Enamorate de mi otra vez (nalu)

Prologo

Lucy suspiró una, dos y tres veces para tratar de tranquilizarse. Puede

que lo que estaba a punto de hacer cambiara su vida por completo. natsu

dragneel era el chico más popular del colegio, el más guapo, el más simpático y

el más todo. Esa composición explosiva hizo que lucy se

enamorara de él casi en el momento en que llegó a ese nuevo instituto en

magnolia y lo vio. En cuanto miró sus ojos color jades y su perfecta sonrisa supo

que no podría pensar en nada más durante mucho tiempo.

Una vez le habló. Estaba en clase de gimnasia y cuando fue a

beber agua a la fuente se resbaló en el suelo húmedo y habría caído en

redondo, de no ser por unos fuertes brazos que habían aparecido de la nada

para sujetarla y preguntarle con la voz más bonita del mundo si se encontraba

bien. Lucy recordaba perfectamente como se había sonrojado y como

había tartamudeado de la impresión. Desde esa vez, Harry la saludaba con

gestos de cabeza y sonrisas cada vez que se la cruzaba por el pasillo.

Pero eso no era suficiente para lucy . Ella necesitaba saber lo que

pensaba él, o el amor acabaría destruyéndola por completo. Suspiró una

última vez cerrando los ojos y cuando los abrió, con manos temblorosas,

levantó el sobre delante de su cara. En ese diminuto trozo de papel con

corazones dibujados se escondían sus sentimientos más profundos. No se

podía creer que fuera a hacerlo, al fin. No se atrevía a decirle lo que sentía a la

cara, y siempre había pensado que las misivas de amor eran una forma muy

bonita de confesarse. Con los nervios a flor de piel, lucy coló el sobre

por las rendijas de la taquilla de natsu. Se quedó un momento sonriendo como

una tonta frente a ese armario de metal. Huele a él…

Unos ruidos al fondo del pasillo le indicaban que alguien se acercaba. Se le

heló la sangre en las venas cuando escuchó la melodiosa voz de natsu y la de

sus amigos. Tan rápido como pudo corrió a esconderse detrás de un armario

de conserje que estaba como a cinco metros de la taquilla del chico. Sabía

que no le habría dado tiempo a salir sin que la vieran, y no quería eso. No

quería estar delante cuando natsu abriera su carta. No quería que estuvieran

delante sus amigos. Los nervios se le agolparon en la garganta provocándole

ganas de llorar. Pero se tragó las lágrimas y se forzó a escuchar lo que

pasaba a escasos metros de donde se encontraba. Sintió perfectamente

como se abría la taquilla de natsu entre risas y bromas. Y casi escuchó el

sonido sordo que provocó el sobre al caer como una pluma ligera sobre el

suelo de baldosas negras. Durante un segundo, solo hubo silencio. El corazón

de lucy se paró en seco. Y entonces la voz de uno de los amigos….

-¿Qué es eso?

- No tengo ni idea – dijo natsu ,seguramente agachándose a recogerlo.

- Ábrelo, vamos – le apremió otro del que lucy no sabía el nombre.

Durante los segundos mudos en los que los chicos leían el contenido de la

Carta , lucy se pegaba todo lo que podía a la pared. No podía creerse

que eso le estuviera pasando a ella. Para una vez que decidía confesar sus

sentimientos, iba y le sucedía eso. ¿Y qué se suponía que iba a pasar? En

seguida una carcajada por cortesía de un cuarto chico le respondió.

- Mira, tienes una admiradora – dijo gray

- Es de un curso menos, ¿no? – preguntó otro chico riéndose.

- ¿No te lo estarás pensando, verdad natsu? Tú que podrías ligarte a

cualquier chica, deberías despachar a esta criaja como a las otras y ya está.

- ¿Cómo iba siquiera a pensármelo? – respondió natsu por fin,

rompiendo el corazón de lucy -. Venga ya, ni siquiera me acuerdo de

quién es. Dice que se llama lucy pero seguro que no es nadie especial.