PRÓLOGO: "¡Emboscada!"
El día era bello, la luz proporcionada por la Princesa Cadance iluminaba el ahora llamado Reino Unido de Equestria. La paz y la tranquilidad se respiraban en todos lados, diez largos años de guerras internas habían llegado a su fin. En dos años, el gobierno de la Primera Ministra Twilight Sparkle estaba finalmente llevando al enorme país por un camino de recuperación económica y bienestar social.
La Rebelión Equestriana fue dura, muchas vidas se perdieron, algunas por intereses personales de los caudillos y otras por tener la mala fortuna de haberse cruzado o encontrado en el momento preciso de una batalla.
Sin embargo, ahora no existían ya guerrillas o grupos armados que pudiesen convertirse en un peligro para el reino, y si los había, solo bastaba con usar a la Guardia Real o recurrir al soborno para calmar a quienes aún tenían aspiraciones de ser reconocidos como héroes o salvadores del país.
Es el día 10 de julio de 2022, por un camino de tierra rodeado de frondosos árboles camina un grupo conformado por diez ponis que cargan carabinas 30 – 30 en sus lomos.
Cinco son ponis de tierra, cuatro son unicornios y uno es una pegaso de sexo femenino, la cual es la única hembra entre aquel grupo conformado por machos.
El grupo lo encabeza un unicornio gris, melena y bigote negro, vestido con chaleco café claro y sombrero Stetson texano del mismo color. En su lomo lleva su carabina junto con una alforja que tiene el escudo de Equestria bordado mientras que debajo de este se encuentra escrita la leyenda: "Ejercito Libertario de Equestria".
El unicornio esboza una sonrisa cuando ve que en uno de los lados del camino se encuentra un letrero de madera que tiene escrito lo siguiente: Bienvenidos a Parras.
-Ah… Parras –dice suspirando el unicornio deteniéndose frente al letrero –el pueblo más bonito del noroeste y del norte en general. Cuantos combates, cuantas batallas, cuanto no hicimos aquí mis muchachos y yo por nuestro país.
El unicornio continúa avanzando mientras que al final del grupo se encuentra una pegaso de cuero color mostaza, crines de tonos negros y grises, vestida con un chaleco verde de exploración y un sombrero de exploradora. Ella en su lomo carga su carabina junto con una alforja donde guarda una cámara fotográfica.
La pegaso está en silencio, no sonríe porque ella sabe lo que está por ocurrir y solo aguarda pacientemente para poder ver con satisfacción el final de un héroe o más bien de un asesino y criminal.
-Solo unos metros más y esto tendrá que terminarse al fin –se dice la pegaso en sus pensamientos mientras una lagrima corría a través de su rostro que mostraba rabia e impotencia –Tantas muertes de ponis inocentes, tantas violaciones de yeguas que no habían hecho mal a nadie, tanta crueldad y sadismo para con los civiles y los enemigos. Todo ese dolor que provocaste será cobrado hoy, por ti lloraran solo aquellos que se beneficiaron de tus matanzas o los que ilusamente piensan que eres un caudillo del pueblo.
La pegaso sigue caminando mientras observa que a lo lejos se vislumbran las dos torres estilo gótico de la iglesia principal del pueblo de Parras, torres que han sido testigos tanto de victorias como de hechos atroces cometidos principalmente por el unicornio que encabeza el grupo.
Doce años han pasado desde que ella eligió aquel oscuro camino, ella no esperaba que aquellas ilusiones y sueños se convirtieran en pesadillas y tormento. Si ella aún se encuentra ahí es por obligación y miedo, pues conoce al unicornio y de lo que es capaz de hacer.
-General Fire –dice la pegaso deteniéndose en el camino.
El unicornio que ha escuchado sus palabras también se detiene y voltea a ver hacia atrás mientras que la pegaso se acerca lentamente a él solo para decirle:
-Creo que sería bueno que echara un vistazo antes de entrar, solo por precaución mi General.
-Pues órale ve –responde el unicornio después de meditar unos segundos las palabras de la pegaso –Pero cuidadito con no regresar, porque te mando a buscar y no la vuelves a contar pajarita.
-No se preocupe General Fire –dice la pegaso abriendo sus alas –Yo le soy leal hasta la muerte.
En ese momento la pegaso se aleja volando dejando a su grupo atrás y después de cinco minutos aterriza en la entrada del pequeño pueblito, un pueblito con características similares a otros que se encuentran en toda la franja Norte de Equestria: Calles pavimentadas solo en el centro mientras que las de los alrededores siguen siendo de tierra, un panteón, comercios, cantinas, una plaza con jardín, un pequeño quiosco hecho de piedra con techo de hierro, la iglesia con sus dos torres y con la advocación a un santo, y, por supuesto, el edificio del ayuntamiento con un asta de bandera frente a él.
Pero en esos momentos no hay nadie en la plaza, solo se encuentra un unicornio vestido con traje negro y que usa sombrero vaquero del mismo color, el cual espera con impaciencia a la pegaso.
-Pensé que no llegarías –dice con un tono seco el unicornio.
-Yo no me rindo –responde la pegaso con firmeza –Todo está listo para que el plan sea exitoso.
- ¿Ya viene? –pregunto el unicornio aun dudando de las palabras de la pegaso.
-Sí, viene al frente de todos y no sospecha nada.
-Muy bien –dice el unicornio sonriendo –Solo recuerda que antes de llegar debes ocultarte detrás de los árboles que están a la entrada del pueblo para que no salgas lastimada.
-No se preocupe –responde la pegaso –Sé cuidarme y estoy segura que no me pasara nada.
El guardia asiente con la cabeza para después iluminar su cuerno y sacar de uno de los bolsillos de su traje un fajo de billetes verdes que tienen el retrato de la Princesa Celestia pintado en ellos.
-Son 5, 000 Reales –dice el unicornio mientras abre la alforja de la pegaso para meter el dinero dentro de este –Lo suficiente para que compres un boleto de tren a Griffonstone e inicies ahí una nueva vida.
-Más que el dinero –dice la pegaso para después cerrar bien su alforja –lo hago por justicia y porque… d-debe… -en ese momento la pegaso comienza a llorar –p-pagar… por lo que me hizo.
El silencio invade durante unos segundos la plaza, después la pegaso se limpia las lágrimas y antes de irse volando le dice al unicornio.
-Que quede bien muerto.
-No te preocupes, así será –dice el unicornio asintiendo con la cabeza para luego voltear a ver hacia una de las casas que están a la entrada del pueblo y desde donde un grupo de unicornios armados preparan sus rifles.
Al mismo tiempo, la pegaso regresa al camino, aterriza y acercándose al unicornio le dice:
-Ya podemos entrar, no hay peligro mi General Fire.
-Excelente –dice sonriendo el unicornio –Hoy tengo mucha hambre y me muero por volver a probar esos deliciosos tacos de coliflor que tanto me gustan ¡JAJAJA! ¡Vámonos muchachitos! ¡Parras nos espera!
Los ocho ponis dan un grito de alegría menos la pegaso que solo sonríe para no levantar sospechas.
Diez minutos pasan y el grupo llega finalmente a la entrada del pueblo, pero ni el unicornio y mucho menos sus compañeros se percatan que la pegaso comienza a retroceder lentamente para después ocultarse detrás de uno de los árboles que hay en la entrada para luego agacharse y asomarse para ver.
Los unicornios armados que se encuentran escondidos en las casas que hay en la entrada del pueblo abren un poco las ventanas para husmear y ven que el unicornio continúa avanzando junto con ocho acompañantes.
El silencio comienza a incomodar al unicornio y a sus compañeros, pero este sentimiento se calma cuando ve que de una de las casas sale un poni de tierra con sombrero de paja, vestido con camisa blanca y paliacate rojo, el cual haciendo un saludo militar grita:
- ¡Viva el General Fire! ¡Viva el Ejercito Libertario de Equestria!
Después de estas palabras las ventanas se abren rápidamente y una descarga de balas cae sobre el unicornio junto con sus acompañantes. El unicornio intenta sacar su carabina iluminando su cuerno, pero una de las balas lo destroza convirtiéndolo en añicos.
El resto de ponis intenta igualmente defenderse, pero es inútil, pues las balas perforan sus cuerpos mortales haciendo que lo último que vean sea la boca del cañón de las armas que están acabando con sus vidas.
Sin embargo, el unicornio que lideraba el grupo es quien más balas recibe en todo su cuerpo, una impacta en sus testículos destrozándolos, otra en el corazón, una más en el estómago, una cuarta destroza su cuello y por último una en su cabeza que lo hace caer en el suelo rodeado de un charco de sangre.
Pero aun después de muerto, los tiradores continúan disparándole hasta dejar el cuerpo completamente lleno de agujeros y destrozado.
Después queda el silencio y este invade el lugar, los tiradores salen de sus casas al igual que los habitantes del pueblo que se encontraban escondidos en sus casas, todos se acercan para simplemente ver los cadáveres que han quedado en el suelo rodeados por un charco de su propia sangre.
La pegaso esta entre ellos y se acerca para observarlos uno por uno, tras unos segundos queda confirmado que todos están muertos, no hay ninguno vivo o que por lo menos se encuentre aun sufriendo los dolores de la agonía.
Pero se queda dos minutos viendo el cadáver del unicornio que lideraba el grupo, el cadáver del General, su General, el poni al que vendió por 5, 000 Reales solo para que un grupo de pistoleros le dieran muerte a la entrada del pueblo.
Sin embargo, no fue el dinero lo que la motivo, fue por algo muy diferente, un recuerdo doloroso y los sentimientos de rencor no solo de ella, sino de muchos otros que ya tenían desde hace tiempo el anhelo de ver morir a ese poni.
-Fue por justicia –murmuro en voz baja la pegaso –t-tú me arruinaste la vida… s-se la arruinaste a tantos… General Blue Fire.
Continuara…
Bueno amigos espero les haya gustado este escrito, quería hacer este fanfic desde hace tiempo, pero finalmente lo pude hacer. Recuerdo que es un Spin-Off del fanfic "La Rebelión de Twilight Sparkle" que pueden encontrar en mi perfil si quieren leerlo. Sin más no olviden dejar su like y reviews, nos leemos muy pronto :D
