Agua Fría
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Notas del Ninja: De un universo alterno donde Ga Eul ha vivido la mayoría de su vida con Jan Di y su familia llega esta historia que no tiene mucho cambio… solo la evolución de una pareja comprometida y los estragos de un padre abusivo. Déjenme saber que piensan de ella en sus reseñas y ¡gracias por leerla!

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"¿De qué van hablar? ¿Sexo?" Pregunto Jun Pyo levantando su taza de café mientras Ji Hoo tocia por la sorpresa de escuchar a su adorado esposo decir la palabra que hacía mucho nadie mencionaba sobre la mesa. Los demás observaron al heredero de ShinWa como si tuviera algo extraño en su espalda, un mono por ejemplo, y el tomo un sorbo del café. Dándose cuenta de cómo lo observaban los demás frunció el ceño. "¿Qué? ¿No estamos la mayoría casados?"

"¿Tenias que decir eso tan…" Yi Jeon miro a su prometida, quien estaba sonrojada, mientras Jan Di observaba a su esposo incrédula aun. "Obvio?"

"¿Que tu naciste de una flor o qué?"

"¡Jun Pyo!"

"¿Qué? Tenemos dos doctores, un ex-Casanova conquistado por una doncella, un mafioso que cobra con favores sexuales y un hombre de negocios que ha visto más de lo necesario en la oficina; creo que podemos hablar de sexo sobre la mesa."

"¡Yo no cobro con favores sexuales!" Se defendió Woo Bin, apunto de golpear a su amigo, pero Jun Pyo solo le sonrió dejándole entender que era una broma.

"Nunca nos habíamos reunido todos, hablar de ese tema en particular." Comento Ji Hoo, ignorando a su mejor amigo y terminando su desayuno. Aunque los F4 hablaban de sexo entre ellos, eran hombres y amigos, ellos nunca habían tenido a Jan Di y Ga Eul en la mesa y a eso se refería, vio a los demás asentir y sonrió suavemente en espera inútil de que el tema terminara ahí.

"¿Y qué mejor momento para hablar de ello?" Dijo Woo Bin, mirando las parejas. Había una curiosidad en su tono, y sin mentir él deseaba compartir lo que sus amigos tenían con alguien especial para él. De todos era el único que seguía soltero y el tener más información seria fenomenal.

"¿Quieres saber de la vida de casados o de solteros? Tienes vasta experiencia entre Yi Jeon y yo." Jan Di ya no podía hablar, así que solo le dio un golpe a Jun Pyo en el brazo, el solo sonrió. Jun Pyo sabía que Jan Di se sentía mortificada, pero era solo broma entre sus amigos, el nunca compartiría su vida personal con su esposa (no con ella en la mesa). Ji Hoo vio la expresión de Jan Di y decidió cambiar el tema.

"¿Que has visto en la oficina?" Le pregunto Ji Hoo, curioso.

"¿Que has visto tu en tu oficina?" Dijo Jun Pyo esquivando la pregunta mientras tomaba otro sorbo de café.

"No, en serio, Jun Pyo, ¿qué has visto?" Pregunto Ga Eul, curiosa también; Jan Di aun estaba en shock y no podía reaccionar. Jun Pyo se recostó de la mesa, taza aun entre sus dedos mientras miraba alrededor. Tal vez la mayoría en la mesa pensó que Jun Pyo mantendría el silencio y solo sonreiría (al menos eso esperaba Jan Di, aun mirando a su esposo) pero el hombre miro a Ga Eul.

"¿Has visto un juego de futbol americano justo después del lance? ¿Cuando todos caen sobre el jugador con la bola?"

"Si."

"Ahora imagínalo sin ropa." Fue la oportunidad de Yi Jeon de casi escupir su café, mientras varias tazas cayeron sobre sus respectivos platillos y Woo Bin le daba palmadas a su amigo en la espalda. Jun Pyo continuo bebiendo su café, la cabeza de Jan Di por fin hizo corto circuito y choco con la mesa y Ji Hoo tocio varias veces para evitar el verse avergonzado. La boca de Ga Eul se mantuvo abierta, en sorpresa; la puerta a la derecha de la gran cocina se abrió y la hermana de Jun Pyo entro a la habitación y dio los buenos días.

"¿Que está pasando aquí?"

"Sinceramente Noona, no lo sé." Dijo Ji Hoo, quien pensaba era hora de levantarse e irse. Pero la mujer no dejo las cosas ahí.

"Están hablando de sexo, ¿verdad?" Alguien en la mesa, probablemente Jan Di, dejo salir un grito de sorpresa mientras Jun Pyo comenzó a reír. La vergüenza de los invitados hizo que la mujer comenzara a reír y se acercara a servirse un poco de café. Jun Pyo se levanto aun riendo y le dio un beso a su hermana en la mejilla.

"Noona, eres la mejor noona que cualquiera pudiera tener." Y le ofreció su asiento.

"¡Por supuesto que lo soy!" Y ella se acomodo junto a Jan di, quien parecía un tomate de lo rojo que estaba. "Jan Di, ¿qué sucede?"

"Nada, nada."

"¿Alguien tiene idea de por qué comenzó esta conversación?"

"Nope." Dijo Woo Bin, sonriendo.

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"Ese Jun Pyo si que ha sacado agallas." Dijo Yi Jeon, mientras se quitaba su saco y lo acomodaba sobre una silla, Ga Eul se echo a reír.

"Para vivir día a día con Jan Di era necesario que sucediera." Y ella se acomodo sobre una de las sillas, observando a su amado mientras se preparaba a trabajar. El hombre no lo sabía pero tenía un pequeño ritual que era para ella hermoso observar. Primero se quitaba el saco, el reloj (que ella había comprado para él y no quería estropear), luego una de sus sortijas (la que el mismo había comprado para decirle al mundo que era un hombre comprometido), y luego se ponía su delantal. Se acercaba a ella para que ella amarrara el delantal, aunque el lo podía hacer, ella le murmuraba siempre: "Listo." Y luego se sentaba ante su proyecto sin terminar. Ga Eul se acomodo en la silla y lo observo trabajar mientras continuaban hablando.

"Jun Pyo necesitaba madurar, y lo ha hecho. Ahora es un gran hombre de negocios reconocido y respetado por muchos y amado y adorado en casa por su esposa. Jan Di tampoco se queda atrás."

"Jan Di aprendió que no debía ser tan orgullosa, eso es lo que ayudo ambos."

"¿Y Jun Pyo no era orgulloso?"

"No he dicho eso; me refiero a que ambos crearon un balance. Y ya era hora de que sucediera." El acepto las palabras mientras tocaba la arcilla mojada.

"Si hubieran hecho eso desde el principio nos hubiéramos ahorrado mucho tiempo."

"No, no creo."

"¿Por qué?"

"¿Estaríamos comprometidos tu y yo si hubieran hecho todo esto desde el principio?" El detuvo su trabajo y levanto sus ojos para encontrar los de ella.

"Siempre dices algo que me hace callar." Le dijo señalándola con sus dedos mojados y sonriéndole. "¿Como lo haces?"

"Experiencia."

"Adquirida, sin dudar, mientras esos dos tontos lograban su balance."

"Entre otras cosas."

Aun mirándola Yi Jeon le sonrió. "¿Como qué?" Ella cortó la conexión visual que tenían y se puso un dedo sobre los labios, como si pensara en algo profundamente.

"Horas de estudiarte. Días de paseos juntos. Y tal vez porque me gustas."

"¿Tal vez? ¿Solo tal vez?"

"Si tal vez."

"¡Pequeña zorra!" Le dijo Yi Jeon, levantándose y apresurándose a atraparla en brazos, haciéndola reír burlonamente mientras él se inclinaba a susurrarle al oído: "Vamos a ver si tal vez te gustan mis besos." Y se inclino para besarla; Ga Eul se sorprendió con la intensidad del contacto de los labios de su prometido y solo pudo cerrar los ojos ante tal fuerza. Sus manos se hicieron puños, sujetando la camisa de Yi Jeon quien tocaba a la puerta de los labios de Ga Eul con su lengua; al permitirle acceso su corazón dio un sobre salto y la respiración de ambos se acelero. Los brazos de él la sujetaban firme contra su pecho, Yi Jeon quería controlar la situación pero lentamente se le escapaba de las manos y se volvía otra cosa que aunque estuvieran comprometidos no debía suceder aun. No porque no quería que sucediera, pero por que era algo que las chicas como Ga Eul querían guardar para su noche de bodas.

Ga Eul no lo ayudaba con la forma en que había comenzado a acariciarle el cuello.

Centenar de veces, miles de veces; Yi Jeon se había tenido que controlar su deseo por tener a Ga Eul. En cada cita a solas, en cada pieza que bailaban y estaban muy juntos, en cada susurro que ella depositaba contra oreja el dulce aliento acariciando su cuello. En cada beso en el que perdían el control, como ahora, y solo querían perderse en las caricias que compartían. Se había prometido que esto no sucedería antes del matrimonio y era un hombre de palabra. Su mente grito que era suficiente, que se separara y tomara un respiro.

Pero el aire estaba lleno de Ga Eul y su aroma.

Al separarse, Yi Jeon jadeo y sus ojos se cerraron mientras inclinaba su frente contra el hombro de ella. Ella le beso la mejilla y con ojos cerrados le susurraba pequeñeces, su aliento se deslizaba sensualmente contra las curvas de su oreja y por su cuello, empeorando las cosas para el joven alfarero, quien aun no liberaba a su prometida. Habían caído, en algún momento de su tórrido beso, contra una de las mesas en el taller, y ella estaba prisionera entre el hombre, su erección y la madera; aun así no parecía tener miedo alguno. Yi Jeon finalmente le miro a los ojos, y pudo ver que estaban nublados con pasión; como los suyos. Quería pedirle que se alejara un poco, que le diera espacio y se marchara para evitarlo…

"Dime que me amas." Le dijo, voz ronca y llena de algo que ella no conocía. La mujer tembló en sus brazos, la pasión sacudiéndola.

"Te amo, Yi Jeon."

"Ah, Ga Eul, las cosas que me haces…" Fue la respuesta de él, antes de volver a besarla; los fuertes brazos del alfarero se deslizaron por el cuerpo de ella y tomándola de la cintura la acomodo sobre la mesa, instintivamente ella abrió las piernas y lo recibió, acomodando a su prometido en la cuna de su placer; labios aun ocupados con los profundos besos que él le entregaba. El delantal fue removido, separando sus labios y sus ojos abriéndose para observarse con la pasión y la sorpresa del momento, y mientras continuaban los besos que llovían sobre el cuello de Ga Eul, ella deshizo los botones de la camisa de diseñador que el traía. El deshizo la cola de caballo que ella se había hecho esta mañana, y retiro la banda rosada de su cabeza, enredándole el cabello y dándole un look más salvaje, algo raro en ella, quien siempre traía el cabello recogido. Un gemido se mezclo con el silencio del estudio y Yi Jeon quería una sinfonía de esos pequeños sonidos en su cabeza, para recordarlos día y noche; para añadir más y más a sus memorias. Besos llovieron sobre el pecho del hombre, quien no podía evitar el recordar que debía llenarse de gentileza para estar con ella, y gimiendo cerró los ojos y levanto la cabeza para mirar el techo. La dulzura con la que Ga Eul lo cubría era conmovedora y bálsamo para su alma; ¿Cómo hacerla entender esto? Los brazos de ella se enredaron alrededor de Yi Jeon, y sus labios continuaron besando su clavícula y su hombro, mientras el suspiraba el aroma de su amada.

Sus labios se encontraron nuevamente y las manos de Yi Jeon se escurrieron entre sus pechos, liberando los primeros botones de la blusa que ella traía. Ella detuvo el beso y con la blusa abierta hasta su sostén, un hermoso modelo de satín azul claro y asombrosamente sin encajes (el ya había pensado en esas cosas), separo las manos del cuerpo de su prometido y comenzó a retraerse.

"¿Ga Eul?" EL pregunto suavemente, mientras ella jadeaba y trataba de controlar su respiración. "¿He hecho algo malo?" Le dijo, su mente pateándolo por la pregunta tan ridícula. Por supuesto que había hecho algo malo; ella no estaba lista para esto; en su inocencia ella sacudió la cabeza y continúo sujetando su blusa.

"No, yo… No creo estar lista… es todo." El jadeo por un momento y luego se echo a reír mientras se inclinaba junto a ella en la mesa. "Perdón." Le dijo finalmente, avergonzada.

"No, perdóname tu. Yo… cruce la línea." Ambos se miraron, ella avergonzada y el sorprendido. "Creo que necesito un baño de agua fría." No pudieron evitar el reír.

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Jan Di la observo del otro lado de la pequeña mesa, sujetando el vaso de batida de fresa con una mano y boquiabierta. Ga Eul estaba al otro lado, ocultando sus ojos con sus manos mientras terminaba de relatar lo sucedido abochornada. La doctora tuvo que sentar a su amiga y tranquilizarla ya que estaba histérica y sollozando; pudo sacarle la historia casi a patadas y ahora que sabía lo que había sucedido estaba sorprendida. Por como su amiga se comportaba, no Yi Jeon.

Tales cosas no le sorprendían de Yi Jeon.

"Entonces, ¿no le has dicho?" Fue lo único que pudo decir la doctora, muy sorprendida aun. No sabía porque pero de un tiempo hasta ahora solo podía estar sorprendida con el comportamiento de aquellos que la rodeaban. Y dando gracias que Ha Je Kyung aun estaba fuera del país porque si ella estuviera aquí… Su cuerpo se sacudía de temor con solo pensarlo.

"¿Como decirle Jan Di? La forma en que me besa y me mira… es como si fuera perfecta. Y no lo soy. ¿Cómo decirle?"

Jan Di no pudo contestar la pregunta planteada por Ga Eul y solo pudo cambiar de asiento y abrazarla mientras continuaba sollozando.