PREFACIO

Cuando mi cuerpo chocó contra el suyo me sentí bien, desapareció con él el miedo y la desesperación. Le tocaba la cara, no podía creer que estuviera ahí conmigo, y por vez primera, a pesar de todo lo que habíamos vivido juntos en un periodo tan corto de tiempo, me vio llorar.

–¿Estás aquí de verdad? –le pregunté.

–Jamás me fui, siempre estuve contigo.

El corazón me palpitó con fuerza sólo de pensar que era cierto, que tenía razón, jamás se había ido y siempre había estado conmigo. Nos abrazamos de nuevo y olí ese perfume que siempre parecía desprender y que me recordaba a casa, el hogar del que me habían alejado. En cuanto nos separamos le cogí por ambos lados de la cara y le dije:

–Te quiero, te quiero, te quiero, jamás dejé ni dejaré de hacerlo.

No me daba cuenta de qué pasaba a mi alrededor, y aunque él sí que escuchó con atención lo que nos estaban diciendo, yo no pude apartar la vista de su cara. Era aquel preciso momento el que determinaba mi vida, el que decidía todas mis futuras decisiones, las que tomaría y las que no.

Oí el chasquido de unos dedos fríos y noté como me alejaban de todo el calor que desprendía Seth. No, aún no, todavía me quedaban tantas cosas por decirle...

–Seth –le dije con una sonrisa torcida con las lágrimas desprendiéndose de mis ojos–, no me olvides nunca.

Y con esas últimas palabras pronunciadas, le planté un beso en los labios, y le hice saber cuánto le quería y le seguiría queriendo, fuera a parar donde fuera a parar. Le hice saber que ni la muerte podría separarnos.

Pronunció mi nombre y lo sentí en cada fibra de mi ser, lo sentí recorrer mi cuerpo hasta llegar a lo más hondo de mi corazón, y en ese momento supe que me daba la razón.

Cerré los ojos con fuerza y no le vi marcharse, al fin y al cabo, él tenía que saber que yo me iba con él, que la parte que se quedaba en ese salón tétrico era mucho menos de la parte que él poseía.

Esperé a que terminaran con mi vida, de verdad que lo esperaba, únicamente escuchando atentamente los últimos latidos que iba a dar mi corazón.