Disclaimer: la serie de naruto shippuden es propiedad de Masashi Kishimoto. Esto es de fans para fans sin fines de lucro.
Advertencias: humor, shounen ai, ortografía.
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Responsabilidad.
—Creo que me he roto una pierna.
Fue la frase que rompió el silencio en la pequeña habitación. Deidara hizo una ligera expresión de enfado al escucharlo y tiró con gran fuerza de la frazada, dejando al descubierto al hombre de traje y zapatos de diseñador.
—Está en tres partes... puedo sentirlo… No creo poder ponerme en pie durante el resto del día.
—¿Así que está rota sólo por un día? —sintió el calor entrar en su cabeza— Es el peor intento que he escuchado después de la enfermedad del hueso roído, uhn.
Madara formó una sonrisa al notar el evidente tono de fastidio. De hecho el peor intento había sido la enfermedad de la uva pero le daba gusto que Deidara no la mencionara o él terminaría estallando en risas.
—Verás, sé que ahora te resulta extraño pero en otra vida fui alguien verdaderamente genial que podía sanarse mediante energía del universo—rodó quedando boca arriba, situando los brazos tras su cabeza—. Afortunadamente aun conservo esa habilidad. Así que descuida, sanaré mañana mismo pero hoy—emitió algunos sonidos quejumbrosos de mala calidad y agregó—, hoy simplemente descansaré.
El rubio frunció el ceño y arrojó la manta a un lado.
—¿Otra vida?... uhn.
Él sonrió aun más.
—Sí.
Deidara casi visualizó la fotografía que se hallaba en la gigantesca recamara del hombre, en la cual Madara era el padrino de bodas de Izuna.
—Eras católico, uhn.
—¿Lo dije? Quiero decir, claro que lo soy. La mitad de mí lo es.
El joven entrecerró los ojos mirándolo con reproche. Inspiró profundo ignorando eso último. Vamos, vamos, no debía caer en su juego.
—Las diez de la mañana—señaló su reloj de muñeca—. Son las diez de la mañana, debería estar en la escuela y no en mi departamento, ¡despertando a un alto ejecutivo que no es en absoluto responsable con su vida!—tomó aire y sujetó su frente un momento—. ¿Tienes idea de lo que he tenido que pasar toda esta mañana? —Madara emitió un sonido similar a un ronroneo—¡No la tienes, por supuesto! Apenas puse un pie en la escuela mi celular comenzó a sonar, ¿y sabes quién era, uhn?
—… la junta no es tan importante.—murmuró mirando hacia el techo. Deidara empuñó las manos. Eso había sido su límite.
—¡Bastardo! —prontamente lo atrapó de los pies y lo jaló hacia el suelo. Madara a su vez atrapó la cabecera evitando la caída, entrando en un juego de tira y afloja—¡Suéltate! ¡Ahg! ¡sal de mi cama…!
—Si jalas de ese modo el proceso de regeneración del tejido óseo se retrasará aun más, ¡ah! ¡oh, no! ¡Qué dolor!
—¡Al menos podrías empeñarte en hacerlo sonar real, uhn! ¡Suelta!
Las risas no tardaron en inundar el departamento. Bueno, podría, de verdad, pero sería completamente irresponsable hacer preocupar a Deidara.
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Notas de la autora: ¿? Es una buena pregunta, no lo sé. Sólo lo imaginé y no pude continuarlo. Este fragmento estaba atascado en mi mente.
