Disclaimer: los personajes, y el espacio no me pertenece, al igual que el universo de Percy Jackson. La trama es completamente mía.
Will apoyó la frente contra la pared, disfrutando por unos segundos de la tranquilidad que se respiraba en la enfermería del Campamento Mestizo, nada usual.
Había estado ocupado toda la semana. Primero, unos hijos de Hermes habían llegado completamente magullados y llenos de carbón. Prefirió no preguntar, pero esos diablos estuvieron armando alboroto y cambiando los contenidos de los medicamentos. También había tenido a unas hijas de Deméter y otras de Afrodita. Al parecer, alguien de Deméter estaba tratando de matar campistas, según Drew Tanaka, que llevaba unas marcas extrañas y decía que un girasol había intentado estrangularla. Will pasó del tema y la curó. Los de Deméter habían ganado a los de Afrodita en una apuesta para ver quién limpiaba los baños. Esa semana estaban en guerra. Y para acabar la faena, no sabía las veces que había tenido que atender a Percy, quien parecía hacerse más heridas que de costumbre y cuando iba a curarlo, lo miraba con odio y rencor, por algo de lo que Will no estaba enterado, pero a juzgar por la mirada divertida de Annabeth, ella sí.
De pronto, sintió unos brazos delgados rodearle la cintura, y más tarde, unos besos húmedos y cariñosos en la nuca.
Sonrió, feliz. Si alguien le hubiera dicho, que Nico di Angelo podía ser cariñoso, se habría reído en su cara. Al menos, antes de que comenzasen a ser novios.
—¿Cansado? —preguntó el hijo de Hades. Will masculló que sí.
—Ha sido un día agotador. —contestó. Se apoyó más en Nico. Le gustaba sentirlo detrás de él, y delante, simplemente sentirlo.
Se giró y le rodeó la cintura con los brazos, así que Nico puso los suyos en el cuello de Will. Así estaban más cómodos, pues Will era más alto que Nico. El rubio bajó la cabeza y posó sus labios en los de su novio, dándole un beso suave. Después, depositó otro beso, esta vez casto, sobre el entrecejo del rey de los fantasmas, que estaba permanentemente fruncido.
—Siempre me besas ahí.
—Es que me lo pide a gritos. —se rió.
Nico enterró la cara donde se unen el cuello y el hombro, y aspiró el aroma de Will.
—Te quiero.
—Y yo.
Nico había tenido tanta carencia de cariño, tantas pocas muestras de amor, que poder mostrarse así con Will era un auténtico placer. Lo quería tanto que le salía solo, únicamente con él. Will sabía eso, por eso, cada beso, cada palabra, cada caricia, la atesoraba.
Vale, quizá bastante fuera de cómo puede ser Nico xD. Pero realmente ha estado muy falto de cariño y de alguna manera ha de soltarlo, ¿no? no está mal darle un poco de candidez al chiquillo xD.
Espero que os haya gustado,
Neela :)
