Obsequio de Navidad
Me sentí tan jodidamente imbécil, Horo; nunca entenderé lo que me impulsó a decírtelo ni lo que pasó por tu mente en aquellos momentos.
Es posible que a todo el mundo le haya sucedido alguna vez, eso de conocer a alguien y tras poco tiempo, sentir que está ahí desde hace mucho más, sentirlo necesario casi. Eso me sucedió contigo, quizá por la química inicial o porque así estaba destinado a suceder.
De todos modos, sé que mandar todo a la mierda no fue la idea más brillante, no sabes lo que daría por no haberte dicho lo mucho que me gustas. Te dije que te quería, maldición; no tienes la menor idea de lo que me costó, había pensado hacerlo anteriormente, mas nunca había tenido las agallas.
Y llegó ese día, 23 de diciembre; te lo dije casi sin rodeos, como una inyección de información que posiblemente cambiaría todo, a pesar de que lo último que deseaba era cambiar lo nuestro. Era feliz con sólo saber que te tenía cerca, dentro de mi vida; no era tan indispensable que me amaras, como, de todos modos, nunca sucederá realmente. Tal vez en mis sueños.
Sin embargo, dolía, ¿sabes? Saber que pertenecías a otra persona, que aún lo haces, es como mil patadas en el orgullo. Y duele, duele compartir a alguien que ni siquiera te pertenece en el sentido oficial de la palabra, por más que te obstines en creer que es sólo durante un período efímero y que tarde o temprano, aquello cambiará. El que sepas que te amo no modifica las cosas; aparte de alejarte de mí, ¿te alejarás de él, también? Alguien me dijo una vez que si le dices a la persona que quieres lo que sientes, las posibilidades de que seas correspondido aumentan. Quise - cursi, lo sé -creerlo, con tanta fuerza, quise que fuera así, deseé tanto una señal que me indicara que no todo estaba perdido, que ventilar mi alma trastornada realmente había valido la pena.
Pero no es el caso, eso lo entiendo. Como te digo, no logro identificar el impulso preciso que causó que me declarara como lo hice, quizá fue la distancia o el tiempo o el dolor de la espera; quizá, me cansaba esperarte, porque creí que era distinto, creí que era lo correcto arriesgarme por ti, por nosotros. Aunque fallé. Siento que lo arruiné todo, que sólo logré agregarle una molestia más a tu vida, opacandoa esta navidad. Y no es que sea religioso, sólo que ya no sé si sea capaz de darte el obsequio que te compré; lo adquirí hace meses, es tan ridículo.
Gran obsequio, ¿eh? De veras, no creí que iba a lamentar tanto el haberme molestado en reunir valor para ventilar algo tan estúpido. Ahora, ya no te tendré bajo ninguna forma, ya no somos nada ni volverá a ser como antes, nunca. Y aunque está sobre-entendido que voy a superarlo, que es algo que a toda persona le toca vivir alguna vez, créeme que es más triste de lo que esperaba.
Y lo peor es que aunque ya no sea lo mismo, sigo amándote, Horo.
OK, medio angst xd. primero pensé en hacerlo RenHoro (qué novedad); pero en realidad, por algún motivo, terminé convencida de que encajaba más como HaoHoro. quizá por mi visión de esta pareja xd. en fin, está basado en una historia tan real que creo que vomitaré mi corazón. ¡feliz navidad a todos y todas! gracias por leer.
S.W
