Disclaimer:Los personajes de Teen Wolf no me pertenecen, ellos son de Jeff D.
Capítulo Único: Cosas sin Acabar.
Cuando despierta gracias a la luz del sol que se cuela por su ventana abierta, Derek no puede evitar sentir aquella punzada de decepción que golpea su pecho al ver su realidad, aquella tan distinta a la que soñaba cada noche.
A su lado, Braeden duerme apacible, ajena a los sentimientos que invaden a su pareja en mañanas como aquella. Donde lo único que hace el lobo es pensar en todo a lo que renunció y dejó atrás creyendo que era lo correcto. Que por el bien de él, había permitido mentirle a la única mujer que no lo había traicionado. El hombre quiere a la mercenaria, pero su corazón ya le pertenecía a alguien más. Derek siente el sabor amargo y cruel naciendo en la boca de su estómago, pero como cada vez que sucede, simplemente lo ignora. Como si no estuviera allí, amenazandolo con hundirlo más en la miseria.
Su lobo dentro de él se remueve casi con violencia, aullando de dolor y arañando con sus garras con ira, haciéndole creer que poco faltaría para que perdiese el control de su lado más salvaje y primitivo. Derek sabe que era lo que quería, lo que necesitaba. Pero no podía consentirselo, no podía dejarse llevar por ésta ocasión.
El lobo no entendía a razones, no le importaba que era lo que Derek deseaba. El lobo solo quería a su lado a su compañero de vida, aquel que estaba destinado para él, su alma gemela, su otra mitad; aquella persona que le completaba. Su lobo quería a Stiles. Derek también lo deseaba, también quería huir nuevamente hacia Beacon Hills para estar con él. Para suplicarle que le perdonara por haber sido tan cobarde de no quedarse junto a él cuando el menor se lo pidió. De pedirle que lo aceptara nuevamente y unirse oficialmente como compañeros de vida, tener muchos cachorros y formar juntos una familia. Pero no podía, Derek no podía simplemente ir donde Stiles como si nada hubiera pasado. El chico correría muchos riesgos estando con él, Derek no podía darle una vida tranquila. Lydia, en cambio, si podría.
El dolor nuevamente hace acto de presencia en su corazón al pensar que su compañero formaría una familia con alguien más, su lobo gimotea cual cachorro y Derek cierra los ojos con impotencia. Intenta despejar su mente: de Beacon Hills, de Stiles y la manada a la cual renunció. Ya no debía pensar en ellos, en su pasado, y concentrarse plenamente en Braeden. Su lobo confiaba en ella, pero no podía evitar gruñir en desacuerdo al pensar en que habían abandonado a Stiles para seguirla cual perro faldero.
Una risa por lo bajito escapa de su boca al pensar en que si el castaño hubiera estado allí escuchando sus pensamientos, no hubiese dudado en hacer un chiste de perros. Uno que le habría hecho enojar por la comparación pero que ahora mismo deseaba oír más que nunca. Deseaba oírlo, sentir una vez más su tacto suave sobre su piel, sentir su aroma junto al suyo.
A su lado la mercenaria resopla en sueños y se acomoda mejor sobre su cuerpo tibio, los pensamientos sobre su compañero de vida se espantan poco a poco con el pasar lento de las horas. Un nuevo día le esperaba por delante y Derek debía seguir, aunque ello estuviera marchitandolo poco a poco.
En el pasado había podido hacer su vida sin su familia, sin Laura. Stiles Stilinski no iba a ser la excepción.
Después de todo, Derek está acostumbrado a dejar las cosas sin acabar.
