Si todo empezará de nuevo
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¿Qué ocurre, princesa? Te ves decaída
Lo siento Delgado- la pequeña chica suspiro mientras miraba a su fiel amigo, su compañero y su más valioso confidente- es solo que he estado un poco... pensativa.
¿Es por Papi?- directo y sin rodeos. Al estilo Delgado. La chica palidecio y afirmo con la cabeza tristemente.
Él ya lo sabía. La conocía perfectamente. No por nada eran amigos desde hace años.
Se conocieron cuando ella, en palabras de Delgado, solo era una "tierna y adorable cachorrita". Un incidente extraño fue lo que los unió de por vida.
Delgado era un jóven que recién estaba cumpliendo su sueño: ser parte de la policia. Rondaba por la edad de los 22 años.
Por otra parte, Chloe apenas y rozaba con los 15 años. Era la típica chica rica. Presumida, mandona y alborotada.
Sí- su ondulado cabello blanco se meció un poco con el viento. Dio un sorbo a su bebida y desvió el contacto visual con el hombre frente a ella.
Conozco a Papi, él no te haría daño- comenzó con sus conjeturas- entonces, ¿Qué es lo que te inquieta?
Papi va demasiado rápido- se sincero- es cierto que me agrada estar con él y por eso mismo decidí darle una oportunidad, pero a veces me sofoca.
Cuanto había cambiado todo. La caprichosa Chloe de hace siete años se había transformado totalmente. Delgado tomo su mano, procurando no exceder el límite que él mismo se impuso años atras.
¿Lo has hablado con él?
Lo he intentado- ella correspondió su tacto. El calor de Delgado siempre le había gustado, desde que lo conoció todo en él la maravillo. Gracias a él pudo cambiar y madurar. Siempre estaria infinitamente agrecida por eso- pero siempre es el mismo resultado. Parece que no me escucha y me siento harta de eso.
Princesa- sonrió. Si, siempre que la llamaba de ese modo se sentía feliz- no me quiero meter en tu vida amorosa, pero no creo que él te convenga- desde el comienzo nunca le agrado el eterno enamorado de Chloe, de su princesa.
¡Ay, Delgado! Yo también se que no me conviene, pero lleva insistiendome todos estos años y cortarlo tajantemente despues de apenas dos meses...
Él sabía a lo que se te atenía. Tu fuiste clara desde el comienzo.
Voy a pensarlo. Por ahora- se levanto y comenzó a jalarlo animada- ¡¿Quién quiere una buena ronda de karaoke?!
Delgado bufó. No es que odiara cantar pero si podía evitarlo, mejor para él. Sin embargo, al ver esos ojitos suplicantes y esa hermosa sonrisa de felicidad no tuvo más remedio que aceptar.
Eres mi perdición Chloe-susurro para sí. La miro animada preparar todo para el karaoke.
Nuevamente estaba auto torturandose. Nuevamente haciendo caso omiso a sus sentimientos.
Si todo empezará de nuevo...-suspiro- no te dejaría ir jamás.
¡Listo! Hay que empezar.
Claro- se acerco apenado. ¿Qué clase de cosas estaba pensando? Chloe es su mejor amiga, su confidente, su protegida. Jamás podría pasar algo entre ellos. Jamás. Jamás. Jamás.
¿Delgado? ¿Estás bien?- sin darse cuenta se despegó del mundo real. Los ojos oscuros de la peliblanca lo miraban con preocupación.
Hermosa...-susurro. Desde el primer momento en que la vio, lo supo. Ella era lo más hermoso que habia visto en su vida. Su tez era tan palida. Parecía de porcelana. Su cabello tan blanco como la nieve y en medio de toda esa tormenta, unas grandes esferas negras y brillosas resaltaban.
Oh, Delgado- se sonrojo violentamente. Su pálida piel no hacía más que resaltar ese sonrojo- ¿Qué cosas dices?
Lo que veo- respondió simplemente y comenzó a distraerse con las canciones que había disponibles en la rocola.
El corazón de Chloe se aceleró. Tomo el brazo de delgado y comenzó a ver también las canciones. Se pegó a él, dejando que su calor y su aroma la impregnara totalmente.
Tú también eres muy guapo, Delgado, no se porque no tienes novia aún- comento como si nada, observando con diversion el sonrojo del oficial.
Yo no estoy hecho para esas cosas- suspiró. Aunque lo estuviera, la chica con la que quería estar ahora estaba en una relación. Había sido lento, muy lento.
Todos lo estamos- le contradijo y decidió observarlo.
Ninguna mujer se fijaría en un hombre tan grande como yo.
¡Solo tienes 29, Delgado! Aparte eres muy atractivo- sentía su sonrojo crecer pero no se detendría. Debía decirle todos sus buenos puntos- Eres un hombre muy agradable y protector. Siempre tienes algo interesante que contar y das los mejores consejos. Tú calidez es impresionante, cada que estoy cerca de ti me siento bien. Y, por favor, ¡mírate! eres todo un oficial sexy, incluso mis amigas me suplican como locas una cita contigo. Tu piel morena más tu increíble condición física es impresionante. Incluso tu altura es imponente. ¿Cuánto habías dicho que medías? ¿1.90?
Chloe-susurro. A cada frase sentía su corazón latir con prisa. Y lo peor de todo es que sentía a su pequeña princesa acercarse más y más. Podría controlarse si estuvieran en un lugar público, pero estaban en la mansión de la familia de Chloe, los dos convenientemente solos.
¡Y tu voz! ¡También es impresionante! Puede ser ruda y seca en varias ocasiones pero cuando te lo propones suena muy dulce. Tus ojos brillan tanto cuando haces o hablas de lo que te gusta y eres tan humilde y maravilloso. Eres...
Chloe... para- gruño por lo bajo y ella se tapo la boca con sus manos mientras se alejaba- ¿Princesa?- la llamo preocupado.
Eres el hombre de mis sueños- susurro lo que por tantos años se negó.
Delgado no pudo más. Tomo a la pequeña chica de apenas 1.50 de estatura entre sus fuertes brazos y la pegó a él.
Ni siquiera escucho lo que dijo o tal vez se negó a hacerlo pero apenas vió una lágrima correr por sus mejillas su instinto lo guío.
¿Del...gado? ¿Escuchaste lo que dije? -estaba temblando.
No-se relajo- no lo hice, princesa.
Qué alivio-suspiro, mientras se aferraba a él y lloraba en su hombro. Al fin lo hizo, despues de tantos años reconoció que estaba enamorada de su mejor amigo, de su confidente, de su protector. ¿Qué pasaría ahora?
