Nota de autora:Navidad, navidad... Ok, sé que desde hace ya varios días no publico, pero es que he estado un poco ocupada y enviciada por Mortal Kombat9, Assassins Creed2 y God of War. Lo lamento (pero seguiré jugando... ¡Maldita hidra, algún día la venceré!) . En fin, aquí está el primer episodio del especial de Navidad, espero que les guste. ¡Ah! Por cierto, lo siento mucho, pero creo que tendré que "abandonar" "Reinas" por el especial de Navidad y Año Nuevo, pero descuiden, ¡VOLVERÉ! Ok no. En fin, aquí tienen el primer capítulo.

Disclaimer:Las PPGZ no me pertenecen, el fic sí.


"¡Las amamos, Chicas Superpoderosas!"

Las calles de Nueva Sentadilla se encontraban prácticamente inundadas por autos, cuyos propietarios se hallaban ansiosos por observar al, anteriormente mencionado, trío de heroínas, ya que éstas se estaban ofreciendo en esos mismos instantes para cumplir con una misión para la Noche Buena.

-…Y así es como planeamos conseguir un obsequio para todos y cada uno de los niños en el hospital de la ciudad –anunció la linda Blossom sonriendo, siendo respondida por muchísimos aplausos por parte de las personas que presenciaban el anuncio.

La joven heroína lanzaba besos y saludaba a los ciudadanos como si fuese al menos la Reina de Inglaterra. Mientras su amiga rubia, levemente sonrojada, soltaba risitas y la azabache negaba con la cabeza y rodaba los ojos al ver el espectáculo de su amiga.

Una vez que se le había arrebatado el micrófono a la pelirroja, y el alcalde se había disculpado por la imagen de la mayor de las chicas siendo golpeada con un sartén en la nuca por la de ojos verde esmeralda y luego siendo arrastrada por la de ojos celestes como el cielo, las PPGZ se dirigieron al ya mencionado hospital para comenzar con la lista de peticiones por parte de los niños.

Luego de haber llegado al lugar, las jóvenes esperaban que les diesen el aviso para empezar la lista de obsequios en una de las salas de espera.

-Auch… ¡Auch! ¡Ten más cuidado! –exclamaba la chica de orbes rosados mientras la menor de sus amigas le colocaba hielo en la parte afectada de su cabeza.

-Ups… Lo lamento, Blossom –se disculpaba la adorable rubia una y otra vez. La PPGZ fanática del fútbol y los deportes tan solo ponía sus ojos verde esmeralda en blanco.

-Fue tu culpa por andar como si fueras Miss Universo o algo peor –se encogió de hombros. Su amiga frunció los labios e hizo un infantil puchero.

-¡Pero no era necesario que me golpearas con un sartén, Buttercup! ¡Y tras de todo, Bubbles es la única que se anima a ayudarme! –exclamó haciendo aspavientos.

-Digas lo que digas, seguiré creyendo que fue tu culpa –rodó los ojos. La pelirroja infló las mejillas.

-Em… Cambiando de tema… –las dos superpoderosas dirigieron la mirada a su amiga, la cual hacía un intento por evitar que sus dos mejores amigas continuasen con su pelea– Bloss… ¿Por qué anunciaste a los ciudadanos sobre esto y no lo dejamos en secreto para que los niños crean que fue Santa? –la pelirroja rodó los ojos.

-Porque él no existe, Bubbles –los ojos de Buttercup se abrieron como platos.

-¡Claro que existe!

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Que no!

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Ja! ¡Dijiste que sí!

-¡Pero él no existe!

-¡Chicas! –exclamó la chica vestida de celeste, interrumpiendo y dando por terminada la pelea de sus amigas.

-Um… Señoritas… –una enfermera castaña y de ojos café interrumpió la discusión. El trío de heroínas dejaron de lado su disputa y dirigieron su atención a la joven mujer– Ya pueden pasar por las habitaciones de los niños –las chicas asintieron y se dispusieron a caminar por el largo pasillo.

Las lindas chicas sacaron una enorme libreta, la cual fue entregada a Blossom, por tener bonita letra, para que apuntase las peticiones.

Un rato después de haber comenzado, la libreta iba casi por la mitad, con solicitudes por peluches, libros, juguetes, chocolates, dulces e inclusive ropa. En fin, cosas que no podrían ser un problema conseguir para las jóvenes.

-Bien, solo nos falta la petición de una niña llamada Etsuko –dijo Bubbles echando un vistazo a la lista de nombres que un doctor les había entregado a ella y a sus amigas.

-¿Etsuko no significa "niña celestial"? –Buttercup arqueó una ceja.

-Sí. ¡Oh! Y aquí dice que su problema es una rara enfermedad que los doctores no se explican que es.

-¿Qué síntomas presenta? –preguntó la del enorme lazo rojo.

-Aquí dice que a veces les dan fiebres muy altas, ocasionalmente dice incoherencias, se desmaya de la nada, se le va la voz y le duele la garganta, entre otros síntomas.

-Qué extraño…

-Chicas… –la joven enfermera de hacía un rato les hizo señas para que entrasen a la habitación de la anteriormente mencionada niña.

-¡Hola, Etsu…! –pero Blossom no había terminado de pronunciar la frase, cuando se llevó una gran sorpresa al percatarse que la niña que observaba en esos instantes, era extremadamente parecida a su hermana menor, Kuriko.

La niña, la cual se encontraba recostada en una cama de hospital, era pequeña, como de unos ocho años, ojos color ámbar y de cabello largo y castaño claro sujetado en una linda trenza. Traía la bata del hospital puesta. Esperaba a sus ídolos con una sonrisa.

-¡Hola, Chicas Superpoderosas! –saludó con alegría. La azabache y la rubia sonrieron, más la de ojos rosados se quedó estática.

-Hola, Etsuko. Vinimos para que nos dijeras que deseas para Navidad –habló Bubbles al notar que su amiga no hablaba y solo observaba a la niña con la boca abierta.

-Yo… bueno… es algo un poco difícil de explicar –desvió la mirada.

-Vamos, tenemos tiempo –animó la Superpoderosa vestida de verde.

-Bueno. ¿Conocen la historia del cáliz de los deseos? –Las chicas negaron con la cabeza–. Bien, pues cuenta la historia que hace muchos años, un rey egipcio era muy bueno con su pueblo, ya que se despojaba de sus riquezas y virtudes y se las obsequiaba a los habitantes del pequeño pueblo –Buttercup de la nada sacó unas palomitas de maíz y una Coca Cola gigante y comenzó a comer–. Agradecido profundamente por la generosidad del rey y por haberle brindado su ayuda en un momento de extrema necesidad, un escultor egipcio invocó a los dioses y les pidió a cambio de hacer miles de esculturas dedicados a ellos, un cáliz con tres deseos, que cada vez que fuese bebido cumpliese uno de éstos, para obsequiárselo al rey. Los dioses, aceptaron su oferta e hicieron aparecer al cáliz en frente del joven, el cual partió al humilde castillo del rey para darle su regalo. Una vez allí, el escultor fue sorprendido por unos hombres que se apoderaron del castillo y le robaron el cáliz al notar su importancia. Uno de los guardias del nuevo rey, tomó un sorbo y pidió millones de joyas, las cuales fueron apareciendo hasta casi llegar a ahogar al hombre. El nuevo rey, al enterare sobre el cáliz, tomó un sorbo y pidió no poder ser vencido por ninguna fuerza en la tierra. Mal hecho, pues los dioses le arrebataron su cargo y se lo concedieron al viejo rey. En cuanto al cáliz, se dice que los dioses lo ocultaron en una pirámide solamente visible para los de corazón puro y sincero, un corazón que en serio necesitase el último deseo.

-Wooow –los ojos de las dos menores Superpoderosas se iluminaron.

-Y… ¿Entonces qué quieres para Navidad? –preguntó Butter alzando una ceja. Etsuko suspiró.

-Mi mamá, desesperada por encontrar la cura de mi enfermedad, fue en busca del cáliz hace varios meses, pero no ha vuelto. Y, aunque sé que parece una leyenda y una simple mentira, deseo para Navidad que ustedes vayan y bueno… el cáliz no es lo importante… yo… solo quiero a mi mamá –sus ojos se pusieron vidriosos. Suspiró y volteó sus ojos color ámbar para ver al trío de heroínas–. Por favor, tráiganla.

Las chicas se quedaron perplejas. Jamás llegaron a imaginar que alguien les pidiese algo parecido.

-Em… ¡Reunión! –exclamó la de ojos esmeralda, para entonces alejarse un poco y hacer un círculo con sus amigas, para hablar en privado– Chicas… aunque es muy dulce y todo eso, no creo que podamos conseguirlo. Mejor le decimos que pida otra cosa.

-Aunque me duela mucho por la pequeña, me temo que Buttercup tiene la ra…

-No –finalmente, habló la del gigantesco lazo rojo–. Hay que conseguirlo.

-Pero Bloss…

-Miren –suspiró–. Hace varios años, mi hermanita se encontraba enferma para Navidad. Muy enferma. Me pidió una bella muñeca para la Noche Buena, pero por más que me esforcé… no la logré conseguir –desvió la mirada–. Nunca olvidaré su carita de desilusión. Por eso mismo, a partir de entonces, prometí siempre cumplir los sueños para Navidad de los niños y así lo haré, con o sin su ayuda –Bubbles y Buttercup se volvieron a ver. Su amiga jamás había actuado con tanta determinación y seriedad.

-Si en serio quieres hacerlo… te ayudaremos –la linda rubia sonrió. La azabache se encogió de hombros y sonrió de lado.

-Gracias –dijo para entonces abrazarlas. Acto seguido, se volteó para ver a la pequeña niña–. Descuida, Etsuko. Traeremos a tu mamá sana y salva y si se nos da la oportunidad, podrás pedir ese deseo –la niña chilló de felicidad.

-¡Gracias! ¡Son asombrosas! –exclamó la tierna castaña en un mar de felicidad.

-Gracias. Si nos disculpas, vamos por los regalos –dijo la de ojos celestes para entonces salir volando con sus amigas.


Unas horas después, el árbol de Navidad del hospital para niños, se encontraba repleto de obsequios grandes, pequeños, circulares, cuadrangulares, en fin, de todas formas y colores; ya que las chicas pudieron cumplir con su labor en un dos por tres.

Ahora, las jóvenes se encontraban con sus respectivos trajes de súper heroínas en el aeropuerto para ir en busca del "regalo" de Etsuko. No deseaban que se descubriera sus respectivas identidades para no causar disturbios, y querían vestirse como normalmente lo hacían, pero el alcalde había insistido en que llevasen los trajes para una sorpresa especial. Y, después de todo, una vez que llegaran a Egipto podrían ponerse su ropa de siempre. Los egipcios no las conocían… o eso creían.

Blossom, llevaba tres enormes maletas y dos no tan grandes. Las de mayor tamaño eran de color rosado y las más pequeñas de color fucsia. Y, aunque era muy obvio, las rosadas estaban aterradas en dulces, caramelos, chocolates y otros. Mientras que las de menor tamaño llevaban su ropa; unos cuantos shorts, un sombrero, blusas como las que siempre usaba, un par de pijamas y un par de zapatos de muñecas y unas zapatillas deportivas.

Bubbles, llevaba como diez maletas enormes de color celeste con flores azules. Su contenido, era obvio que eran puros vestidos, faldas, zapatillas, blusas, shorts, entre otros.

Buttercup, traía una maleta mediana verde oscuro. Ésta llevaba su skate, un par de pantalones, un par de shorts, un par de camisetas, su jaquet, su gorra y un sweater. Mucho más de lo que llegaría a necesitar, según ella.

-Oigan, si no nos vamos ya, el avión se nos va a ir, y yo no pretendo quedarme como idiota esperando el próximo avión –dijo la azabache cruzándose de brazos.

-Lo sé, pero el alcalde nos dijo que debíamos esperarnos a que llegara con "la sorpresa"–dijo la pelirroja encogiéndose de hombros.

-Solo esperemos un poco, Butter… –dijo la rubia sonriendo, pero fue interrumpida por unos gritos.

-¡Chicas! –El trío de heroínas dirigieron su atención al alcalde, el cual estaba siendo seguido por Miss Bellum y unos doce policías– Lamento la demora…

-Ajá…

-¡Buttercup! –regañaron sus amigas. La mencionada se encogió de hombros desinteresadamente.

-Bueno, señoritas. Aquí está su sorpresa, ¡Sus compañeros de viaje!

Cual fue la sorpresa de las Superpoderosas, cuando los policías se corrieron, dejando ver a tres de sus peores enemigos, los Rowdyruff Boys. Éstos, forcejeaban para que los soltasen, argumentando que no pensaban viajar con "Las Superapestosas".

-¡¿QUÉ?! ¡NO VIAJAREMOS CON ELLOS! –exclamaron las chicas al unísono, cruzándose de brazos.

-Lo lamento, señoritas, pero la condena de estos jóvenes es ayudarlas con su misión –explicó Miss Bellum.

-¡Pero es su condena, no la de nosotras! –exclamó Blossom llorando cómicamente.

-Es solo que ustedes son las únicas que los logran controlar –explicó el alcalde.

-¿Ellas...? –empezó el azabache.

-¿...Controlarnos…? –continuó el rubio.

-¿…A nosotros? –terminó el pelirrojo.

-¡De ninguna forma! –exclamaron al unísono.

-Pues tendrán que obedecerlas, sino desean que su condena sea quitarles los pañales a los bebés de la guardería de la ciudad –amenazó un policía que, junto con otros tres policías, retenía al de ojos color rojo sangre.

-¡IUUU! –Exclamaron el trío de villanos al unísono.

-¡Pañales, pañales! –animó Buttercup mirando a Butch con una sonrisa maldosa. Él frunció el ceño.

-Bien, pues iremos con las apestosas. ¡Pero si nos contagian las pulgas será su culpa! –exclamó Brick apuntando acusadoramente al alcalde y luego a los policías.

-Sí, sí. Solo vayan con ellas –dijo un policía, para que entonces los oficiales soltasen al trío de villanos y se fuesen junto con el alcalde y Miss Bellum.

Una vez que los adultos partieron, los chicos se quedaron viendo detalladamente a las chicas y éstas a ellos, como inspeccionándose los unos a los otros.

"Vaya… Ahora que veo bien a Buttercup… No es nada fea… ¿Eh? ¡¿De qué estoy hablando?! ¡Ella es mi enemiga! Aunque sí se ve linda… ¡Pero no se lo pienso decir!" pensaba Butch mirando de reojo a la de ojos esmeralda, fingiendo desinterés.

"No creí que la Dulce-maniaca se viera tan bonita en esa falda… ¡¿Acaso estoy loco?! No, no, no. Debo pensar eso porque es una chica… supongo… Pero mejor no le digo nada" pensaba Brick cruzado de brazos, mirando a la chica de orbes rosados.

-Oye, Bubbles. Te ves muy bonita –dijo Boomer como si nada, pero al percatarse de esto, se ruborizó notablemente. La rubia se sonrojó levemente y arqueó una ceja–. Digo, para ser una chica… –todos se quedaron perplejos–. ¡No, no, no! Me refiero a que… Olvídenlo. Nada pasó aquí –dijo más rojo que una manzana cubriéndose el rostro. Los demás se encogieron de hombros, a excepción de la chica de ojos celestes como el cielo, que soltó una risita nerviosa.

-PARA LOS DEL VUELO A EGIPTO, ESTA ES LA ÚLTIMA LLAMADA –se escuchó una voz. Los seis suspiraron y se volvieron a ver. Acto seguido, tomaron sus respectivas maletas y se fueron al avión

-Este será un muy-largo-viaje –se lamentó Blossom.

-Muy largo –terminó por lamentarse Brick.


Nota de autora #2:¡¿Por qué Butch es tan jodidamente sexy?! Ok, necesitaba decir eso.

Nota de autora #3:Intentaré subir el último capítulo el 24, aunque aun no sé cuantos capítulos van a ser.

Nota de autora #4:Pos necesitaba decir algo más, pero se me olvidó xD Cualquier cosa lo digo después... ¡Ah! Ya, ya, es que la historia que Etsuko contó es obviamente inventada por moi, pero espero que me haya quedado bien.

En fin,

Toylad fuera, ¡Paz!