Los personajes utilizados en este fanfic son propiedad de Hiro Mashima.
Narración.
—Dialogo
—Aclaraciones del narrador—.
(Intervenciones en la narración).
"Pensamientos o frases que se dijeron".
Aclaraciones y Advertencias: Los personajes no me pertenecen. OC. OCC. Una historia random. (?)
Summary: Sting había demostrando una vez más cuán estúpido podía llegar a ser al no pensar antes de hablar, pero para Rogue era demasiado obvio que cuando Eucliffe declaró que le gustaban las muñecas, estaba hablando de Yukino.
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Capítulo Único
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Todos en Sabertooth eran conscientes de que el nuevo Maestro no era precisamente normal, empezando por que era un Dragon Slayer y terminando en su inexistente vestimenta heterosexual. Él decía que era metrosexual, pero para Rogue no había mucha diferencia ―se estaba vengando por todas las veces en las que el rubio le llamó emo― y esto era especialmente desde que Sting, demostrando una vez más cuán estúpido podía llegar a ser al no pensar antes de hablar, declaró que le gustaban las muñecas.
Cheney sabía exactamente por qué su indeseado hermano del alma lo dijo, pero no planeaba esclarecer el malentendido. Hacer pasar a Eucliffe por homosexual siempre fue entretenido, especialmente desde que Orga empezó a bromear sobre hacerle de celestino con los chicos del Gremio.
―Por última vez, ¡no me gustan los hombres! ―el Maestro de Sabertooth gruñó como bestia mientras Rogue ocultaba una sonrisa detrás de su taza de café negro.
―Lo recuerdo perfectamente, Sting ―ahora venía el remate de Rufus―, pero aunque lo hayas negado hoy, ayer y anteayer, sé que algún día serás capaz de admitirlo ante nosotros.
Sting se golpeó la cabeza repetidas veces contra la mesa.
Dulce, dulce venganza.
Rogue sintió que estaba gorgojando por lo bajo, pero en realidad estaba reprimiendo el impulso de soltar una carcajada maligna, porque él ya era lo suficientemente extraño y oscuro como para añadir otra peculiaridad de esas a su perfil.
―¿Quieres un poco más de café, Yukino? ―dijo con una amabilidad impropia de él.
Y la chica, inocente de todo, aceptó con una dulce sonrisa.
―Seguro, Rogue-sama.
Ella era tan delicada y blanca como la porcelana, tan dulce como un terrón de azúcar y la miel de sus ojos simplemente te atrapaba y desarmaba, era tan preciosa que quieres atesorarla o simplemente encerrarla en un aparador y mirarla para siempre.
El Dragon Slayer se preguntaba internamente si Rufus y Orga eran lo suficientemente tontos para no notar la cara de imbécil que colocaba Sting cada vez que Aguria sonreía, o si ellos gozaban macabramente como él del espectáculo.
Porque para Rogue Cheney era demasiado obvio que cuando Sting Eucliffe declaró que le gustaban las muñecas, estaba hablando de Yukino.
…
Nota de la Autora:
Luego de meses sin poder escribir nada de FT, al menos a mi cabeza se le ocurrió este drabble. Bueno, sé que poca gente es fan del StingKino, pero yo soy feliz simplemente subiéndolo. Aunque la opinión ajena también me ayudaría un poco a mejorar. Anyway, nos vemos.
