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El canto del cardo.-----------------------------------
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1. Cuentos para dormir
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La tarde en que fue enterrada la madre del muchacho, fue lluviosa como todos los días en esas tierras verdes y hermosas rodeadas de bosques llenos de leyendas, mucha gente vino a despedir a la buena mujer, en poco tiempo se había ganado el corazón de la gente que desde el principio la trataron mal por ser extranjera y criar a un hijo ella sola. El muchacho, Hyoga ahora se cuidaría solo, no tenia mas familia.....
Un niño un año menor que él, de aspecto igualmente sencillo se le acerco ofreciéndole una Simbelmyne, "no me olvides" como si fuera suficiente para apagar el dolor del pequeño. Este acepto la flor extrañado, mas la sonrisa del pequeño de ojos verdes le reconforto como nada en el mundo.
-Hyoga - susurro una melodiosa voz - ya es hora -
El joven perezosamente despertó, lo primero que vio al abrir sus ojos, fue la sonriente cara de Frey, aquel que sirve devotamente a su "tío" como mayordomo. A Hyoga siempre le pareció una persona curiosa, siempre con consejos para todos, una melodiosa voz y sus orejas le parecían graciosas, ligeramente mas largas que a las suyas, además que siempre lo encontraba sonriente.
-Vamos perezoso que vuestro tío espera para desayunar -Sonrío, alejándose de la cama, su extraña capa blanca danzaba graciosamente con sus movimientos -tu ropa para hoy, al parecer hoy iréis a visitar un noble -comentó.
-¡Qué aburrido! -exclamó escondiéndose en las cobijas, comenzaba otro día de esos aburridos, en lo que visitaría a algún noble, conversarían acerca de las tierras, el tributo los ladrones y demás cosas.
-Hyoga tenéis que ir para aprender - reprocho dulcemente Frey
-Vamos aun soy muy joven para esas cosas Frey - renegó, el mayordomo movió la cabeza, era cosa de todos los días
-Animaos - grito jalando las cobijas para sacar de la cama de una nueva ves a su joven amo -que hoy iréis a visitar Durhaim
La nieve caía armoniosamente alrededor de ellos, el bosque pintado en blancos atraía la melancolía, el trote de los caballos era lento, Hyoga se adormeció con el ritmo lento del viaje, no le gustaba viajar en caballo, no le agradaba hacer recorridos largos. Su "tío" lo sabia bien pero no le daba importancia. Incluso el ligero trinar de las aves en las profundidades del bosque le hacían soñar, el murmullo de los pasos imaginar.
-¿Os cuento un cuento joven Hyoga?- escucho de nuevo aquella melodiosa voz, adormecido giro su cabeza y alcanzo a distinguir la eterna sonrisa del mayordomo, seguramente soñaría con cosas fantásticas si le dejaba contar una historia, asintió levemente -muy bien, no le contare una historia de elfos y hadas, este cuento es algo que me contaron de los lejanos países del sur, en los países que habitan dioses diferentes y poderosos. Uno de ellos, o más bien una de ellas tenia una orden de guerreros, los cuales con sus puños podían rasgar el cielo y con sus pies resquebrajar la tierra......
-Disculpe Frey -Preguntó Shun levantándose de la cama -¿Esa historia es cierta o se la esta inventando?
-Para mi que la esta inventado -dijo Seiya casi encima de un molesto Shiryu
-Bueno cambie algunos nombres - sonrío el consejero -por que hay algunos muy difíciles de pronunciar y recordar
-Pues a mi no me gusta el cuento- añadió Hyoga revolviéndose en su cama para quedar oculto en las cobijas.
-¡Pero si eres el héroe! -reclamó Seiya lanzando su almohada a donde creyó que el rubio tenia oculta la cabeza, los demás reían con las simplezas del joven.
-que simpáticos sois - volvió a sonreír -
-¿y el joven santo, el rubio pudo dormir? - pregunto con cierta curiosas Hyoga mientras buscaba una mejor posición sobre la montura para oír mejor al sirviente de su tío
-No, el santo de los hielos no pudo conciliar el sueño esa noche, tenia dos cosas en la mente, un sentimiento nuevo en su corazón y la historia que le habían contado, al día siguiente con ojeras acompaño a sus amigos santos a desayunar, un notable.....
-!Calla Frey! - interrumpió uno de lo guardias, al parecer todo el grupo se había detenido, la nieve parado pocos momentos antes, se ladeo un poco, y pudo ver que al frente había dos guardias de la aldea que visitaban, pero..... aun estaban muy muy lejos y aparte se veían molidos,....
Una risa tímida rompió el silencio hecho por la tensión de los guardias de su Tío, Hyoga busco con la mirada atentamente de donde provenía esa risa tan encantadora.
-Son elfos mi joven amo - le susurro Frey quien al parecer también había oído la tímida risa. Hyoga acomodo sus mechones dorados desacomodados por el viento, por el rabillo de sus ojos alcanzo a notar una delgada silueta tras un árbol, volteo rápidamente. La figura al ser descubierta hecho a correr, lleno de curiosidad se bajo del caballo y hecho a correr tras la figura, en breve se interno en el bosque, en breve le dio alcance. Esta figura se volvió a refugiar tras un árbol, el joven Hyoga con sus 17 años y un entrenamiento apropiado para sobrevivir en estas tierras había sido fácil la carrera, camino lentamente hasta al árbol que lo separa de aquel elfo, volvió a escuchar aquella risa tímida con mas claridad.
-¿Eres un elfo? - pregunto ladeando su cabeza tratando de ver al hermoso ser tras el árbol
-Tu eres uno -contestó con un susurro, dejo de esconderse.
Hyoga quedo sorprendido, todas las historias de elfos que le había contado Frey se quedaban cortas frente al hermoso joven que tenia frente de si, ojos esmeralda, cabello un poco rebelde del color verde, hermosas facciones, delgado y con la piel casi tan blanca como la nieve. Vestía un sencillo blusón azul pálido, y algo muy parecido a un abrigo de piel que le cubría hasta las caderas, usaba unas botas altas de piel amarradas cuidadosamente, entre el blusón y estas botas se veía claramente las rodillas y parte del muslo. El joven rubio estaba embelesado con aquella sublime visión, tanto que no noto los gritos de los guardias llamándole hasta que aquel joven le regalo una hermosa sonrisa y hecho a correr desapareciendo en las profundidades del bosque.
-Hyoa estas aquí - le abrazo cariñosamente -¿estas bien? Porque hiciste eso?
-Vi un elfo tío - respondió como en un trance
-Es culpa de Frey, siempre llenándote cabeza con tontas las ideas de elfos y hadas
-pero tío Camus, es enserió, vi un elfo -repitió con mas confianza en su voz
-Olvidalo Hyoga - se puso de pie - debemos llegar al pueblo de prisa, dicen que hay pillos sueltos. -explicó caminando rumbo la caravana -Voy a hablar seriamente con Frey esta noche.
Nota:
Frey eso de los personajes que aparecen en una ova, me dio la impresión de que parecía un elfo por lo alargado que le hicieron las orejas.... pero en esta historia nada que ver. Además me encanta el muchacho. Besos
