Al terminar la videollamada con Stephen Hawking, Sheldon marco el número de los padres de Amy. Según por lo que había escuchado, siempre había que pedirle permiso al padre de la chica antes de proponerle matrimonio.
-¿Quien habla?- Se escucho del otro lado.
-Se... señora Fowler soy yo, Sheldon- Respondió nerviosamente.
-Hola, ¿ocurrio algo con Amy?
-No, no. Sólo quería saber si se encuentra el señor Fowler.
-Ah, claro. Enseguida lo llamaré... ¡LARRY!
El grito literalmente lastimo los oídos del físico.
Pobre señor Fowler, pensó Sheldon, está mujer debía gritarle así todo el día.
Minutos después, el padre de Amy atendió.
-Hola Sheldon. ¿Que pasa?
-Buenas tardes señor Fowler, quería hablar un tema importante con usted.
-Claro, sólo dilo.
-Bueno, yo...- No sabía que decir exactamente. -Llame para decirle que quiero proponerle matrimonio a Amy y me gustaría, tener su permiso para hacerlo.
Del otro lado del teléfono, Larry Fowler sonrió alegremente. Por que sabía que Sheldon, a pesar de todos sus "defectos" era el mejor hombre para confiarle a su única hija.
-Porsupuesto que puedes proponerle matrimonio Sheldon, quiero que la hagas muy feliz como ella se lo merece.
-¿¡Enserio!? Muchas gracias por su aprobación, le prometo que voy a hacerla feliz y la cuidaré... la amaré, como ella se lo merece señor y me haré merecedor de su afecto, cuente con eso.
-Bien muchacho, confío en que lo harás... llámame luego y cuentame como te fue. Pero mi hija te ama, absolutamente dirá que sí.
-Gracias, porsupuesto que lo llamaré.
-De acuerdo, te deseo suerte. Adiós- Se despidió el hombre.
-Adios...
Y así, contando con la aprobación de Stephen Hawking y la del padre de Amy... tomo el avión a Nueva Jersey.
Y si, ya saben lo que paso después.
¡Fin!
