa él, la chica se acerca a su lado y le estrecha la mano.
-Tenemos un trato.
-Espero no se sorprenda del cúmulo de formas de cobrarme que se me pueden ocurrir.-añade él, jalando levemente la mano de Rei, que sonríe.
-Ninguna será tan descabellada como las que se me ocurran a mí, Yamada san, no me subestime.-termina ella y se aleja hacia la motocicleta azul, la cual aborda, y se acerca a la plateada. El amigo de Owen se empareja con ella, y ambos encienden el motor.
-Ichi, ni, ¡SAN! -cuenta la chica, y se aleja por la pista, seguida de la otra motocicleta, dejando atrás mucho humo.
-¿Qué fue eso? ... ¿Rei y tu amigo estaban…
-¿Coqueteando? Ya lo creo, y descaradamente.-ríe Owen.- ¿Quién lo dijera? Nataku estaba indignado porque las invité esta mañana, decía que era fin de semana de motos y de chicos sin mujeres, y mira con lo que se encontró.-opina el fotógrafo ofreciendo el brazo a Serena y conduciéndola hacia la mesa debajo del toldo.
-Sí que es curioso, Rei tampoco quería venir, estaba indignada porque la iba a usar de pareja para tu amigo.-termina ella. Owen, al llegar a la mesa, le retira la silla para que se siente.
-Thalassa sama…¿Sirvo ya?-cuestiona el correcto mayordomo.
-Adelante, Taro.-anima Owen, y éste acerca las tazas con humeante café y deliciosos pastelillos.
-Es maravilloso que tengan este tipo de servicio en medio de la pista de Sugo.
-Gracias a Taro, es mayordomo de Nataku, pero digamos que dados los años que nos conocemos, gozo así mismo de su amistad.
-El señor Thalassa me honra de sobremanera.-asiente el anciano.
-Pues el café y los pastelillos son deliciosos, Taro.-sonríe Serena.
-Y espera a probar su omelette especial. Es lo mejor del mundo.-añade Owen.
-Justo iré por el plato principal. Si me disculpa, señor, señorita- el mayordomo se inclina y se retira.
-Bien, ahora sí, creo que estamos solos.-sonríe el atractivo fotógrafo, tomando la mano libre de Serena entre las suyas. Ella se sonroja y siente que la taza de café que tiene en su otra mano tiembla.-Me siento realmente feliz de que hayas venido, desde el día que nos vimos en mi apartamento tenía muchas ganas de verte otra vez. Espero hayas pensado alguna vez en mí.-suplica él.- ¿Es así?-cuestiona ansioso, presionando la mano de ella.
-Owen yo…-muy apenada Serena sin saber bien como responder, temiendo que si fuese sincera dejaría ver una parte de sus sentimientos que ella misma estaba asombrada de estar experimentando…
NOTAS FINALES: SIIII…aquí el Fénix y el Dragón haciendo acto de presencia luego de un tiempo de permanecer calmadas, pero saben que no puede ser mucho dada nuestra naturaleza semi demente y algo inestable, presentando este regalo de cumpleaños para nuestras dos hermanas del lado del YIN por el dia de su cumpleaños…¡OMETETO GENBU Y BYAKKO SAMA!
Sabiendo que les agrada esta pareja nos aventuramos con una historia muy al estilo de Ustedes, pero no pudimos dejas de poner nuestro toque personal, así que esperamos que los disfruten. No se alarmen que este fic ya lo tenemos terminado de inicio a fin, solo que estaba planeado con one shot y se hizo algo largo, así que lo dividimos en tres, ya iremos poniendo más delante, así que no se asusten que no queda incompleto…y ya aprovechando las vacaciones retomaremos los proyectos que dejamos inconclusos, así que disfruten su regalito y ya saben que aunque no lo decimos mucho de este lado del YANG las queremos mucho…¡HVA FAEN!
ATTE: Suzaku y Seiryu.
