Tenía los suficientes efectivos en las inmediaciones de la fortaleza, muchos ocultos en las esquinas oscuras, oirían todo de todos, nada se le escapaba, era la mano izquierda de la Divina, no había límite para conocer las verdades ocultas de el Juego.

Las tropas apostadas en todos aquellos puntos estratégicos de la Espalda Helada.

Suave y tierna carne,
suave y tierna se mese,
Si la luz no se cansa,
si el aliento desespera,
no hay otro final,
no hay otro destino.

Aquel era un punto de peregrinación y retiro espiritual, ahora hervía el aire, los caballeros templarios saboreaban las espadas ante la expectativa.

La rosa no puede luchar contra el espino.
El espino no puede vivir sin la rosa.

Todos tenían claros sus lugares de ataque, de defensa, incluso quienes huirían, pero ella... claramente no podía hacer nada.

Hacedor, una vez llamaste a mi alma para acallar la Ruina, para calmar el miedo de las profundidades, entonces ¿qué ha pasado ahora? Permites que tus hijos sangren la desesperación de la guerra... no, yo sé que tú no lo permitirías, quien todo lo ve, todo lo sabes, haz tejido el destino con sabiduría.

Andraste, amada del Hacedor. Guarda en tu fecundo seno al Sol. Con tu espada celestial, con tu luz en mis labios, llevaré la verdad a cada rincón, donde todos sean capaces de oír sobre vuestro amor.

Orar, el último recurso de la desesperación.

- Leliana.

- Buscadora.

Comparten cuerpo, pero no alma, su corazón es mío, y el mío es suyo.

Entrelazan sus dedos mirando al cielo.

Y si, oh amado Hacedor,
bendices mi vida con tu sabiduría,
alzaría hasta la última piedra,
os celebraría en cada bosque y planicie,
que todos sepan que perdonas a la humanidad,
que la Ciudad nos espera algún día.

El estruendo remeció Thedas por completo. El cielo se rasgó y lloró muerte, vomitó cólera y llovió envidia.

¿Que si alguna vez pensé en vivir para ver el cielo llorar? Por Andraste juro dar la sangre por el cielo.
He visto morir al Hacedor.

Vi morir a la amada.
La senda se ve más clara que nunca.


N/A: Hola! Estos son pequeñisimos fragmentos de lo que puede haber pasado por el alma de Leliana a la expectativa del cónclave... quise recordar como antes ella cantaba y melodiaba su amor por el Hacedor, alfo que sentí en mucha falta durante el DAI. Saludos! Sé que no está bien escrito, estoy BASTANTE oxidada, trato de aceitarme un poco cada día :)