Estos personajes no nos pertenecen, todo es de Fox, excepto nuestra imaginación ;P

Dia 1: El principio de todo:

Las puertas del ascensor se abrieron y ella empezó a andar. Iba cargada con todo el equipaje necesario para ocupar el caso que le habían dado esa misma mañana. Booth la esperaba en la otra punta del aparcamiento del Jeffersonian, en su coche. Al llegar, Brennan abrió la puerta del coche de su compañero, y ya se lo encontró discutiendo con su teléfono. Se sentó y Booth arrancó a toda prisa.

- Pero no lo entiendo, me dijiste que ya era mío. Lo sé pero… ¿Y ahora qué hago? – Se hizo un silencio - ¿Sabe qué?... déjelo.

Brennan lo estaba mirando muy fijamente para intentar averiguar que le pasaba. Al ver que Booth no le iba a dar lo que quería, decidió preguntarle.

- ¿Con quién discutías? – Él giro lentamente la cabeza con el gesto fruncido. Al ver que la cara de Brennan mostraba confusión, respiró hondo y contestó.

- Con la que se supone que tenía que alquilarme el piso.

- ¿Qué piso? Tú ya tienes piso.

- ¡Ya no! – Dijo dando un golpe con la mano abierta en el volante – El casero decidió regalárselo a su sobrina, y como a mí ya se me terminó el contratoY … este nuevo piso era genial y ahora se ve que no puede dármelo porque le hicieron una oferta más grande! – volvió a golpear el volante. Brennan se la veía un poco asustada por su comportamiento. – Y ahora no sé donde ir… tendré que quedarme en la oficina unos días o en un hotel, hasta que solucione las cosas. Odio esta ciudad! – Y lo volvió a acompañarlo con otro golpe.

- Puedes quedarte un tiempo en mi casa, si quieres – Booth se giro lentamente para saber si lo que decía era cierto o no.

- ¿En serio Huesos? – Se le dibujo una sonrisa en la cara.

- Claro – dijo ya mirando por la ventana delantera. – Tengo habitaciones de sobras. Y me gusta tu compañía. – Se giro y le sonrió. Booth le devolvió la sonrisa.

- Puede que tarde un poco en encontrar piso… ya sabes, quiero el perfecto. – Dijo algo contento.

- Tranquilo, el tiempo que necesites. Mmm… creo que me arrepentiré de haber dicho eso.

- JA, muy graciosa… en serio. Gracias. Creo que vendré hoy con mis cosas, a hacer que te arrepientas de tus actos lo antes posible.- Brennan asintió con la cabeza.

- Ya lo veremos…

Ahora con otro cambió de humor, Booth y Brennan se dirigieron hasta la escena del crimen. El día se pasó muy lento. Demasiado. Pero al final llegó la hora.

Eran las 7 de la tarde y Brennan se encontraba en su apartamento esperando a Booth para ayudarle con la mudanza, enseñarle la casa y entregarle las nuevas llaves, y así después poder volver al Jeffersonian, a terminar de examinar unas muestras del cuerpo encontrado esa misma mañana. Unos cinco minutos más tarde el timbre de su puerta sonó.

- Hey Huesos soy yo. Ábreme la puerta que esto pesa.

- ¡Voy! – Se dirigió corriendo y abrió la puerta. Se encontró con Booth mostrándole una gran sonrisa. En una mano el equipaje, y en la otra, comida tailandesa.

- ¿Me trajiste la cena? Sabes que tengo que ir a trabajar. – La cara de Booth cambió totalmente e intentó negociar con ella.

- Ohh.. Huesos, hoy no se trabaja más!¿Para que tienes a tus internos? Tienen que aprender a trabajar sin alguien dándole de la mano en todo momento. Y hoy es un día especial. El agente más sexy del FBI viene a vivir a tu casa. ¡Celebrémoslo! – Y se puso a reír.

- No les doy de la mano, solo observo cómo trabajan para después… - Booth la interrumpió.

- Está bien Huesos, pues hoy será un día que no les observarás nada. Hoy nos sentaremos al sofá y nos hincharemos a comida tailandesa. – Brennan rió

- ¿Cómo lo haces?

- ¿Cómo hago el que?

- Convencerme tan fácilmente. Es muy complicado cambiar mis planes. Lo tengo siempre todo organizado y nadie puede decir lo contrario. Excepto el sexy agente del FBI – Y los dos se pusieron a reír.

- Está bien Huesos, ¿dónde dejo esto?

- Ah... dormirás en esta habitación.

- Genial

Era una habitación grande, con las paredes color amarillo claro. Con la de ventanales que tenía parecía ser luminosa. Todo recto al final se encontraba la cama. Una cama grande, dónde Booth dejó su equipaje. A la derecha se encontraban las ventanas que daban a la calle. Y en la habitación de delante, puerta con puerta, se encontraba la habitación de Brennan.

Booth retiró las cortinas y la habitación se iluminó del color naranja de las farolas.

- Esta genial esta habitación Huesos! Es el doble de grande que la mía. – Le brillaban los ojos.

- Me alegro que te guste

- Si.. es… - se dejó caer encima de la cama – Ohh… ES GENIAL! Dios Huesos ¿has probado esta cama? ¡Me encanta!

- No, lo cierto es que no la probé nunca, la compré para llenar habitaciones y por si alguien tenía que quedarse a dormir. – Booth la cogió la mano y la estiro para que también cayera en la cama.

- Jumm.. sii. Es cómoda, pero tendrías que probar la mía. – Miro a Booth – Es mejor.- Y le guiñó el ojo.

- Suena muy tentador. – Y se pusieron a reír.

- Y sii..? – dijo Booth – Vamos a cenar. Hace mucho que fui a buscar la cena y no vale nada si no.

- Si, la verdad es que tengo algo de hambre.

Se sentaron los dos en el sofá, con la comida tailandesa en la mesita de cristal que había justo delante.

- ¿Y bien? – Brennan rompió el silencio - ¿Cómo vas con esa chica?... ¿Cuál era su nombre?-

-Lucy… - Booth respiró hondo – ¿Cómo va?... Pues no va. – Brennan se lo quedó mirando algo extrañada. – Hace una semana que ya no estamos juntos. La echo tanto de menos…

-Booth…yo… lo siento, de verdad- posó su mano sobre el brazo de él – Como varias veces ya me has dicho… quizás… quizás ella no era la indicada para ti…-

- Gracias Huesos – Le dedicó una sonrisa a su compañera. – Pero sabes… ella no era como las demás, para mí era perfecta, era todo lo que necesitaba. La quería. Mucho. Y ahora… no lo sé, quiero pensar que hay alguien mejor allí fuera, alguien mejor con quien pasar el resto de mi vida, pero cada vez me cuesta más creerlo. – Booth acarició la mano de Brennan que en ese momento reposaba encima de su brazo.

-Todo pasa eventualmente ¿No?- suspiró- Seguro hay alguien esperando por ti allí afuera Booth, cualquier chica desearía pasar el resto de su vida con alguien como tu- le miró fijamente.

Booth se quedo mirando sus ojos. Algo superior a él le hacía acercarse aun más a ella y querer abrazarla, pero se resistió.

-Quiero creer en eso Huesos, quiero creerlo. – Con la otra mano le apartó el pelo de los ojos colocándolos suavemente detrás de la oreja.

-Tú me lo dijiste una vez… tienes que tener fe…-se acercó un poco más a él.

-Lo sé. – Booth desplazó su mano hasta la nuca de su compañera y la acarició suavemente mientras se acercaba lentamente.

-Booth…- suspiró antes de cerrar los ojos.

-Lo sé… lo siento – Booth apartó sus manos y se levanto con prisa. Brennan se lo miraba con cara de confusión y culpabilidad. – ¿Qué te parece si recogemos esto y vamos a dar una vuelta? Hoy hay una noche muy bonita. – Booth se mordía el labio inferior.

-Ehh… bueno…sí, creo que es una buena idea- se levantó y fue a su habitación por su chaqueta.

Booth esperó a que Brennan volviera de su habitación. Se sentía muy culpable por lo que había pasado. La verdad es que últimamente se sentía más cerca de ella, últimamente la veía cómo algo más que una simple compañera, y no sabía el porqué.

La noche era preciosa, se podían ver las estrellas y la brillante luna llena. Empezaron a andar sin rumbo alguno hasta llegar a la puerta de un antiguo parque en el que Booth solía jugar cuando era pequeño.

No me puedo creer que aun exista este lugar! Me encantaba de pequeño. – Booth se quedo mirando fijamente ese parque.

-¿Estás bien?- le preguntó ella al ver que miraba fijamente el lugar.

- Si Huesos, es solo que.. Wow! En este parque jugaba desde que tenía 13 años. Venia cada tarde a jugar con mis amigos. Pensaba que ya habrían construido edificios o algo por el estilo y.. Míralo! Aquí esta! – Le brillaban los ojos – Vamos a echar un vistazo – Cruzó la gran puerta de metal y se dirigió al gran campo de césped.

Brennan le siguió algo curiosa. Al llegar al final del campo se adentraron en los arboles y después fueron a parar al antiguo lugar donde Booth solía estar con los amigos cuando era pequeño. Era una gran explanada de césped rodeada de arboles. Unas pequeñas farolas naranjas lo iluminaban todo un poco. A Booth le encantaba ese lugar. Le encantaba ir por la noche y estirarse en medio de la hierba, observar las estrellas, y pensar. Llegó un momento en que se paró y se sentó.

-Siéntate aquí conmigo Huesos, este lugar es genial. – Booth le tendió la mano a su compañera.

-Es realmente bonito…- le sonrió- Yo… no solía jugar en parques cuando era pequeña…-

-Ya… lo siento Huesos. - Booth la miro fijamente a los ojos y le dedico una pequeña sonrisa.

-No te preocupes… no es tu culpa…- se tendió en la hierba mirando las estrellas como solía hacer de niña.

Booth se estiró a su lado, pensando en los viejos tiempos. Y en ese momento un ruido los interrumpió. 'Click' se oyó.

-Booth…- susurró- ¿Qué fue eso?-

-Oh.. oh… - Booth levantó la cabeza de golpe – Si no lo recuerdo mal esto es… -De repente, antes de que pudiera terminar la frase, empezó a caerles agua del cielo – Los aspersores. Corre! – Se levantó y le dio la mano a su compañera para correr.

-Booth!- rió- ¿Para qué correr si te vas a mojar igual?, además es lo más divertido que me ha pasado en el último tiempo-

-Es la gracia Huesos, si nos pusiéramos a andar no sería lo mismo. – En ese momento Booth resbaló, y Brennan lo siguió al instante. Los dos terminaron en el suelo bajo el agua de los aspersores, riendo como nunca.

-¿Ves la razón ahora?- seguía riendo- Si corres te caes y quedas peor, pero no, ¿Siempre tienes que llevarme la contraria?-

-Pero si no hubiéramos resbalado ahora no estaríamos riendo. Es la gracia de llevarte la contraria – Los dos siguieron riendo.

-Espero que no se te haga costumbre…- le golpeó juguetonamente un brazo.

-Ya veremos… - Dijo mirándola de reojo. – Empieza a hacer frio. ¿Volvemos a casa?-

-Creo que es lo más lógico… estoy comenzando a congelarme- sonrió mientras se levantaba.

-Está bien – Booth se levanto y le tendió la mano a su compañera para ayudar a levantarla. – ¿Andando o corriendo? – Booth sonrió – Estas helada. Toma. – Le coloco su chaqueta entre sus hombros y luego la rodeo con sus brazos.

-Gracias…- le miró a los ojos y cuando él la miró también, se sonrojo y bajo la vista.

Salieron de ese parque empapados, abrazados el uno con el otro, helados. Al final llegaron al edificio de Brennan, se encontraba en la calle de enfrente. Brennan se había quedado medio dormida en el hombro de su compañera, y el, al cruzar la calle le dio la mano. Brennan se despertó al instante, le miro fijamente y entrelazó su mano con la de él.

En el ascensor Brennan se volvió a quedar dormida en los brazos de Booth. Al entrar en casa Booth vio que ella aun no estaba en un estado suficientemente consciente para ver que hacía, así que decidió acompañarla a su habitación y tumbarla en la cama. Le quito los zapatos, la chaqueta y poco a poco le fue desabrochando el pantalón. Al fin y al cabo, no podía dejarla con la ropa mojada. Se lo quito, y a continuación su camisa. Busco dentro del armario y encontró un camisón con el que poderla vestir. Le pasó el camisón por la cabeza y poco a poco fue pasando brazo por brazo entre los agujeros. Abrió la cama y la metió dentro. En ese momento Brennan se movió y abrió un poco los ojos, lo suficiente para darse cuenta de lo que pasaba y poderle dar las gracias. Booth se sentó en la cama, le beso la frente, le dio las buenas noches y cerró la luz.

Cuando se metió en su cama empezó a recordar la maravillosa noche que había pasado con Brennan, y sonrió al pensar todo lo que podría pasar aun durante todos estos días que estaría junto a ella en este piso.

Gracias por leer el fic! Espero que os haya gustado este primer cap!

Admitimos sugerencias! (:

Pronto subiéremos el segundo!

;)