Disclaimer:Los personajes de Hawaii Five-0 no me pertenecen.
Capítulo Único: Tal vez.
Danny Williams desea poder subir a la montaña más alta de todo Hawaii y tirarse de ella sin paracaídas, tal vez así todos sus problemas desaparecerían.
Carajos.
¿Cómo no lo había notado antes? Está tan jodido. Realmente no sabe a quien acudir para hablar de lo que sucede en su cabeza, a quien puede decirle lo que le aprieta el pecho amenazandolo con dejarle sin aire, destruirlo en pequeños fragmentos. Las únicas personas con las que podía contar eran las mismas a la que evita a toda costa, porque no podía enfrentarlos. No a ellos.
Grace, su hija, su pequeña monito, se había enamorado de Steve. Su tío Steve.
Dios.
Había encontrado el nombre de su jefe en el cuaderno de estudio de su hija adolescente, envuelto en corazones rojos y frases de amor que seguro sacó de una canción pegajosa. Grace McGarrett, había en pequeñas letras cursivas un par de hojas por detrás de su tarea de matemáticas.
Ahora Danny desea nunca haberlo encontrado. Tal vez estuvo mal, tal vez no debió husmear entre las cosas personales de Grace ¿Pero quien podría culparlo de ser un padre preocupado? Ahora se arrepiente de ello, de su necesidad por controlar a su hija.
Realmente no sabe a quien acudir sin dejarse en evidencia como un idiota, sin decir lo que había echo al buscar en la mochila de Grace.
No podía ir con Steve para hablarle sobre el crush que su hija poseía sobre él, así como tampoco podía sentarse con Grace para hablarlo como si se tratase de dos malditos adultos atrapados en un triángulo amoroso ¿Qué le diría, después de todo?
Oh, cariño. Descuida, yo también estoy enamorado de McGarrett ¡Formemos un club!
No. Definitivamente no. Ello no sucedería nunca.
Tal vez lo mejor seria simplemente quedarse callado y esperar a que aquellos sentimientos que Grace sentía por Steve se desvanecieran con el tiempo, así como lo espera para sí mismo.
Era un plan de mierda, pero Danny se ha acostumbrado a tener mala suerte después de todo.
- ¡Danno! -grita Steve de pronto, entrando a su oficina sin ser invitado- Te estoy esperando desde hace tiempo, vamos... -anima el hombre a su lado sin perder su estúpida (adorable) sonrisa.
Las manos de Steve se deslizan por su espalda hasta su cintura en una caricia innecesaria, Danny no lo entiende pero lo deja ser. Deja que su jefe lo junte a su cuerpo para llevarlo fuera del Palacio y dar por terminado su día.
Tal vez unas cervezas era lo que necesita.
Tal vez la compañía de Steve era lo que necesita.
Tal vez luego de unos tragos dejaba de sentirse tan miserable.
Tal vez, algún día, dejaba de amar a Steve como lo hacía.
Tal vez...
