Quédate a mi lado

Capítulo 1

Yami no podía creerlo. Por fin estaba aquí, a punto de casarse con la persona a quien amaba. Estaba nervioso, no podía negar eso, pero la felicidad era mayor. Había esperado este día con ansias, pero al fin llegó. Yugi se veía tan hermoso. Su sonrisa inocente no había abandonado su rostro en ningún momento. El chico también estaba feliz, eso se notaba a simple vista. Eran la pareja perfecta, o por lo menos eso es lo que decían sus amigos. Sin embargo, su unión traería grandes cambios para ambos. Pero eso no les molestaba en lo más mínimo.

-Yami Mutou, acepta a este joven como su legítimo esposo?- preguntó el juez. Yami miró a Yugi, quien solo le dedicó una cálida sonrisa.

-Acepto-

-Y usted Yugi, acepta a este joven como su legítimo esposo?- le preguntó el hombre. Yugi contestó de inmediato.

-Acepto-

-Por el poder que me confiere la ley y el Estado, los declaro... esposos. Puede besar al novio- Yami se inclinó un poco y encontró sus labios con los de Yugi en un cálido beso. Los aplausos se escucharon.

-Esos son mis amigos!- exclamó Joey con felicidad.

Ambos jóvenes se separaron. Fue entonces cuando Yami notó pequeñas gotas de agua resbalando por las mejillas del chico.

-No llores mi tenshi- le dijo. Lo último que quería ver ese día eran lágrimas, aunque fueran de felicidad.

-No puedo evitarlo... es que todo... todo es tan hermoso- respondió Yugi. Sin embargo, intentó calmarse, lográndolo en unos momentos. Este día sería sin lágrimas, solo habrían sonrisas.

-Y aun falta la fiesta- recordó el mayor. Yugi lo miró curioso. Yami planeaba algo, estaba seguro de eso. Conocía esa mirada en su faraón. Ahora solo faltaba saber qué era lo que planeaba.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Después de partir el pastel, que fue lo primero que hicieron a petición de Joey, bailaron durante algunos minutos. La mayoría fue música lenta, así queambos pudieron moverse uno cerca del otro, a veces terminando en abrazos y besos. Todo era perfecto, como ambos lo habían soñado. Y todo ahí, en su propia casa. No querían nada costoso ni tampoco lujoso, sino algo sencillo y tradicional.

-Yugi- llamó el aniciano.

-Abuelito!- exclamó el chico mientras corría hacia su abuelo y lo abrazaba con fuerza. Se sentía feliz de que su abuelo aun estuviera ahí con ellos, sobretodo en ese día. El día más importante de toda su vida, en el que le entrega su vida entera a las persona que amaba para que hiciera de ella lo que quisiera.

-Felicidades hijo. Y tú, Yami, más te vale que me lo cuides muy bien- advirtió el hombre.

-No se preocupe señor. Lo voy a cuidar MUY bien- contestó el joven resaltando la penúltima palabra. Yugi entendió perfectamente la indirecta y no pudo evitar que un gran sonrojo cubriera sus mejillas.

-Olvida lo de señor, solo dime abuelo-

-Está bien... abuelo- habló el joven. Fue entonces cuando recordó algo importante. -Yugi, necesito... hacer algo muy importante. Ahora vuelvo, está bien?- preguntó. Yugi asintió.

-No tardes- le dijo.

-No te preocupes, solo serán unos minutos- Después de decir esto, desapareció de la vista del pequeño.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

-Está todo listo?- preguntó el joven.

-Todo está listo, quedó hermoso- comentó la joven. El joven a su lado parecía estar preocupado o nervioso.

-Tú crees que le guste?-

-Por supuesto, le va a encantar. Si no es así no me llamo Mai Valentine- aseguró la chica. Yami la miró aun no muy convencido. Quería que todo fuera perfecto, por eso no podía cometer ningún error. -"Yugi se merece lo mejor"- pensó. En este ocasión había que ser perfeccionista. -Es mejor que ya vayas por Yugi, la fiesta casi termina- le dijo. Yami asintió.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Yugi estaba preocupado. Yami se había ido hace tiempo, y aun no había regresado. Ya la fiesta estaba terminando, casi todos se habían ido. Y ahora él tenía que decirles adiós por Yami también.

-Adonde estará?- preguntó al aire. No había pasado mucho tiempo, pero ya lo extrañaba.

-Quien?- contestó una voz a sus espaldas. El chico de inmediato se dio la vuelta y un suspiro de alivio escapó de su boca al ver a su esposo, quien solo lo miraba con una sonrisa dibujada en su hermoso rostro.

-Yami, donde estabas?- preguntó el preocupado chico.

-Es un secreto- respondió el joven.

-Se supone que no deben de haber secretos entre nosotros, sobretodo ahora- le dijo. No desconfiaba de Yami, jamás lo haría. Pero no quería que los secretos empezaran a caer entre ellos. Eso sería desastrozo, y más ahora que estaban casados. No era lo mismo de antes. El matrimonio es algo completamente diferente.

-Eso ya lo sé. Pero no te preocupes, sabrás donde estaba pero aun no- habló Yami antes de tomar a Yugi en sus brazos.

-Yami, qué haces?- preguntó Yugi sorprendido.

-Cargándote, eso es lo que se hace después de la fiesta, cierto? El novio carga a la novia-

-No soy la novia, soy un hombre, lo que significa que soy un novio- reclamó el pequeño.

-Ya lo sé mi Yugi. Pero eso es lo que se hace, y dudo mucho que tú puedas cargarme a mí- le dijo. Yugi no dijo nada. Era cierto lo que Yami decía, después de todo. Tal vez antes lo había podido cargar pero Yami ya había recuperado todo el peso que perdió cuando... No, no podía pensar en eso ahora. Era su noche de bodas, se supone que debía estar feliz. El pasado estaba en el pasado y jamás volvería. -Vamos a nuestra habitación- susurró el mayor mientras caminaba hacia el lugar.

En pocos segundos ya estaban frente a la puerta que daba a la famosa habitación.

-Ábrela Yugi- pidió Yami. Yugi obedeció. Pero lo que había dentro lo dejó completamente sorprendido.

Toda la habitación estaba iluminada por miles de velas que se encontraban descansando en el suelo. Todas juntas en varios grupos aparte, y cada uno de esos grupos formaba un corazón. En la cama habían pétalos de rosas rojas. Era hermoso, simplemente hermoso.

-Te gusta Yugi?- preguntó Yami.

-Yami es... es hermoso. Gracias Yami!- exclamó el joven. -Te amo Yami, te amo tanto-

-Yo también mi hikari no tenshi- susurró Yami antes de besar a Yugi con toda la ternura que un beso podría tener. -Además, recuerda que esta es nuestra primera noche juntos- agregó. Yugi no pudo evitar sonrojarse. Con mucho cuidado, Yami acostó al chico en la cama. -Quieres que nos unamos, o aún no te sientes listo?- interrogó.

Yugi no pudo evitar sentirse feliz en ese momento. Su Yami era tan comprensivo. Estaba seguro de que si le decía que aun no estaba listo, el joven no se molestaría. Pero ya estaba listo, no tenía ninguna duda. Esa noche se entregaría a Yami, al único a quien amaba.

-Cómo decirle que no a alguien como tú? Te amo Yami, quiero que estemos juntos- El faraón sonrió. Yugi quería esto tanto como él. Se inclinó un poco y besó a Yugi.

Esa sería una noche inolvidable. La primera vez que se entregaron el uno al otro. Por ahora las cosas lucían bien, como si nada fuera a estar mal. Pero las cosas cambian. Y muy pronto, Yami y Yugi se darían cuenta de eso.

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Magi Girl: bueno, aquí está la continuación de mi otro fic. Está corto el capítulo pero esto es más como el prólogo. La verdadera historia comienza hasta el próxima capítulo.

Bueno, eso es todo por ahora.

Me despido

Ja ne!