El otro lado

Prólogo

-¿Cómo se siente hoy?-

-Con tu sonrisa quizás me sienta mejor.-

Ella se cruzó de brazos.

-Voy a suponer que si puede decir esas cosas, su estado es estable.-

El hombre que se encontraba en la cama sonrió en una carcajada.

-Me siento bien, señorita.-

-¿Puedes mover tus dedos?-

Él afirmó con la cabeza.

-¿Y qué tal tu hombro? ¿Lo sientes un poco mejor desde la última vez?-

Asintió otra vez. La rubia dejó su planilla apoyada en una mesa que descansaba a un lado, y comenzó a revisar al hombre forzando un poco de presión en su mano y el resto de su brazo izquierdo. El hombre se sonrojó un poco al sentir el roce de la rubia. Ésta se separó luego de comprobar su estado, tomó una lapicera del bolsillo derecho de su delantal, luego la planilla que se encontraba descansando en la mesa hace unos minutos, y comenzó a escribirla.

-¿Qué estás escribiendo?-

-Nada malo, no te preocupes.- sonrió. –Sólo estoy anotando tus datos. Y por suerte, son todas mejoras. ¡Estás recuperándote mucho más rápido de lo que esperaba! Pronto podrás irte.-

-Oh, qué malas noticias.-

-¿Eh? ¿Por qué dices eso? ¡Estás mejorando!-

-Pero si mejoro, significa que me tendré que ir y no podré verte.-

La rubia sonrió una vez más antes de guardar su lapicera en su correspondiente bolsillo.

-¿Sabes? Cuando salga, te invitaré una taza de café. O mejor una cena, ¿qué tal una cena?-

-Lo siento, no creo que eso sea posible.- sonrió. –Tú sólo preocúpate por tomar reposo y recuperarte, ¿sí?-

El hombre se encogió de hombros y sonrió. -¡Lo intenté!-

-Bueno, bueno, ahora a descansar.-

Él se acostó en su cama mientras que la rubia acomodaba su almohada.

-Volveré en unas horas para revisar ese brazo otra vez, ¿sí?-

-Muchas gracias, enfermera bonita.-

-Por última vez, Winry.- lo corrigió. Él solo sonrió divertido antes de cerrar los ojos.

Mientras caminaba por los pasillos del hospital, la rubia se detuvo frente a la ventana, curiosa.

Gris.

Nublado.

Apenas podía observarse la luna con claridad.

Mucha, mucha lluvia.

-Qué extraño, encima que hoy fue un bonito día. Quizás tendremos tormentas.-

Largó un pequeño bostezo, recordando que hace muchos días que no podía dormir adecuadamente. Estiró un poco sus brazos. Levantó un poco la vista para observar el reloj colgado en la pared. Revisó su planilla. No habían más pacientes de los cuales ocuparse en ese momento, así que era ahora o nunca y se dirigió con una sonrisa hacia la cafetería.

Lamentablemente, en el camino se tropezó con otra persona que forzó a hacerla caer de espaldas contra el suelo.

Pero antes de que pudiera pronunciar algún sonido parecido a "Ay", "Ouch", o "Eso dolió", fue tomada de la muñeca bruscamente.

-¡Winry! ¡Aquí estás! ¡Te estaba buscando!-

-¿Shezka? ¿Sucedió algo?-

-¡Rápido, acompáñame! ¡Hay un nuevo paciente y necesito tu ayuda!-

La rubia suspiró cuando escuchó el sonido de su estómago pidiéndole alimento. 'Lo siento, hay que dejarlo para más tarde' pensó antes de dirigirse a la recepción junto a su compañera.

Se quedó atónita ante la situación en la que se encontró.

¿Un hombre atado? Atrás de él, cuatro hombres más lo acompañaban intentando inmovilizarlo. Y parecía que apenas era suficiente. El rubio se encontraba riéndose a carcajadas de manera aterradora para la gente cercana, presionando fuertemente e intentando empujar con toda la fuerza que poseía.

Se suponía que Winry actuara rápido, pero por un instante se paralizó ante la escena. No podía dejar de mirar al chico riéndose de esa manera que le provocó fuertes escalofríos en la piel. Luego de una sacudida de hombros por parte de Shezka y un desesperado grito, Winry pestañó y corrió hacia el chico, colocándose en frente.

Los hombres que lo sostenían la miraron. -¡Aléjese señorita, es muy peligroso!-

Y así lo era. Estaba fuera de control, no podía parar de embestir, empujar, y reírse.

No había que ser muy inteligente para darse cuenta que estaba totalmente fuera de sus casillas.

-¡¿No hay un médico de verdad?!- gritó uno de los hombres.

Después de todo, ella era una simple enfermera.

Atrás de ella aparecieron dos enfermeros más, transportando una camilla a toda velocidad.

Los hombres con dificultad intentaban acostar al chico en la camilla. Finalmente, lo lograron. O algo así parecía, ya que él seguía empujando con fuerza e intentando alejarse de la camilla, como si fuese su perdición. Winry se acercó hacia él, cuando las voces de atrás gritando '¡Aléjese señorita, es muy peligroso! ¿¡Dónde hay un médico de verdad en éste hospital?!' comenzaron a silenciarse en su cabeza. Y fue un pequeño momento en el que sólo miró a ese lunático, y de repente su risa se detuvo, sus ojos se abrieron ante la sorpresa cuando sintió la aguja de la jeringa en su brazo izquierdo. Finalmente sus ojos se cerraron.

Los hombres que hace unos minutos intentaban detenerlo, se quedaron atónitos.

-Lo lamento, señores.-

-¿Qué?-

-Lamento que los médicos de verdad no aparecieran. Estaban ocupados.-

-Mire, señorit—

Winry se cruzó de brazos sonriendo, mostrando todos sus dientes.

-Por suerte, había una enfermera de verdad.-

No respondieron.

-¿A qué habitación lo llevamos?- preguntó uno de los enfermeros a Winry.

-Veamos… ¿Shezka?-

-¿Sí?-

-¿La habitación 503 del segundo piso está libre?-

-Déjame ver…- miró en una de sus carpetas, luego sonrió. -¡Sí! El paciente se retiró esta mañana.-

-Genial. Habitación 503, entonces.-

Winry caminó junto a sus otros compañeros mientras llevaban en la camilla al paciente. O lunático, lo que sea.

-Dime, Len.-

-¿Sí?-

-¿Tienes la planilla del paciente?-

-Sí, aquí tienes.- respondió antes de darle una planilla de datos sin mirarla a los ojos, demasiado ocupado prestando atención en conducir la camilla lo más rápido posible.

-Veamos…-

Finalmente llegaron, abrieron la puerta de la habitación y lentamente con mucho cuidado, transportaron al chico desde la camilla hasta la cama. El cual, por cierto, parecía encontrarse en absoluta paz. Uno de ellos se acercó hacia Winry, quien aún se encontraba leyendo los datos.

-¿No deberíamos llamar a un médico?-

Lo miró.

-No lo creo.-

-Um, ¿estás segura?- dirigió una última mirada al chico. –Podrías tener problemas, parece ser un caso mucho más complicado de lo que—

-Está bien. Puedo hacerlo. Puedo ocuparme de éste paciente. No… quiero decir…- dio una vista a la planilla que se encontraba en sus manos. –Yo puedo ocuparme de Edward Elric.-

N/A: ¿Fanfic? ¿EDOWIN? ¿UNIVERSO ALTERNO? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON EL UNIVERSO? Sí, es real. No puedo asegurar nada, pero tenía muchas ganas de escribir sobre ellos y aquí está. No soy buena para seguir un fanfic, pero juro que lo intentaré porque estoy muy emocionada con éste fic. Es una locura, pero ojalá les guste. Aquí empieza el prólogo. Cualquier opinión, crítica, lo que sea, es bienvenida! Amo los reviews y siempre me ponen feliz. Siempre es un placer leerlos . Me despido (por ahora).