"Yo soy Simon"

Mi nombre es Simon Petrikov.

Es increíble que aun pueda recordarlo. Porque es muy probable que olvide pronto. Olvidaré quien soy, mis sueños, mis metas, a mi prometida. Sin darme cuenta ese extraño y misterioso objeto me domina cada vez más, y cada momento, es más difícil controlarlo. No sé en lo que me convertiré en el futuro, pero espero que tú puedas perdonarme, que todos sepan, que les pido perdón, por todo lo que hago y haré cuando deje de recordar lo que soy, quien soy.

Todo por culpa de la corona.

Todo cambió desde el día en que la compré a ese trabajador al norte de Escandinavia. A partir de ese momento, mis días estuvieron contados. Yo, Simon comenzó a ir en cuenta regresiva, llevándose mi ser.

Es una maldición...

Desde el día en que la usé por primera vez… Mi princesa me abandonó, perdí todo.

Comencé a enloquecer, la corona me hablaba, me decía que me mostraría sobre los secretos del hielo y la nieve.

No lo entendía.

No sabía a qué se refería, pero por su causa, mis cambios fueron inimaginables. Mi piel cambió de color, mi cuerpo estaba a una temperatura imposible de creer, pero yo lo estaba viviendo.

Mi cabello se volvió blanco y largo, me creció la barba. Y ya era cada vez más difícil mantener la cordura, pero me mantiene con vida… me estaba controlando, oía las voces… la usara o no, y no podía hacer nada para evitarlo, pronto estaría perdido. Todo mi escepticismo era solo un suspiro del pasado…

¿Por qué escribo esto?

No lo sé, tal vez para que alguien sepa mi historia. Que alguien me recuerde, cuando ni yo mismo podré hacerlo, que sepan en el futuro, que mi antiguo yo no quería que nada de esto sucediera. Necesito que alguien me ayude, por favor. Alguien…

Ojala tú puedas perdonarme.

Marceline...

Te conocí antes de perder lo poco de mí que quedaba, en este mundo en destrucción. Cuando pensé que pasaría mis últimos momentos de cordura, sin nadie… Apareciste.

Y ojala tú, pudieras leer esto algún día…

Creo que es pedir demasiado.

Pero… quien sabe. Ya descubrí que todo es posible en este mundo…

O lo que queda de él.

Perdóname porque pronto no podré ayudarte más… por no salvarte. Porque si ni yo mismo soy capaz de hacerlo conmigo, es gracioso que yo quiera hacer eso con alguien más.

Fuiste mi esperanza, y aun lo seguirás siendo, créeme.

Todo lo que está sucediendo en el mundo debe ser difícil para ti, eres solo una pequeña niña. Pero sé que serás muy fuerte y valiente.

Aun así seguiré protegiéndote lo más que pueda, con la poca de cordura que me queda…

No dejaré que nada malo te suceda.

Si me veo en la necesidad de usar la corona, para salvarte… Solo haré lo que sea necesario.

Aunque te lo haya prometido, aunque me lo hayas pedido.

… Los adultos tienen que hacer cosas que pueden perjudicarlos para proteger a las personas que aman. Aunque eso pueda destruirlos a sí mismos.

Cuando crezcas, lo entenderás.

Aunque quisieras salvarme ahora, no puedes. Eres muy pequeña para que tu sola, hicieras algo tan grande, es demasiado para ti en estos momentos. Haces lo que está a tu alcance y lo agradezco.

Ojalá pudiera recordarte… pero ya no tengo salvación.

Aún no olvido cuando enfermaste, no sabes lo preocupado que estaba, necesitaba esa sopa para que mejoraras.

Estaba olvidando lo que hacía, estaba perdiendo la cordura para protegerte en esos momentos, aunque me dijiste que no la usara, tenía que hacerlo.

Por ti. Aunque todo estuviera perdido ya para mí.

Pero me salvaste, tú.

Siendo tan pequeña, me hiciste prometer que no la usara más. Sabías lo que me sucedía, lo que me iba a pasar. No te gustaba verme así.

Tuve que prometerlo. Por ti. Por nosotros.

Lo más probable es que seamos los únicos en el mundo. Los dos.

Pero, sabiendo eso, me vi en la necesidad de usarla. Aunque me rogaste que no lo hiciera, haría todo lo posible por protegerte. Si no lo hubiera hecho, no quiero ni imaginar lo que hubiera sucedido.

Lo que te podría haber pasado...

Y pude controlarme, creo que es por ti. Gracias…

Pero no… no será suficiente.

Me estoy perdiendo… y temo que me estás perdiendo, y te perderé.

Perdóname por todo lo que haga. Perdóname por olvidarte.

Marceline, yo…

- ¿Simon? – Llamó una voz con pesadez mientras se frotaba con el puño los ojos, mientras con la otra llevaba un muñeco.

- ¿Qué pasa Marcy? ¿Te molesta la luz? – Le preguntó con ternura dejando de escribir para acercársele – Solo déjame escribir dos palabras y voy a acompañarte.

La pequeña niña asintió mientras se alejaba, intentando conciliar el sueño otra vez.

Simon tomó la pluma nuevamente humedeciéndola en la tinta, para escribir unas cuantas letras.

Cuando terminó, guardó las hojas en las que había escrito y apagó la vela de un soplido. Sin evitar voltearse al ver donde había dejado las hojas, entre sus cosas. Sonriendo con tristeza.

Sabiendo que allí estaban sus sentimientos, y todo lo que era.

Marceline, yo…

… Te quiero.


Hola a todos ^^ Espero que les haya gustado mi primer fic, aunque la verdad no es el primero, solo es el primero que me atrevo a publicar porque me gusto como quedó xD así que si les gustó dejen reviews, para saber sus opiniones, y así tal vez me animo a hacer otro fic, inspirado en este. He corregido y agregado algunas cosas que se me han olvidado escribir, para expresar mejor lo que quería decir al escribir esto. Sin más que decir me retiro y gracias por leer ~ :)