Capítulo 1 - Comportamiento Errático
— ¡Es una maldita alimaña! — Exclamó con frustración mientras daba un golpe contra el panel en el que estaba apoyado. Los gritos iracundos de un hombre gordo y un genio resonaban por la solitaria habitación. Robotnik se incorporó llevándose el dedo gordo y el índice hasta el puente de su prominente nariz, apretándolo intensamente como quien trata de alejar una fuerte migraña — ya lo he intentado todo ¡Todo! — refunfuñó entre dientes —. Pero sin importar cuanto planifique, cuanto trate de anticiparme, siempre encuentra una manera de salir airoso sin siquiera esforzarse demasiado —. El odio que recorría sus venas hacía que su cabeza latiera al compás de su flujo sanguíneo. Era una de las cosas que más extrañaba de ser un robot, no tener que lidiar con los defectos de la carne.
Se puso de pie y comenzó a caminar de un lado a otro errantemente con las manos unidas tras su espalda. La habitación estaba atiborrada de cables, tubos, máquinas y partes de robots de manera tan saturada que su imagen podría marear a cualquier persona que la observara demasiado en profundidad. Sin embargo para Robotnik no era así, era su manera favorita de ver al mundo: como un caos de metal y circuitos. Intentaba maquinar desesperadamente algún plan para deshacerse de su incipiente molestia, pero no sabía cómo. Sabía que no debía quedarse demasiado tiempo quieto o de otro modo los Freedom Fighters comenzarían a ganarle terreno, pero su mente estaba demasiado agitada como para formular ideas claras. Nuevamente se dejó caer en su mullida silla frente a los enormes monitores de su computadora central. En algunas pantallas se mostraban datos, cifras y cálculos que había estado aplicando en su anterior plan, antes de que fuera desmantelado por Sonic y los Freedom Fighters, mientras que en otras podía ver imágenes y datos de cada uno de sus enemigos «no importa cuántos datos reúna, nunca es suficiente… » Pensó alterado para su interior. Clavó unos momentos la vista en una de las pantallas que mostraban la imagen de una joven lince. Nicole era una computadora que gracias a los nanobots que los Freedom Fighters le habían robado tiempo atrás podía tomar una forma física con esa apariencia. Dejó la mirada unos segundos en esa pantalla. Sabía que no podía acercarse a la base de datos de Nicole ya que estaba en el centro de Nueva Mobotropolis, una ciudad hecha por completo de nanobots, pero era algo que realmente deseaba. Si tan solo pudiera poner sus manos en la computadora central, copiar todos sus datos e investigar cómo funcionaba su sistema de archivos, estaba seguro que podría aplastar a sus enemigos en un solo movimiento. Pero ya lo había intentado antes sin éxito alguno — necesito algún comodín, algo que los mantenga lejos de Nicole mientras yo me acercó a su central y trabajo con tranquilidad ¿Pero qué o quién? —. Repentinamente un recuerdo volvió a su cabeza. Antes del último combate que había tenido contra Sonic, momentos antes de lanzarse a la carga, se le había acercado el mobiano más extraño que jamás había visto. Era un joven Jirafa, bastante alto con el pelo largo y la barba de color castaños. Pero lo que lo hacía más curioso era la armadura que llevaba puesta, esta era la razón por la que aquel encuentro se le había grabado a fuego en su mente. No había llegado a verla en acción, pero después de darle un rápido vistazo le había quedado más que claro que la tecnología que la componía era de una naturaleza muy avanzada; casi seguro que era más avanzada de lo que él mismo conocía. El tipo actuaba de manera errante y había llegado hasta donde estaba él con sus robots riendo a carcajadas. Se paró al frente del enorme autómata de reacción que había fabricado en aquella ocasión y le dijo entre risas que iba a ser derrotado. Esto no le hizo nada de gracia. Pero no terminó allí, sino que también le ofreció su ayuda a cambio de un favor. En aquel momento estaba ansioso por el combate y molesto por la osadía de aquel individuo al anticiparle una derrota incluso antes de haber luchado. Le lanzó cuatro de sus robots encima lo que hizo que se diera a la fuga en la dirección por la que había llegado. Luego del fracaso rotundo de la invasión se dio en retirada huyendo como de costumbre. No era su forma favorita de terminar una batalla, pero si la más recurrente. Cuando fue a revisar el estado de las cuatro unidades que había enviado tras el joven jirafa descubrió que habían sido puestas fuera de combate. No pudo recuperar nada de su memoria tampoco. Luego de esto quedó convencido de que ese mobiano tan extraño podía ser de gran ayuda, y el tenerlo cerca también le daría la oportunidad de estudiar su armadura. El único problema con el que tenía que lidiar era el hecho de no saber dónde buscarlo. Ni si quiera sabia su nombre, pero eso no iba a detenerlo, un tipo como ese seguro debía de llamar mucho la atención por lo que no sería tan difícil de rastrear.
— ¡Lien-da! — Vociferó repentinamente apretando un botón al borde de su consola — ¡Ven aquí de inmediato!
No había pasado ni medio minuto cuando una puerta se perfiló en la oscuridad de la pared, acentuada por la luz del pasillo que la precedía. Por la misma entró una équida de cabellos rizados y una expresión seria, casi en un gesto de enojo — ¿Llamaba doctor? — preguntó de manera servicial pero con un dejo de resentimiento mientras se paraba dejando reposar la mayor parte de su peso en la pierna derecha.
— Tengo una tarea para ustedes — informó cortante Robotnik mientras volteaba la silla para quedar frente a su subordinada y cruzaba los dedos por encima de su pecho — Y por ustedes me refiero a ti y a tus equidnas.
— ¿Una misión? — Preguntó Lien-da algo desconfiada.
— ¿Recuerdas al extraño mobiano que nos cruzamos hace algunos días? ¿La jirafa? —.
— ¿El que predijo el fracaso de su plan antes de la invasión? — apuntó la chica algo aburrida
— Si — le espetó violentamente Robotnik con enojo — Ese mismo mobiano — tomó unos segundos para calmarse antes de continuar — Necesito que lo encuentren y lo traigan ante mí, pero como invitado. Tengo una propuesta de negocios para él.
Lien-da cambio el peso de pierna — ¿Piensas aceptar su propuesta? — Preguntó con algo de curiosidad.
— ¡Eso no es de tu incumbencia! — Bramó agresivamente mientras le largaba una mirada iracunda — ¡Ahora ve y tráeme a ese tipo!
— Si señor — respondió la chica con aburrimiento antes de salir de la habitación.
—Para ser mi mejor lugarteniente su actitud deja mucho que desear — se lamentó para sí mismo volviendo a llevarse el índice y el pulgar al puente de la nariz.
— …Yo creo que después de la última paliza que le dimos no va a volver a asomar su calva cabeza por un buen tiempo — decía un erizo azul sentado arrogantemente al borde de una mesa ovalada mientras descansaba los pies sobre la misma.
— No podemos quedarnos de brazos cruzados a esperar que ataque nuevamente y lo sabes Sonic — le recriminó una ardilla de pelaje castaño que estaba en el lado opuesto de la mesa.
— No estoy diciendo eso Sally — la corrigió Sonic — Pero creo que deberíamos tomarnos las cosas con más calma.
— Sonic tiene razón querida — Lo apoyó una coneja mitad robot desde otro ángulo de la mesa — Te ves algo estresada, vas a terminar teniendo un ataque de nervios si continuas así.
Sally guardó silencio unos momentos mientras observaba a todos los integrantes del grupo que estaban junto a ella. Además de Sonic y Bunny estaban Antoine, Tails, Rotor y Amy, todos la miraban con un atisbo de preocupación. Finalmente bajo la vista unos momentos — Lo siento chicos — se disculpó — Todavía estoy algo alterada y confundida…
— Es por esos extraños recuerdos fragmentados ¿verdad? — La inquirió Rotor preocupado.
— Si… aun no puedo quitármelos de la cabeza — afirmó la princesa mientras se llevaba una mano al rostro — Las cosas que hice mientras estaba robotizada fueron…
— ¡Basta Sally! — La detuvo Sonic — ¡Estabas bajo el control de Eggman en ese momento, no fue tu voluntad la que te llevó a hacer esas cosas!
— No te culpamos por ellas — lo apoyó Amy — Somos tus amigos y te conocemos mejor que nadie.
— Gracias chicos — aceptó Sally mientras ablandaba el seño
— Lo que aún me preocupa es que fue lo que ocurrió con los recuerdos que nos faltan — apuntó Tails mientras se llevaba una mano a la barbilla pensativamente — Es como si tres meses de nuestra vida se hubieran esfumado dejando todo en orden para que algo continúe…
— Ya hemos hablado miles de veces de este tema — lo interrumpió Antoine — siempgre llegamos a lo mismo: nada. Debeguiamos pgreocupagnos pog el futuro, no el pasado en estos momentos.
— Twan tiene razón chicos — exclamó el erizo mientras se acomodaba en su asiento bajando los pies de la mesa — Nuestra única preocupación en estos momentos es Eggman. Olvidémonos de Ixis Naugus, Geoffrey St. John, la Genesis Wave y todo lo que nuestras memorias se llevaron, por lo menos hasta que esté todo más calmado.
— ¿Qué me dicen de Knuckles? — Inquirió Sally — Él es el que está más afectado por todo eso.
—La desaparición de los equidnas lo afecto mucho — se lamentó el erizo — Pero debe haber una forma de recuperarlos, Eggman trajo de nuevo a Lien-da y la Legión después de todo.
— Propongo que nos tomemos un día libre para despejarnos antes de decidir nuestro siguiente paso — dijo Rotor poniéndose de pie — Mañana nos reuniremos aquí nuevamente.
— Apoyo la moción — exclamó Sonic poniéndose de pie también y dirigiéndose a la salida despreocupadamente.
Sally soltó un suspiro de abatimiento — Bien, creo que un descanso nos hará bien a todos —. Los demás se levantaron de sus sillas y comenzaron a desfilar hacia la salida excepto Sally. Tails antes de salir nota que se había quedado rezagada.
— ¿No vienes? — preguntó el zorro mirándola con curiosidad.
— En un rato, quiero arreglar algunos asuntos con Nicole antes — respondió la ardilla mientras se acercaba a una terminal que estaba cerca — No te preocupes Tails.
— Este bien, cuídate — le deseo el joven zorro antes de salir también.
«Estoy más preocupada por el bien estar de los habitantes que por el mío propio en este momento» pensó Sally amargamente mientras presionaba un botón y Nicole aparecía en la pantalla.
— ¿Que ocurre Sally? — preguntó la Lince desde el monitor
— ¿Puedes reunirte conmigo Nicole?
— En un momento estaré allí — finalizo Nicole cortando la comunicación. La princesa se apoyó con ambas manos en la consola y dejó reposar todo el peso de su cuerpo sobre ellas con abatimiento.
— ¡Muy bien montón de vagos! ¡El doctor nos encargó una misión así que tenemos trabajo! — Vociferó Lien-da mientras entraba en las barracas de la Dark Egg Legion. — El trabajo es bastante simple en realidad, tenemos que encontrar a un tipo.
Los legionarios que deambulaban por el lugar se detuvieron y centraron la mirada en su líder. Las barracas constaban de una serie de habitaciones interconectadas por enormes umbrales sin puertas. Dentro de cada habitación se podían ver catres, cajones y efectos personales de cada uno de los equidnas mientras que la habitación del fondo contenía equipamientos de combate y el acceso a un hangar donde almacenaban los vehículos.
— ¿Es que ahora hacemos de niñeras? — Preguntó uno de los legionarios indignado.
— ¿Por qué no envía mejor a una de sus chatarras? — Agregó otro — seguro le será más fácil localizarlo de ese modo. —Murmullos de aprobación recorrieron la sala.
— ¡SUFICIENTE! — Bramó iracunda la equidna — ¡Ustedes son mis subordinados y van a mostrarme el respeto que merezco! ¡A menos que prefieran que los haga pedazos con mis propias manos! ¡¿Entendido?!
— S-si señora — respondieron al unísono intimidados — lo sentimos señora.
— Además, ¿ustedes piensan que yo no sé todo eso? — agregó con fastidio. —Pero ordenes son órdenes.
— Entonces, ¿Cuál es el nombre de nuestro objetivo? ¿Cómo es físicamente? — Preguntó un tercer legionario.
— No sabemos su nombre, pero probablemente lo recuerden de la última invasión — con un movimiento de la mano Lien-da desplegó una pantalla holográfica que mostraba la imagen del joven jirafa. — Debemos encontrar a este tipo y traerlo con vida, como invitado.
— ¿Cómo invitado? — un cuarto legionario se mostró algo confundido.
— Así es —Zanjó Lien-da cortantemente. — Probablemente Robotnik piensa aliarse con él. Pidió que lo trajéramos con vida, pero no especificó si nuestro invitado tenía que estar sano y salvo. — La equidna dibujo una media sonrisa macabra — por lo que son libres de usar los métodos que consideren necesarios, solo tiene que seguir respirando.
Una risa general recorrió la habitación como respuesta a esa libertad extra.
— Bien, quiero que se dividan en grupos de seis — comenzó a organizar Lien-da. — Cada uno de los líderes de escuadra va a tomar una zona. Les enviaré una copia de la imagen. Recomiendo que inquieran en los asentamientos, pueblos, ciudades y cualquier lugar donde pueda hallarse, pero cuidado — advirtió elevando ligeramente el tono de voz — No creen problemas más grandes de los que pueden controlar. Sería difícil enviarles refuerzos, estamos solos en esto.
— Si señora — respondieron los legionarios y se pusieron en marcha. Prepararon armas y equipos, tomaron diversos vehículos entre tanques y naves y salieron en búsqueda del extraño individuo.
Lien-da también tomó un equipo de cinco legionarios y esperó hasta que la última unidad estuviera en movimiento antes de salir. — Niñeras… — bufó molesta por lo bajo — Robotnik solo nos usa como un montón de sirvientes para satisfacer sus estúpidos caprichos…
En las siguientes horas Lien-da con su escuadrón volaron al noreste, deteniéndose en cada ciudad, pueblo, poblado y casa que cruzaron. La gente naturalmente se mostraba reacia a cooperar con ellos dado su asociación con Robotnik y su apariencia semi-robótica, sin embargo utilizando un poco de «persuasión», como la llamaba la equidna, lograban hacerlos hablar. Pero era inútil, nadie parecía conocer al individuo, por más extravagantes que fueran sus características. Lo que en un principio había aparentado ser una tarea muy fácil se iba complicando rápidamente; era como buscar una aguja en un pajar. Al caer la noche el nivel de frustración de la lugarteniente había alcanzado niveles bastante elevados. Ninguno de los otros grupos había logrado ningún avance tampoco.
— ¿Cómo puede ser tan escurridizo este tipo? — Preguntó alterada a la nada mientras lanzaba un puñetazo contra el tronco de un árbol cercano arrancándole un buen trozo — ¡Va vestido como un maldito astronauta! ¡Alguien debió notarlo en algún momento!
El escuadrón de Lien-da se había reunido con otros cuatro que estaba cerca de la zona montando un campamento en el claro de un bosque para pasar la noche. Levantaron varias tiendas de campaña y tendieron un rápido y precario circuito eléctrico para suministrar iluminación durante las horas de oscuridad. Los legionarios que estaban abocados a diversas tareas miraban de reojo de tanto en tanto a su líder, algo temerosos de que esta encontrase alguna razón para descargarse contra ellos. Sin embargo un sonido llamó la atención de la lugarteniente interrumpiendo su momento de desahogo. Lien-da no se movió inmediatamente, sino que esperó unos momentos mientras un pitido proveniente de su tienda seguía elevando su intensidad. Luego de un minuto una expresión de resignación invadió su rostro mientras se dirigía hacia la fuente del sonido. Se paró frente a la consola que habían ensamblado dentro de la carpa y presionó un botón para aceptar la llamada. Acto seguido la imagen de Robotnik inundó la pantalla con su prominente mostacho.
— ¿y bien? — Preguntó el doctor autoritariamente — ¿ya lo encontraron? Quiero creer que buscar a un simple mobiano no debería ser una tarea muy complicada para ustedes.
Lien-da apartó brevemente la vista del monitor mientras tragaba con amargura — temo que no lo hemos podido localizar aún — informó con pesar. — ya indagamos en todas las zonas colindantes y nadie ha visto siquiera un individuo que corresponda a la imagen de ese tipo.
Robotnik torció el rostro en una mueca de fastidió — ¡No puedo creer el nivel de inutilidad que estoy presenciando! — Bramó con un arranque de ira — ¡más les vale encontrarlo para mañana antes de esta hora! ¡De otro modo los devolveré al agujero del que los saqué! — Acto seguido cortó la comunicación dejando a la equidna clavada en su lugar observando la negra pantalla.
Lien-da apretó con fuerza el puño y le lanzó un golpe brutal a la consola despedazándola por la mitad mientras soltaba un alarido de furia. — ¡Primero los freedom fighters, luego ese maldito demonio de Tasmania y ahora este tipo! ¡Somos el hazmerreír de todo mobius! — gritó iracunda. Se dio cuenta de que tenía la respiración muy acelerada y trató de calmarse un poco inspirando profundo y exhalando. — Supongo que mañana tendremos un día aún más duro — se resignó mientras daba media vuelta y salía de la tienda.
— ¡Sigo pensando que no debimos separarnos de este modo! — se quejó Sonic elevando la voz por encima del rugido del motor de un biplano mientras el sol de mediodía producía destellos sobre la metálica pintura del mismo—. Lo tipos de la Dark Egg Legion son peligrosos…
— Ya escuchaste el reporte de Nicole — le respondió casi a los gritos también Tails mientras piloteaba el avión —. Están divididos en grupos y demasiado esparcidos. Además, podemos lidiar contra grupos de seis, ya les hemos pateado el trasero antes.
— Tienes razón amigo — aceptó mientras intentaba escudriñar el suelo entre la arboleda que sobrevolaban — podemos acabar fácilmente con un par de freaks con túnicas. Twan y Bunnie también son duros de roer, lo mismo Amy y Rotor, en especial con ese nano traje. Sin embargo me preocupan un poco Sally y Nicole... no son precisamente combatientes por naturaleza.
— No te preocupes tanto, quizás Sally no tenga fuerza o velocidad, pero siempre encuentra una forma de resolver los problemas — finalizó el zorro mientras viraba el biplano hacia la derecha ligeramente para visualizar mejor una zona del bosque— ¡Sonic, allí! ¡Mira! — exclamó mientras apuntaba un punto en particular soltando una mano de los controles unos momentos.
— Parece que dimos con una de sus patrullas ¡Excelente! —bramó emocionado el erizo — ya me estaba hartando de esperar, ¡ahora pasemos a la acción!
— Voy a bajar el avión en el claro que está medio kilómetro al norte — le informó Tails dirigiendo la aeronave en esa dirección.
— ¿medio kilómetro? — Preguntó algo decepcionado — espero que puedas mantener mi ritmo entonces, porque no tengo la paciencia suficiente para malgastar una hora caminando esa distancia.
Tails rió ligeramente mientras ponía la nariz del biplano en descenso diagonal — No pienso quedarme atrás por nada en el mundo. Además, puede ser nuestra oportunidad para averiguar qué fue lo que ocurrió con los otros Equidnas —.
El aterrizaje fue suave y sin pormenores. El par se apeó intacto y comenzaron a correr en dirección de su objetivo. El erizo usaba sus pies para alcanzar una gran velocidad sin nada de esfuerzo mientras que el zorro utilizaba sus dos colas moviéndolas como un torbellino para volar a su lado a la par. No tardaron mucho en avistar el reducido escuadrón de Equidnas que avanzaba a paso redoblado por un sendero.
— Parece que nuestros amigos tienen prisa— apuntó Sonic con una media sonrisa arrogante — ¿Qué tal si les hacemos una visita que no puedan rechazar?
— Sonic, yo creo que deberíamos aprovechar el factor sorp… — comenzó a opinar el zorro, pero Sonic ya había saltado justo frente a la línea de Legionarios. — Aquí vamos de nuevo… — resopló abatido mientras se unía a su compañero.
— ¡Miren lo que encontré! ¡Media docena de huevos podridos! — soltó el erizo burlescamente mientras se plantaba frente a los Equidnas. Estos se mostraron bastante sorprendidos y rápidamente tomaron posiciones ofensivas.
— De todas las alimañas que podían hacer este día peor de lo que ya es, tenía que cruzarme contigo — dijo una voz amargada desde la cola de la hilera. A Sonic se le hizo muy familiar e intentó atisbar de quien provenía
— ¡Lien-da! — Exclamó Sonic y luego emitió una risotada — ¡Parece que saqué el premio grande! Vamos a hacer un trato, ya que puedo negociar directamente con la líder de estos patanes. Si se entregan voluntariamente y nos dicen que es lo que está planeando Eggman vamos a tratar de ser amables mientras pateamos sus tecnológicos traseros.
— ¿Qué tal si mejor te arranco la lengua y te la hago tragar? — respondió Lien-da muy irritada mientras bajaba del vehículo terrestre en el que viajaba —. No estoy de humor y estamos cortos de tiempo.
— ¿Cortos de tiempo para qué? — Preguntó Tails con curiosidad — ¿Acaso ese mobiano que están buscando es muy urgente para Eggman?
— Como si fuera a decirles algo a ustedes — rió con sarcasmo la Equidna — ahora, ¡Fuera de nuestro camino! —. Con un amplio movimiento del brazo hizo aparecer una onda eléctrica que embistió velozmente contra el par, pero Sonic y Tails fueron más rápidos y lo esquivaron sin dificultades.
El resto de los legionarios comenzaron a abrir fuego con sus armas de plasma también, iniciando el característico caos de las batallas. El zorro y el erizo esquivaban rayos de plasma por doquier, estaban tan concentrados en ello que Lien-da, aprovechando el momento, le propinó un puñetazo cargado de electricidad en medio de la cara Sonic enviándolo a volar contra un árbol. Tails viró la cabeza rápidamente para seguir con la mirada la trayectoria descripta por su compañero lo que le costó un golpe en el estómago propinado por el pie de la Equidna. Sonic se levantó con rapidez y usando un spin dash derribó a tres legionarios y trató de alcanzar a Lien-da con el ataque, sin embargo la chica fue más rápida y saltó a un costado girando sobre su espalda para evitar el impacto, luego se levantó rápidamente y emanó un rayo eléctrico en dirección de su oponente azul. Sonic logró esquivarlo por escasos centímetros y se lanzó nuevamente a la carga. Mientras tanto Tails volaba por los aires esquivando proyectiles de plasma y derribando de tanto en tanto a algún legionario. En un momento dado, Sonic logra conectar un spin dash contra Lien-da lanzándola de espaldas contra su vehículo.
— ¿Ya han tenido suficiente? — preguntó el erizo arrogantemente parado frente a ella mientras Tails se reunía con él.
Lien-da, se incorporó lentamente mientras observaba a su alrededor. Todos sus legionarios estaban dispersados por el bosque, completamente inconscientes. Una mirada de ira se perfilo en su rostro pero un pitido electrónico llamó su atención.
— ¿Qué es eso? — inquirió Tails mientras observaba atentamente la fuente del mismo en el vehículo.
Haciendo caso omiso de la pregunta la Equidna toma un auricular y se lo lleva al oído. Escucha en silencio durante unos segundos y luego cambia su expresión en un gesto de triunfo. Cuelga el auricular y voltea a mirar a sus enemigos nuevamente — Parece que de todos modos perdieron muchachos. Mis equidnas ya localizaron al tipo, lo están llevando con Robotnik en estos momentos.
— ¿Qué? — preguntó alterado Sonic.
— ¡Debemos interceptarlos Sonic, vamos! — apresuró Tails
— ¿Interceptar a quién? — Planteó pedantemente Lien-da — ¿Acaso tiene idea de donde están? ¿Qué camino van a tomar?
Los tres se miraron unos segundos en silencio.
— ¡Tú nos lo dirás! — La amenazó Sonic mientras la apuntaba con el dedo — a menos que quieras que…
— ¿Qué cosa? — Cortó desafiante Lien-da — ¿Acaso piensan torturarme? ¿O cómo van a obligarme sino? — El dúo de héroes dudo unos instantes y la chica sonrío con satisfacción — Sería mejor que se dieran prisa. Quizás si parten ahora puedan localizar el convoy, ¿no lo creen?
— ¿Y dejarte a ti libre ahora que te tenemos donde queríamos? — Apuntó Sonic — ¡eso ni soñarlo! Ahora te llevaremos a ti y a tu pequeño escuadrón de huevos a que terminen de pudrirse en prisión.
— Oh, yo no estaría tan seguro de ello — aseguró la chica con una macabra sonrisa en su rostro —. Verán, la única razón por la que estaba hablando con ustedes es porque necesitaba hacer tiempo…
— ¿Tiempo para qué? — Tails se mostró algo asustado repentinamente mientras notaba el sonido de una turbina que se acercaba rápidamente.
— ¡Tiempo para que lleguen los refuerzos, claro! — soltó Lien-da con una risotada justo en el momento que un objeto de importante tamaño aterrizaba entre medio de los tres levantando una fina capa de tierra —. Creo que recordaran a Metal Knuckles ¿verdad? — un equidna robótico emergió de entre el polvo clavando su fría y muerta mirada electrónica en Sonic y Tails, casi en un gesto de odio. Los legionarios que estaban inconscientes comenzaron a moverse detrás poco a poco.
— Oh si… — soltó Sonic algo intimidado —. No podría olvidarme jamás de esa mala copia…
— Metal Knuckles, ¿podrías cubrir nuestra retirada? — le preguntó la chica mientras apoyaba un brazo en el hombro del autómata —. Solo intenta no humillarlos tanto como la última vez… o mejor, ¿sabes qué? ¡Humíllalos aún más! es mejor prevenir que curar después de todo.
De un segundo a otro el guardián robótico se lanzó a la carga con una vertiginosa velocidad impactando al erizo con el hombro y empujándolo unos cien metros a sus espaldas. Luego en un parpadeo volteó a ver al zorro quien le devolvió la mirada completamente aterrado durante una fracción de segundo antes de saltar e intentar volar con sus colas. Sin embargo le fue imposible moverlas ya que el robot lo había atrapado por las mismas. Rápidamente describió un arco por sobre su cabeza golpeando al joven zorro contra el suelo brutalmente, luego cambio la dirección del arco para rematarlo contra el tronco de un árbol y por ultimo giró sobre su propio eje para impulsarlo una centena de metros contra una enorme roca. El cuerpo del chico rebotó con un ruido sordo sobre las mismas y cayó inconsciente a los pies de estas. Un grito de rabia hizo que la maquina volviera la vista a sus espaldas justo en el momento que Sonic avanzaba contra el a una velocidad imposible de creer. Sin embargo el autómata cubrió su cuerpo con ambos brazos y repelió el ataque sin sufrir daños. El erizo terminó rebotando contra los antebrazos de su oponente siendo impulsado hacia arriba. Metal Knuckles, aprovechando esto, salta impulsado con sus propulsores y trata de atinarle un cabezazo. Sonic esquiva este ataque por muy poco girando sobre sí mismo y logra propinarle una patada en la cabeza haciéndolo retroceder algunos metros. El autómata no pierde ni un segundo y vuelve a acometer agresivamente contra el erizo usando sus garras en esta ocasión. Sonic responde con un spin dash y terminan colisionando ambos en el aire. Un fuerte estrepito caracteriza la fuerza del choque y ambos contendientes son repelidos varios metros en dirección contraria a la que habían descripto momentos antes. Metal Knuckles aterriza cómodamente sobre sus pies mirando en dirección del erizo sin inmutarse en lo más mínimo. Sin embargo Sonic aterriza con dificultad, aquejado por un fuerte dolor en su espalda. Aparentemente las garras del robot habían logrado abrirle una importante herida que sangraba débilmente.
— Siempre es lo mismo contigo — le dice con dificultad mientras trata de incorporarse bien erguido — puedo barrer el piso con el original, pero una copia oxidada me patea el trasero…
Metal Knuckles se agacha ligeramente en posición de ataque y vuelve a cargar contra Sonic. El erizo responde nuevamente con un spin dash pero esta vez el autómata lo detiene con las manos y oprime con fuerza a su rival para frenar el ataque. De pronto Sonic se encontró recibiendo un abrazo letal. Los mecánicos brazos del equidna robótico lo apretaban con tanta fuerza que sentía como si se fuese a partir por la mitad en cualquier momento. Justo cuando el dolor estaba alcanzando su clímax, un par de colas amarillas golpearon en la cabeza al autómata como un relámpago haciendo que este suelte a Sonic el cual se desploma adolorido en el piso. Metal Knuckles responde a la agresión casi instantáneamente propinándole un puñetazo al zorro en la cabeza, pero este lo esquiva y logra conectar otro golpe con sus colas lo que hace que el robot retroceda un paso. Tails aprovecha esto parándose entre medio de su oponente y su amigo. El equidna robótico sin embargo no se inmuta y en un parpadeo embiste nuevamente al chico dejándolo también malherido en el suelo a unos cuantos metros de su compañero. El autómata luego se acerca a Sonic y levanta las garras con intenciones de atestar un golpe final, un golpe letal, pero se detiene en seco con la mano en alto. Levanta la vista al cielo y con un estruendo se eleva dejando a los héroes al borde de la conciencia.
— ¡T-tails! — Exclamo Sonic débilmente — ¿Estas bien?
— Aún sigo respirando — gimió este débilmente —. Creo que… que tenías razón acerca de separarnos… después de todo — agregó entre jadeos mientras apretaba unos botones en un reloj pulsera que tenía en la muñeca de la mano izquierda.
— Creo que nadie esperaba ver a esa mala copia de Knux — se lamentó el erizo —. Tampoco logramos averiguar nada sobre los demás equidnas…
— La ayuda viene… en camino — informó el zorro antes de desvanecerse.
— ¿Tails? — preguntó preocupado su compañero —. ¡Tails! — se arrastró rápidamente hasta donde yacía inconsciente este —. Diablos Tails… lo siento —. Terminó mientras se recostaba a su lado y poco a poco perdía el conocimiento también.
Un poco más lejos se encontraba Lien-da y su convoy de equidnas. La chica maldecía por lo bajo mientras se dirigían al punto de reunión. El enfrentamiento con el erizo había servido para acrecentar su mal humor, sobre todo teniendo en cuenta que solo dos freedom fighters fueron suficientes para obligarlos a huir en retirada. «Tantos problemas solo para hallar a un tipo» pensaba continuamente. Había dado la orden a todas las unidades de reunirse en un punto específico antes de regresar a la base de Robotnik. Tenía mucha curiosidad por conocer al su objetivo en persona, después de todo habían tenido que poner de cabeza el pajar para dar con la aguja. Otra mala noticia le llego a medio camino: varias de las otras unidades de búsqueda habían sido interceptadas por los freedom fighters. Solo una había logrado escapar, de las otras dos había perdido contacto. « ¡Mierda! » fue lo más suave que se le cruzo por la cabeza cuando le informaron de ello; había perdido a doce legionarios y su situación no era tan buena como para darse el lujo de reducir los números de sus filas. Definitivamente los últimos dos días habían sido productores de mucho estrés.
— Kraiton — exclamó Lien-da mientras abría un canal de comunicación con el líder de otra unidad — dime una cosa…
— ¿Que necesita señora? — preguntó el equidna con disciplina.
— ¿Dónde encontraron al tipo? ¿Opuso resistencia? ¿Lograron averiguar su nombre? — inquirió rápidamente a su subordinado.
— Estaba, no sé si decir oculto, más bien estaba esperándonos en un asentamiento de criminales en los bosques del sur. Crook Hideaway se llama el lugar.
» Cuando llegamos tuvimos que enfrentar un conflicto con varios tipos en la entrada que intentaron asaltarnos. Por suerte detrás de nosotros venia otro escuadrón por lo que los superamos en número rápidamente. Luego de esto nos abocamos a requisa del antro de pueblo. No nos tomó mucho tiempo encontrar a alguien que nos diera una indicación sólida y terminamos en un bar frente a la plaza central del lugar. Entre yo solo ya que no nos pareció buena idea irrumpir como una especie de pandilla en el lugar y me acerque a hablar con la cantinera. Allí aprendí su nombre: Krajil. También parece que tiene un arreglo con la mujer para disponer de comida y bebidas, pero nunca se queda a consumir nada. Nadie sabe de dónde vino ni que propósito tiene, pero tampoco es que les importe demasiado. Apareció una semana y media antes de que nosotros lleguemos. Es todo lo que pude averiguar allí.
» Cuando salí del lugar me encontré cara a cara con Krajil. Estaba esperando sentado al borde de la calle. Apenas me vio, se puso de pie y dijo que había llegado justo a tiempo y preguntó si ya nos íbamos o si teníamos algo más que hacer. Le pedí que nos acompañara y solo se limitó a aceptar la propuesta sin oponer ningún tipo de resistencia.
Lien-da quedó pensativa unos momentos — Bien, supongo que es mejor así — comentó recostándose algo más tranquila en el asiento del vehículo —. Ya tuvimos suficientes problemas con esta operación. Cuando lleguen al punto de reunión armen un campamento, pasaremos la noche allí y mañana volveremos a la base. No tengo ganas de verle la enorme nariz esta noche a Robotnik…
— ¡Si señora! — respondió marcialmente Kraiton antes de que la comunicación se corte.
La chica dio un rápido vistazo a los equidnas que la acompañaban. Hacia un tiempo que se había arrepentido de haber trabado un vínculo de trabajo con el Doctor, pero si quería conservar a su gente sana y salva no le quedaba otra opción que jugar bajo sus reglas. Era una idea amarga, pero no tenía escapatoria. Cerró ligeramente los ojos con estas ideas dando vuelta en su cabeza y dormitó un poco.
