¡Atrapemos a Santa Claus! Tres días antes de navidad
IMPORTANTE: One Piece y sus personajes no me pertenecen…Son propiedad Eichiiro Oda.
Advertencias: Un ligero personaje OC. Comedia dudosa.
Resumen: Cada año, Santa le había dado a Luffy todo lo que el hubo pedido. Pero esta vez será un poquitín diferente ¿Por qué? Pues porque ahora el niño tiene una macabro plan entre manos. Y lo peor de todo es que no está solo. ¡ASL atrapara a Santa!
Especial navideño dedicado a todos los lectores de Fanfiction OwO
¡Felices fiestas!
Monkey D. Luffy, Portgas D. Ace y Sabo. Esos nombres eran bien conocidos en la pequeña villa de la isla. Juntos formaban el famoso trió monstruoso. Y con bastante razón, pues juntos eran una bomba de tiempo que estallaba en risas y peleas.
A pesar de no ser hermanos de sangre, los tres chicos se querían como si fuesen una familia de verdad. Pasaban gran parte del tiempo juntos y se contaban de todo. No había equipo más extraño y armonioso que ese.
Ahora pasaba otro invierno y estos tres hermanos caminaban rumbo al hogar de Dadan, la mujer ladrona de las montañas que los cuidaba.
El más pequeño de los tres, Luffy, metía sus diminutas manitas en las bolsas del abrigo rojo que llevaba puesto. La punta de su nariz y orejas ya se encontraban rojizas por la nieve helada que iba acumulándose sobre su característico sombrero de paja.
Tiritaba como nunca. No recordaba invierno más frio en toda su corta existencia.
-No seas pesado, Luffy.- hablaba el mediano, Ace. Que llevaba puesto tan solo una ligera camisa manga larga. Sabo, el hermano mayor mostro una sonrisa. Luffy comenzaba a atrasarse porque la altura de la nieve fácilmente podría envolver los pies y la cintura del niño.
Sabo se detuvo hasta que Luffy llego hasta el. Su cara de verdad mostraba cansancio. Y como no, si un cuarto de hora antes habían estado correteando a un pájaro del tamaño de una mansión de nobles.
-Vamos.- Ace los esperaba a ambos a una distancia considerable. Mientras, Sabo invitaba a Luffy a subirse sobre su espalda. El niño sonrió de oreja a oreja.
-¡Gracias, Sabo!- rio Luffy antes de sujetarse sobre su hermano mayor.- ¡Eres el mejor hermano del mundo!- exclamo.
-Te escuche, idiota.- No estaba de mas mencionar que Ace era un hermano competidor y a veces hasta celoso.
Luffy y Sabo se echaron a reír ante el comentario de Ace. Tan enojón como siempre. Porque, aunque maltratara mucho al pequeño de goma, era obvio que lo apreciaba.
-Tengo hambre…- Luffy hizo un adorable puchero. Ace y Sabo coincidieron. Sus estómagos empezaron a sonar y rogaban que Dadan hubiera hecho algo delicioso para cenar, pues de tanto jugueteo olvidaron por completo "cazar" un poco comida.
-Ya casi llegamos.- Sabo observo el hilo de humo gris que se alzaba a unos cuantos kilómetros. Ese era el refugio de los ladrones de las montañas.
-Tch.- Ace chasqueo la lengua.- Tengo tanto sueño que podría dormir hasta Año Nuevo.
-¿Año Nuevo?...- susurro el menor entre bostezos.-…Navidad…- dijo instintivamente, rio y eso llamo la atención de sus dos hermanos.- ¡AH, NAVIDAD!- se despertó de un brinco.
-¡W-Wow!- Sabo se tambaleo por la animada reacción de Luffy.- Hey, quédate quieto.
-¡Navidad, navidad, navidad!- exclamaba el niño.- ¡Sabo, Ace! ¡Santa va a venir! ¡Santa va a venir!
Luffy movía los brazos tan frenéticamente que termino dándole un puñetazo a Ace justo en la frente. Eso lo hizo enojar y tomo a su hermano pequeño por la muñeca.
-¡YA ENTENDIMOS, TONTO, PERO DEJA DE MOVERTE!- grito furioso. Luffy asintió con una sonrisa y se abrazo al sombrero de copa de Sabo.
"Shishishi…" Fue lo último que se escucho de esa conversación. Pero Sabo y Ace sabían perfectamente que el tema de la Navidad apenas se daba por iniciada. Después de todo, era Luffy el necio con el que estaban tratando.
….
Los tres muchachos llegaron hasta la fachada de la enorme cabaña que se alzaba en medio del bonito y nevado prado.
-¿Eh?...- Sabo quedo atónito al ver la nueva decoración de la casa.
-¡¿Qué demonios es eso?!- Al parece Ace estaba de acuerdo. El chico maldecía por lo bajo. Luffy despertaba de su siesta y miraba al rubio y al pecoso, luego dirigió su vista hacia la casa.
-¡Guau!- exclamo con los ojos bien abiertos.- ¡La casa se ve increíble!- menciono al tiempo que a Sabo y a Ace les resbalaba una gota de sudor sobre la cabeza. Ese Luffy no podía ser más raro.
Y es que su hogar sí que se veía raro. Con todos esos foquitos de colores y muñecos de nieve bien hechos por todo el patio. Sin mencionar esa sensación tan cómoda y cálida que emanaba de desde adentro.
Cualquiera podría confundir la casa de esos sanguinarios ladrones con el de una abuelita que horneaba galletas.
-No sabía que Dadan-san tuviera espíritu navideño…-rio Sabo. Luffy salió despedido hacia la casa y Ace fue directo a detenerlo.
…..
El pecoso abrió la puerta con tanta fuerza que está casi se rompe en dos.
-¡Ya llegamos!- aviso el chico con sus dos hermanos detrás.
Dadan, que en ese momento daba un sorbo al te de su tasa, escupió todo por la sorpresa. La "familia" de ladrones observaba casi con pánico al infantil trió.
-¡OH! ¡¿ESE ES UN PINO?!- grito el menor. Si, Dadan cumplía con la tradición de colocar un arbolito navideño frente a la chimenea.
-¡H-Hey, tu, delincuente, aléjate de mis adornos!- la mujer se puso de pie y tomo a Luffy por la cintura, pero este se le escurrió tan rápido que ni siquiera se dio cuenta.
Y mientras los hermanos correteaban alrededor de la sala con un enojado grupo de vándalos tratando de atraparlos, Luffy intentaba subir a la punta del pino con una amarilla estrella de plástico en las manos.
-¡Baja de ahí, mocoso!- Dadan intento alcanzar a Luffy. Maldecía haber traído el pino más alto que los bandidos encontraron.
-¡MALDICION! ¡Pensé que no volverían!- chillo la mujer, pero no por extrañarlos. Nada de eso. De hecho deseaba con todo el fervor de su alma que los chicos no regresaran hasta la primavera.
-Tch… Sí, claro….- Ace, Sabo y los bandidos dejaron de correr y Luffy apenas y podía seguir aferrándose al picudo pino.
-Es que nos aburrimos…- dijo Luffy en tono de berrinche.
-Además, ¿Qué es todo ese ridículo teatrito de allá afuera?- el pecoso frunció el ceño. Dadan miro a Ace con ganas de matarlo.
-¡Cállate, niño! Esta es MI casa y así la quiero… ¡Y no eres quien para decirme que hacer! ¿Debo recordarles que se fueron tres días seguidos? Estoy en todo el derecho de hacer lo que se me dé la gana…
-¿Pero que tiene, Ace? ¡A mí me gusta mucho como se ve la casa!
-¿Lo ves? Deberías ser mas como Luffy.- rio Dadan dándole unas palmaditas a Luffy en la espalda, una vez que su grupo de maleantes lo hubo ayudado a bajar.
-Debo admitirlo…- hablo Sabo.-…Dadan-san tiene buenos gustos.
La estruendosa risa de Dadan resonó en la habitación. Esta completamente orgullosa, y Ace sabía de antemano que nadie debía subirle los sumos porque se pondría más que fastidiosa. Suspiro.
-Dadan… Oye, ¿Qué hay de comer? Muero de hambre…
-¿EHHH? ¡QUE RAYOS!- Dadan se levanto furiosa, Luffy soltó un grito ahogado- ¡FUEEEERA DE MI CASAAAA!- los hermanos se echaron a correr lo mas que pudieron cuando la anciana comenzó a perseguirlos con una endemoniada escoba.
…
La noche cayó. Y que más daba. Dadan no tenía el corazón suficiente como para que dejar a tres muchachitos afuera y con ese frio: Ace, Sabo y el pequeño Luffy dormían tranquilamente en el suelo frente a la chimenea.
Los bandidos habían tomado la llegada de los hermanos como pretexto para hacer una fiesta; comer, bailar y emborracharse hasta caer rendidos, eso fue lo que hicieron. Así que en ese momento el silencio reinaba en el refugio de la familia Dadan.
La líder era la que mas noqueada se encontraba. Era estresante tener niños en casa. Pero para los bandidos se trataba de una fuente de diversión inagotable. Los tres chicos, sin excepción, sabían cómo divertirse.
Además, no había mejor inspiración navideña que los niños y la idea de tener regalos de Santa Claus, ¿o sí?
Santa Claus. Luffy abrió un ojo.
-Ace, Ace…- tiraba de la manga de su hermano mayor.-…Ace, Ace, Ace, ¡Ace!
-¡¿Qué?!...Luffy…- trato de serenarse hasta la medula de fastidiado. Mini sombrero de paja sonrió.
-Ace, quiero pedirle algo extra especial a Santa este año…- susurro.
-¿Ah, sí?...- contesto Ace entre sueño y sueño, prácticamente ignorando al menor.
-Si…es por eso que quiero que me ayudes ¡Se me ha ocurrido algo increíble!
-¿Qué cosa?...- debía admitirlo, tenia curiosidad.
-¡Quiero atrapar a Santa!
Ace lanzo un bufido.
-No puedes atrapar a Santa, Luffy.
-¡¿Por qué no?!
-Pues porque él nunca se deja ver, tonto…
-Ah…pero yo soy muy fuerte, ¡puedo hacerlo!
El pecoso rio por la bajo hasta que el estomago comenzó a dolerle.
-Como quieras…
-¿Entonces me vas a ayudar?- los ojitos de Luffy irradiaban felicidad.
-Sí, si…- contesto desinteresadamente.
-¡Bien! Con tu ayuda seguramente le pateare el trasero a Santa, que bueno que Sabo también dijo que si…- Ace no pudo evitar sonreír.
Entonces reacciono.
-Oye, espera, ¡¿le dijiste a Sabo antes que a mí?!
Pero Luffy ya estaba profundamente dormido. Ace se sintió traicionado y luego dirigió su mirada furiosa a Sabo. Si no fuera porque él estaba cansado y lleno, con toda seguridad le hubiera dado un buen golpe.
Y repito de nuevo: No había hermano más competidor y celoso en todo el mundo que Ace.
¡¿Qué tal a todos?! Bien, se me ha ocurrido esta linda idea debido que adoro la navidad y nunca había hecho una historia sobre estas fiestas…y como mi más grande logro dentro del mundo del anime fue verme todos los capítulos de One Piece (incluyendo películas y hasta el manga) entonces decidí hacer un fic…ya que en estas fechas se cumple exactamente un año de que comencé a verlo.
Y, por supuesto, AMO a mi querido trió de pequeños "monstruos". Definitivamente Luffy, Ace y Sabo son mis personajes favoritos de toda la serie. Es por eso que los escogí.
Así que espero mucho lo disfruten. Esta historia tendrá por lo menos 4 capítulos y la acabare el día 25…o sea, actualización cada dos días (como mínimo) Además, tratare de adelantar mucho ya que tal parece que me voy de viaje y…ahí no hay internet TTwTT
¡Felices fiestas y que tengan una hermosa navidad! Mis más sinceros deseos: Yukina.
